Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

*Capítulo 27 (Parte 3): Infiltrados.

AARÓN

—Y es exactamente por eso que esta es la mejor opción. — y como ya era de esperarse Hanna hizo lo que tenía en mente en lugar de escucharme, como ya era de costumbre.

Se acercó al muro de plantas que tenía la casa a un costado. Teníamos uno en casa muy parecido y exactamente por eso yo sabía que eran engañosos, puede que sean resistentes... pero también puede que no. En verdad esperaba que este último no fuera el caso.

—Con cuidado.

Hanna se sostuvo con fuerza antes de impulsase para subir sus pies. La única razón por la que dejé que subiera fue porque, uno, sabía que lo terminaría haciendo de todas maneras, y dos, ella era más pequeña entonces sería menos probable que las ramas se rompieran con su peso.

 Dos veces más repitió la acción con desconfianza pero luego comenzó trepar con más agilidad, no supe si eso era bueno o malo pues el muro parecía ser resistente.

— Vas bien. — Hanna ya estaba a la mitad del camino, se podría decir que a más de 2 metros del suelo. Al verla tan alto el miedo comenzó a apoderarse de mí, así que terminé dejando la mochila a un lado para acercarme y quedar justo debajo de ella, y que así, si llegara a caer, pudiera atraparla.

Y qué bueno que lo hice, porque solo segundos después, cuando Hanna estaba preparándose para subir el siguiente pie, el muro no resistió más y terminó por romperse.

Todo pasó muy rápido, Hanna comenzó a caer, extendí mis brazos mientras trataba de calcular donde es que caería, pero justo cuando supe llegué un poco tarde, haciendo que cuando el peso de Hanna y la fuerza de la caída me ganarán al no estar lo suficientemente preparado para el impacto. Obviamente, como resultado de todo esto, ambos terminamos en el piso.

—¡CARAJO! — nos quejamos una vez que nuestros cuerpos chocaron con el piso.
Me quedé aturdido solo unos segundos, pero cuando fui capaz de procesar toda la situación miré a Hanna en busca de cualquier indicio de que estaba bien. Así lo parecía, solo algo adolorida. Estaba a punto de preguntarle si se había hecho algún daño pero en eso alguien se nos unió.

—¿¡Qué están haciendo!? — Y puedo decir por mi parte que el escuchar una voz más fue el remedió perfecto para que el dolor del golpe desapareciera, porque en menos de dos segundos ya me encontraba de pie mirando al extraño para enfrentarlo.

El extraño resultó ser una chica, tenía el cabello castaño...y era lo mejor que podría describir aspectos físicos de ella pues su máscara no deja ver por completo su rostro. Llevaba puesto un vestido color plata ceñido al cuerpo... por alguna razón ese vestido me resulto familiar pero no tuve tiempo de indagar más sobre eso porque debíamos actuar antes de nos delatara.

A pesar de que tenía la máscara podía notar que estaba a la defensiva por como me miraba, era un hecho que nos delataría si la dejábamos ir. Pero esa mirada a los pocos segundos desapareció, específicamente cuando Hanna logró recobrar la compostara para ponerse junto a mí como apoyo... me apareció extraño por lo que la miré de reojo, fue entonces que noté que Hanna ya no tenía el antifaz.

— La máscara...— dije apenas en un susurro, pero fue lo suficiente para que Hanna se llevara una mano al rostro solo para comprobar que lo que le deje era cierto. Acabamos de romper la regla más importante. 

Pero por desgracia las cosas no terminaron aquí.

— ¿Hanna? — por un momento creí que esa voz aguada había salido de mí sin darme cuenta, y al parecer Hanna igual porque me miró sorprendida pero cuando comprobamos que ninguno de nosotros había sido dimos por hecho que estábamos jodidos.

Hanna entró en modo Hanna, mirando con detalle a la chica que la había llamado por su nombre, y mierda... amaba cuando se podía así.

— ¿Te conozco? — la chica rio antes de pasar sus manos a la parte trasera de la nuca.

— Cierto, había olvidado que tenía esto. — Logró quitarse la máscara y en cuanto vimos su rostro toda tención se fue, podemos respirar de nuevo con normalidad.

— ¡Emma casi haces que me de un infarto! — Hanna se llevó las manos la cara antes de acercarse a su amiga para abrazarla.

