Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

*Capítulo 12: Para eso están los amigos.

HANNA



Una de las cosas que más me molesta de este horrible mundo en el que vivimos es que las personas malas destruyen, abusan y quieren sacar ventaja sin importar quien se interponga, mientras que las personas buenas solo se quedan observando y se tragan el enojo de esos actos, sin poder hacer nada al respecto porque simplemente su moral o el miedo no se los permite. Y es exactamente por eso que en ocasiones no sé de qué lado estoy porque por una parte no me gusta aprovecharme de los demás como las personas malas pero por otro lado no me quedo quieta, si veo una injusticia hago algo al respecto, sin importar las consecuencias y eso no lo hacen las personas buenas ¿Seré una personas buena que simplemente se descarriló un poco? ¿O una mala persona que trata de controlar sus impulsos?

— Señorita, Parker. — la voz de Bob, que proviene dela asiento delantero,  me trae a la realidad después no sé cuánto tiempo. —Legamos hace 5 minutos al hospital y usted sigue aquí. — Parpadeo varias veces antes de enfocarme.

— Sí, lo siento, me quedé pensando. — finalmente salgo del auto y una vez que entro al hospital me encamino a la habitación de Aarón.

Hace apenas cuatro días había salido de aquí una Hanna completamente cegada por la ira pero ahora regresaba una totalmente confundida. Luego de lo que les hice a esos chicos y a  Amber no tuve el valor de volver, no sabía cómo explicarle a Aarón lo que había hecho porque estoy consciente de que no estuvo bien pero cada vez que cerraba los ojos la imagen de Aarón en una camilla con la cara completamente irreconocible por los golpes… en serio que no podía sentir culpa alguna por haber dejado a esos idiotas quemarse.

Claro que todo el mundo se enteró de lo que ocurrió después de todo el titular “Encuentran a 6 chicos quemados en escuela” no es algo que se pase desapercibido por completo. No estaba preocupada tampoco pues en estos dos días nadie me había buscado para hacerme un interrogatorio y por lo que había escuchado eso no pasaría pues estaban apuntando a que todo había sido por una falla al no darle el mantenimiento adecuado al sauna.

Los chicos fueron encontrados a tiempo por el intendente y eso fue gracias a mí pues le dije que alguien había vomitado en los vestidores de futbol; ahora mismo estaban bien y me sentía segura de su silencio pues ayer fui a hacerles una visita y todos me miraron como si fuera la mismísima muerte.
Justo cuando iba a entrar al cuarto de Aarón su madre salió acompañada de Jess.

— Oh, qué bueno que viniste querida. — me sonrió. — No quería dejarlo solo pero Jess no ha comido nada  ¿Puedes quedarte con él? Te advierto que está muy callado desde hace varios días, le vendría bien verte. — sonreí de lado porque estaba segura del porqué de su humor.

— Claro, me quedaré con él.

— Muchas gracias. — comenzó a alejarse y una vez que me encontré sola tomé aire para finalmente entrar.

— Mamá, ya te dije… — se calló en cuanto se dio cuenta de quién era. — La verdad no pensé que vendrías. — Su mirada estaba dura pero podía notar la preocupación.

— Estuve ocupada…

— ¿En qué? Si se puede saber, porque lo del sauna ocurrió hace dos días. — lo miré sorprendida, él lo notó y gracias a que su cara estaba menos hinchada puede ver una ligera sonrisa. — ¿En serio creas que no me daría cuenta? — rio. — ¡Por dios, Hanna! ¡Estoy en un hospital no en prisión! — comenzó a reírse como un demente y sinceramente no supe que cara puse pues esto era muy extraño. Su risa paró de golpe y fue remplazada por un quejido, haciendo que rápidamente me acercara.

— ¿Estás bien?

— Sí, es solo mi costilla. — sonrió de lado. — Entonces ¿me vas a decir por qué no habías venido? — nos miramos fijamente a los ojos una segundos hasta que lo pude soltar.

