Tres días antes de la determinación de las tres magas del gremio un adorable pelirrosa salía del gremio rumbo a la capital real escoltado por varios guardias reales, la razón es muy sencilla; la princesa Hisui E. Fiore pidió personalmente a Natsu Dragneel ser su guardia personal durante su viaje, en el cual verán a un representante del reino de Álvarez.

A fin de preservar la paz entre ambas naciones el rey Toma de Fiore y Ajeel de Álvarez comenzaron negociaciones de paz, de mutuo acuerdo de ambas partes las negociaciones se realizan en territorio neutral; pero debido a sus apretadas agendas en esta reunión ninguno de los dos monarcas podrá estar presente, enviando en su lugar a un representante. A Hisui por Fiore y a Jacob Lesio por Álvarez.

Pero la princesa tiene otras intenciones para pedir a Natsu como su guardaespaldas personal, dentro de su cabeza desde hacía varios meses fraguaba en total secreto un plan para volver al pelirrosa su pelirrosa.

Desde que el inocente chico aceptará su "petición real" ella planeaba con horas de anticipación sus pasos, ordenó a los mejores chefs del continente preparar un banquete digno de hasta el más exigente monarca, además de reservar su suite privada totalmente aislada para que nada interrumpa su plan; y como cereza del pastel ordenó saturar cada mililitro de aire en su suite con feromonas ultra concentradas y entre la ropa de su equipaje yace una lencería exclusiva garantizada para hacer que cualquier hombre caiga a los pies de su portadora.

Su viaje junto al pelirrosa empezó de lo mejor, este la saludo con su característica sonrisa y encanto, acordaron que mientras Natsu vigilaba los alrededores buscando alguna amenaza; el mejor amigo e hijo de este acompañaría a la princesa en el carruaje real. Por fortuna durante todo el trayecto no hubo ningún incidente además que Happy entretuvo todo el trayecto a su majestad
-Y dime princesa, a ti ¿Te gusta Natsu? Preguntó curioso el felino a la joven peliverde.
-N-n-no p-p-pr-pregunte esas co-cosas ta-tan de repente señor Happy. Respondió nerviosa y sonrojada la joven, lo que motivo al alegre gatito azul a burlarse de ella un poco con su característica frase; lo que le valió al gato un leve regaño por parte del pelirrosa.

Al llegar a su destino, el cual se trataba de un grupo de amplias cabañas rodeadas de un frondoso bosque, descansaron por el resto del día, la joven princesa quiso implementar de una vez su plan y aprovechando que el duo quiso pasear por el lugar hizo que un par de trabajadores del lugar rociaran la cabaña que le fue asignada al dragon slayer de fuego con el pretexto de evitar plagas molestas a los huéspedes, mientras ellos cumplían su tarea la princesa invito al pelirrosa a cenar dándole parte del banquete que ordenó preparar para él; haciendo que rociaran dicha comida con algunas feromonas adicionales. Ella y Natsu pasaron una velada muy agradable aunque para el dragón Slayer algo no se sentía bien, desde que puso un pie dentro de la habitación algo dentro de él se sentia raro, como si hubiera dentro de si un incendio; pero la sensación no era para nada como la de su magia, esta no era calida y tranquilizadora, esta era incontrolable e impredecible.

Extrañamente para Natsu, el estar en presencia de la princesa no lo ayudaba a dominarse, era como si solo oler el aroma de Hisui avivará el incendio en su interior. Cómo pudo Natsu se domino a si mismo llegando incluso a pensar en Ichiya para calmar este voraz incendio siendo todos sus intentos infructuosos.
Para bien o para mal a duras penas supo dominarse durante la cena, para sorpresa de Hisui su amado pelirrosa supo comportarse con modales, al preguntarle la peliverde donde aprendió o quién le enseño etiqueta este contestó
—Fue gracias a Lissana. Contestó él sonriendo.
—Esa mujer ¿Será algo de él? Se preguntó la peliverde y no quiso albergar en su corazón tal angustia
—¿Es algo tuyo? Pregunto ella
—Claro, es la madre de Happy. Contesto él con inocencia.
Hisui en su corazón no deseaba volverse la tercera en discordia entre su amado pelirrosa y esa mujer, pero anhelaba el cariño del dragón slayer como sus pulmones el aire. Optó por algo que muchos monarcas y nobles suelen hacer cumplir su deseo y enterrar la evidencia. Esparció discretamente más feromonas en dirección de su amado y mientras coquetea con él rocía en su comida un afrodisíaco.

Natsu se sentía muy a gusto comiendo todas aquellas delicias y disfruta de la elegante compañía de la bella princesa de Fiore pero desde que se sento al lado de la joven un incendio devora su interior y parece aumentar de intensidad a cada momento, no lo ayuda la presencia de la mujer ni sus lindos coqueteos. No queriendo pasar por una comprometedora y bochornosa situación y menos aún enemistarse con el rey Toma optó por despedirse de la princesa fingiendo cansancio. Hisui lejos de amedrentarse o entristecerse se acostó en su mullida cama con la sonrisa de quién sabe que ganará la guerra pese a perder la primer batalla.

En su propia cama Natsu se revuelve en esta tratando inútilmente de conciliar el sueño sin embargo lo único que el pobre ve, escucha y huele es a la peliverde; desesperado hace lo único que cree que podría ayudarlo; darse un golpe de nocaut, lo consiguió gracias a qué dejó que un enorme jabalí salvaje lo embistiera a toda velocidad para después Happy llevase cargando al inconsciente pelirrosa de vuelta a su dormitorio y que este respirase toda la noche las feromonas de Hisui

En la mañana Natsu se sentía un poco más tranquilo y obviamente con algo de jaqueca, alrededor del mediodía la reunión de la princesa dio inicio y tanto Natsu como sus guardias hicieron su labor patrullando los alrededores. No hubo incidentes y la reunión llegó a los mejores términos, el representante de Álvarez partió apenas se dió por concluida la reunión excusándose por lo largo y tedioso del viaje; la princesa lo despidió con una suave sonrisa y acto seguido mando a todos sus escoltas menos uno -Natsu- a patrullar a dos kilómetros del lugar. Cito al pelirrosa media hora más tarde, tiempo que ella aprovecho para ponerse una sensual lencería -a prueba de fuego- y regó más feromonas, lo cuál en cuanto ingresó Natsu fue la gota que colmó el vaso. Natsu no pudo contenerse más y finalmente cedió a los impulsos que las feromonas le provocaron haciendo que el pelirrosa le arrebatara la virginidad a la princesa varias veces durante toda la tarde y parte de la noche.

A la mañana siguiente un aterrado pelirrosa contempla a la princesa desnuda y viceversa. La mujer peliverde le miente a su dragón para evitarle problemas y lo tranquiliza prometiéndole que en cuanto llegue a Fiore usará algún anticonceptivo solo "por si acaso". Y así con la princesa con una hermosa sonrisa de oreja a oreja y un preocupado Natsu parte la caravana real de vuelta a la capital real.

Mientras tanto otras cinco mujeres con el mismo objetivo -Natsu- planean igualmente declararle al hombre de sus sueños su amor ignorando que la princesa les lleva una gran ventaja.