2 años y medio después.

HANNA

- ¡POR UN DEMONIO HANNA! ¡TE LO DIJE! ¡TE DIJE QUE ESTO ERA MUY MALA IDEA! - No respondí porque, uno, tenía razón, me lo había dicho pero como siempre me negué a escucharlo. Dos, había demasiados árboles y ramas y temía que sí me distraía podría caerme o golpearme. Y tres, los perros estaban muy cerca de nosotros. - ¡CARAJO! ¡CARAJO!

- ¡Deja de gritar! ¡Con ese escándalo jamás los vamos a perder! - no paramos de correr, hacer eso era firmar nuestra sentencia.

- ¡ESO NUNCA VA A PASAR! ¡SON PERROS! ¡PODRIAMOS ESTAR A 1KM Y AÚN ASÍ SEGUIRAN EL RASTRO!

- ¡MIERDA! - obvio que lo había pensando, pero el hecho de que Aarón lo dijera en voz alta lo volvía real.

- ¡PERO TE LO DIJE...!

- ¡DEJA DE REGAÑARME! ¡ESO NO ARREGLARÁ NADA! - Los ladridos de los perros cada vez se escuchan más cercanos.

- ¡NO...! - el grito de Aarón se interrumpió de repente pero en seguía se hizo presente un golpe seco. Se había caído.

Sin pensarlo me detuve y giré para verlo.

- ¡ARRIBA AARÓN! - me acerqué para ayudarlo, le tendí mi mano pero la hizo a un lado.

- ¡No! ¡Corre Hanna! ¡Sálvate!

- ¡NO SEAS RIDÍCULO Y PONTE DE PIE! - ni siquiera me esperé a que lo hiciera, estaba tan abrumada por la situación que yo misma me acerqué y lo puse de pie. Pero justo cuando lo iba a soltar para que siguiéramos corriendo noté que recargó más su peso sobre mí... carajo, no podía caminar bien.

- ¡¿Te lastimaste?! - Aarón trató de aparentar que todo estaba en orden, pero la mueca que hizo cuando se apoyó por completo sobre su pie derecho lo delató.

- Estoy bien.

- ¡Claro que no! - Comencé a mirar hacia todos lados, buscando algo o alguien que nos pueda ayudar... pero fui inútil, no había nada más que árboles. - ¡Mierda! - los ladridos se hicieron más fuertes, en cualquier momento nos encontrarían.

- Hanna, vete... - Dijo Aarón con tranquilidad, podía notar que su mirada de decisión estaba sobre mí... y eso no era bueno.

- No... - Traté de evitar mirarlo a los ojos mientras seguía buscando una salvación.

- ¡Hanna...!

- ¡Qué no te dejaré! ¡Yo te metí en esto y no te voy a abandonar! -

- ¿¡ENTONCES PREFIERES QUE NOS MATEN A LOS DOS... !?- Aarón siguió hablando pero dejé de escuchar.

Sus gritos y los ladridos de los perros comenzaron a escucharse como una música de fondo mientras analizaba todo a mi alrededor.

Había un charco de lodo, fue la razón por la que Aarón cayó.

Lo único que teníamos a nuestro alrededor eran árboles bastantes altos como para poderlos trepar.

Y no importaba que tan rápido corriéramos, los perros seguirían el olor.

Comencé procesar esos tres factores... y supe como lograríamos salir vivos.

- AARÓN....- Lo interrumpí. Él al ver mi seriedad dejó de sermonearme para prestar atención. - ¿Confías en mí?

- Sí. - no dudó.

- Entonces quítate la ropa.

🌼🌼🌼

12 horas antes.

- ¡CARAJO! - estuve apunto de perder el equilibrio y caer con los 10 libros que me había encargado Emma de la biblioteca, si es que a estos monstruos de 1000 hojas se les podía llamar libros.

La única razón por la cual accedí a hacerle este favor es porque no ha estado muy bien, se la ha pasado con cama y aduras penas se levanta para ir a la cocina. Y eso es mucho que decir, Emma ama comer. Pero no la juzgaba, cuando uno tiene mal de amores supongo que es normal... o eso me han enseñado las películas... y también la última y primera relación formal de Aarón hace años.

Emma nunca me a contado nada sobre el chico que le ha roto el corazón pero estoy segura que es un grandísimo idiota. Y si sé de su amorío es por los chupetones que le deja el imbécil en el cuello.

Una vez que llegué al departamento las cosas se complicaron aún más, pues no sabía como haría para abrir la maldita puerta. La primero que se me vino a la mente fue darle dos patadas.

