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sueño


Obscuridad....

Frío...

Miedo....

Es todo lo que sintió Manigoldo cuando cerro los ojos la última vez.

Todo se volvió negro, podía escuchar a lo lejos la voz de Albafica, pero está se apagaba cada vez más.

.... Albafica...

Quería despertar, quería abrir los ojos, cerciorarse que su amado estaba bien, que su hijo estaba bien, que realmente acabo con ese bastardo de Minos.

...Minos...

¡Ese infeliz!

Debió de matarlo la primera vez que lo vió, incluso esa primera vez ¡Ese maldito intento golpear a Albafica! Si se hubiera encargado en ese entonces, nada de esto abría pasado.

.... Albafica....

***///%%%

Todo se había vuelto negro, escuchaba voces a lo lejos, pero no podía entender, abrió los ojos por un segundo y una fuerte luz lo golpeó, después un dolor en su estómago, el cual disminuyó poco a poco, tras eso todo regreso a ser Negro.

No veía nada, no oía nada, no sentía nada, pero, pese a ello Manigoldo estaba conciente, sabía que no había muerto, podía jurar que no era así pero...

Manigoldo...mi amor

¿Albafica?

No sabe cuánto tiempo paso, pero logró oír la voz de su amado, Albafica lo llama.

¡Manigoldo!

Estaba flotando en una especie de obscuridad, pero puede escuchar claramente la voz de Albafica, lo está llamando.

¡Albafica! ¿Dónde estás?

Gira para todos lados, intentando ubicar la voz, pero no ve nada, solo obscuridad.

¡¿Pero qué?!

Una gota, dos, tres ¿A comenzado a llover en ese lugar? Puede sentir como esa lluvia empapa su rostro, una lluvia cálida, triste...salada ¿Son lágrimas? Esto que lo moja ¡Son lágrimas! ¡Las lágrimas de Albafica! Albafica está llorando.

¡Albaficaaaaaa!

Grita desesperado, pero su voz no logra traspasar esa penumbra.

¡Despierta! ¡Despierta Manigoldo!

El llanto de Albafica se intensifica, empapando todo su cuerpo.

Intenta abrir sus ojos, le ordena a su cuerpo hacerlo, pero este no responde, no puede moverse, solo puede estar ahí, flotando, en esa eterna obscuridad.

****////****////

Kardia conduce el auto, no muy lento, no muy rápido, mira a su costado para ver a su amigo.

Albafica está en silencio, con la vista al frente, mirando por el cristal, pero sin ver nada realmente, sostiene con fuerza una carpeta negra, donde guarda cosas importantes, al fin dejo de llorar, aunque parece ido.

Una rápida mirada al espejo retrovisor le muestra que sus pasajeros extra están igual. Rafael, que siempre va platicando en como le va en las prácticas, que le pide, disimuladamente consejos para conquistar, el alegre chico va en silencio, mirando un punto fijo en el asiento.

El pequeño Lancelot es el que más le preocupa, el niño está sentado, con la cabeza abajo y sujetando su estómago. Parece que quiere vomitar, está muy pálido y sus mejillas rojas, posiblemente enfermó, sus manos aprietan con fuerza su playera.

Kardia se orilla inmediatamente, Albafica parece salir de trance, está por reclamar para que siga, pero el bicho con un movimiento de ojos le ordena ver atrás.

-¡Lancelot!

No tarda en bajar del auto y abrir la puerta de su hijo, el chico baja corriendo y vomita en el pasto.

-¡Enano! ¿Estás bien?

Rafael también baja, preocupado por su sobrino.

Albafica soba su espalda mientras Death limpia su cara.

Es una noticia muy fuerte para procesar.

******////

Obscuridad, siempre era obscuridad...o días lluviosos, las lágrimas de Albafica siempre están presentes.

Ahora entiende que está en coma, Albafica se lo ha dicho, le ruega que despierte, le súplica que lo haga, porque él y su hijo lo necesitan.