— No lo creo, parecía que me ibas a golpear.

— Oh, claro sí. Te iba a golpear y luego me iba a dar el infarto. — Emma la miró asustada antes de mirarme.

— Hola, Aarón. — fruncí el ceño ¿Cómo sabía que era yo si no me había quitado la máscara?

— ¿Cómo...?

— Siempre estás con Hanna cuando hace bromas, es obvio que eres tú. — no supe si tomar eso como bueno o malo, así que lo tomé como un simple comentario. — Y a juzgar que estabas trepando esa cosa supongo estoy en lo correcto. — Hanna sonrió.

— Me conoces muy bien. —la volvió a abrazar, cuando se alejó la miró de arriba abajo. —¿Por qué tiene el cabello pintado de castaño? Y...— la volvió a mirar, prestando ahora más atención en el vestido. —¿Ese vestido es mío?

— Sí... — Hanna se cruzó de brazos. Ahora recordé donde había visto ese vestido, Hanna lo usó en la cena de navidad del año pasado, lo recuerdo porque se le vía muy bien, no pude dejar de verla toda la noche.

— Tendrás que explicarme que está pasando porque yo creía haber dejado en casa a una pelirroja y muy desaliñada Emma.

— Sí... es una larga historia... — Al parecer Emma estaba dispuesta a contarle toda y Hanna a escucharla y es por eso que decidí interrumpir.

— Perdón que las moleste, pero no tenemos tiempo, tenemos que dejar eso allá arriba. Y para eso tenemos que idear otra forma de entrar. — Hanna volvió a concentrarse.

Enfocó toda inatención en analizar  la ventana pero a los pocos segundos su mirada calló.  Eso no era buena señal.

— Estoy en blanco, llevamos 4 horas aquí y esto fue lo único que se me ocurrió con tanta seguridad. De hecho ni siquiera tenemos tanto tiempo, en cualquier momento podría aparecer alguien. — soltó un suspiró largo.— creo que ya deberíamos dejarlo así...

— ¡Dejar el plan no es opción! — afirmé.

— ¿Y qué sugieres? — me retó. Obviamente no sabía que es lo que haríamos pero lo que sí tenía claro es que Hanna terminaría esta broma. Estaba por decir una sarta de tonterías solo para lograr que no se diera por vencida pero por suerte Emma me interrumpió.

— ¿Necesitan entrar a esa habitación?

— Sí, tenemos...— estaba por darle explicaciones pero me volvió a interrumpir.

— Te detendré ahí porque creo que entre menos sepa mejor.

— ¿Por qué lo dices? — cuestionó Hanna.

— Es complicado y no pregunten cómo pero...— ambos la miramos atentos. — sé cómo pueden entrar.

🌼🌼🌼

40 minutos antes.

— ¿En serio esto va a funcionar, Emma? — dije en un susurro. Ella respondió de la misma manera.

— Tú confía.

Para no hacer la historia larga a Emma se le ocurrió fingir que estaba borracha y es por eso que ahora Hanna y yo la estábamos llevando a una de las habitaciones de arriba para poder "recostarse". Dicha habitación quedaba dos antes de las que era nuestro objetivo.

Una vez que llegamos a la planta alta nos dirigimos por el pasillo como si nos encaminamos a la puerta resguardada por perros y guardias.

Pero justo cuando estábamos por llegar a la habitación que nos había indicado Emma dichos guardias llamaron nuestra atención.

— ¡Hey! — Hanna y yo giramos junto con el débil cuerpo de Emma.

— ¿Sí? — pregunté tranquilo.

— Ustedes no deberían de estar aquí.

— Lo siento, la señorita nos pidió que la trajéramos a su habitación. — ambos guardias nos miraron dudosos.

— Los señores no tienen hijas. — me puse tan nervioso que olvidé por completo la excusa que habíamos creado, pero por  suerte tenía a Hanna.

— ¡No! Porque tienen hijos, hijos que ya tienen edad suficiente para invitar a chicas a estas fiestas. — el otro guardia que había permanecido callado se acercó al otro.

— Creo que es la novia del  joven... — lo dijo de forma discreta pero dado la soledad de los pasillos los pudimos escuchar.