— No quería contarte lo que hice… porque sé que estuvo mal pero no lo pude evitar, no podía dejar que esos idiotas se quedaran como si nada después de lo que te hicieron porque te conozco y sé que no ibas a acusarlos. — Aparte la mirada.

— De acuerdo pero… ¿Cuál es la razón de que no vinieras? — cerré los ojos con fuerza y sin todavía verlo a los ojos contesté.

— Porque pensé que cuando viniera y te contara lo que hice ya no querrías ser mi amigo… — volví a míralo y con la voz rota dije: — porque  soy un monstruo. — el rostro de Aarón palideció mientras mis ojos se ponían llorosos. — ¡Los quemé vivos! — la voz se me rompió pero seguí. — ¡Y lo peor de todo es que no me siento culpable! ¡¿Eso en qué me convierte?! — Aarón me miró preocupado pero contestó mi pregunta sin una pisca de dura en su voz.

— En la mejor amiga que alguien en este maldito mundo pueda tener. Incluso me siento mal porque talvez yo no habría tenido el valor de hacer lo mismo por ti. — y de todas las respuestas que me pude haber imaginado esa nunca habría cruzado mi mente

Creí que bromeaba, que lo decía para no hacerme sentir tan mal o incluso por mi mente pasó que todo esto era un sueño pero esa mirada, su mirada, era lo único que me hacía entender que todo esto era real, él no pensaba que yo no era un monstruo.

— No creas ni por un segundo que eres un monstruo porque esos idiotas no les preocupo ni un segundo que yo estuviera vivo o muerto, simplemente se fueron y me dejaron inconsciente en ese callejón. Así que por favor Hanna, no sientas ni una pisca de culpa por lo que hiciste. — quería llorar porque exactamente esas palabras eran lo que necesitaba de su parte pero no lo hice, simplemente le sonreí.

— En serio quiero abrazarte pero no te quiero lastimar. — me sonrió.

— Puedo soportarlo. — Con una gran sonrisa me acerqué para sentarme en la camilla y con mucho cuidado coloqué mis brazos alrededor de su cuello antes de recargar mi cabeza en su pecho mientras Aarón  podía su cabeza sobre la mía y así nos quedamos unos largos segundos disfrutando del silencio hasta que algo vino a mi mente.

— Tú mamá dijo que estabas algo irritado ¿Puedo saber por qué? — me alejé un poco para mirarlo.

— Hanna, tengo la pierna rota, el brazo roto, una costilla rota, la cara hinchada como si fuera un pez globo y para terminar mi mejor amiga encerró a los imbéciles que me hicieron todo esto en un sauna y los quemó sin impórtale que fuera a la cárcel… creo que cualquiera en mi lugar estaría irritado. — no pude evitar soltar una carcajada.

— Siempre haces esos comentarios en los peores momentos.

— Sí… pero por eso me quieres. — sonrió y yo le correspondí.

— Efectivamente, mi querido Cox, efectivamente.




🌼🏈🌼



AARÓN



Dos días más pasaron cuando finalmente me dieron de alta, sinceramente no lo extrañaría, la comida no era mala pero no era nada cómodo dormir en un lugar donde muchas personas han muerto…

En fin ahora mismo Hanna estaba ayudándome a subir las escaleras.

— ¡Por dios, Aarón, engordaste mucho!

— ¡¿Qué esperabas?! ¡Lo único que hice en el hospital fue estar acostado y comer! — me quejé una vez que subimos el último escalón.

Papá y mamá no habían podido ayudarme porque una vez llegué ambos se fueron a trabajar, yo lo entendía, después de todo ya habían descuidado sus trabajos por esto. Por otra parte, Vianey estaba haciéndonos de comer pues Hanna aseguró que ella podía sola. A Jess no la había visto por ningún lado.

— ¿Comer? ¡No bromees! ¡Solo te daban pudín de chocolate!

— Sí… — dije pensativo mientras caminábamos a mi habitación pero ahora estaba apoyado de mis muletas.— pero no sabia mal. — traté de verle el lado positivo pero Hanna miró mal.