Manigoldo lo intenta, pero no consigue despertar, no consigue moverse, solo sigue flotando en ese mar Negro.

Pero no todo es tan malo, aún puede escuchar la voz de su amado, aún puede... sentirlo.

Cuando Albafica toma su mano, cuando toca su cara, puede sentir ese calor que desprende.

Lo mismo ocurrió cuando escucho la voz de su hermanito.

Cada que Rafael va a visitarlo, sus lágrimas también han empapando su cuerpo, sus manos han sentido la presión y calor de las manitas de su pequeño.

Afrodita, Shion, Deuteros,Dokho, Youma, Pandora, Violante...todos.
A escuchado a cada uno de sus amigos llamarlo, a los viejos...a los nuevos.

Voces nuevas llegaron de repente, personas que no conocía.

Amigos de Albafica por lo que podía oír, aquellos que lo ayudaron a salvar a su amado, que lo cuidan en lo que él regresa, a él y a...su...hijo.

Manigoldo mira su mano...¡Dios! ¡Su hijo!

Prácticamente fue ayer, al menos para él, cuando sintió ese pequeño y cálido roce en su cara, cuando oyó un fuerte balbuceó y una presión en su mejilla.

Es nuestro hijo, mi amor...¡Ya nació! Se llama Lancelot.

Su hijo...¡Su hijo! Su hijo había nacido...y él se lo perdió.

En su interior Manigoldo comenzó a llorar, tenía tantas ganas de abrir los ojos y verlo, de estrecharlo en sus brazos y llenar su cara de besos. Ya había pasado tiempo, lo sabía, mucho tiempo, la voz en los demás a cambiado poco a poco, los balbuceos de su hijo se convirtieron en palabras y después en oraciones, su toque sigue siendo dulce y cálido.

En ocasiones oía esa dulce vocecita contarle anécdotas sin sentido, oía pucheros y reclamos porque lo reprendían, incluso pequeños secretos, que le producían una sensación de cosquillas en su oreja, deduce que su pequeño susurraba en su oreja.

Ya despierta, por favor ¿Acaso no quieres volver con nosotros?

¡Claro que quería! Es lo que más deseaba en la vida ¡Regresar! Regresar al lado de su amado, abrazarlo, besarlo, decirle cuánto lo amaba, deseaba poder ver de nuevo a su hermano, prepararle el almuerzo, llevarlo a la escuela, jugar con él, quería poder tomar una cerveza con Dokho mientras platican afuera de la tienda, ver a las chicas reír y escuchar sus locas opiniones sobre alguna película o artista, cocinar junto a Def, reír por como Shion y ese loco gallo pelean, ayudar a Afrodita con sus ejercicios para que deje de tartamudear, incluso añora el ir a cabalgar con Youma.

Manigoldo quiere hacer muchas cosas pero no puede, por alguna razón su cuerpo no responde.

****////****///****///

-¡Llegamos!

-si

-¿estas bien?

-....no.

Y no lo estaba, las lágrimas no tardaron en salir.

-.... mamá...

****/////*****////*****///

¡Pero un día todo cambio!

De improviso una fuerte luz cegó a Manigoldo, aquellos ojos acostumbrados a la obscuridad se retorcieron de dolor al ver ese destello tan brillante.

Manigoldo cerro los ojos y cuando volvió a abrirlos...

¡¿No puede ser?!

//////*****////****

¡Llegamos mi ángel!

Ese día Kardia llevaba a su amado francés a revisión mensual.

-si

Cómo todo bicho enamorado Kardia bajo corriendo y se apresuró en abrir la puerta a su esposo.

-gracias cariño.

Degel no pudo evitar sonrojarse cuando Kardia entro corriendo por una silla, su esposo era muy sobreprotector, aunque comenzaba a creer que esto era típico de su familia, ya que sus cuñados y suegro eran iguales.

Estaban muy emocionados, en un mes ya tendrían a su pequeño es sus brazos.

