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*Capítulo 5: Primer...

HANNA


— Para mí esa parece hipopótamo.— apuntó Aarón a la nueva nube que aparecía en nuestro campo de visión.

La miré a detalle antes de contestar.

— ¿De verdad? Para mí parece un bebé llorando. — mi vista estaba perdida en el cielo pero pude sentir la mirada divertida de Aarón sobre mí.

— ¿Por qué siempre que ves una nube parecida a un bebé tiene que estar llorando? — giré mi cabeza para enfrentarlo.

— ¡Eso no es verdad!

— Claro que sí. — sonrió.

— ¡Qué no!

— ¡Qué sí!

— ¿¡Me estás retando Cox!? — arqueé una ceja haciendo que su sonrisa se hiciera más grande.

— Tómalo como quieras, Parker. — lo fulminé con la mirada.

— Bien. — y de un momento a otro yo estaba sobre Aarón.

Inmediatamente pude sentir como su cuerpo se tensaba mientras su cara se ponía roja como tomate al verme sentada sobre él con nuestros rostros muy cerca.

— Hanna… ¿Qué..e haces? — titubeó, al parecer él ya estaba lo veía.

— Hanna Parker jamás rechaza un reto. — en ese momento puse mis manos sobre su cuello y sin pensarlo más comencé a hacerle cosquillas.

— ¡HANNA! ¡YA! — gritó Aarón mientras trataba de quitarme de encima pero claro que no lo logró.

— ¡Querías guerra ¿No?! — seguía retorciéndose y las carcajadas aumentaban pero yo estaba dispuesta a parar.

— ¡ME RINDO!

— ¡HANNA NO ACEPTA LA RENDICIÓN! — Aarón volvió a intentar con todas sus fuerzas quitarme de encima pero no le funcionó.

En ese momento, sin que yo lo viera venir, alguien me empujó haciendo que volviera a mi lugar inicial. Intenté levantarme para ver de quién se trataba pero no pude hacerlo porque ahora Aarón se sentó sobre mí tomando a mis muñecas como rehenes.

— Gracias, Jess. — Aarón le sonrió a su hermana. Levanté un poco la vista para mirarla.

— ¿Creí que éramos amigas, Jess? — hice un puchero y ella sonrió haciendo que un pequeño hoyuelo  se le marcara en la mejilla derecha como a Aarón.

— Los hermanos estaban primero. — dicho eso ella se marchó dejándonos otra vez  solos en el jardín.

Aarón y yo nos volvimos a encarar.

— La entrenaste bien.— Aarón frunció el ceño.

— No es un perro, Hanna.— rodeé los ojos.

— Ya sabes a lo que me refiero. — Aarón suspiró y finalmente se puso de pie no sin antes tenderme la mano, la cual miré dudosa.

— ¿No vas a hacerme cosquillas? — Ahora rio.

— Hanna, tú tienes de cosquillas lo mismo que de sentimientos, o sea, nada.— me golpeé el pecho con la palma de la mano.

— ¡Auch! — exclamé mirándolo  para que entendiera que su comentario había sido hiriente.

— Ya ponte de pie. — terminé aceptado su mano para hacerlo.

Con esto nuestras caras volvieron a quedar muy cerca pero no nos movimos, sino que nos miramos fijamente. Por mi parte lo hacía porque acababa de notar que las pestañas de Aarón eran más largas que las mías. Sin embargo, luego de unos segundos, su cara se volvió a tornar roja como hace unos minutos y no entendí por qué.

— ¿Te pasa algo Aarón? — se apartó de golpe.

— No… no ¿Por qué? — tartamudeó.

— Porque estás muy rojo. — Lo analicé. — Tal vez sea el sol, será mejor meternos. — di media vuelta y comencé a caminar a casa de Aarón.

— Sí, es eso. — dijo en voz baja mientras me seguía.

Una vez dentro, en la cocina para ser más exactos, Aarón volvió a hablar mientras abría el refrigerador. Yo me senté en la barra de desayuno para comenzar a jugar con la silla giratoria.

— ¿Todavía quieres ir a esa fiesta? — Sacó dos jugos, me dio uno una vez quedó frente a mí.

— ¡Claro! — abrí el jugo y le di un sorbo. — ¡Es una fiesta de los de último año, Aarón! ¡Ellos no invitan a cualquiera!

— Sí, pero no tengo un buen presentimiento… — se rascó la nuca con nerviosismo.

— Estaremos bien, además, tu mamá prometió llegar temprano para llevarnos ¡Y lo más importante! Ya tenemos nuestros disfraces.

— Es que es chico no me da buena espina…— le tomé la mano, haciendo que su mirada se clavada en mí.

— Hazlo por mí, por favor. — hice un puchero y él sonrió.

— Bien… — levanté los brazos.