Rápidamente el guardia cuestionador asintió.

— Lo lamento ¿Necesitan ayuda con algo? ¿Con esa mochila o quizá en desplazar a la señorita?

— No, estamos bien. Solo si nos pudieran abrir la puerta, no encontramos la llave.

El guardia sin dudarlo hizo lo que Hanna pidió y nos dejó entrar.

— Cualquier cosa estaremos al pendiente— dicho eso nos dejó solos. Emma rápidamente recobró la compostura.

— Genial, todo salió bien. — no perdió el tiempo para dirigirse a un extremo de la habitación. Esta parecía ser una habitación de huéspedes pues no parecía tener cosas personales.

— ¿Y ahora cómo haremos para ir a la otra habitación? — cuestionó Hanna.— Oye por cierto ¿Cómo sabías que está familia tenía hijos y que uno de ellos tenía una novia la cual estaba en la fiesta?

— Ya te lo dije, es complicado. — Emma tomó una silla que se encontraba enfrente de un tocador para después trasladarla hacia la pared. Una vez ahí se subió y fue entonces cuando vi un ducto de ventilación. No hacía falta que me explicara en plan, ahora lo entendía.

Emma se subió a la silla antes de posar sus manos sobre la rejilla del ducto de ventilación y con mucha facilidad la quitó.

— Ya quedó.— se bajó de la silla con cuido.— solo tienen que pasar 2 rejillas más, la tercera es la del cuarto que buscan. Yo me quedaré aquí. — me sorprendía que Emma supiera todo eso pero no servía de nada preguntar si solo decía "es complicado".

— Gracias Emma.— Hanna le dio un gran abrazo antes de subirse al ducto. Y luego de pasarle la mochila seguí yo.

— ¡Deséanos suerte! — le dije a Emma antes de adentrarme en el ducto.

Por supuesto que el espacio que teníamos para desplazarnos era claustrofóbico. A dudas penas Hanna y yo logramos mover los brazos para desplazarnos, y más con el hecho de desplazar esa pesada mochila. Pero por fortuna el  trayecto fue relativamente corto.

Hanna con facilidad logró abrir la reja con cuidado. El siguiente reto fue bajar con cautela, por suerte Hanna era lo suficientemente ágil para hacer lograr eso y traerme una silla a mí como apoyo porque soy más torpe.

Una vez que le pasé la mochila bajé, con cuido, tratando de controlar cada músculo de mi cuerpo para no hacer nada de ruido. Y cuando ambos estuvimos en el piso ejecutamos la última parte del plan, el intercambio; aparte de huir, claro.

Esa oficina era enorme, se notaba que el dueño era alguien importante, todo al rededor estaba rodeado de estantes con libros viejos. Al fondo se encontraba el escritorio el cual destacaba por la ventana que tenía atrás, esa era la ventana por la que queríamos entrar. Frente al escritorio había una sala de estar, que a simple vista lucia moderna y costosa, sin embargo todo eso no de podía apreciar muy bien porque por todo lados había grandes cajas, las cuales estaban cubiertas por una sábana de satín color azul marino.

Matt le había dicho que cada una de las piezas a subastar estarían en cajas de cristal, pero nunca mencionó que serían al rededor de 30. Revisar cada una podría llevarnos mucho tiempo.

— Ese idiota no me dijo que serían tantas. — se molestó Hanna.

— No entremos en pánico, hay que pensar.

Se suponía que el elemento principal de esta subasta era ese collar, lo que mi primer instinto fue buscar en la caja menos ancha pero alta. La cual se encontraba justo en medio.

Me acerqué a esta, Hanan me seguía mientras revisaba algunas que se encontraban en el camino. Me sentía sentía nervioso, si lo había pensado bien estábamos a solo un par de pasos de salir de aquí.

Al quitar la sábana pude respirar de nuevo, porque había acertado, esa caja de cristal era la que tenía el ostentoso collar de diamantes.

— ¡Eres brillante! — gritó Hanna en susurro, antes de hacer algo que nunca  pensé, me dio un beso en la mejilla.

Ni siquiera tuve tiempo de procesar esa acción como me hubiese gustado porque teníamos prisa.

Hanna tomó la mochila y comenzó a sacar todo. Mientras, yo empecé a abrir la caja.