- ¡EY, EMMA! ¡SAL DE TU INVERNACIÓN SI QUIERES TUS LIBROS! - creí que eso tardaría más pero en menos de 5 segundos una versión desaliñada y olorosa de Emma abrió la puerta. - Vaya, eso fue rápidos.

Emma no me dijo nada, solo tomó la mitad de los libros para llevarlos al sofá. Hice lo mismo con el resto.

- ¿Y para qué quieres todos esos libro? Nunca había visto que estudiara tanto... - poco a poco mi voz se fue apagando cuando noté que la mesa de la sala estaba rota, ya no tenía una de sus patas. - ¿Qué le pasó a la mesa?

- La rompí. - fue todo lo que dijo antes de sentarse en el piso, con las piernas cruzadas justo enfrente de la esquina de la mesa que no tenía pata.

Posteriormente tomó algunos libros para apilarlos... vaya sorpresa me llevé cuando descubrí que la única razón por la cual quiera esos libros era para usarlos como la nueva pata de la mesa.

Solo terminó usando 6 de los 10 que había traído, y unas vez que terminó se puso de pie y como si nada hubiese pasado caminó a su habitación.

- ¿¡Eso fue todo!? ¿¡Solo por eso casi me rompo la espalda!? ¡Pudimos haber comprado una nueva! - y sin siquiera voltearme a ver respondió.

- Sabes que no tengo dinero, quien habría comprado la mesa eres tú, y sinceramente ya me harté de depender de otros. Gracias por traer los libros....- abrió la puerta de su habitación para adentrarse pero antes de cerrarla volvió a hablar. - Tu jefe ese te está esperando en tu habitación. - y con eso cerró.

Vaya... nunca ha había visto a Emma de esa manera, ella siempre está alegre... quería hablar con ella sobre lo que estaba pensando... pero recordé lo segundo que me dijo.... ¿Qué hacía Matt aquí?

Y antes de que pudiera acercarme a la puerta de mi cuarto para enfrentarlo este salió.

- Tu habitación es tal y como la imaginé, todo un caos.

- ¿Qué haces aquí? - lo analicé rápidamente, pero no había nada nuevo, solo una mochila negra que colgaba de si brazo.

- Tengo un trabajo para ti...

- ¿No podías llamarme o mandar a William como siempre? - me cruce de brazos molesta, la verdad no me gustaba que estuviera aquí.

- Ese se ha portado como un marica últimamente... además esto es más secreto. - fruncí el ceño confundida.

- ¿Cómo que secreto? - sonrió de oreja a oreja y de inmediato un escalofrío me cruzó la espalda.

- Tengo un nuevo cliente muy importante... y solicitó una de tus bromas...

- ¿Y eso que tiene de especial? -sonrió más.

- Digamos que este cliente no está involucrado con la universidad... esta más en el sector político...

- ¡Alto! - me miró molesto.- sé que llevo tiempo trabajando para ti pero la única razón por la que lo hago es porque todo se queda en el campus. Si estás pensando en llevar más allá las bromas estoy fuera. - soltó una carcajada.

- Pero cariño, yo nunca te pregunté si lo querías hacer.... - la mochila que tenía sobre su hombro la arrojó en el sofá, la miré con desconfianza.

- ¿Qué hay ahí?

- Lo que necesitas. - comenzó a caminar a la salida.

- ¿Y si no lo hago? - se encogió de hombros y al igual que Emma, me respondió sin siquiera mirarme.

- Creo que eso ya lo sabes. Sino puedes hacer esto quiere decir que ya no me sirves. - dicho eso se marchó.

Mierda... justo cuando pienso que las cosas van bien algo nuevo aparece.

Puede que Matt me haya dicho que esto era secreto pero yo sabía que para lograr esto, fuera lo que fuera, necesitaba de Aarón.

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Hola!!!

Sé que es Domingo y normalmente estos días yo no subo nuevo capítulo pero ya llevo 3 semanas desaparecida y pues ya se los debía. 😬

Lamento la tardanza, estuve en exámenes y esta semana no sé porque no me estaba fluyendo la historia, me sentaba lista comenzar a escribir pero no salía nada. 😔 es por eso que salió corto este capítulo.
Ahora creo que ya tengo claro lo que va a pasar pero haber que sale. 😬😬

Que les pareció lo que le pidió Hanna a Aarón? 😏😏 ¿Qué creen que pase? Los leo!!

Mil gracias por sus comentarios y su apoyo a la historia!! Jamás me cansaré de agradecérselos!! Gracias!!

Nos leemos pronto!!

Instagram: bsr.pau

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