Natsu está preocupado por lo que dijo Selene e intentó saber más pero la dragón no quiso hablar, sin embargo si acepto ayudar al pelirrosa en algunas cosas. Abrió un portal al lugar desde dónde fue transportado, los alquimistas estaban visiblemente impresionados de ver de nuevo al mago pelirrosa y a la vez decepcionados sobre todo el maestro del gremio, el pelirrosa no se inmutó y le extendió al hombre un regalo. Se trata de un antiquísimo libro que Natsu tomo de la biblioteca privada de Viernes, el gremio entero agradeció el obsequio y Natsu aseguro que había muchos más libros como ese, solo debían abrir un portal; pasar y tomarlos. Antes de irse Natsu se dirige al único miembro del gremio que estaba oculto
-Sal de las sombras God Serena, ¿Sabes? Al terminar esto me gustaría enfrentarme a ti. God sonrió y estrechando su mano le aseguró que él igual ansía medir sus fuerzas.

Dos días le tomo a Natsu llegar al lugar que Selene le indicó, dicho lugar era una isla volcánica al norte del continente. En cuanto el mago DS puso un pie en la isla escucho la voz de Ignia
-Bienvenido a mi isla "hermano". La última palabra fue pronunciada con terrible desdén y desprecio pero el Slayer de fuego no se inmutó.
-Esto puede terminar por las buenas como con Mercuphobia o por las malas, tu eliges "hermano". Hablo el pelirrosa pronunciando la última palabra con cierta pedanteria.
-Nuestra pelea será en mi territorio, mi propia dimensión de fuego. Mientras habla Ignia, frente a Natsu se abre un portal y en el otro lado ve un auténtico infierno: ríos de lava al rojo vivo; volcanes haciendo erupción; literalmente llueven bolas de fuego.

-asumo que notas el calor que se siente en mi hogar -exclama Ignia sin mucho interes- te doy seis meses para llegar a mi palacio, espero puedas venir porqué si no lo haces -mientras habla una horrible sonrisa prepotente se dibuja en su rostro- iré a Magnolia y mataré a todos.

Natsu se tomó sus palabras como un desafío personal y de inmediato busca como llegar al palacio de ese Ignia, solo veía un lugar con tierra firme en kilómetros a la redonda y ese lugar era dónde está parado; por lo cuál ir saltando queda descartado, volar no puede así que la única opción es nadar por los ríos de lava

Fue duro al principio para el pelirrosa pero de esta forma ganó condición física y mejoró sus habilidades, fue un inmejorable entrenamiento, pero al fin pudo llegar al lugar; solo le tomo dos meses atravesar ese infierno.

Ignia lo esperaba algo impaciente en la entrada de su castillo y sonrió satisfecho al verlo llegar, con solo verlo se podía sentir su poder; hasta su calor corporal parece quemar si te acercas demasiado, ambos al verse sonrieron satisfechos y orondos y sin más demora la pelea dio comienzo. Cada vez que sus patadas y puñetazos impactan pareciera que hasta las propias entrañas de la tierra se estremecen, incluso la poca tierra firme que sobresale se derrumba ante la sola vibración de los golpes.

La batalla se extendió por días, solo en una ocasión ambos dragones trataron de atacarse con alientos igneos pero obvias ambos ataques fueron inútiles aunque a Ignia el ataque de Natsu si logro hacerle algo de daño aunque esté fue mínimo y del lado de Natsu este también sufrió un rasguño por el ataque de Ignia pero ni siquiera lo sintió. Ambos hombres han agotado su magia reforzando sus cuerpos para soportar tanto el sofocante -hasta para un dragón- calor como el agotamiento físico, llegó al fin el punto en qué ambos contrincantes agotaron su magia aunque Natsu aún tiene un as bajo la manga; saco su poder demoníaco.