Una vez listo, saqué el collar con cuido y lo colocaremos adentro de una bolsa de papas fritas que Hanna tenía, según ella si nos revisaban eso no llamaría la atención.

Rápidamente comenzamos a acomodar toda la cocaína en la caja. Y fue en ese momento que nos dimos cuenta de algo.

— Los perros están oliendo. — me dijo Hanan mientras seguimos acomodando.

— Ya se habían tardado.

Se podía escuchar como olfateaban el contorno de la puerta para a los pocos segundos comenzar a ladrar.

— ¡Hay alguien adentro! — los guardias comenzaron a abrir la puerta. Pero para ese momento Hanna y yo ya estamos cerrando la caja y colocando de nuevo la sábana.  A pesar de haber logrado esa parte no fuimos tan rápidos como lograr que no nos descubrieran.

— ¡ALTO! — gritaron los guardián en cuanto nos vieron.

— ¡A la ventana! — obvio no pensé mucho, simplemente hice lo que Hanna dijo. Dentro de todo el caos ni siquiera pensé que no había una escalera. Los guardias al notar nuestras intenciones de huir soltaron a los perros.

Ambos corrimos a la ventana y ahí Hanna me tomó de la mano.

— ¡Al muro! — otra vez, no lo pensé mucho. Solo cuando dijo eso ambos saltamos hacia el muro de plantas que Hanna había intentado trepar. Y que bueno que lo hicimos porque los perros estuvieron a nada atacar.

Con respecto al muro, claro que este no resistió nuestro peso. En cuanto nos aferramos a este las ramas se empezaron a romper y nosotros a caer.

Pero por suerte, el muro hizo que fuéramos cayendo de a poco y al final la caída no fue tan dura como la primera vez.

— ¡Arriba Hanna!— rápido me puse de pie y la ayudé a hacer lo mismo para lo perder mas tiempo.

Salimos corriendo por el mismo pasillo en que entramos, una vez afuera de la casa fuimos consientes todo el caos que habíamos causado porque por todos lados se escuchaban ladridos de perros. Los habían mandado a buscarnos.

Hanna siguió corriendo hasta adentrarse en el bosque que rodeaba la casa. Yo simplemente la seguí.

— Solo espero que aquí los logremos perder.

— Yo solo espero que no nos perdamos.

— La carretera está justo del otro lado. Perdernos, no, llegar vivos quien sabe. — las palabras de Hanna no eran muy reconfortantes pero en momentos como este ¿Quién podría pensar positivo?

Corrimos y corrimos, con la esperanza de en algún momento escuchar nada más que silencio pero no, fue al contrario. Los ladridos se hacían más intensos, estaba seguro que habían mandado a más.

Dejé de respirar por la nariz para empezar hacerlo por la boca, el miedo y el cansancio comenzaron a apoderarse de mi cuerpo. Lo único que hacía que mi cuerpo no desistiera era pensar que si me quedaba atrás Hanna podría correr más peligro si decidía quedarse a mi lado.

A medida que los ladridos se habían más fuertes el miedo de pensar que se encontraban cerca me invadió hasta que ya no lo pude contener.

- ¡POR UN DEMONIO HANNA! ¡TE LO DIJE! ¡TE DIJE QUE ESTO ERA MUY MALA IDEA! - no respondió, pero los perros sí, podría jurar que estaban justo atrás de nosotros. - ¡CARAJO! ¡CARAJO!

- ¡Deja de gritar! ¡Con ese escándalo jamás los vamos a perder! -  Hanna era bastante ingenua si de verdad creía eso, y el idiota en que me convertía cuando entraba en pánico se lo hizo saber.

- ¡ESO NUNCA VA A PASAR! ¡SON PERROS! ¡PODRIAMOS ESTAR A 1KM Y AÚN ASÍ SEGUIRAN EL RASTRO!

- ¡MIERDA! -

- ¡PERO TE LO DIJE...!

- ¡DEJA DE REGAÑARME! ¡ESO NO ARREGLARÁ NADA!

- ¡NO...! - estaba listo para comenzar a discutir a pesar de la situación, y ojalá no lo hubiese hecho porque al distraerme y en medio de tantos obstáculos no me fijé que por donde estábamos corriendo estaba resbalosos por varios charcos de lodo que había. Esta distracción solo hizo que me resbalara con uno de estos y cayera el piso. 