— ¡Hurra! — me levanté de la silla.— Iré a vestirme.— tomé mi jugo y salí de la cocina para ir directamente al cuarto de Aarón pues ahí estaban los disfraces.

AARÓN.

En cuanto Hanna salió de la cocina no pude evitar soltar un gran suspiro. Realmente no quería ir a esa fiesta porque desde que ese chico, Mike Fisher, se nos acercó en las canchas me dio un mal presentimiento.

En la escuela en general este chico es muy popular y un chulito con las chicas, pero en el equipo de football es mejor conocido por utilizarlas a su conveniencia, escuché una vez que tuvo dos novias al mismo tiempo para le hicieran las tareas de diferentes asignaturas; sí, un idiota total. Y al ver la forma en la que le habló a Hanna sabía que le estaba coqueteando, soy chico por eso lo sé, y eso no tiene nada malo, lo malo es que desde ese momento presentí que sus intenciones no eran buenas pero sé que Hanna no me va a escuchar, así que es mejor que lo descubra por sí misma.


2 horas después.

HANNA

Una vez en el auto de la madre de Aarón pude notar como ella nos miraba a través del espejo retrovisor antes de hablar.

— ¿Quién te maquilló, Aarón? — dejó de mirar por la ventanilla para ver a su madre por el retrovisor.

— Jess.

— Se nota, le quedó muy bien.

— Sabes que ella siempre ha sido buena para estas cosas. — su madre sonrió y siguió conduciendo.

Aarón y yo habíamos decidido vestirnos del sombrerero loco y Alicia por tres simples razones:

1. Ellos eran amigos como nosotros.
2. Alicia es rubia como yo.
3. Los personajes son algo locos y extraños  como nosotros.

Originalmente yo estaba pintando a Aarón pero Jess al darse cuenta de la monstruosidad que estaba haciendo con el maquillaje me quitó y pudo terminar y arreglar todo mi desastre.

Por mi parte solo me puse el disfraz, incluyendo mi venda en la mano pues la pintura rosa todavía seguía ahí, lo único que me fallaban eran los ojos azules pero JAMÁS me pondría lentillas, no puedo ni imaginarme el horrible proceso de ponerse esas cosas ¿¡Cómo es posible que haya gente que se toque el ojo para ponérselas todos los días!?

— Me emociona  que hayan pedido que los llevara a una fiesta, más porque es su primera fiesta ¿No están nerviosos? — cuestionó la madre de Aarón luego de unos minutos de silencio.

— No, ni siquiera estoy emocionado. — dijo Aarón en un tono algo molesto.

— Oh. — fue lo último que dijo Sophia antes de  continuar con el silencio que se había vuelto algo teso.

Luego de unos minutos más, finalmente llegamos a la casa donde sería la fiesta. No había necesidad de buscar a detalle la dirección porque solo en una casa de la calle había música que pudimos escuchar desde la esquina, además de que varios chicos disfrazados  estaban en el jardín.

Una vez que la madre de Aarón aparcó nos bajamos.

— ¡Diviértanse chicos! — dicho eso se marchó.

Aarón y yo nos dispusimos a caminar hacia la casa pero antes de dar el primer paso uno chico de un grado mayor nos habló.

— ¿Su madre los trajo, bebés? — sus amigos se rieron pero Aarón y yo no nos dejamos intimidar.

— Sí ¿Y tú viniste en autobús porque tu madre no te quiere lo suficiente como pagarte un taxi? — respondió Aarón pero el chico contratacó.

— No, vine con mis amigos. — sonrió orgulloso pero ahora me tocaba a mí.

— ¡Oh! ¿Entonces ni siquiera te da dinero? Qué triste. A puesto que ni siquiera sabe que estás aquí de tan poco que le importas. ¬— Sus amigos lo miraron esperando una respuesta de su parte pero no ocurrió, en su lugar el chico se dio media vuelta y se marchó.

— No perderé más mi tiempo con ustedes, mocosos.

Ambos miramos como se adentraba a la casa, o mejor dicho como se alejaba de nosotros dándonos el triunfo. De reojo vi como Aarón levantaba una mano la cual bajó una vez que chocamos los cinco.

Finalmente cuando el chico se perdió de nuestro campo de visión decididos seguir nuestro camino hasta la casa, esta vez sin ser interrumpidos.

Si afuera la música era demasiado fuerte adentro el volumen se triplicaba; ahora entendía porque había algunas personas en el jardín.

La casa era muy grande, tanto como la de Aarón y la mía. A la entrada habían dos escaleras a los laterales que llevaban a la planta alta y al seguirnos adentrando lo primero con lo que nos topamos fue con el espacio asignado como pista de baile, a la derecha estaba la cocina con varias bebidas y chucherías, mientras que a la izquierda estaba la sala repleta de chicos jugando a la botella o algunos otros solo tomando mientras veían.

