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*Capítulo 14: ¿Regalo o Secreto?

16 años de edad.

HANNA

Una vez más volví a mirarme en el espejo antes de volver a jalar mi vestido de color blanco haciendo que una mueca apareciera en mi cara. La verdad los vestidos nunca habían sido de mi agrado, claro que soy muy lindos pero no me sentía cómoda, siento como si constantemente tuviera que cuidarme de que algo no se vea, por eso siempre procuraba evítalos pero el día de hoy era diferente.

El día de hoy era mi cumpleaños, 22 de julio, y como regalo papá me había comprado un vestido, demasiado costoso a decir verdad, para llevarme a cenar a uno de mis restaurantes favoritos pues ahí, en mi opinión, hacían el mejor pastel de chocolate del mundo ¿Y por qué no cómpralo todo el tiempo si es tan delicioso? Porque en ese restaurante necitas hacer reservación de mínimo 9 meses ¿Y por qué no solo pedir para llevar? No manejan ese servicio; sí, así de explosivo es ese lugar.

En eso el timbre de mi casa resonó por todo el lugar, pensé que ese sería Bob avisándome que ya era hora de irnos así que tomé mi pequeño bolso que así juego con el vestido y una vez revisé que mi diadema de margaritas no estaba torcida me dirigí a la planta baja.

Mientras baja las escaleras solo se escuchaba el sonido de mis zapatillas golpeando el piso, la casa estaba en absoluto silencio a decir verdad así ha estado desde que desperté. Mamá hace unos días se fue con unas amigas a una casa en la playa en Los Ángeles para pasar el verano y Aarón no había venido como cada año a felicitarme porque se había ido con toda su familia a visitar a sus abuelos, quienes viven en Cancún, México. 

Puede que suene triste que alguien pase su cumpleaños sola pero la verdad no me importaba mucho porque era el primer año que la pasaba de esa manera, además desde hace tiempo mamá había insistido en hacerme una fiesta por “Mis dulces 16” pero me negué porque no quería que gastaran tanto dinero en algo que realmente no me emocionaba, así que preferí hacer lo de siempre, que era ir a cenar a ese restaurante que tanto me gustaba.

Una vez llegué  a la puerta y la abrí me llevé la gran sorpresa de que quien estaba esperándome no era Bob sino un chico con un uniforme amarillo.

— ¿Hanna Parker? — lo miré confundida.

— Sí…

— Entrega para usted. — me tendió un caja color negro la cual miré con mis desconfianza pero no la tomé.

— Pero yo no pedí nada, debe ser  un error.

— Señorita, se me esta haciendo tarde para hacer mi otras entregas. Sí usted es Hanna Parker no hay error, solo tomé la caja y firme esto, por favor. — El chico se veía realmente apurado así que opté por hacer lo que pidió y una vez le entregué la hoja con mi firma se fue corriendo a su auto que era del mismo color que su uniforme.

Una vez cerré la puerta me dirigí a la sala para abrir el misterioso paquete y cuando lo hice sinceramente me arrepentí de no haber pedido una fiesta pues habría costado mucho menos que lo que contenía la caja pues adentro había nada más ni nada menos que un reloj Rolex datejust 36, lo peor de todo es que tenía diamantes alrededor.

Rápidamente comencé a buscar el recibo y claro que lo encontré, estaba justo a una nota firmada del responsable de este costo regalo.

“Cariño, felices dulces 16, lamento no estar ahí para ti pero espero esto lo compense.

— Con amor, mamá.”

Luego de leer eso miré el recibo, se había hecho un cargo por más de 23000 dólares… ¡¿QUÉ DEMONIOS?! ¿¡EN QUÉ ESTABA PENSADO MAMÁ?!

Sé que ella siempre me ha comprado cosas costosas y no es que ahora me las quiera dar de humilde pero es que esto es pasarse de la raya, más porque estoy segura de que este regalo lo terminará pagando papá.

Nuevamente la puerta sonó, supuse que esta vez sí se trataría de Bob así que guarde el regalo y me encaminé a la salida con el paquete.

— Buenas noches, señorita Parker. Feliz cumpleaños. — fue lo primero que me dijo Bob una vez abrió la puerta para mí.