Hanna ni tiempo me dio de quejarme porque rápido se acercó a ayudarme.

- ¡ARRIBA AARÓN! - me tendió su mano, pero como dije, yo estaba en pánico, en mi modo idiota. Más aún cuando estaba pasando lo que tanto me temía, que Hanna se detuviera por mi culpa. Fue por eso que hice a un lado su mano, yo quería que se fuera. 

- ¡No! ¡Corre Hanna! ¡Sálvate! - lo decía en serio pero salió mi parte bromista en medio del pánico.

- ¡NO SEAS RIDÍCULO Y PONTE DE PIE! - Hanna no me dio tiempo de protestar y me puso de pie, pero casi de un mediato estuve a punto de caer cuando me soltó, fui ahí cuando me di cuenta que me había lastimado el tobillo ¡POR UN DEMONIO! ¡SALTÉ DE UNA VENTANA Y NO ME PASÓ NADA! 

- ¡¿Te lastimaste?! - no quería decirle que sí e intenté hacer mi mejor esfuerzo para hacer como sí nada pasara. Pero no funcionó, a duras penas podía dar un solo paso. 

- Estoy bien.

- ¡Claro que no! -  Hanna comenzó a mirar a todos lados, conocí esa reacción, ahora ella estaba entrando en pánico, algo no muy frecuente y para nada bueno, porque existían dos opciones, o ella encontraba una solución o el pánico el ganaba, y sí este último pasaba ahora yo era quien tenía que calmarse. - ¡Mierda! - y fue esta segunda. 

Rápidamente hice de lado mi miedo, y comencé a pensar en todas las alternativas... las cuales eran pocas. La opción más lógica era que Hanna se fuera, después de todo era la única de los dos que todavía podía correr, mientras tanto yo podría servir de distracción. 

- Hanna, vete... 

- No... - ni siquiera me miró, seguía mirando a todos lados buscando una idea.

- ¡Hanna...! - levanté la voz pero ella me interrumpió.

- ¡Qué no te dejaré! ¡Yo te metí en esto y no te voy a abandonar! 

- ¿¡ENTONCES PREFIERES QUE NOS MATEN A LOS DOS!? ¡POR QUE ESO ES LO ÚNICO QUE VA A PASAR! ¡¿CREES QUE NO ME ASUSTA QUEDARME COMO CARNADA!? ¡PERO SI ESO LOGRA QUE TE PUEDAS SALVAR TÚ NO ME IMPORTA! ¡NO SOPOTARIA PERDERTE! ¡MIERDA! ¡TE AMO TANTO COMO PARA SABER QUE NO SOPOTARIA UNA VIDA SIN TI...! - cuando por fin reaccioné de lo que acaba de decir ya era demasiado tarde, lo había dicho.

Ni siquiera yo mismo era consiente de que mis sentimos a Hanna habían crecido de esa manera... y a decir verdad se sentía tan bien poder decirlo en voz alta. Pero faltaba algo, su respuesta. 

Yo la miraba fijamente pero ella no me correspondía. Su mirada estaba perdida al rededor. Ahí creía que quizá ya lo había arruinado todo. 

- Oye Hanna, no era cierto eso... bueno quizá un poco pero... bueno demasiado pero...Porque desde los 12...

- AARÓN....- me interrumpió, la miré atento esperando una respuesta de mi horrible confesión.  - ¿Confías en mí?

- Sí. - afirmé.

- Entonces quítate la ropa.- no supe que decir, de todas sus reacciones esa nunca la esperé, porque no era el lugar ni el momento. 

- ¿QUÉ? 

- ¡Que te quites la ropa! ¡Rápido! - iba a discutir, pero en eso Hanna comenzó a quitarse la suya. Yo me quedé paralizado, no entendía que carajos estaba pasando ¿Cómo habías llegado a esto? - ¡RÁPIDO AARÓN! 

Dejé de hacerme tantas preguntas y simplemente la obedecía pues ella parecía muy segura. 

Cuando ya solo me faltaban mis boxes Hanna me detuvo. 

- Con eso está bien. - Hanna había hecho mi mismo, solo tenía puesto su ropa interior y se había colocado el collar de diamantes. Después de ese vistazo debía mirar a otro lado, no quería parecer un pervertido. 