Odyseuss los recibe feliz, tenía un cariño especial por la familia de Degel, ya que su padre y el eran amigos entrañables.

-¡aqui está el pequeño! ¡Gut aussehend!

-¡Mi bebé! Mira Degel se mueve al oír mi voz😍 ¡Mi niño! Doc, puede descargar el Ultrasonido en mi teléfono 😊

Odyseuss solo río, todos los meses era igual, Kardia se ponía como loco, corriendo por toda la habitación, pegándole al monitor mientras soba el vientre de su amado, la verdad es que le recordaba un poco a Ecarlate, el se emocionó de la misma manera cada que uno de sus hijos estaba por nacer.

-kardia, no grites tanto, lo agitas mucho.

Por su parte Degel sufría, ya que su hijo parecía alocarse al oír a papá.

-bueno Degel, todo está muy bien. En poco tiempo tendrás a tu Babi en tus manos.

-gracias.

-yo no puedo esperar.

-dejame bajar está cosa y...

Pero como siempre Ody era un inútil, se equivocó de botón y la camilla casi se va hasta el suelo, por suerte Kardia reacciona a tiempo y salva a sus amores de acabar en el piso.

-¿Estás bien?

-si

....ja...😖

Quien si termino en el suelo fue Odyseuss ¿? Los chicos solo rieron, ya estaban acostumbrados a la torpeza del mayor.

Cuando salieron de ahí decidieron pasar a ver cómo estaba Manigoldo, ya había terminado el horario de visita por lo que no verían a Albafica, pero solo pasarían a saludar.

Caminaban por el pasillo tomados de la mano, Kardia hablando sobre lo emocionado que está y todas las actividades que tiene planeado hacer con su hijo.

El pasillo está casi vacío, solo se ven a las enfermeras ir y venir.

De improviso dos de ellas salen corriendo de su cubil, mientras otra vocea a un doctor, los chicos miran preocupados como entran a la habitación de Manigoldo, la conocen muy bien.

Kardia suelta la mano de su amado mientras corre a ver qué pasa.

*****////****///

...El..... viñedo....

Ese era ¡Su viñedo!

¡Manigoldo estaba en su viñedo!

Se encuentra en la entrada, mirando las hermosas Parras, el pasillo está cubierto por verdes hojas y gruesos ramos de uvas, las losetas blancas y naranja le dan la bienvenida.

El chico no lo puede creer, avanza despacio mirando el lugar ¿Porque está ahí? ¿Cómo es qué?

Arranca una regordeta uva y la prueba, es tan deliciosa como lo recuerda, todo se ve exactamente igual como lo recuerda, el cielo, el aroma fresco de las uvas, el verde intenso de las hojas, todo es como...

¡La, la la, laaaa, lalaaa!

Alguien está tarareando, lo puede oi.

Avanza rápido por ese bello laberinto, una voz dulce se escucha más adelante, es suave, afinada...conocida. Sus pasos le llevan hasta el centro del viñedo, al llegar ahí...no lo pude creer.

Sentada, en esa mecedora de madera hecha por su padre, hay una mujer, de largos cabellos azules, piel morena, ojos avellana, pestañas largas y un hermoso vestido blanco lleno de margaritas.

.... ma..má...

Su voz salió en un susurro, entrecortada, pero fue suficiente para que la dama dejara de tararear y ponga a un lado el tejido que en ese momento hacía.

Il mío bambino

Estira sus manos mientras sonríe al joven delante de ella. Los pies de Manigoldo se mueven solos, primero despacio, temeroso, pero conforme avanza comienzan a trotar, más, más, prácticamente corre a los brazos de esa hermosa mujer, la cual lo recibe con una sonrisa en su cara.

Se siente tan real, el calor, la confianza, la tranquilidad que su madre producía en él solo con tocarle.

¡Mamá, mamá...!

