❤️Capítulo 5⚔️
Todos los empleados desayunaban tranquilamente en la cocina; el chef Lay, todo alegre; el sirviente Yubin, el más chismoso y defensor de lo justo; además de Wang HaoXuan, Li Bowen y Hanna Lu una chica de 18 años.
Hanna Lu ayudaba a Yubin en los quehaceres de la casa, como aún estudiaba gracias a los señores Xiao no se le delegaban muchas cosas a ella.
Desde que vió a Wang Yibo se quedó maravillada, mejor dicho, enamorada del castaño, a veces le coqueteaba, pero para Yibo solo existía una sola persona, sí, Xiao Zhan.
El desayuno transcurría entre chistes y anécdotas, Lu se la pasaba muy bien hablando con Wang Yibo, lo cual era muy extraño ya que este con las justas le respondía un hola y chao; empezaron los coqueteos por parte de Lu, miradas seductoras, tocamientos en las manos y de ahí subiendo a los brazos, Yibo no se daba cuenta, él sabía que era una niña muy linda, pero era muy menor para él además que ya sabemos que en su corazón ya tenía a cierto niño pelinegro mimado Xiao Zhan.
Esta clase de amena conversación no pasó desapercibida por su primo HaoXuan y los otros, además de cierto pelinegro que, al escuchar las risas de sus empleados, pero sobre toda una muy conocida llegaron a sus oídos ... ¿Wang Yibo? Se puso a husmear para ver qué pasaba.
- "Aunque sea así puedo verte reír Wangsito, de le..." - Su pensamiento fue interrumpido al ver la cercanía que había con Hanna Lu, así que los celos lo invadieron y decidió entrar a la cocina muy animadamente...
Mentira todo le quemaba por dentro, los celos se lo estaban comiendo.
- ESCUCHEN TODOS, ESCUCHEN TODOS - entró Zhan animado dando saltitos, fingiendo claro está - Adivinen - dió palmaditas de felicidad.
- Te regalaran...mmmm...- Lu colocó su codo en la mesa y dirigió su mano a su rostro como pensando - Te regalarán un cerebro - río
- Estúpida - la fulminó con la mirada - Pero no... Por qué lo tengo muy bien puesto en su sitio...mmmmm - caminaba por la cocina - Es algo que tú - la señaló - No podrás hacer - desvío sus ojos mirando a Yibo.
- Te voy a....- Yibo la tomó de los brazos al ver que ya se estaba parando para irse encima del pelinegro.
- En un mes me caso con el gran empresario Gu - Yibo trató de mantener su postura, aunque ya lo sabía, su pecho se cerraba y su corazón dolía - Y bueno, obvio, todos están invitados -
- ¿Deberitas señorito Xiao? - preguntó Yubin todo eufórico.
- Sí Yubin, obviamente - se cruzó de brazos - habrá cientos de y ... Ya sé - chasqueó los dedos - Le diré a mi mamá que les compré un uniforme de gala para que el día de mi boda estén de los más fashion. ¿Se imaginan todos coordinados? - llevó sus manos a su pecho sonriendo. Mientras que Yibo no sabía dónde meterse porque tenía ganas de ir y callarlo, si fuera con un beso mejor, pero era una mala idea.
A diferencia de Hanna, lo veía y sonreía, por fin Wang Yibo estaría solo para ella, sabía que eso le convenía y los demás solo trataban de contener las risas.
- ¿Y qué Wang? - borró la sonrisa de su cara - ¿No me vas a felicitar? - miraba al castaño todo retador.
- ¿Se le olvida señorito que ya lo hice ayer? - se paró y lo miró directo a los ojos sin parpadear.
- Ayyyyy tienes toda la razón - comenzó a reír - Me había olvidado, es que es la emoción. Lástima que seas mi empleado sino te juro, te juro - volvió a recalcar - Te invitaría a ser mi testigo de bodas jaja - sus miradas eran tan retadoras que si no echaban chispas eran por qué no tienen un cable conectado a los enchufes.
Wang Yibo sólo sonrió -Me retiro. Permiso - Y salió de la cocina.
- ¡Ay! Qué horror - habló el pelinegro al ver que Yibo se retiraba, miró su reloj, miró a los presentes y sonrió - Bueno me retiro, tengo mucho que planear - levantó su mano diciendo adiós y salió lo más rápido posible de la cocina detrás de su Wang.
Xiao Zhan había corrido hacia el cuarto del castaño para seguirlo, castigándolo por estar en provocaciones con Hanna, entró a lo que era el pequeño departamento de los custodios y vio a Yibo parado en el comedor de espaldas.