— Muchas gracias Bob, eres la primera persona que me felicita en el día.— pude notar su expresión de asombro pero no me dijo nada, solo se limitó a cerrar la puerta una vez que estuve adentro.

— Al restaurante de cada año ¿Cierto? — lo pensé, miré la caja unos segundos antes de responder.

— Sí, pero antes necesito hacer una parada en La Quinta Avenida.

Este reloj volvería de donde vino.


🌼🏈🌼


Una vez llegamos Bob se orilló frente a la tienda para que pueda bajar ya que no podía estacionarse.

— Iré a dar la vuelta señorita, la recogeré aquí mismo.

— Muy bien, espero no tardarme.

Cerré la puerta del auto antes de ver como Bob se marchaba para al fin encaminarme rápidamente a la tienda pues ya estaba por cerrar. Una vez que estuve adentro mi celular sonó, lo saqué de mi bolsa de mano solo para darme cuenta que tenía un mensaje de papá.

“Estoy ocupado en una junta, llegaré algo tarde pero tú adelántate”.

Leer esas palabras no me afectaron porque la verdad estaba feliz de tener algo del tiempo de papá en mi cumpleaños así que con una sonrisa ligera volví a guardar el celular.

Si todo afuera se veía costoso adentro era el triple, mientras pasaba entre los mostradores llenos de relojes solo pensaba en ni siquiera rozarlos pues ya era bastante tener más de 20,000 dólares entre mis manos.

— Buenos noches señorita ¿En qué la puedo ayudar? — me Preguntó una chica del otro lado del mostrador mientras yo muy cuidadosamente ponía la caja en la vitrina.

— Buenas noches, quería devolver este reloj. — la chica me miró sorprendida pero asintió.

— ¿Tuvo algún defecto o por qué lo quiere regresar?

— Nada de eso, mi mamá me lo regaló pero yo no quiero ¿Podría hacer la devolución? Por favor. — la chica asintió compresiva.

— Veré que puedo hacer.

— Gracias. — tomó la caja del reloj y se marchó.

Solo esperaba que no se tardara mucho porque faltaban cuarenta minutos para para las 6:30, hora de la cena con papá.

Mientras esperaba comencé a vagar por los pasillos pero teniendo mucho cuidado de no tocar nada. En cierto momento mi vista se fue al ventanal que daba a la calle y no sé que fue lo pasó pero en ese momento pude ver como del otro lado de la calle un hombre junto con una mujer salían de una tienda, hasta ahí todo en orden, el problema estaba en que ese hombre era idéntico a mi papá y a esa mujer nunca la había visto.

Presté toda mi atención en ellos pues sabía que era casi imposible que me vieran. Ambos caminaron a una camioneta color plata y con cada paso que daban solo estaba más segura que ese hombre sí era mi padre. Cuando llegaron a la camioneta no pude ver lo que pasaba entre ellos hasta que esta se fue dejando solo a mi papá quien luego de ver al auto incorporarse al tráfico se marchó.

Apreté los puños con fuerza mientras me repetía una y una vez que tenía  que calmarme porque mi papá no así, todo tenía que tener una explicación, solo esperaba que no fuera la que imaginaba en ese este momento aunque seguía sin entender el porqué de la mentira.

— Señorita. — giré para mirar a la chica que me había atendido. — todo quedó en orden, el cargo se cancelará en aproximadamente 48 horas. — y paso lo que no esperé, me molestó escuchar eso porque si mi padre estaba haciendo lo que yo creía me hubiera gustado quedarme con ese reloj, pero no sabía así que, por ahora, esto era lo mejor.

Luego de agradecerle a la chica la atención finalmente salí de la tienda aun algo desconcertada mientras esperaba a Bob.

— ¿Todo salió bien, señorita? — preguntó una vez cerré la puerta y con mi mejor sonrisa falsa contesté.

— Sí, todo en orden.


🌼🏈🌼


Logré llegar 5 minutos antes de la hora de nuestra reservación pero para mi sorpresa papá ya estaba a ahí, en cuanto lo vi comencé a hacer memoria de la pareja que vi salir de la tienda, el hombre tenía una corbata color esmerada y mi papá usaba la misma.