— A ti ni siquiera te gusta el chocolate, desde que robamos ese pastel a los tres años y nos atascamos a más no poder te dejó de gustar. — finalmente llegamos a la puerta.

— En eso tienes razón…

— Lo bueno es que ahora podrás disfrutar de tu postre favorito.—la miré extrañado un segundo antes de que ella abriera la puerta de golpe.

— ¡Sorpresa! — gritó Jess mientras hacía sonar uno de esos “silbatos” de fiestas.

Mi habitación estaba completamente decorada, en la cabecera había un letrero que decía “Bienvenido”, sobre mi cama estaba toda la comida que a mí me gustaba (ahora entendía el comentario de Hanna) además de un gran ramo de margaritas y por último (y lo más llamativo) es que las paredes estaban llenas de notas adhesivas, en cada una había algo escrito, pero eso no era todo porque el techo estaba lleno de globos. Jamás creí que vería algo así en mi habitación.

— Tuvimos que volver a hacer algunas cosas porque esta era tu sorpresa de San Valentín. — dijo Hanna mientras me adentraba en la habitación embobado por cada cosa que vía.

— Ahora entiendo el porqué su insistencia de que yo fuera por la pizza. — Jess y Hanna sonrieron como chicas pequeñas que acababan de hacer una travesura.

— Lo sentimos. — respondió Jess.

— No sé preocupen, esto lo compensa todo.

— ¡JESS ¿PUEDES AYUDARME  AQUÍ ABAJO?! — se escuchó el grito de Vianey.

— ¡CLARO! — Jess salió de la habitación, dejándonos a Hanna y a mí solos.

— ¿Entonces te gustó la sorpresa? — Hanna regaló un sonrisa que me hizo reír.

— Claro que sí, aunque debo decir todo esto es demasiado normal para venir de ti.

— ¡Ese era el objetivo! Tú nunca pensarías recibir algo así de mí. — volví a reír.

— Muy cierto. — ambos reímos y una vez que nos quedamos callados solo nos miramos.— Gracias por todo lo que has hecho por mí.— sonrió de lado.

— Haría cualquier cosa por ti, eres lo más cercano a una familia que tengo.— eso lo entendía, los padres de Hanna rara vez estaban en caso igual los míos pero por lo menos yo tenía a Jess. — La verdad no sé que haría sin ti en mi vida, eres como mi hermano. — esa última frase fue como un balde de agua fría un recordatorio de en qué posición estaba. — Bueno, iré abajo porque ya nos pusimos sentimentales y eso no me gusta.

Hanna desapareció de la habitación pero el sentimiento de confusión e impotencia que causó en mí no. Creí que San Valentín sería el día perfecto para contarle lo que sentía y todo el tiempo después en el hospital seguí pensando igual, que tenía que contárselo pues talvez, luego de todo lo que hizo por mí, quizá ella sentía lo mismo que yo…. Pero lo que me acababa de decirme confirmaba que no, Hanna y yo éramos amigos y siempre sería así, y talvez era lo mejor ambos, ella tendría a su mejor amigo y yo  a la chica que amo cerca.


En eso un fuerte sonido se escuchó en mi habitación  haciendo que casi perdiera el equilibrio. Asustado miré a todos lados pero luego de que viera papelitos plateados caer por todos lados no puede evitar reír.

— ¡EN SERIO CREISTE QUE NO HABRÍA BROMA! ¡PARECE QUE NO ME CONOCES AARÓN! — escuché el grito de Hanna desde la planta baja.

En verdad sería difícil callarme porque cada cosa que Hanna hacía era una razón más para amarla.

______________________________

Hola!!!!

El capítulo de hoy fue corto pero consiso espero que de verdad les haya gustado tanto como mí.

En verdad gracias por el apoyo que le dan a la historia, en serio eso significa mucho para mí no se olviden votar si les gustó pero sobre todo comentar que les pareció el cap. No saben cuanto amo leerlos!!! ❣❣❣

En fin, otra vez gracias y nos seguimos leyendo el martes!!!

Instagram: bsr.pau

— books-silent-reader.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro