Los últimos siete días fueron algo agitados para el pelirrosa, en primer lugar las lecciones de etiqueta y historia de los dragones fueron algo complicadas, después de todo Natsu estaba mas acostumbrado a comer con las manos y sin tanto decoro o recato y la última vez que toco un libro fue cuando ayudo a Liss a limpiar la biblioteca del gremio hace ya tantos años. En segundo lugar sus mujeres decidieron volver a hacer misiones para tener ahorros por lo que el pelirrosa hacia de niñero las veinticuatro horas del día, al menos salió algo bueno de esto; conoció y creo un fuerte vínculo con sus pequeños, especialmente con las hijas de Mirajane. A las pequeñas albinas les encanta dormir en la misma cama que su padre al punto que arman un alboroto si su madre trata de acostarlas en cualquier otro lado, por suerte Natsu encontró una creativa solución, a todos sus hijos les dió una bufanda hecha con escamas -sacadas de la cueva debajo del castillo- e impregnadas con su aroma -lograndolo envolviendo sus brazos con ellas mientras entrena-, además de tener en cada cuna un peluche de si mismo -también impregnado con su olor-. Supo acostumbrarse al cambio y adelantó varios días el programa de estudio que Levy creo para él aprovechando sus ratos libres.

Tres semanas después de empezar sus lecciones Levy considero que Natsu aprendió lo suficiente y confío que la impresion de Hisui sería más que favorable al punto de asegurar que la princesa querrá aumentar la familia muy pronto.
Natsu aprovecho esa semana libre para ampliar su casa, supo que durante su viaje los chicos del gremio ayudaron a remodelar su casa por petición de Lucy y Mira, el problema es que la casa se amplio para alojar a cinco personas, y su familia ahora era mucho más grande y en un futuro será aún más grande. También otro cambio en su vida fue que todos los gremios querían invitarlo a sus sedes para conocerlo y hablar con ellos sobre su experiencia con la misión mas difícil que se tenga registro. El pelirrosa dejo al consejo mágico organizar dichas reuniones además de la ceremonia donde lo nombran mago santo y claro su boda con Hisui y posterior coronación.

Hablando de Hisui la peliverde le propuso al pelirrosa viajar por el continente juntos para así matar dos pájaros de un tiro; por un lado viajan juntos por todo Ishgar para que la gente se acostumbre a sus nuevos reyes y segundo pasan tiempo juntos como familia. Esa última parte encantó a Natsu, le pidió a las chicas que cuidarán a los niños por una semana o quizás diez días, Lissana y Sorano aceptaron gustosas cuidar a todos los pequeños con la condición de tener al pelirrosa solo para ellas dos durante una semana; Natsu sonrió contento y en su mente pudo recalcar que Liss se está convirtiendo en una envidiable ama de casa, aunque Natsu recuerda que ella siempre fue así, y la llegada de Happy solo acentuó esas cualidades; en cuanto a Sorano solo podía atribuirlo a qué desde niña su deseo fue ser madre.

El viaje de la pareja real no tuvo muchos contratiempos pero si tuvo muchos momentos memorables para la pareja, a Natsu le encanta pasar tiempo con su primogénito y la pareja pudo convivir más. A Natsu le encanta la elegancia y porte de Hisui pero ama  ese lado infantil y bromista que solo él -y quizás su padre- conoce; por su parte a Hisui le encanta ese Natsu infantil, travieso y divertido pero esta extrañamente seducida por el Natsu elegante, refinado y educado. El ver a tanta gente tan de cerca, convivir con ellos y oír sus problemas les ayudo mucho a ganarse a la gente pero les dió también una agenda de cambios y mejoras quizás imposibles de cumplir.

El séptimo día de su viaje la pareja real llegó a lo que parecía ser una granja, algo pequeña pero parece funcional. No parecía haber nadie para recibirlos así que Natsu alzó la voz para llamar la atención de los habitantes del lugar, por suerte al primer llamado responde una voz femenina que promete salir en un momento. Los príncipes no esperan mucho y ven salir de la humilde choza a una joven mujer de cabello rubio hasta los omóplatos y piel ligeramente bronceada, Natsu tarda un momento en reconocerla pero al fin recuerda su nombre Dimaria Yesta, pero hay algo muy diferente en la mujer. Mientras Hisui conversa con la mujer el olfato superdesarrollado del pelirrosa entra en acción, las neuronas de su cerebro tratan de asociar los aromas que el olfato percibe con los muchos recuerdos del DS, hasta que al fin reconoce el aroma; es muy débil la esencia pero no hay duda en su cabeza, esta mujer estuvo con Ignia.