— Ahí está mi princesa. — se puso de pie del sofá de espera para poder abrazarme y darme un beso en el cabello. Yo solo cerré los ojos y los puños mientras lo abrazaba, los ojos porque no quería ver esa corbata y los puños porque realmente no sabía cómo sentirme en ese momento.

— Hola, papá. — dije una vez nos alejamos y cuando nos miramos a la cara le regalé la misma sonrisa que le mostré a Bob en el auto.

— Te ves hermosa ¿Te gustó el vestido? Yo solo lo escogí. — mi papá se vía muy feliz, podría notar que estaba orgulloso de que yo haya decidido ponerme el vestido. Y en realidad yo estaba de la misma manera cuando lo vi en la sala esta mañana pero ahora, con lo que vi al estar en la tienda, duda si realmente papá lo había escogido por su cuenta.

— Me alegra que no hayas recibido ayudada de mamá porque me gustó mucho. — papá simplemente se limitó a reír por broma.

— Hay que entrar, entre más rápido ordenemos menos tendremos que esperar por el postre. — sonreí por su broma antes de adentrarnos en el restaurante.


🌼🏈🌼


Y como cada año, desde que tengo memoria, la cena resultó de maravilla, papá y yo nos pusimos al día y mientras más tiempo hablábamos lo que había ocurrido hace poco fue borrarse de mi mente. Lo pensaba en lo afortunada que era de tener un padre tan divertido y trabajador.

— ¿Lista para el postre, cumpleañera? — preguntó mi papá una vez que recogieron nuestros platos.

— ¡Por supuesto! ¡Eso no se pregunta! — papá rio por mi reacción antes de encargarle al mesero dos rebanadas de pastel de chocolate. Una vez volví a tener su atención continué con nuestra platica. — Y cómo te decía, creo que voy muy bien con las clases de… — y ahí fue cuando todo se arruinó por el sonido de su celular.

— Lo siento, cariño. — papá comenzó a buscar el celular en su saco.

— No te preocupes. — en realidad no me importaba que papá respondiera, sabía que siempre estaba ocupado pero todo se vino abajo cuando vi el nombre del contacto: “Claudia”.

— Tengo que atender. — la mirada de mi papá se endureció antes de verse, como para tratar de pedirme permiso.

— Claro, no te preocupes, lo entiendo. — papá no perdió el tiempo y se puso  de pie antes de alejarse, lo único que alcance a escuchar fue:

— Te dije que hoy no me llamaras porque estoy…

Traté de no pensar mal porque este tiempo con papá me había demostrado que seguía siendo el mismo hombre al cual yo admiraba, y ese hombre jamás caería tan bajo. Quise convencerme de que tal vez yo estaba malinterpretando todo y quizá solo era su secretaria, una socia o un nuevo cliente (aunque yo sabía que él no les hablaría de esa manera a ninguna de las tres opciones).

A lo lejos podía ver como papá se encontraba molesto, su expresión lo delataba, hasta que pasado unos minutos regresó a la mesa con una expresión más calmada. Tan al pendiente estaba de él que ni noté cuando trajeron nuestras rebanadas.

— ¿Todo en orden papá? — me sonrió algo triste antes de asentir.

— Sí, era Lisa mi asistente, se presentó algo y me tengo que ir ahora, lo lamento, cariño. — no supe que me hizo sentir peor, el que se tuviera que ir, el que me mintiera o que me estuve por creer que él no ocultaba nada y solo eran alucinaciones mías. Pero nuevamente todos esos sentimientos me los guardé para sonreír.
— No te preocupes, papá, entiendo. Gracias por todo. — papá sonrió de lado antes de acercarse para darme en un beso en el cabello.

— Te mereces lo mejor cariño y para compensarte de dejaré mi rebanada. — sonreí.

— Wow, que detallé. — papá rio por el sarcasmo en mi voz antes de marcharse a caja para pagar y finalmente irse.

— ¿Desea algo más señorita? Su padre pidió que lo cargáramos a la cuenta.

— No… — en ese momento pensé que era mi cumpleaños… y mi padre me estaba mintiendo así que ¿Por qué no sacarle provecho?

🌼🏈🌼

— ¿Ese fue el último, señorita? — preguntó Bob una vez que puso el pastel de chocolate número 7 en el refrigerador.

— No, faltan tres pero esos son para ti.

