Natsu tenía motivos para estar agradecido y feliz, está feliz porqué ya ha logrado más que cualquier otro mago de la historia del reino y quizás del mundo. También está agradecido con la amabilidad de Mercuphobia, ahora sabe el nombre de su siguiente objetivo.

Lo bueno es que ahora sabía a quien buscar, lo malo es que no sabe por dónde empezar; le tomo dos meses recorrer desde el sur hasta el norte la costa del continente, fue por pura suerte que se enteró que en el centro del continente hay unas ciudades similares a Elmina, gracias a su nueva fuerza le tomo a Natsu solo cuatro días llegar a la zona central del continente. Inmenso fue su asombro al ver en la zona lo que parecía un gigantesco montículo y encima de este  ciudades llenas de actividad.

Natsu quedó fascinado por las ciudades, no se sorprendió tanto cuando averiguó qué en estás ciudades también adoran cómo a un dios a un dragón, en éste caso al dragon de la madera. El ambiente de las ciudades lo animó lo suficiente para postergar la misión unos días para descansar, la noche del primer día lo visito Doranbolt -un alias para Mest Gryder- y le informó entre otras cosas que el consejo celebró enormemente su victoria contra el dragón del agua y que ahora se encuentra en Draseel. Natsu se alegró por supuesto, sin embargo poco le duró el gusto pues de repente empezó a temblar, Natsu preocupado vuelve a la recepción del hotel donde se hospedó pero nadie parece preocupado, al salir a las calles varios ciudadanos lo invitan a rezarle a los árboles pues diario a la misma hora exacta ocurre lo mismo. Es en ese momento que Natsu se percata de algo, la inmensa mole sobre la que fueron construidas las ciudades tiene la vaga forma de un dragón, por primera vez desde aquella vez en la isla sagrada del gremio Natsu siente terror, pues si está en lo cierto; él y Mest están parados encima del dragón más grande que ha visto jamás.

Ambos magos dejaron el asunto para el día de mañana y volvieron a la terraza del hotel, mientras comían algo Natsu pregunta a Mest el futuro de la chica que atrapó Caramille, este lo mira desconectado pues la asistente del ex dragón no le entrego al consejo ningún prisionero. Al pelirrosa eso le preocupa y le informa al hombre lo poco que sabe de esa joven.

Cerca de la ciudad tres hombres caminan rumbo a la ciudad, a ninguno se le ve el rostro pues están cubiertos con capuchas.

Al día siguiente Natsu y Mest investigan más sobre el dragón de esta ciudad logrando averiguar que las cinco ciudades fueron construidas encima del dragón como escondites para los orbes que son la fuente del poder del dragón cuyo nombre es Aldoron. De pronto la misma chica que controló a Mercuphobia aparece enfrente de Natsu y le revela que planea robar y destruir esos cinco orbes para debilitar y matar al dragón. Natsu se enfada y asegura que no se le permitirá. La chica sonríe con malicia y solo extiende su mano izquierda, esta empieza a emanar un brillo púrpura y, tras unos segundos el brillo cesa, Natsu pese a que intenta resistirse destruye el primer orbe siendo controlado por la mujer cesando el mismo en cuanto el objeto es destruido.

Más decidido que nunca el mago corre para proteger los orbes restantes pero llega muy tarde, tres hombres han destruido otros dos orbes y gracias a su magia, la chica bruja controla a Mest para obligarlo a destruir los dos últimos. Satisfecha la mujer sonríe petulante y se aleja. Mientras tanto la tierra tiembla al punto que las cinco ciudades sucumben y algo inmenso se mueve, se trata de Aldoron quien finalmente despierta de su larguísimo letargo, Natsu deduce gracias a un todavía conmocionado Mest que los orbes en realidad eran sellos y que estos de algún modo lograban tener sellado al colosal dragón, Natsu trata inútilmente de golpear a la inmensa mole sin lograr hacerle un rasguño al inmenso dragón, entonces cinco seres se presentan y afirman ser ellos los verdaderos sellos del poder de Aldoron.