Su rival no se esperaba eso, no tuvo forma de contraatacar y finalmente cayó vencido al fin. Con sus últimas fuerzas Ignia sonrió satisfecho y dijo sus últimas palabras
-Felicidades rosita, ahora eres el dragón más fuerte del mundo, protege a tu familia. Y finalmente murió, su cuerpo se empezó a volver cenizas al rojo vivo que una extraña corriente de aire mueve por su cuenta, dichas cenizas parece que querían acercarse a Natsu, este ni se movió de dónde está parado dejando que las cenizas se peguen a su piel. Las cuales empezaron a fusionarse con su cuerpo.

En cuanto ese extraño ritual terminó el cuerpo de Natsu cayó al suelo inconsciente, ni siquiera se percató de que un portal se abrió justo en ese momento y una silueta femenina apareció. Una semana después Natsu abre pesadamente sus ojos encontrándose recostado en una cómoda cama en una especie de habitación cuyas paredes consisten en cuatro juegos de sábanas de seda sostenidas por estructuras de oro en cuya superficie fueron tallados bellos patrones de figuras, dichas sábanas son tan delgadas que apenas dan algo de privacidad a quién esté adentro. El pelirrosa está tan perdido en sus pensamientos que no nota dos cosas, la primera que su "habitación" está al aire libre y en ese momento la luna llena brilla con fulgor sobre el cielo estrellado y su luz plateada proporciona una hermosa y relajante atmósfera, lo segundo es que Selene está caminando hacia donde Natsu yace acostado vestida solo con una delgada bata de suave seda color rosa pastel. Esa noche Selene hizo realidad su deseo de volver a ser madre, esta vez gracias al nuevo rey de estos Natsu Dragneel.

Selene no quiso dejar cabos sueltos y le borro a Natsu el recuerdo de su candente encuentro, solo recordando este que durmió siete días seguidos despertando la tarde del octavo día. Al despertar lo primero que hizo al ver a alguien al lado de su cama fue preguntar dónde estaba. La sirvienta que Selene asignó cuidar al pelirrosa le explicó que su largo sueño se debió al extremo desgaste al que se sometió durante todo ese año al enfrentarse a cinco dragones prácticamente uno tras otro sin detenerse a descansar. La mujer también le comenta un extraño corte que tiene en el lado derecho de su tórax más o menos entre la segunda y tercera costilla, un doctor -le aseguró la chica- y varios curanderos han revisado y estudiado la herida a consciencia durante toda aquella semana y llegaron a una única conclusión: de algún modo Ignia logro herir a Natsu y dicha herida permitió al aire rico en azufre del reino de Ignia meterse al cuerpo de Natsu empeorando el envenenamiento que ya sufria Natsu. Ese envenenamiento es el último clavo que necesitó su ya de por si agotado cuerpo.

Pregunta Natsu entonces que tan grave es el daño, la mujer le fue muy honesta y confesó que diez años a lo mucho si no se trata y descansa, pero si descansa y recibe el tratamiento correcto se alargará su vida al doble o triple que ese lapso, quizás más en el mejor de los casos; el pelirrosa penso muy detenidamente la situación y se decidio a aceptar recibir el tratamiento médico necesario influenciado principalmente por seis hermosaa mujeres que aparecieron en su mente en ese momento.

Durante toda la semana que duró su tratamiento Natsu bebió puntual sus medicinas y bebía mucha agua, lo que no notaba por la medicina es que Selene mezclaba en el agua potentes afrodisíacos que obligaban al pelirrosa a despertar a medianoche todos los días, a volverse un dragón y hacerlo con la primer hembra que encontrase, por casualidad las siete veces que el dragón rosa buscaba compañera encontró a Selene y ella lo recibía con los brazos abiertos, Natsu jamás tuvo recuerdos de tales encuentros pues Selene le borro la memoria tras cada noche. Finalmente llegó el momento de partir y Natsu recibió dos últimas advertencias de Selene, una relacionada con el gremio de dragón slayers de quinta generación que la mujer dirigió momentáneamente y la segunda relacionada con Ignia, al parecer este, antes de que Natsu llegara al continente estuvo con una mujer y tuvo relaciones, de las cuales salió un bebé. El pelirrosa prometió encontrar a la mujer y velar por su sobrino; Natsu jamás notó que Selene quedó embarazada, está acarició su vientre con amor y dijo para si "los espero impaciente mis bebes"