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*Capítulo 18 (Parte 3): Bola de Nieve.

AARÓN

En menos de 10 minutos logré hacer un recorrido de 40 a una casa que estaba patas arriba y al igual que en el bar en que estaba solo había chicos que parecían ser mayores que yo. El auto lo terminé dejando en un lugar más alejado de lo que pensé porque en esta zona al aparecer no era la única fiesta de este estilo, además no quería perder el tiempo en algo tan innecesario como el estacionamiento.

Una vez frente a la casa olvidé por completo llamar a Jess, lo único que quería era encontrar ese maldito que estaba molestándola. Al entrar en la casa todo era parecido al bar de donde venía, la única diferencia ahora era yo, pues ya no me intimida la situación y eso lo podían confirmar todas las personas que empujaba por interponerse en mi camino. Una vez que logré llegar a la escalera me apresuré a subirla pero al estar en el segunda planta no pude encontrar a ningún ebrio gritándole a un puerta, muchas personas me miraban extrañabas, supongo que fue porque se notaba que buscaba algo y no hasta llegué a la tercera planta que lo encontré. Y fue fácil pues de los tres pisos de la casa solo había una puerta siendo pateada por un borracho.

— ¡Abre la puerta maldita zorra! — y otra patada más, las personas alrededor lo miraban mal pero no hacían nada, y fue justo ese comentario que hizo que perdiera la cabeza.

— ¡Ey! — el dicho me miró. — ¡No la vuelvas a llamar así! — Se burló.

— ¡¿Y tú quién...?! — no le di tiempo de terminar su oración porque le di un golpe en la mandíbula que lo tiró al piso. No supe si se desmayó o estaba muerto, solo sabía que no se movía pero eso no me detuvo, seguí dándole patadas en el estómago hasta que unos chicos me apartaron, mientras lo golpeaba lo único que escuchaba era la palabra "zorra" pero una vez que me alejaron de él las voces de los que veían se hicieron presentes.

— ¡Estás loco!

— ¡LO VAS A MATAR!

— ¡Hermano ya cálmate! — dijo uno de los que me sostenía, molesto me dirigí a él.

— ¡¿CALMARME?! ¡Ese idiota estaba molestado a mi hermana! ¡Tiene suerte de estar vivo! — Nadie dijo nada, supongo porque nadie sabía si eso era verdad, una chica se apresuró a tomarle el pulso, aproveché la distracción para zafarme de su agarre y tocar la puerta.

— ¡JESS! ¡SOY AARÓN! — enseguida un fuerte golpe se escuchó antes de que la puerta se abriera y Jess se me lanzara encima para abrasarme, por supuesto que le correspondí.

— Gracias por venir. — su voz sonaba entre cortada.

— Vámonos. — tomé la mano de Jess para finalmente marcharnos. No supe si el chico si quiera respiraba todavía pero la verdad eso no me importaba, un idiota menos en este mundo lleno de gente de mierda, después de todo nadie fue lo suficientemente empático para ayudar a Jess.

Una vez afuera de la casa supuse que el borracho estaba vivo porque de lo contrario no nos habrían dejado salir de la casa. Comenzamos a caminar a donde estaba el auto y una vez que vi a Jess un poco más tranquila hablé.

— ¿Estás bien? — ella asintió algo aturdida todavía.

— Sí...

— Bien... realmente estoy molesto por todo esto más porque no avisaste donde estarías pero creo que no es momento, lo hablaremos mañana. — Jess me miró sorprendida.

— Le dije a Hanna que estaría aquí ¿no te dijo? — y ese momento se me vino el mundo encima pues lo acababa de recordar, la había dejado en un bar, sola y completamente borracha.

— ¡Mierda! — rápidamente saqué mi celular.

— ¿Qué pasa?

— Nada. — no quería preocupar a Jess así que le di las llaves del auto. — toma las llaves y ve al auto, yo te sigo.

Jess hizo lo que le pedí mientras yo la seguí con el teléfono en la oreja en lo que llamaba a Hanna. Creí que no me contestaría pero al 5 tono contestó.

— ¿Aarón?

— ¡Hanna! ¿Dónde estás?

— En el bar... ¿¡OYE!? ¡Ya me quiero ir!

— ¡Creí que no querías...! — mi tono fue bromita pero Hanna se alteró un poco.

— ¡Sí, pero el amigo de Ann se está portando raro! ¡Dice que le debo mi diversión...!— Eso me alertó.

— ¿De qué hablas Hanna?

— Es que no entiendo... ¡OYE SABIAS QUE ÉL ES ROBERT COLLINS! ¡EL DUEÑO DEL BAR! ¡QUE DIVERRIDO! ¡¿NO?!

— Hanna no te muevas del bar, voy para allá.

— ¡ESO ES GRACIOSO POR QUE NO PUEDO! ¡COLLINS ME DIJÓ ENCERRADA EN SU OFICIAN!

— ¿Dónde está esa oficina Hanna?