Llora, llora como no lo había hecho en mucho tiempo, como dejo de hacerlo desde que ella se fue, llora mostrando la debilidad y sentimientos que tuvo que ocultar, cuando se vio en la necesidad de cubrirse con una máscara de dureza, valentía, frío e indiferencia, para poder seguir adelante y cuidar de su hermano, llora en el regazo de su madre y vuelve a ser el pequeño e indefenso niño que siempre la necesito.

-Todo está bien, todo está bien mi niño, estoy aquí.

-...madre...te extraño tanto

-Lo sé, lo se mi bebé, yo también te extraño.

Como toda madre amorosa retira sus lágrimas y llena su cara de besos, busca consolarlo, mostrar que todo estará bien y no debe temer.

Manigoldo la abraza con fuerza, no la quiere dejar ir, no la quiere perder de nuevo.

Más un ruido a su espalda rompe el momento.

Otro hombre a llegado, viste un overol de mezclilla, una camisa blanca y botas negras, su piel es más morena que la de Manigoldo, es alto, mucho, casi dos metros diez, su complexión es corpulenta y fuerte. Pelo y barba plateadas, pero lo que más llama la atención son sus ojos, tan rojos como la sangre misma, dos rubis que producen miedo, pero que a Manigoldo lo ven con ternura y amor.

-...¡Ciao...Papà!

****////****////

Kardia condujo rápido a ver a su amigó, intentaron hablarle pero parece que la señal no llegaba justo ese día.

-buenos días, señor Kardia.

Io lo saludo con una sonrisa, que el mayor respondió tenuemente.

-hola Kardia ¿Que te trae por aquí?

Albafica realizaba los balances del mes, estaba en el comedor ordenando papeles.

Después de que Lancelot cumplió 5 años, había decidido vivir en el viñedo, claro que iba todos los días al hospital a ver cómo estaba su esposo y los fines de semana lo pasaba con sus padres.

Kardia lo saludo con un poco de miedo, no sabía cómo tomaría la noticia.

El bicho le ordenó a Io el ir por Rafa y los niños, mientras explicaba a Albafica la situación, cabe decir que el shock fue muy duro para el pecesito, que no tardó en ponerse de rodillas y comenzar a llorar, mientras Kardia buscaba calmarlo.

****///****///

¿Cuanto hablaron?

¿Horas?

¿Días?

¿Años?

La verdad no tenía idea...¡ Y no le importa! ¡Era feliz!

Por un momento regreso a ser ese chiquillo de 10 años, protegido y amado por sus padres, que no tenía que preocuparse por nada más que por jugar y reír, recibiendo las caricias y mimos de mamá que lo hacen sentir especial, sintiéndose seguro con la compañía de papá, sin temor a que algo malo pase o lo lastimé, Manigoldo volvió a tener esa felicidad que le fue arrebatada de golpe.

Hablo y les contó su día a día, todo lo que había hecho por sacar a delante el patrimonio que sus padres forjaron para ellos, les hablo sobre su hermano, lo travieso que era, lo listo y valiente, lo orgulloso que estaba de él, hablo sobre sus amigos y en especial...les hablo sobre Albafica, sobre ese mimado Omega que lo había conquistado, lo feliz que lo hacía, lo mucho que llenaba su vida y...hablo sobre el hijo que tenían, ese hermoso bebé que por desgracia no logro conocer.

-¡Oh, mi niño!

Su madre lo abrazaba amorosa, intentando calmarlo.

-Al menos agradezco que están bien, vivos, estoy tan feliz que Albafica y mi hijo estén sanos y salvos, por un momento tuve miedo, miedo de perderlos, de no poder salvarlos y....

Sus padres lo entendían, saben lo doloroso que es dejar a tus hijos solos cuando más te necesitan, un dolor tan grande que...no te deja descansar.

-me abría gustado verlo crecer, jugar con él, ayudarlo con sus deberes, enseñarle a defenderse, reprenderlo cuando se porte mal o...defenderlo cuándo su mamá lo regañe, je,je.