Le susurra a Hisui toda la historia y está le pide a la mujer saber su versión de la historia. Dimaria al principio se niega pero cuando Natsu le explica su relación con Ignia y lo que paso entre ellos la pobre mujer tiene sentimientos encontrados, por un lado está feliz de que su amado cumplió su promesa de enviar a alguien a cuidarla a ella y a sus retoños; y al mismo tiempo está triste, triste y devastada por la muerte del padre de sus hijos.

Su historia empieza después de la derrota del imperio, todos los spriggans sobrevivientes toman caminos separados, la guerrera blonda vago sin rumbo fijo durante un par de meses hasta que por azar llegó a Giltena, la mujer trato de establecerse en un pueblo abandonado donde aún había pozos con agua potable, por casualidad Ignia solía pasar volando cerca de ahí y la primera vez que la vio quedó admirado por su belleza y porte. Tras diez días de contemplarla se decidió a hablarle, tomo su forma humana y camino hacia la chica; se presentó con cierta timidez y rápidamente se hicieron amigos y platicaban mientras trabajaban ya sea cultivando, construyendo un gallinero, un granero o arreglando la acogedora cabaña, tres meses después en una noche de luna llena Ignia se armó de valor y le confesó sus sentimientos a la rubia spriggan, como está había enmudecido Ignia lo creyó un rechazo y estaba por irse pero Dimaria lo detuvo tomando su mano, el dragón la acercó a él tomándola por la cintura y se dieron  un apasionado beso, media hora después hacían el amor en el mismo lugar con la luna como único testigo de su amor. Ignia tuvo que marcharse por asuntos con los otros dioses dragón pero le enviaba a su amada puntualmente oro suficiente para que ella viva con comodidad, ambos sabían que ella estaba embarazada. El pequeño Ignia Yesta nació nueve meses después sin ninguna complicación, el feliz padre lanzó un rugido y un aliento de fuego al cielo como festejo por su heredero. Tras varias noches de apasionado sexo la blonda volvió a quedar embarazada y se lo comunicó al dragón, este no podía estar más contento pero en su corazón sabía que quizás no viviría para ver a su nuevo hijo, tomo a Dimaria de sus hombros y le explicó con toda la calma que pudo sus inquietudes, la pobre mujer no sabía cómo reaccionar y optó por seguir la recomendación de irse del continente y refugiarse en Magnolia, Ignia sabía que ahí su hermano adoptivo la podría encontrar y la protegerá con su vida.

Natsu escuchaba en silencio la historia de la exspriggan y ato algunos cabos, ya entiende el significado de las últimas palabras de su hermano y entiende que quizás por orgullo o porque sabía que tarde o temprano encontraría a la mujer no le dijera sobre ella o sus hijos. Hablando de ellos Natsu pidió a la mujer conocer a sus sobrinos, la mujer se sorprendió pero entendió cuando le contaron la historia -demasiado resumida- el parentesco entre ambos hombres además de que no odia a Natsu por causar la muerte de su amado, tenía ideas algo incorrectas sobre el poder y como usarlo. Sin más distracciónes Dimaria trae a tres pequeños dos recién nacidos y un tercero lo bastante mayor para poder estar de pie
—Se los presento sus majestades -hizo una reverencia pero sin quitar una sonrisa socarrona-, el mayor es Ignia Yesta y estos dos angelitos son Lucy Dimaria Yesta y Brandish Yesta. En brazos de la mujer hay dos hermosas pequeñas con lindos mechones rubios con puntas pelirrojas mientras que el niño es pelirrojo pero intenso, tanto que a Natsu le recordó una fogata. Natsu convivió con los niños los siguientes tres días y al menos el mayor lo veía curioso, como si supiera que ese gracioso hombre de cabello raro era su familia. Natsu y Hisui se despidieron con la promesa de ayudar a la mujer aunque está afirmó no necesitarlo, pues Ignia le dejo muchísimo dinero. Natsu insistió y al menos la convenció de mudarse más cerca de la capital.