— ¿EN LA SEGUNDA PLANTA? — dicho eso corté la llamada y comencé a apresurar el paso, no supe cómo me sentía, solo sabía que si le pasaba algo a Hanna sería mi culpa y todas esas emociones solo empeoraron cuando de la nada un nuevo borracho en medio de la calle chocó con Jess.

Ella se quejó y este luego de verla por unos segundos le dijo algo que no lo logré entender y en realidad no me importaba porque la verdad con todo lo que había pasado estaba más que harto de cualquier imbécil, especialmente de los borrachos; y es por eso que cuando menos lo pensé ya le había dado un golpe en la cara al tipo haciendo que cayera al piso.

—— ¡ALÉJATE DE MI HERMANA, IDIOTA! — Jess miró la escena sin poder creer lo que pasaba.

— ¡Aarón pero él no estaba haciendo nada malo...! — no dejé que continua con su regaño porque la tomé del brazo para alejarnos de ahí.

— Vamos, Jess.— ¿Estaba vivo? ¿Muerto? No lo sé y la verdad no me importaba, lo único que quería en ese momento era encontrar a Hanna.

Una vez en el auto mi intento de mantener a Jess fuera de toda esta situación resultó en vano porque cuando vio a la velocidad que conducía supo que algo no estaba bien.

— ¡Aarón, para! ¡Nos vamos a estrellar!

— ¡Lo siento pero no puedo detenerme!

— ¿¡Qué está pasando!? ¡Y no me digas que nada porque no lo creo! — en verdad no quería decirle porque sabía que se preocuparía, pero si lo pensaba bien yo solo no podría hacer nada contra Collins, menos cuando es dueño del lugar y tiene a varios matones ahí. Así que finalmente me rendí.

— Hanna está en problemas... — Jess me miró atenta porque sabía que para que yo dijera eso es porque la cosa era seria.— fuimos a un bar, se puso muy borracha... en un punto la perdí y antes de irme no la pude encontrar... y ahora el dueño de bar la tiene en cerrada en su oficina con sepa que intenciones. — Jess parpadeo varias veces antes de reaccionar.

— Pero sí es el dueño del bar no hay mucho que podamos hacer...

— Ya lo sé... — eso solo me desanimada más.

— ¿Cuál es su nombre?

— Robert Collins — Jess tecleó en su teléfono pero no dijo nada, la miré de reojo y ver su cara solo me preocupó más.

— Jess ¿Todo bien?

— No... — me miró preocupada.—Hanna está en serios problemas.— no me dio más explicaciones pero para que ella se pusiera así es que era algo grave, en eso llamó a alguien.

— ¿Llamas a la policía?

— No, alguien que sí o sí podrá hacer algo. — la miré confundido. — A papá.

Quería decirle que cortara la llamada, que hacer eso nos metería en problemas, pero no lo hice porque sabía que Jess tenía razón, y lo único que importaba ahora era que Hanna saliera sana y salva de ese lugar. Jess al no escuchar respuesta siguió.

— O podemos intentarlo nosotros...

— ¡No! Llama a papá.— me miró sorprendida. — Prefiero enfrentar a papá antes de que algo malo le pase a Hanna.

🌼🏈🌼

HANNA

Cuando Aarón cortó la llamaba intenté volver a guardar mi celular en mi chaqueta cosa que se logró luego de como 8 o 12 intentos... o quizás fueron 3... la verdad no sé, todo me daba vueltas al punto que no sabía que estaba pasando en realidad, esperando por el hecho de que estaba encerrada en este lugar.

Había intentado forzar la cerradura pero mis manos no coordinaban y cualquier cosas que utilizaba para ayudarme se me resbala de las manos. La verdad el lugar no estaba tan mal, había un sofá, un escritorio y un televisor, además de que el lugar era bastante silencioso pero a pesar de todo eso yo quería salir de aquí porque sabía que algo no estaba bien, aunque no sabía que era...

Luego de que yo hullera de Aarón, la verdad ya ni recuerdo porque pasó eso, me encontré con el amigo de Ann, quien resultó ser Robert Collins, se ofreció a esconderme de Aarón aquí adentro, claro que yo acepté porque sabía que Aarón nunca me encontraría aquí, pero la cosas se comenzó a tornar oscura cuando dijo algo de que "Usaste mi nombre para entrar" "Ahora me pagaras el favor" "Por mí te estas divirtiendo" y más comentarios de ese estilo fue los que dijo mientras me traía aquí donde finalmente me dejó encerrada.

La cabeza me daba vueltas y los ojos comenzaban a pesarme, lo único que me mantenía enfocada era la alarmante situación en la que me encontraba. Yo estaba acostada en el sofá, esperando a Aarón quien era la única personas además de Collins que sabía mi ubicación pero en ese momento la puerta se abrió, mi corazón dio un salto al ver dos siluetas pues creí que se trataba de Collins y Aarón.