— Esos chicos no son de nuestra escuela ¿verdad? — cuestionó Aarón pues realmente se veían mucho más grande que nosotros.

— Supongo…. — una voz a nuestras espaldas nos interrumpió.

— Son de High School, amigos de mi hermano mayor. — era Mike el chico que nos había invitado. Su disfraz estaba conformado por una camisa blanca pintada de manchas rojas y unos pantalones y zapatos de vestir, algo que no tenía sentido para mí hasta que vi que, cruzado en su pecho, tenía una ametralladora de platico y su mano sostenía una máscara muy parecida a las que usaban en la película “12 horas para sobrevivir".

— Lindo disfraz.— me dijo luego de mirarme de arriba abajo.

— Gracias. — fue todo lo que respondí, no quería mostrarme muy amigable porque sabía que este chico no me había invitado solo por amabilidad, y el que usara la palabra lindo para referirse a mí las dos veces que lo he visto me lo confirma.

— Linda fiesta.— le dijo Aarón tratando de llamar su atención pues el chico no paraba de mirarme, y claro que yo también dejaba de mirarlo, nadie intimidaba a Hanna Parker.

— Sí, gracias.— respondió Mike pero sonó como si lo estuviera ignorando. — ¿Te puedo mostrar algo? — me preguntó.

Cualquier chica sabría que eso es señal de peligro pero tenía curiosidad de que estaba tramando así que asentí.

— Claro. — Mike tomó mi mano para guiarme pero casi al instante Aarón tomó la otra para detenerme.

— ¿Hanna estás segura? — podía ver la preocupación en sus ojos.

— Puedo cuidarme sola, Aarón. — lo pensó unos segundos antes de asentir para sí mismo y finalmente solamente.

Me giré para ver a Mike y sonreír.

— ¿Vamos? — asentí y ambos seguimos nuestro camino.

AARÓN.


Hice todo lo posible para seguirlos con la mirada pero desafortunadamente los perdí cuando subieron las escaleras.

No me sentía cómodo viendo como Hanna se iba sola con Mike y no sé porqué pues soy consciente de que ella se puede defender sola pero tengo el presentimiento de que la cosas no saldrán bien.

Lo que más me confundía de todo es ¿Por qué aceptó irse con él? ¿Le querrá hacer una broma? Como fuera, la idea no me gustaba.

🌼🏈🌼

HANNA

Como era de esperance Mike me llevó a su habitación. Al entrar me sorprendí baste pues ésta era baste conservadora y organizada para un chico  de 15 años.

Mike se sentó en su cama mientras yo comenzaba a analizar todo.

— Tienes muchos trofeos,— dije al llegar a un lado de su escritorio.

— Supongo.— le restó importancia.

Finalmente cuando terminé fui a su escritorio que estaba frente a la cama y me senté en la silla para encararlo.

Nos miramos fijamente sin decir palabra alguna, momento que aproveché para analizarlo. Sus ojos eran color miel y el echo de que su cabello fuera negro solo los resaltaba más, su mandíbula era algo cuadrada y su nariz recta, parecía una escultura de Miguel Ángel.

— ¿Qué tanto me ves? — me preguntó con una sonrisa en los labios.

— Esa pregunta la puedo hacer yo también. — rió.

— Bueno, para mí es fácil, estoy viendo lo hermosa que eres. — podía sentir que mi cara se calentaba, pero traté de calmarme porque no quería darle el gusto de hacerme sonrojar.

— Gracias. — me puse de pie y caminé hacia el balcón, abrí la puerta y salí. Desde ahí se podía ver el jardín trasero lleno de chicos alrededor de la piscina.

— ¿Y qué? ¿Tú no me vas a responder? — se reunió conmigo e imitó mi acción de recargarse en el barandal.

— No porque apuesto a que ya te lo han dicho. — no lo miré pero sabía que sonreía.

— Okay. — no  siguió.— Eso me gusta de ti, no eres como las otras chicas, las demás estarían comiendo de la palma de mi mano y tú no. — sonreí y lo miré.

— ¿Así que te gusto? — dije lo más calmada que pude.

— Sí.— se encogió de hombros.— y sé que yo también te gusto.—comenzó a acercarse pero yo en ningún momento aparte la mirada.

— ¿Cómo estás seguro? — se detuvo hasta que nuestras narices estaban rosando.

— Por tres razones: uno, viniste a la fiesta. Dos, aceptaste seguirme. Y tres, no te has alejado. — sonreí.

Él tenía razón, me gustaba, me gustaba desde el día que lo vi jugando football en el primer partido de Aarón al que fui en febrero. Me gustó porque vi como defendió a la mascota de la escuela luego de que el equipo contrario lo quería golpear.

Desde ese día llamó mi atención y desde ese entonces me gustó pero sabía que podía solo lanzarme como las demás porque de lo contrario me ignoraría, así que seguí como si nada y al parecer eso dio resultado, después de todo la chica bromista llamaba la atención de cualquiera.

