Capítulo 5
Ambos cuerpos acostados en la misma cama, espalda con espalda. Tan cerca y lejos al mismo tiempo.
Luego de la confesión de Jay, Marlin se negó a responder limitándose a decir que era tarde y que quería dormir para darse la vuelta. Aunque en realidad, no podía conciliar el sueño. No quería hacer sentir mal al adorable chico que tenía a su lado, pero tampoco creía poder corresponder a sus sentimientos o ser merecedora de ellos.
Por su parte, Jay sentía una horrible sensación que apretaba fuertemente su pecho. Literalmente sus sentimientos habían sido tomadas por insignificantes por la chica que decidió ignorarlos y mandarlo a dormir sin tacto alguno.
Una brillante lágrima brotó de sus ojos y tras esta muchas más; permaneció al lado de Marlin, sin emitir sonidos o hacer movimientos que le dieran a conocer a la persona junto a él la dolorosa sensación que estaba sintiendo por el aparente rechazo.
Los rayos del sol se colaban por la ventana del cuarto donde dormían. Marlin despertando estiró uno de sus brazos, apenas había podido descansar luego de que todo lo sucedido diera vueltas en su cabeza; al sentir el contacto de un cuerpo extremadamente caliente se asustó y levantó de manera abrupta.
Se asombró cuando vio el cuerpo de Jay temblando, sudoroso y con las mejillas ruborizadas. Estiró su brazo para tocar de nuevo al chico, la temperatura parecía ser tan alta que quemaba al contacto.
—¡Jay!— trató de hablarle para revisar si estaba consiente —¡Jay! ¿Qué tienes?
No recibió respuesta, el chico se encontraba completamente inconsciente. Marlin pensó en qué hacer para ayudarlo; con prisa buscó las llaves de su auto y con mucho esfuerzo llevó al tritón al vehículo para conducirse al hospital. No sabía si por la naturaleza de Jay sería riesgoso llevarlo a ese lugar, pero en ese momento lo que más le importaba y preocupaba era el estado del susodicho.
Jay fue recibido en el hospital y revisado por los médicos, mientras Marlin esperaba impaciente para saber su estado.
El doctor salió de la sala de emergencias y Marlin lo detuvo para preguntarle por su amigo.
—¿Cómo está Jay, doctor?
—La fiebre se ha controlado, al parecer el paciente sufre de arritmia cardíaca; aunque es difícil decir que la fiebre fue causada por eso. Estamos chequeándolo aún y al terminar todo el estudio puede retirarse a casa, le recetaremos medicamentos para controlar su condición.
—Gracias doctor.
Marlin dio gracias al cielo por Jay, estaba a salvo, aunque ella no sabía de su problema del corazón. Debía ser más cuidadosa con él ahora que lo sabía, no quería ser la causante de un ataque o algo por el estilo que pusiera en riesgo la vida del chico.
Cuando Jay fue dado de alta, ella lo llevó de vuelta a casa, haciéndose cargo de cuidarlo y asearlo. El chico había recobrado la consciencia, pero parecía perdido en sí mismo, no hablaba ni dirigía la mirada en ningún momento a Marlin.
—Jay, ¿Qué te pasa? ¿Por qué no me respondes?— el rostro de Marlin expresaba preocupación y tristeza por la condición tan opaca de Jay, tal parecía que el chico se estaba dejando debilitar por algo, a pesar de que su fiebre se había controlado, este se negaba a moverse, comer y hablar.—Por favor, debes tomar las medicinas, el doctor me dijo que tienes una enfermedad del corazón, debes tomarla.— su voz era suave y suplicante.
No hubo respuesta... a pesar de escuchar las palabras de Marlin no respondió. Su enfermedad del corazón como ella lo llamaba no se curaba con pastillas o medicamentos.
Su fiebre fue causada debido a la alta cantidad de lágrimas que brotaron de sus ojos, al ser una criatura marina debía mantener hidratado su cuerpo para no desequilibrar su organismo y como consecuencia de haber llorado toda la noche había tenido tal reacción. Además, la arritmia diagnosticada por el médico era el resultado del rechazo sufrido.
Su corazón estaba empezando a latir de manera más lenta y seguiría así hasta detenerse completamente y morir. Era lo que les pasaba a los tritones y las sirenas cuando su amor no era correspondido, entraban en una tristeza profunda y su corazón comenzaba a marchitarse hasta detenerse por completo.
Marlin acarició las mejillas de Jay tratando de llamar su atención, la luz del atardecer entraba por las ventanas reflejándose en los ojos del chico, haciéndolo ver más hermoso de lo que ya era, su rostro a pesar de verse tan pálido por su condición seguía teniendo una belleza inigualable.
—Jay, por favor...
Marlin estaba entrando en desesperación, ver de esa manera a Jay le estaba doliendo mucho. Por un momento empezaba a creer que era parte de la reacción del chico por lo que había pasado la noche de su confesión, pero desechó forzosamente la idea argumentando que adquirir esa conducta sería demasiado infantil de su parte.
Aunque... Jay había demostrado ser un tanto infantil y caprichoso para Marlin, así que, quizás su estado si tenía que ver con el rechazo a la confesión del tritón. Tal vez, debía hacer algo para remediarlo.
—Jay, perdóname por no responder a tu confesión la noche anterior.— se acercó a los labios del chico y los unió con solo un pequeño roce antes de separarse de nuevo. —¿Puedes recuperarte pronto para que podamos hablar de eso? ¿Si? Por favor— dio una pequeña sonrisa al chico que ahora enfocaba su atención en ella.
¡Marlin lo había besado! El cerebro de Jay se activó de manera inmediata y su corazón de un instante a otro empezó a latir más rápido. ¿Sería posible que Marlin le correspondiera?
—¿Si me aceptas?— la voz era apenas audible, pero Marlin lo escuchó claramente.
Ok, ya tenía la atención del chico y estaba respondiendo, ahora debía solucionar el hecho de lo que diría a continuación.
—Primero recupérate por completo, luego hablamos de todo lo que quieras.— Jay asintió con una pequeña sonrisa en sus labios y un brillo resplandeciente en sus ojos esmeralda.
Había funcionado, Jay se pudo levantar de la cama, comió y empezó a hablar de nuevo, pero se negó a tomar el medicamento, diciendo que no lo necesitaba ya que estaba completamente sano.
—El doctor dijo que tienes arritmia cardíaca, tu corazón no está bien Jay, debes cuidarte.— dijo Marlin, un tanto sofocada con la cercanía del chico que la sostenía abrazado a su cuerpo, ambos sentados al borde de la cama.
No era que la molestara ser abrazada por él, al contrario, disfrutaba el contacto con el chico, solo que... ¿Y ahora que haría con la situación en la que se había metido?
—Mi corazón estaba triste, eso era lo que me pasaba, pero ahora ya estoy bien, porque estamos juntos.— dijo Jay ruborizándose al terminar la frase.
Marlin no quiso protestar ante la conclusión un tanto errónea que tenía Jay sobre su relación, seguiría con eso por el bien de la salud del chico. Se sentiría muy culpable si por su culpa Jay terminaba en el hospital de nuevo.
Correspondió al abrazo de Jay, quien era un tanto más alto que ella, pero tan suave como el algodón. En verdad no le desagradaba para nada su cercanía, era un chico hermoso, un hermoso y adorable tritón.
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