Pasó una semana...

Tiempo en el cual Jack pasaba todo el día interrumpiendo la paz de Marlin.

No paraba de hablar en todo momento y a veces hacia sonrojar como un tomate a Jay debido a ciertas preguntas o consejos que según él le daba. Marlin en verdad temía por la inocencia de su tritón.

Por fin había llegado el día en que Jack volvería a su casa, Marlin no podía estar más agradecida por eso. No era que no apreciara a su amigo, pero ella necesitaba tiempo a solas con su chico y Jack era una tercera rueda jodidamente molesta y fastidiosa.

—Bueno querida Marlin, sé que debes estar muy triste porque ya me voy, pero comprende que debo volver a mi casa, no puedo quedarme a vivir acá con ustedes.— expresó Jack con tristeza fingida.

—Gracias al cielo— murmuró ella siendo escuchada por ambos chicos. Jay la miró con desaprobación, consideraba que era muy grosera con su amigo, quien al final de cuentas le había terminado agradando.

Jack soltó su típica sonrisa ladina y abrió los brazos para su amiga, pero Jay se apresuró a ser quien le diera el abrazo palmeando unas cuantas veces la espalda del chico para luego alejarse y sonreírle en despedida.

Si, le agradaba el chico, pero Marlin era suya.

Jack rio ante la reacción posesiva de Jay.

En cuanto Jack se fue, Marlin haló el brazo de Jay y lo tomó del cuello para estampar sus labios sobre los del chico en un beso que expresaba la necesidad que tenia de volver a sentirlo cerca.

Un beso que al principio tomó desprevenido a Jay, pero que después supo corresponder con el mismo anhelo.

—Te juro que si no se iba ahora terminaría echándolo a patadas.— expresó Marlin con una sonrisa en sus labios, apenas separada por unos centímetros de la boca de Jay. —Extrañaba tenerte así como ahora.

—Yo también— respondió el tritón —Me agradó Jack, era gracioso.— agregó.

—Te agradaba siempre y cuando no se me acercara demasiado— Marlin mostró una sonrisa socarrona.

Jay se sonrojó al ser descubierto.

No había expresión más hermosa ante los ojos de Marlin que el rostro de su tritón completamente sonrojado a causa de ella.

Como ser humano y mujer se había auto controlado a más no poder. 

¡Y ya había llegado a su límite, no podía más!

Volvió a atacar los labios del tritón tomándolo del cuello para tener un mejor control, con cuidado fue conduciendo al chico hacia la habitación hasta que llegaron a la borde de la cama.

—Jay— susurró cerca del rostro del chico —Hoy haré algo más, iré despacio, solo debes hacer lo que te diga, ¿Entiendes?— el tritón asintió lentamente.

Marlin lo dirigió para que se sentara sobre el borde de la cama, se ubicó en medio de sus piernas, extendió una mano hacia la mejilla de Jay para acariciarla con suavidad mientras desde abajo el chico la observaba con todo el amor de su corazón reflejado en la mirada. Con la otra mano comenzó a desabrochar la camisa de Jay con lentitud placentera, prosiguió acariciando con la yema de sus dedos la piel expuesta. 

—Recuéstate— ordenó después de un rato, a lo que el chico obedeció de inmediato.

La mano de Marlin se deslizó desde el pecho del tritón hasta llegar a los pantalones para desabrocharlos y bajarlos junto con su ropa interior.

—Eres hermoso.— confesó con la mirada perdida en el cuerpo completamente expuesto del chico.

Jay se sonrojó ante el elogio que le produjo una sensación que surgió desde la parte baja de su cuerpo. Miró a su chica a los ojos con una pequeña sonrisa plasmada en el rostro.

—Muévete hacia el centro de la cama bebé— Jay obedeció de inmediato.

Marlin se montó a la cama, metiéndose entre las piernas del contrario, con la mirada del mismo expectante ante lo que ella haría. 

Las manos de la chica volvieron a acariciarlo suavemente desde las piernas hacia arriba. La piel del tritón reaccionó al instante erizándose ante el tacto, y suaves suspiros se escapaban de sus labios.

Marlin sonrió ante la reacción del chico, pero deseaba más, quería escucharlo jadear sin reservas. Se inclinó hacia una gaveta del costado para sacar un bote del cual vertió un poco de líquido en su mano para comenzar a masajear la longitud del miembro del chico.

—A- Ah.— un fuerte gemido se escapó de los labios de Jay, el toque a esa parte le resultó tan placentera que empezó a sentir hormigueos por todo el cuerpo.

—Disfruta bebé, déjame escucharte— se inclinó sobre el cuerpo de Jay sin despegar su mano que siguió moviéndose de arriba hacia abajo. —Quiero escucharte Jay, tu hermosa voz es música para mis oídos, vamos precioso, gime para mí— habló pegada al oído de Jay, con voz suave y un tanto grave.