— Señorita, muchas gracias pero no creo que a su padre…

— No te preocupes por él, ni cuenta se va a dar. — me sonrió agradecido.

— Muchas gracias, señorita. A mi hija le encanta el pastel de chocolate.

— ¡Pues este le va a encantar!

— Que pase buena noche, señorita.

— Igualmente, Bob.—

Bob salió de la cocina y cuando la puerta principal sonó otra vez la casa quedó en absoluto silencio.

En ese momento las imágenes de papá saliendo de la tienda con esa mujer que ahora sabía se llamaba Claudia (estaba segura que se trataba de ella por mentirme) volvieron a mi mente. No quería eso pero inevitablemente la ira empezó a consumirme, apreté los puños con fuerza mientras miraba el refrigerador con la intensión de ir por un pastel y aventarlo contra la pared.

Finalmente mi autocontrol se fue, me dirigí al refrigerador, tomé uno de los pasteles con firmeza, me giré muy decidida a aventarlo contra la pared pero en eso algo, o mejor dicho alguien, me detuvo, pero porque me asustó.

— ¡CARAJO, AARÓN! ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!

— ¡Wow! ¡Tranquila! ¡De haber sabido que así me recibirías no habría dejado a mi familia en Cancún para venir a felicitarte! — luego de una larga respiración por el susto dejé el pastel en la isla.

— ¿Dejaste Cancún por venir a verme? — lo miré incrédula mientras él sonreía apenado.

— Sí…

— ¿¡Qué clase de loco hace eso!? — sonrisa cayó.

— Oye, no es para que te burles… — y sin perder el tiempo corrí a abrazarlo con fuerza.— Oh… — tardó en reaccionar pero finalmente me correspondió el abrazo.

— Muchas gracias, Aarón.

— De nada… y feliz cumpleaños por cierto. — me alejé con una sonrisa.

— ¿Y por qué viniste?

— Porque no quería que pasaras sola tu cumpleaños. — me hice la confundida.

— ¿Quién te dijo que estuve sola?

— Mamá me dijo que tu mamá estaba de vacaciones con unas amigas y como mi papá no está ayudando al tuyo imaginé que tendría mucho trabajo dando como resultado que pasaras tu cumpleaños sola. Así que ayer en la noche tomé el primer vuelo para New York esperando que llegaría temprano pero las cosas se complicaron. — se rascó la nuca con nerviosismo.

— ¿Qué tanto se complicaron?

— Es una larga historia pero para resumir perdieron mi maleta e hice todo para recuperarla porque ahí tenía tu regalo pero no resultó.

— No importa, el que estés aquí es suficiente. — Aarón me miró sorprendido y yo me quedé de la misma manera porque yo no era de decir esa clase de cosas. En ambiente se comenzó a sentir incómodo, momento que Aarón aprovechó para hablar.

— ¿Y… tú por qué querías arrojar un pastel de chocolate a la pared?

— Es una larga historia de la que  realmente no quiero hablar ahora.— supongo que Aarón notó mi humor porque no insistió.

— Bueno, en ese caso… — comenzó a retroceder.— ¡Te apuesto ese pastel de chocolate a que no me ganas en Mortal Kombat! — Aarón salió corriendo a la sala para poner en videojuego y así ganar el control más nuevo.

— ¡Pero a ti no te gusta el pastel de chocolate! — Grité desde la cocina.

— ¡No pero a Jess sí! — reí por su respuesta y finalmente me dirigí a la sala para tratar de robarle el control.

Esa noche nos la pasábamos jugando hasta que amaneció y lo mejor de todo es que me quedé con 5 de mis pasteles.

_________________________

Hola!!!!

Perdón por la demora, estuve ocupada y no tuve tiempo de escribir y ya cuando empecé a la mitad me di cuenta que el capítulo no me gustaba y lo volví a hacer 😋 Estoy feliz con esa decisión porque me terminó gustando mucho el cap.

¿Qué les pareció? ¿Qué piensan del padre de Hanna? ¿Qué creen que esconde? 😱😱

Muchas gracias por su apoyo!!! He visto nuevos lectores leyendo las dos primeras historias y en serio gracias por eso!!!

Los amo y nos seguimos leyendo!!! ❣❣

Instagram: bsr.pau

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