Si vencen a los cinco Aldoron quedará muy débil y podrán sellarlo sin problemas. Natsu poco a poco va destruyendo ser tras ser, gracias a qué él consejo mágico del continente llegó y ofreció atacar como una forma de distraer al dragón, en cuanto el último ente es vencido la diferencia de poder es demasiado obvia pues Natsu logra contener e ingerir un ataque del dragón aunque él jamás nota que el ataque logra arrancar un pedazo de su bufanda. Natsu apenas pensaba alguna forma de atacar cuando se escucha que algo inmenso impacto contra el suelo, el mago solo pudo contemplar cómo el dragón más grande del mundo se vuelve tierra y astillas poco a poco.

Mest y algunos soldados aparecen en el lugar varias horas después del combate constatando la derrota del dragón, en sus rostros es evidente una sonrisa que ni siquiera se esfuerzan por disimular, hasta que uno de ellos encuentra algo que borra de tajo la felicidad de todos, solitaria en medio del páramo desnudo yace un pedazo de bufanda color blanco con diseño de escamas, quién es el dueño de una prenda así es obvio y hace temer lo peor entre los soldados. Mest se contiene y logra iluminar a todos con el mismo rayo de esperanza que él contempla
—No asuman cosas que provoquen pánico entre nuestra gente. A lo que los hombres responden cuadrandose y volviendo al trabajo.

Hisui Fiore está aburrida y cansada de los excesivos mimos con que es tratada desde hace algunos meses, aunque su vientre delata su estado ella siente que aún puede cumplir con algunos deberes reales o por lo menos hacer algo más que estar acostada, un día; cinco meses después de la partida de su pelirrosa logra enterarse que su padre fue informado del rumor del probable fracaso y muerte de Natsu Dragneel, la noticia la deja en shock pero logra mantenerse entera para oír la reacción de su padre
—¿Encontraron su cuerpo? Preguntó Toma a lo que el mensajero responde que encontraron un pedazo de su bufanda
—Hasta no hallar su cuerpo o que él aparezca no haremos ninguna declaración, considera esto un secreto del mayor rango. El soldado solo asintió y al irse el rey hizo una última advertencia
—No necesito recordarles a mis soldados el castigo si esto se hace público, el soldado trago con dureza y solo siguió su camino. Hisui llora agradecida con su padre, eran las palabras que necesitaba escuchar; acaricia su vientre soñadora y ruega una vez más por el regreso del héroe del reino.

Mest entregó su informe mensual al maestro Makarov en su oficina y hablo del incidente con la bufanda de Natsu, el maestro pensó igual que el rey; sin la certeza de su fracaso no alarmaría innecesariamente a sus mocosos. Sin embargo no notaron que un pequeño y travieso gato azul se escondió en la repisa donde el viejo guarda su tabaco y su pipa justo antes que el y Mest entrarán. En cuanto su junta terminó el pequeño se aseguró que nadie lo viera salir y oculto sus huellas lo mejor que pudo y conteniendo sus lágrimas voló a máxima velocidad a casa de las Strauss.

Por insistencia de Erza Lucy, Lissana, Mira y Yukino dejaron de hacer misiones o atender a los demás miembros del gremio, las cuales aceptaron de mala gana solo porque ya tenían ahorrado una buena suma de dinero y al menos Lucy y Yukino, no debían preocuparse de pagar alquiler pues la casa de las Strauss es muy grande. Un gatito azul entro a la sala de la casa muy preocupado y llamo a su madre y a las otras chicas, les contó lo que escuchó y al igual que Hisui Lucy y Mira se pusieron histéricas, la Strauss menor y la maga celestial albina fueron la voz de la razón en esta ocasión.

En medio de unas ruinas antiguas Jellal contacta con sus espías dentro del consejo y el ejército real enterándose también del rumor, prudentemente decide no decirle una palabra al respecto a cierta peliplata encinta y tampoco a los otros miembros de su gremio, anticipando que probablemente alguno de ellos soltaría la lengua y la peliplata sin duda no lo tomará nada bien.