- A ver Wang es idea mía - se agarró de la silla - O de plano no estás contento con que me case?... ¡Eh! - se cruzó de brazos.
- ¿Ya es un hecho? - Yibo volteó, Zhan desvío la mirada, mientras que el castaño se acercaba a él - Seguro pues - detuvo sus pasos y volvió a dónde estaba - Para mí es un alivio por qué ya no tendré que cuidar a un niño malcriado y caprichoso como tú - dibujó media sonrisa en su rostro.
- Jaja! Wang hazte para acá - hizo una señal para que se moviera a un lado de la mesa - Ajá - con sus manos hizo un encuadre de la figura del castaño - ¿Traje o esmoquin? - llevó sus manos a cada lado de su cintura - ¿Qué te quedará mejor para ese día? - no borraba su sonrisa.
- Me da igual lo que tú elijas - su mirada cambio a fría, media oscura.
- Esmoquin - aseguró asintiendo con la cabeza - Yo te lo regalo gorilita no quiero qué...- zapateo al piso - Entonces... Captas? -
- ¿Y tú? - volvió a caminar hacia Zhan - ¿Qué quieres que te regale el día de tu boda? - se acercó lo más que pudo. Zhan solo desvío la mirada, lo tenía cerca y no quería flaquear en ese momento. - Ya sé - pasó por un lado de Zhan y se puso detrás de él - Ya sé lo que te voy a regalar - Tomó del brazo a Zhan para voltear y estampar sus labios con los de él.
El menor se dejó llevar agarrando de las solapas de la camisa para aferrarse al mayor, mientras que el mayor paseaba sus manos por su espalda, ambas bocas bailaban perfectamente, tan delicado, un beso que ambos esperaban lleno de amor, suave.
Pero no todo lo bueno dura.
Zhan regresó en sí, empujó a Yibo para romper el beso.
Zhan se llevó la mano a la boca y resopló - Wangsito cómo que ya se te hizo costumbre besarme cuando se te da la gana -
- Y a ti, cómo que se te volvió costumbre responder a mis besos - respondió el castaño, moviendo una de sus cejas juguetonamente acompañada de una sonrisa maliciosa.
- ¡Ha ha ha! - cruzó sus manos Zhan y se acercó un poco más al castaño - ¿Sabes qué? - endureció su mirada - Vete a la mierda -
Yibo se iba a volver a acercar, pero HaoXuan entró al pequeño comedor.
- ¿Qué haces aquí HaoXuan? - habló Zhan todo molesto.
- Vengo a reemplazar a Yibo - contestó.
- ¿Qué? - frunció las cejas - ¡Ah! Tienes el día libre - lo miró con cólera.
- Alguna vez me tiene que tocar – sonrió sarcástico el castaño.
- ¡Ha ha ha! - era la risa más fingida que Zhan podría haber hecho en toda su vida - Si, ¿Verdad? Que te diviertas Wang - habló con indiferencia.
- Gracias - hizo una reverencia - Te lo prometo... Cero que ver, que me aburra – sonrió burlonamente.
- ¡Ayyyy!... Que cómico - borró su risa, pasó por el lado del castaño para dirigirse a la salida. HaoXuan abrió la puerta y antes de salir Zhan volteó a ver a Yibo - Prepara el carro HaoXuan -
- Si, joven Zhan - miró a su primo - ¿Estás bien Yibo? -
- SÍ, ve, no hagas esperar al señorito - se despidió de su primo y salió.
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Al día siguiente Zhan se dio con la sorpresa que HaoXuan volvió a custodiarlo, Hao le explicó el cambio, ahora Wang Yibo sería el custodio de su madre y Wang HaoXuan sería su custodio.
- Mamá ¿Por qué no me dijiste de los cambios de custodio? - estaba molesto.
- Lo olvidé. Hijo es mejor así -
- No, mamá yo lo qui... es mejor, es mejor - llevó su mano a su pecho - Es mejor - volvió a repetir.
- Mi pequeño, ven - abrió sus brazos y este se acurrucó en ellos - Sabes que todavía tienes tiempo para desistir de ese ridículo matrimonio - daba sobaditas a su espalda, no quería que su hijo cometa una locura
- No mamá, no quiero que el abuelo le haga algo a Wangsito y la empresa esté en riesgo - rompió el abrazo y se fue corriendo a su cuarto al sentir náuseas.
Mientras que la mayor lo miró extrañada. Estuvo por ir detrás de él, pero fue llamada por uno de los trabajadores, después hablaría con su hijo.
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