Una mordida en la oreja del tritón hizo que este gimiera por segunda vez con más fuerza. Las manos de Marlin sabían lo que hacían, conocían específicamente donde tocar y cómo moverse, el cuerpo sensible de Jay y sus reacciones eran la prueba de ello.

La mano que se encontraba dando círculos en esa parte especialmente erógena del miembro de Jay lo tenía al borde. Su cuerpo se tensó ante tal estímulo, Marlin continuaba hablándole al oído y su corazón latía de manera acelerada.

Jay aferró sus manos a las sábanas cuando experimentó una nueva sensación creciente en su abdomen bajo, cerró los ojos con fuerza y soltó gemidos cortados, contrajo más su cuerpo y sintió como su parte baja empezó a chorrear acompañada con una sensación tan placentera que lo hizo sentir muy feliz.

—Así precioso, lo has hecho muy bien.— Marlin besó su frente sudada. Él todavía soltaba pequeños jadeos mientras se recomponía. —Ahora vamos a igualar la situación— la chica comenzó a despojarse de su camiseta, quedando desnuda de la parte superior.

Jay se quedó contemplando por primera vez el cuerpo de Marlin, sus firmes pechos y su pequeña cintura con el abdomen marcado sutilmente, todo en ella le parecía hermoso, tanto que sintió el deseo de tocar.

Miró a su chica, la cual comprendió su pregunta no verbal y asintió en respuesta.

Jay dirigió su mano derecha con lentitud hacia el pecho de Marlin, con las yemas de sus dedos delineó cada curva expuesta. Marlin cerró los ojos disfrutando el tacto.

Ella dirigió su cabeza hacia abajo buscando la boca contraria y se unieron en un beso; después abandonó los labios de Jay para descender lentamente por el cuerpo del contrario, repartiendo pequeñas lamidas a su paso.

—Sabes delicioso— dijo con una sonrisa lasciva. —Debo probarte completo. 

Enseguida Marlin arrastró su boca hasta llegar al miembro del chico, lo besó con suavidad y Jay se estremeció de inmediato.

La chica usó su boca como mejor lo sabía hacer, iniciando con lamidas suaves hasta llegar a insertarlo por completo a su cavidad bucal.

El dulce tritón se encontraba sumido en una burbuja de placer y de su boca se escapaban sonidos que estimulaban a la chica a seguir con su labor. Marlin se detuvo de pronto generando frustración en el contrario; se terminó de despojar de su ropa y se subió nuevamente sobre el cuerpo de Jay.

Ella se encontraba más que lista, así que no necesitaba preparación previa, con el deseo inminente guio el miembro de Jay hacia su zona íntima para quedar unidos y otorgarse placer mutuamente.

Jay sintió su miembro caliente y apretado por el interior de Marlin. Pequeñas lágrimas salían de sus ojos, sus piernas temblaban y el sudor en su cuerpo hacía que este brillara como un diamante.

La chica hizo su primer movimiento y un gruñido suave fue emitido por Jay, por lo cual ella dio como bien recibida su acción y continuó con el ritmo lento.

Minutos después Jay necesitaba más, por lo que levantó su pelvis en busca de mayor profundidad.

—Oh, sí bebé— expresó con deleite la chica, mientras arqueaba su espalda y movía su cabeza hacia atrás producto del pequeño movimiento realizado por Jay. —¿Quieres más no? Solo pídelo... Anda pídemelo...

—Ahh, Por favor... M..Marlin, por favor...— las palabras pronunciadas apenas eran entendibles, pero Marlin lo complació empezando a moverse más rápido.

El choque de ambos cuerpos generaba sonidos obscenos, lo que los estimulaba más. Acompañados de jadeos, gemidos y palabras incoherentes que provenían con más fuerza y constancia del chico.

Jay apretó de nuevo las sábanas y cerró fuertemente los ojos, señal para ella de lo que se aproximaba.

—A-Ah— el gemido fue cortado por la boca de Marlin, mientras daba los últimos movimientos antes de que ambos llegaran a su clímax y se liberaran por completo.

Ella dejó caer su cuerpo sobre Jay mientras ambos se recomponían.

—Te amo— le dijo al chico dándole un beso en la mejilla.

—Yo también te amo Marlin.— respondió el tritón enrollando sus brazos sobre la espalda de Marlin para abrazarla con fuerza a él. 

El siguiente capítulo será el final, espero les haya gustado el desarrollo de Mi Adorable Tritón. 

Más adelante publicaré nuevas historias y espero se tomen el tiempo para leerlas, siempre serán bienvenido/as. 

:)