— Bueno, tienes razón. — él sonrío.— ¿Y ahora qué?

— Bueno, podríamos hacer esto. — y finalmente terminó con la distancia que existía entre nosotros besando mis labios. No me aparte, todo lo contrario, le correspondí.

Sabía que no lo demostraba pero realmente me sentía nerviosa y muy emocionada pues mi primer beso estaba siendo con Mike, el primer chico del que me he enamorado.


🌼🏈🌼

AARÓN

Cuando los perdí de vista tomé la decisión de dejar eso de mi mente, ella estaría bien.

Fui a la cocina para tomar una bebida; creo que no hace falta explicar lo difícil que fue llegar ahí por la cantidad de chicos que había en la pista de baile. El proceso fue complicado porque la mayoría de las bebidas era alcohólicas y sinceramente me sentía algo chico todavía para tomar eso así que al final me decidí por agua del grifo con hielo.

— Estás en una fiesta con alcohol ¿Y eso se te ocurre tomar?— al principio no supe quién me estaba hablando pero al verla claro que la conocida, era  Amber, la chica que se molestó con Hanna hace unos días.

Me sorprendía que me estuviera hablando pues jamás habíamos cruzado palabra. Llevaba puesto un disfraz de la mujer maravilla. Su piel seguía algo rosada pero la oscuridad lograba disimularlo.

— No tomo alcohol. — fue lo único que dije antes de darle un sorbo a mi vaso.

— Aarón ¿verdad? — asentí. — tu maquillaje es increíble, no te reconocería si no fuera porque te vi entrar con Hanna Parker y sé son muy unidos.

— Algo.

— MMM… algo… — me cuestionó.— ¿Y solo por ese “algo” la has estado ayudando a esconder todas las evidencias de sus bromas? — lo dijo con tanta seguridad y calma que no pude evitar sentir escalofríos.

Me sentí nervioso pero rápidamente se me pasó.

— No tengo idea de que estás hablando. — su mirada se endureció.

— ¡Oh! ¡Vamos! No soy tonta, sé que Hanna puede ser muy buena con sus bromas pero es muy descuidada, tú eres su único amigo por lo tanto tú eres quien borra las pruebas. Estoy segura.

— Bueno, seguí con tu seguridad pero eso no te llevará a ningún lado. — di media vuelta y caminé hasta el patio trasero con la intención de librarme de esa loca pero terminó siguiéndome.

— ¿Por qué la cuidas tanto? ¿Sí sabes que jamás te hará caso? Ella siempre te verá como amigo porque está enamorada de Mike Fisher.

Me giré para encararla.

— ¿Estás insinuando que me gusta Hanna? — se encogió de hombros.

— No encuentro otro motivo por el cual arriesgues el ser expulsado. — me molesté.

— Mira, primero, yo no oculto nada de “pruebas”. Segundo, Hanna no me gusta, somos amigos desde los 3 años y tercero, a ella no le gusta Mike. — cuando dije eso último ella miro algo sobre mí antes de sonreír y volver a hablar.

— ¿Seguro? — con su dedo apuntó algo atrás de mí.

Confundido di media vuelta y levantar la mirada me encontré algo que nunca imaginé, en un balcón, Hanna y Mike se estaban besando.

Ver eso me hizo sentir un hueco en el estómago, cerré los puños mientras apretaba mi mandíbula, no sabía por qué, no entendía porque me encontraba de esa manera hasta que sentí como mis ojos se comenzaban a hacer llorosos.

Ahora entendía porque me molestaba que Mike le coqueteara a Hanna y porque hace unas horas en mi casa su cercanía me había puesto nervioso…. Porque ya no veía a Hanna solo como una amiga, ella me gusta y ni siquiera me di cuenta en que momento ocurrió. Pero ahora era tarde y aunque no lo fuera Amber tenía razón, Hanna siempre me vería como su amigo.

— Bueno, puede que tengas razón en eso, pero en lo demás no. Hanna y yo solo somos amigos. — fue lo último que le dije a Amber antes de marcharme.

Caminé hasta la salida de la casa, con esas imágenes todavía en mi cabeza. Las lagrimas ya no estaban en mis ojos, sino en mis mejillas. Con eso entendí otra cosa, Hanna era mi primer amor y también mi primer corazón roto.

__________________________

Hola!!!!

Tardé un poquito más de lo que tenía planeado pero como verán el capitulo era algo largo y quedó tal y como quería! 🤗

¿Qué tal les pareció? Yo no sé como sentirme por el pobre de Aarón. ☹

Espero que a pesar de todo les haya gustado!

Los amo mucho!! Como siempre gracias por el apoyo y nos seguimos leyendo!!!! 😊😊

Instagram: bsr.pau

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