Los hombres rieron, ya que esa era su rutina, cuando Manigoldo se portaba mal y su mamá lo regañaba el pequeño corría a esconderse a las piernas de su padre.

Por su parte su mamá le miró con ojos entrecerrados, no le hacía gracias.

-pero, supongo que...no era mi destino, verdad.

-cariño

....

-...está bien, se que crecerá y será un buen hombre, que cuidara a su madre por mi y... también se que Rafael está bien, que Albafica no lo ha dejado solo ni un instante, no se preocupen, les puedo asegurar que mi hermano está en buenas manos.

Sus padres se miraron y sonrieron.

-lo sabemos mi amor...lo hemos visto

-¿?....

-así es, ese chico, Albafica, él y su familia lo han cuidado bien y gracias a esto está en la universidad.

-así es, ha sido como una madre para mi hijo y eso es algo que le agradezco infinitamente, a él y su familia, mi niño a crecido y se convirtió en todo un hombre.

La dama secaba sus lágrimas mientras sonríe agradecida, jamás podría pagarlo.

-es un chico muy rudo, estoy orgulloso de él, aunque, algo tímido... jajajaja supongo que lo heredó de mi, a mi también me costó mucho trabajo acercarme a tu madre.

Esos dos hablaban como si les conocieran en persona y no por lo que él les menciona.

-pero...¿Cómo?

-oh, es que, podemos verlos...

-así es...

-de... verdad...quieren decir que aquí...

Sus padres le sonrieron, les abría gustado pasar más tiempo con el pero,ya era hora, Manigoldo tenía que despertar.

-ven amor...vamos.

Con toda la dulzura, que una madre puede dar, tomo su mano y le alentó a caminar.

Iba entre sus dos padres, caminando entre los pasillos cubiertos de frutos, embriagandose con el dulce aroma de las uvas, sintiendo como una suave brisa mueve sus cabellos.

-estoy muy orgulloso de ti hijo, te haz convertido en un hombre mejor que yo.

Menciona su progenitor mientras rodea sus hombros con su brazo.

-nunca te diste por vencido pese a la situación y te enfrentaste a la vida como todo un hombre, cuidaste de tu hermano, tuviste que madurar de golpe... Manigoldo, lamento haberlos dejado solos y te pido perdón por ello, pero me enorgullece ver en el hombre que te haz convertido ¡Eres mi máximo orgullo hijo! tu y tu hermano y doy gracias a la vida por ello.

-papá

Esas palabras vuelcan su corazón, siempre quiso saber si estaba haciendo bien las cosas, si su padre estaría orgulloso de él. Sonrió al ver que así era.

-mi vida, te amo mucho y siempre lo haré, también estoy orgullosa de ti hijo, cuidaste a tu hermano con todo el amor y cariño que me abría gustado darle, te encargaste de que nos recordara y amara, gracias Manigoldo, amor, me gusta tu elección, Albafica es una gran persona y estoy segura de que serán muy felices, dale un beso de mi parte a Rafael y dile que lo amo mucho, también a mí hermoso nieto.

-¿que quieres decir?

-es momento de irte hijo.

Llegaron a la entrada del viñedo, todo era blanco afuera, no había nada.

-que está...¡Ahu!

El cangrejo comenzó a sentir un hormigueo que recorría todo su cuerpo, ligeros pinchazos en sus dedos y pies.

-Mamá, Papá ¿Que sucede?

-es momento de que regrese hijo.

-si...has dejado a tu alma gemela sola por mucho tiempo, Albafica te extraña y ya es hora de que vuelvas a su lado.

-pero...¿No me voy a quedar con ustedes?

-no mi amor.

-aun no es tiempo, tienes que volver y seguir cuidando a tu familia, un Alfa no puede dejar solo a su Omega.

-te estaremos esperando, nos volveremos a ver...pero no ahora.

Su madre le da un último beso en la mejilla, su padre le sonríe y le da un ligero empujón haciendo que caiga.