Tomó nuestra ropa y acto seguido comenzó a lanzarla arriba de los árboles. 

- ¡¿QUÉ HACES?! 

- ¡TÚ CUBRETÉ DE LODO! 

-¡QUÉ! - En verdad no entendía que estaba pasando. Llegué pensar que era una clase de fetiche extraño. 

- ¡DEJISTE QUE CONFIABAS EN MÍ! - Y era verdad así que hice lo que me pidió. 

Tomé lodo del chaco con el que me había resbalado y comencé a untármelo. A los pocos segundos Hanna empezó a hacer lo mismo. 

Una vez que terminé puede ser consiente de nuevo de los ladridos. Estaban muy cerca, tanto que ya podía escuchar sus pisadas. 

- ¡Vámonos! - Acto seguido Hanna tomó mi brazo y lo puso sobre su hombro.- Apóyate de mí y corre lo más rápido que puedas. El olor de la ropa los va a distraer... o eso espero. 

Ahí entendí todo, Hanna ni siquiera me había escuchado, mientras yo estaba hablando como loco ella había tenido una idea para salvarnos. Y a decir verdad, eso me alivió. 

Y así lo hicimos, Hanna y yo comenzamos a correr.... o mejor dicho a caminar rápido. 

Para ser sincero, creí que no funcionaria, pero conforme nos alejábamos los ladridos disminuían al igual que las pisadas, el plan había resultado. 

Seguimos caminando, ninguno decía nada, supongo que por el miedo de hacer que los perros nos volvieran a seguir. Al cabo de unos minutos llegamos a la carretera que había dicho Hanna. Bueno, al menos ya no estábamos perdidos... pero sí desnudos. 

- ¿Y ahora qué? - le pregunté. 

-Ah... - justo en ese momento la luz de un auto que pasaba nos encandilo y eso era porque se dirigía a nosotros. 

Hanna me miró asustada, ambos estábamos listos para correr de nuevo pero fue muy tarde el auto ya se había detenido frente a nosotros. 

- Bueno... al menos lo intentamos. - dijo Hanna antes de soltarme y levantar las manos como una delincuente. Yo hice lo mismo. 

Pero nadie bajó del auto, en lugar de eso de eso bajaron la ventanilla del copiloto y así ambos no volvimos a relajar. 

- ¡¿QUÉ CARAJOS LES PASÓ?! ¡CASI NO LOS RECONOZCO!  

- ¡EMMA! - gritamos los dos aliviado mientras bajamos las manos. 

- ¿DONDÉ ESTÁ SU ROPA? 

- Arriba de un árbol. -contestó Hanna con tranquilidad. 

- En verdad tendrás que contarme  que fue lo que pasó. 

- Dalo por hecho. 

- Ahora suban. - Así lo hicimos. 

Una vez adentro Emma siguió por la carretera. 

- ¿De donde sacaste el auto? 

-Es de un amigo. 

- Espero no se moleste que ahora está lleno de lodo. 

- No importa... pero no podré llevarlos a casa, esta muy lejos y debo volver antes de que se dé cuenta...

- ¡¿Robaste su auto?! - Cuestioné.

- ¡No! Le robé las llaves que es muy diferente. - Hanna rio, por mi parte traté de acomodar las cientos de cosas ilegales que acababa de hacer hoy.- ... Volviendo al tema ¿Dónde los dejo? 

Hanna y yo nos quedamos callados, pero 2 segundos después nos miramos. Ya sabíamos la respuesta pues era el lugar más cercano.  

-----------------------------------------------------------------------------------

Hola!!!!

Desde ayer estaba listo el capítulo y se me olvidó por completó publicarlo!!! 🤣🤣

Estoy como loca haciendo tareas de la universidad que ya ni sé dónde tengo la cabeza! 🤣

Bueno! Qué tal les pareció el capítulo?! A dónde creen que vayan Hanna y Aarón? 🤔
Se meterán en problemas de nuevo? O en qué creen que terminaran todo esto?

Déjenme sus teorías.

Bueno, espero les haya gustado el cap y nos leemos pronto!! 🤗🤗

Instagram: bsr.pau

— books-silent-reader.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro