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Capítulo 6

Los días pasaban, Jay se mostraba más cariñoso y atento con Marlin.

El hecho de no ser tan sincera le causaba un malestar extraño, aunque se estaba acostumbrando mucho a la situación, a los abrazos y atenciones del chico.

Marlin se sentía querida y protegida por el chico, los sentimientos que le hacía sentir el tritón la estaban sacando de su zona de confort, pero lo disfrutaba demasiado. El tritón estaba botando los muros que ella había construido sin darse cuenta.

Siempre tuvo miedo de amar a alguien para después perderlo y sentirse de nuevo sola y destrozada como cuando perdió a su padre. Creía que la mejor manera de evitar el dolor era no abriendo su corazón.

Ambos estaban en la cama, hacía ya un rato que se habían despertado, pero ninguno se quiso levantar, se sentían demasiado cómodos. Marlin con su brazo extendido y Jay con la cabeza sobre el mismo mientras la envolvía con brazos y piernas.

La mirada de Marlin estaba perdida en algún punto del techo y Jay, por su parte, contemplaba con adoración el rostro de la chica, quien al sentir la mirada sobre ella volteó hacia un costado, regalándole al contrario una media sonrisa de labios cerrados.

—¿Qué quieres comer?— preguntó Jay con la voz un poco más grave de lo normal.

—Cocina lo que tú quieras, no soy quisquillosa con la comida.— contestó ella antes de dejar un beso sobre la frente del tritón. 

Jay se levantó para asearse, luego se dirigió a la cocina y empezó a preparar el desayuno. A los pocos minutos lo siguió Marlin. La vista de ella empezó recorrer el cuerpo del tritón, prestando atención a cada parte de su hermosa anatomía. 

El chico era alto, un poco más que ella, dado que Marlin medía 1.75m. posiblemente él era unos 5cm más alto. Tenía el cabello negro y corto con mechones que caían con suavidad sobre su frente, un rostro que parecía de porcelana, piel clara y suave, labios gruesos y grandes ojos esmeralda.

En cuanto a su cuerpo pues... tenía una cintura pequeña y hombros anchos, era un chico delgado, pero con los músculos de su abdomen marcados de manera suave, no exagerados.

La mente de Marlin empezó a desviarse hacia escenarios demasiado perversos para el chico que se encontraba moviéndose por la cocina mientras buscaba ingredientes para añadir ¡Y es que llevaba casi 4 meses de abstinencia! Para ella, una chica muy activa sexualmente eso era un sacrificio que ahora estaba mostrando consecuencias, como comenzar a fantasear con el chico de rostro angelical que permanecía metido en su labor.

Desvió la mirada y se aclaró la garganta tratando de controlarse. No haría eso, sería demasiado para el chico.

Pero ¡Mierda! ¡Por qué tenía que ser Jay precisamente su tipo! Se volvería loca.

Marlin volvió a su cabaña luego de atender algunos pendientes con sus inquilinos, corrió de vuelta a casa debido a que el clima se estaba tornando complicado. El mar empezaba a aumentar la fuerza de sus olas y grandes vientos azotaban fuertemente contra las palmeras y cabañas ubicadas por toda la playa.

 En cuanto entró buscó a Jay por todas partes, pero no lo encontró.

Se preocupó, ya que al ser un tritón la tormenta que se aproximaba sería peligrosa para él y podría ser descubierto por las personas del lugar. Esperó a que llegara antes de que el ambiente afuera se pusiera peor.

Había empezado a llover y Jay no aparecía, era tarde, Marlin estaba preocupándose más aún. No recordaba que el chico le hubiese dicho que iba a salir, así que no tenía idea de donde podría estar.

Salió a buscarlo por los lugares cercanos, restaurantes, la orilla de la playa, a preguntar a las personas, incluso en las discotecas y bares; pero no lo encontró... para ese momento afuera parecía un diluvio, el mar se movía salvamente y la visión ya era imposible.

Marlin volvió a la cabaña con el cuerpo y cabello mojados por completo debido a la lluvia, imágenes empezaron a llegar a su mente.

