FINAL
Jay era infinitamente feliz al lado de Marlin. Estaba muy enamorado y ella le demostraba que le amaba de igual manera.
Marlin era muy cariñosa y dulce con él; solo con él, porque con otras personas era la de siempre. A pesar de sus diferentes personalidades habían logrado vencer cualquier situación gracias al amor que se tenían. Aunque había una cosa en la que eran similares, eran muy celosos.
Jay recuerda muy bien la vez que la acompañó a atender a un inquilino y como el sujeto cuando le entregó el dinero la tomó de la mano. Los celos se encendieron instantáneamente en Jay, pero apenas y parpadeó cuando Marlin ya tenía al hombre con el brazo torcido tras su propia espalda y llorando de dolor.
O cuando ella lo llevó a una de las discotecas de la playa y estando en el lugar se alejó unos cuantos metros para conseguir unas bebidas, pero en eso, una mujer con un escote demasiado revelador se acercó a él y comenzó a tocarle el hombro mientras le hacía preguntas. Jay no sabía qué hacer, trataba de apartar a la mujer, pero ella no captaba la expresión de incomodidad y miedo de su rostro. De un momento a otro por fin la mujer se alejó, pero no por cuenta propia, sino debido a que Marlin la había tomado del cabello y la arrastraba lejos de su novio.
Ella lo protegía de todo y de todos, era su nuevo hogar y el amor de su vida, la dueña de su corazón.
Pero su naturaleza seguía viva dentro de él, llevaba meses sin transformarse y estaba haciéndole mucha falta. No quería decirle nada sobre el tema a Marlin.
No quería hacerla sentir mal o culpable por su decisión de dejar su hogar y quedarse con ella. Aunque para él no era necesario volver al mar, si tan solo tuviera un espacio donde no corriera el peligro de ser visto para poder transformarse y nadar un poco sería suficiente.
Marlin se había dado cuenta de ello, había observado a su chico suspirar con tristeza mientras veía hacia la playa.
Ella se encontraba manejando su camioneta, Jay de copiloto iba mirando con curiosidad todo a su alrededor, él jamás había ido lejos de la playa, así que era una nueva experiencia.
—¡Eres muy curioso!— expresó la chica con una sonrisa tenue. —¿Cómo te sientes al alejarte tanto de la playa?
—No lo sé, creo que tengo un poco de miedo, pero al mismo tiempo estoy feliz de que sea contigo.— dijo mientras recostaba su cabeza en el hombro de la chica. —¿Adónde vamos?— preguntó levantándola de nuevo.
—A un lugar que sé que te gustará.
Horas después llegaron a una casa espléndidamente grande, rodeada por muros impenetrables que terminaban en un enorme portón color vino.
Marlin detuvo el auto junto al intercomunicador y presionó el botón de llamada, segundos después una voz le respondió.
—¡Buenas tardes! Puede darme su nombre y el motivo de su visita por favor.— dijo la voz amablemente.
—Hola, soy Marlin, vengo a visitar a Jack.
—¡Oh! ¡señorita Marlin! ¡Pase adelante, bienvenida!— dijo la voz animosa.
Las puertas se abrieron automáticamente y Marlin puso en marcha el auto para adentrarse a la mansión.
—¿Jack?— exclamó con duda Jay
—Si, acá es donde Jack vive, o bueno donde se queda la mayor parte del tiempo. De hecho es la casa de sus padres, pero él no puede vivir solo, siempre debe estar amargándole la vida a alguien para ser feliz.
—¿Por qué vinimos a visitar a Jack?— Jay no comprendía el por qué irían a visitar a Jack si no hacía mucho que lo habían visto y Marlin fue la más feliz de que se fuera.
—Ya lo verás
Al estacionar, ambos salieron de la camioneta y fueron recibidos por una empleada que los dirigió hacia el interior de la mansión.
Todo sofisticado, alfombras en el piso, escaleras con decorados elegantes, enormes lámparas de cristal que colgaban desde el techo.
—¡Pero que grata sorpresa mi adorada Marlin!— Jack bajaba las escaleras hablando con voz escandalosa.
—Necesito las llaves de tu casa— dijo Marlin secamente.
—Oh si estoy muy bien, gracias por preguntar... Y hola Jay— se dirigió al chico que acompaña a su amiga.
—Hola— respondió con una pequeña sonrisa el tritón.
—¡¿Vas a darme las llaves o no?!— dijo ella de mala gana.
Jack puso los ojos en blanco y subió para buscar las llaves, un par de minutos después bajó para entregárselas a la chica.
—¿Para qué las quieres?
—Llevaré a Jay de vacaciones.