— ¡AARÓN! — como pude me puse de pie y abrace al más pequeño de las siluetas pero al hacer esto un olor a perfume de abuelo me invadió.— ¡Hey, tú no eres Aarón! — me hice para atrás y fue entonces que pude ver que aquella persona era un desconocido de como 50 años.

— Yo seré quien tú quieras, preciosa. — el tipo acercó su mano para acariciarme la cara la cual alejé de un manotazo débil. — Vaya, tiene carácter, es más satisfactorio cuando son así, y más cuando son lindas. — el anciano me miró de arriba a abajo de una forma tan grotesca que no sabía si quiera vomitar por eso o por todo el tequila en mi sistema.

— Espero que la disfrute, avíseme cuando termine, tengo más clientes esperando. — en cuanto Collins dijo eso todo en mi mente cobró sentido, él no ayudó, me había vendido a este sujeto y a sabe cuántos más mientras me tenía encerrada.

Quería golpearlo, quería ir tras él y cortarle los testículos pero no pasó, lo más lejos que llegué fue la puerta que cerró justo en mi cara.

— ¡IDIOTA! — grité mientras la voz se me rompía porque ahora sabía lo que me esperaba, lo único que podía hacer ahora era tratar de alejar a ese hombre lo más que pudiera pero considerando mi estado... sabía que esa opción no duraría mucho. Mi estado fuera otra sabía que no sería difícil noquearlo o romperle la muñeca pero la Hanna que soy justo ahora es vulnerable.

Yo le daba la espalda al hombre, realmente me daba miedo girarme porque acaba de escuchar cómo se abría el cierre el pantalón.

— Desnúdate.— yo seguía sin girarme pero sabía que estaba justo atrás de mí porque sentí su respiración en mi cuello. — ¡QUITATE LA ROPA! — me gritó pero yo simplemente cerré los ojos por la sorpresa, pero seguía sin obedecerlo.

— Eso nunca va a pasar. — se rio.

—Pagué mucho dinero por ti. — en eso me tomó del brazo con demasiado fuerza antes de lanzarme al sofá. — ¡Haz lo que te dije!

— ¡NO! — me puse de pie y como pude corrí al escritorio para tomar la lámpara que estaba ahí, mi idea era golpear al hombre con eso pero claro que gracias a mi estado eso no sucedió.

El hombre fue más rápido y logró alcanzarme para acorralarme en el escritorio. Yo quedé boca abajo en el mesa, mi cara estaba estrellada contra ésta porque él me toma por el cuello con una de sus manos mientras con la otra retenía mis muñecas atrás de mi espalda. Mi trasero que quedaba expuesto y él lo aprovechó para frotarse sobre la tela de mi pantalón.

— Lo que nos espera preciosa. — dijo mientras recargaba su peso en mí para tratar de bajarme el pantalón. Yo en un acto de desesperación comencé a patalear, aunque era inútil por mis golpes débiles y poco precisos.

— ¡SUÉLTEME! ¡SUÉLTEME! — forcejee un par de veces más, el tipo al ver mi resistencia me tomó del cabello y estrelló mi cabeza contra la mesa.

— ¡QUÉDATE QUIETA! — no iba a hacerlo, estaba dispuesta a luchar hasta donde mi cuerpo lo permitiera, pero no fue necesario porque en ese momento la puerta se abrió de golpe y varios hombres uniformados entraron a la oficina.

— ¡Policía de New York! ¡Aléjese de la menor! — el hombre sin titubear obedeció, la policía aprovechó para tirarlo al piso y esposarlo.

Yo por mi parte comencé a sentirme el doble de mareada, no porque no estuviera aliviada sino porque todo era muy confuso, ver a tantas personas, procesar lo que estuvo a punto de pasarme, la constante pregunta de un oficial de "Señorita ¿Se encuentra bien?". Todo era tan abrumador pero lo único que logró que mi atención se enfocó en algo fue cuando de repente Aarón apareció junto a mí con una cara que nunca antes había visto.

— Por favor perdóname Hanna. — fue lo único que dijo antes de abrazarme. Yo rápidamente le correspondía pero eso era exactamente lo que necesitaba, un abrazo... de Aarón. — Voy a llegarte a casa. — asentí.

— Solo no me dijes sola. — Aarón me abrazó más fuerte.

— Nunca lo volveré a hacer. Lo prometo. 

___________________________
Hola!!!
Y bueno, hemos llegado al final del capítulo 18!!! Como le dije era largo y me pareció bien dividirlo en parte. 🤗🤗

¿Qué piensan de todo esto?  ¿Que les pareció el cap? Espero no haya sido demasiado con la escena de Hanna, ustedes díganme.

Bueno, espero que a pesar de todo les haya gustado el capítulo!!! Muchas gracias por leer! Y el apoyo!! 😁😁
Los amo!!!

PD. ¿Saben quién era el segundo borracho con el que Jess chocó en la calle? 🤔 (yo sí, si alguien sabe  y me dice quien es y donde aparece esta escena le dedicaré el siguiente cap!! 😊) ¿De qué forma creen que esto afecte? 😬

Instagram: bsr.pa

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