Recordó aquel día lluvioso, las olas violentas y los fuertes vientos, su padre había salido en su barco a pescar desde temprano, pero aun cuando fue tarde no volvió, su preocupación e impotencia por no poder hacer nada para buscarlo y ayudarlo, el dolor que sintió cuando pasaron los días y lo dieron por desaparecido en el mar, decretando más tarde su muerte; la sensación de soledad al no tener a nadie y enfrentarse aun siendo una niña a la ausencia de su ser más querido.

Rompió en llanto, sentía que las cosas se repetían, otra vez el mar le estaba quitando a alguien que amaba.

¿Alguien que amaba? ¿Amaba a Jay? Si, el hermoso chico había destruido sus muros y se había adueñado de su corazón y de su mente, si lo amaba y quería protegerlo y mimarlo como a nadie. Pero había fracasado, lo había perdido por estúpida. ¿Por qué no se dio cuenta antes de sus sentimientos?

De rodillas en el piso Marlin se lamentaba con una lluvia de lágrimas en los ojos por no haber sabido amar y cuidar al tritón. Se sentía culpable e inútil al dejar que las cosas se repitieran.

O tal vez ella tenía algo como una maldición y todas las personas a las que amara estaban destinadas a serle arrebatadas.

Pasó toda la noche en ese estado, Jay no volvió....



Era la mañana del siguiente día cuando Jay entró con una pequeña bolsita de tela en la mano, vio a Marlin en una esquina junto a la cama sentada en el suelo con las rodillas a la altura del pecho, los ojos hinchados y ojerosos y el cabello alborotado.

En cuanto ella levantó su rostro y vio a Jay no podía creer que hubiese vuelto; rápido y con un pequeño tambaleo de sus piernas cansadas por estar en el suelo se levantó para ir hacia el chico y abrazarlo.

En ese momento, sintió que el alma le volvía al cuerpo, pequeñas lágrimas de felicidad salían de sus ojos. No lloraba tanto desde los quince años y ahora había vuelto a gastar todas las lágrimas de los diez años posteriores a eso.

Jay correspondió el abrazo con calidez y sonrió, debido a que en su mayoría de veces, era él quien se mostraba más afectuoso y el que buscaba mayor contacto con ella.

Marlin se separó de manera abrupta del chico.

—¡¿Dónde diablos estabas Jay?!— le reclamó con el ceño fruncido, un tono fuerte y la mirada afilada.

Él se asustó y un nudo se empezó a formar en su garganta, lo que le impidió responder de inmediato.

—¡¿Sabes lo preocupada que estaba?! Te busqué por todas partes, pensé que habías desaparecido, creí que no volverías, pensé... lo peor...— las últimas palabras fueron pronunciadas con la voz quebrada, acompañadas de un pequeño sollozo.

—¡Perdón!— dijo Jay con la voz cortada y los ojos cristalinos por las lágrimas que amenazaban con salir. —Y..yo yo solo fui a buscar conchas y cu..cuando empezó la tormenta me refugie en un lugar para no mojarme, pero no pude regresar hasta ahora.

Cuando Marlin se dio cuenta de la reacción asustadiza que había provocado en Jay por su reciente reclamo se sintió mal y al ver el pequeño puchero en los labios del chico lo volvió a abrazar para calmarlo.

—Perdón, perdóname tu a mí, no quise hablarte así y asustarte... es solo que realmente estaba muy preocupada, me aterraba la idea de no volver a verte o que te haya pasado algo malo. Eres importante para mí y quiero que siempre estés a salvo— deshizo el abrazo para mirar a Jay a los ojos y tomarlo del rostro —¿Comprendes eso? Eres muy muy importante, por favor no te vuelvas a ir sin decírmelo, tampoco te acerques a la orilla de la playa, hay muchos pescadores por la zona y alguno podría verte y raptarte.

Jay asintió a lo dicho por la chica. 

—Te amo Marlin y no me importa si no puedo volver al mar, yo quiero estar contigo para siempre.

—Yo también quiero estar contigo para siempre— respondió ella.

Al parecer aun debía vencer el miedo que aprisionaba la expresión de sus sentimientos; quería corresponder con las palabras Yo también te amo, pero eso era algo que le tomaría un poco más de tiempo. Estaba segura de lo que sentía por el tritón y podría jurar que cuidaría con su vida si fuese posible a su adorable chico. 

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