-a veces los cambios son buenos.

Le grita antes de perderlo de vista.

*%%\\\\\***

¡pip,pip,pip,pip,pipppp,piiiippp!

Las pulsaciones del corazón aumentan, sus párpados comienzan a moverse de manera frenetica, sus manos se mueven, los dedos empiezan a contraerse.

¡Aghh!

Mueve el cuello, aprieta los ojos, los cuales han decidido que es momento de abrirse...¡Y lo hacen!

Manigoldo despierta de golpe, agitado, como si hubiera tenido una pesadilla. Una pesadilla muy larga que lo retuvo en un coma de diez años, pero que fue rota por un hermoso sueño.

Una lámpara lo está cegando, intenta protegerse con las manos pero estás le pesan mucho, se siente débil.

Los pitidos que producen la máquina taladran sus oídos, mueve el cuello pero no ve a nadie a su lado, hasta qué...

La puerta se abrió de golpe, dos enfermeras entran corriendo, una de ellas busca tranquilizar al paciente para que no se arranque la sonda que tiene en el brazo o la mascarilla de oxígeno, por muy molesta que está sea, otra revisa sus signos.

¡Despertó!

Se escucha un gritó, en la entrada hay un sujeto de pelo azúl, a Manigoldo le parece conocido, pero no recuerda de dónde, tras el otro joven de cabello verde y notablemente embarazado. Ambos con una expresión de sorpresa y.... alegría.

¡Voy por Albafica!

Grita el mayor muy feliz, mientras Degel da espacio para que entren los doctores, de momento cuidara a Manigoldo hasta que llegue su amigo.

***///****

¡Manigoldo despertó!

Esa fue la noticia que le dió Kardia, su Manigoldo finalmente había despertado.

Fue un golpe emocional tan duró que cayó de rodillas en la entrada, llorando de felicidad.

Finalmente había regresado.

El bicho no tardó en llevarlos al hospital, para que lo viera.

-¿Están listos?

Ahora estaba ahí, en la entrada de la habitación, hecho un mar de nervios y con su hijo a un costado, tan nervioso como él, podía sentir como el pequeño cuerpo de Lancelot temblaba.

Kardia le sonrió y procedió a tocar la puerta.

-oh, parece que ya llegaron.

Degel sonrió y se apresuró a abrir, había estado hablando con Manigoldo , poniéndole al día.

-pasen

Kardia les dió un pequeño empujón, animándoles a entrar.

No había mentido, Manigoldo despertó.

Estaba ahí, sentado, ya sin la mascarilla, un poco más delgado, con el pelo más largó y ojeras en los ojos, irónico ya que había dormido mucho.

Albafica entro despacio, temiendo que fuera un sueño, camino hasta él y se detuvo a su lado, sonreía y lloraba al mismo tiempo.

-....idiota...tardaste mucho...te extrañe tanto...

Reclama de manera juguetona.

-lo siento amor... perdóname.

Con las pocas fuerzas que Manigoldo logró recuperar toma su mano y besa su palma, encantado por la suavidad de su piel y ese dulce aroma a rosas que desprende su Omega.

¡Manigoldo!

Albafica se lanza a sus brazos, llorando en su pecho, pero por primera vez en diez años son lágrimas de felicidad, Manigoldo le abraza, también llorando, feliz de tener a su amado a su lado de nuevo.

En la entrada Lancelot los ve, ocultó tras su tío, que llora de alegría al saber que su hermano regreso.

El pequeño muerde sus labios para suprimir las emociones, son muchas, miedo, tristeza, nervios, confusión, pero sobretodo...¡Alegría! Su papá ahora estaría a su lado.

****///****///

Voy a llorar😭

Admitanlo, muchas me querían matar ya que temían lo peor😩

Ya saben como soy, me gusta el drama y suspenso 😼.

Ok, les dije que era el final y así es...pero este lo publicó en la noche, nos vemos 😘.

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