—En mi casa— se rio
—Tú vas de vacaciones a mi cabaña y nunca te he dicho nada— le reprendió. —Además, ese lugar lo tienes abandonado, casi nunca vas ahí, yo le daré mantenimiento.— una sonrisa lasciva se escapó de los labios de Marlin con su mirada fija en el hermoso ser que tenía al lado.
Jack captó rápido el mensaje
—Acabo de tener una imagen mental que me ha hecho erizarme, ¡deja de hablar de tus cochinadas en mi presencia! Y por favor, apaga las cámaras cuando llegues, no quiero tener tus malditos videos fornicando por toda mi mansión. —Marlin sonrió ante el pequeño berrinche de Jack.
Mientras Jay la imitaba sin entender la situación.
De vuelta en la camioneta emprendieron camino de nuevo hacia la casa de Jack.
El lugar era igual de grande que el anterior, pero la mansión actual se encontraba más alejada de la ciudad. No habían casas en kilómetros a la redonda, ni personas, por lo que se percibía un ambiente más tranquilo y silencioso.
Debido a que no había empleados en el lugar, Marlin bajó de la camioneta para abrir y conducir hacia dentro.
—¿Acá nos vamos a quedar?
—Si, hay algo que quiero mostrarte— tomó la mano de Jay y lo haló hacia adentro de la casa, para subir los niveles hasta llegar a la parte superior, donde se encontraba una enorme piscina. —Sé que no es lo mismo que el mar, pero quiero que vuelvas a ser tu mismo, aunque sea en este lugar.
Los ojos de Jay se cristalizaron debido al acto de Marlin. La abrazó dándole las gracias y le otorgó un delicado beso.
Marlin subió la camisa de Jay en busca de desnudar a su novio.
—¿Q..Qué haces?
—No puedes meterte al agua con ropa, debes quitarla antes.— dijo con obviedad y prosiguió a bajar los pantalones y ropa interior del chico, dejándolo desnudo por completo.
Jay caminó hasta la orilla de la piscina y ante la mirada atenta de la chica se lanzó al agua, segundos después una hermosa aleta se levantó sobre el agua.
Marlin observó con una sonrisa como su chico disfrutaba nadando de un extremo a otro en la enorme piscina y como alzaba su aleta cuando se hundía en el agua.
No creía ser merecedora de tener a un ser tan hermoso con ella, la belleza de Jay era alucinante, pero no solo su belleza exterior, sino también la interior, siendo un chico tan puro e inocente, un ser realmente fantástico.
Jay vio el rostro pensativo de Marlin, se acercó a la orilla y con sus brazos se impulsó un poco hacia arriba para sacar su cola del agua y sentarse sobre el borde de la piscina.
Ella pudo observar con detalle la cola de su tritón, que era una degradación de azul marino con escamas más claras que iniciaban un poco más abajo de su ombligo y se juntaban en forma de v, descendiendo en un tono más oscuro hasta llegar a sus aletas que tenían el mismo tono verde esmeralda de sus ojos.
—¿Te gusta?— preguntó Jay con ilusión al ver a Marlin observar fascinada su cola.
—¡Es preciosa!— Jay se sonrojó feliz por la afirmación de la chica. —¿Puedo entrar contigo al agua?— preguntó con dulzura.
Jay asintió repetidas veces.
Marlin se quitó la ropa y entró al agua junto a su novio. Atrajo el cuerpo del chico manteniéndolo abrazado desde el frente.
—Te amo hermoso— confesó besando la frente de Jay.
—Yo también Te amo— dijo sonrojado.
Marlin unió sus labios a los del tritón en un beso suave y delicado que ambos disfrutaban sin prisa. Bajó sus manos hasta el trasero de Jay y sintió las escamas cubriéndole.
—Creo que te sacaré un momento de acá para secarte y montarte sobre una de esas sillas reclinables bebé— la voz de Marlin se había tornado un poco grave producto de la creciente necesidad que presentaba su cuerpo.
—Soy tuyo, haz lo que quieras— sin necesidad de escucharlo dos veces, Marlin ayudó a Jay a impulsar su cuerpo fuera del agua y rápido buscó una toalla para secarlo hasta que ocurriera el cambio.
Cuando las piernas de Jay se hicieron presentes Marlin lo llevó hacia una de las sillas reclinables que se encontraban alrededor de la piscina, lo lanzó a esta y subió sobre el suave cuerpo devorando su boca y provocando gemidos instantáneos en el tritón.
De pronto recordó que había olvidado apagar las cámaras, pero eso lo arreglaría después, por ahora tenía algo más importante que hacer.
Muchas gracias a las amables personitas que se tomaron el tiempo de llegar hasta acá.
Gracias por sus votos y comentarios, saber que hay personas que disfrutan de lo que escribo me motiva a seguir.
He estado pensando en una nueva historia que pronto comenzaré a escribir, pueden seguir mi perfil para estar al tanto de cuando la suba.
Mil gracias!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro