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Capítulo 5: Demasiado Viejo Para El Amor

Genial, simplemente genial.

Bably estaba tan confuso como molesto, no solo una extraña abominación llega a su casa, sino también se está quedando a comer, como si fuera una invitada.

Maldita sea.

- Bonita casa por cierto- Dice la dragona con una sonrisa.

Bably solo gruñe en afirmación mientras pone los platos y cubiertos en la mesa. Sin embargo, la dragona se queda mirando extraña.

- ¿Por qué tan pequeños los utensilios?- Pregunta la dragona extrañada mientras mira de reojo a Bably.

- No necesito del tamaño de mi garra para comer- Responde Bably mientras acerca una olla pequeña y sirve la mitad a cada uno.

- ... ¿Eres de estomago chico?

- Correcto- Contesta Bably mientras se sienta y empieza a comer lo que cocino- También tienes la opción de dejarlo como está y no comerlo.

La dragona se le queda mirando un buen rato, mientras él comía sin molestarse en corresponder la mirada. Al ver que no hace otra cosa que comer, con gran pesar y dificultad, ella trata de comer el diminuto plato con los cubiertos demasiados chicos para sus garras.

- ¿No tienes el dinero para comprar algo que se adecue a tu tamaño?- Interroga ella.

- Si lo tuviera, ni siquiera me molestaría, con esto me basta- Dice Bably mientras se encoje de hombros.

- ... Entiendo, aunque me es extraño que un dragón de tu tipo no se moleste por estas cuestiones y sea... bueno, ambicioso.

Bably deja de comer un momento y la mira de reojo.

- Vaya ignorante que eres, los dragones mamono y los de aquí no somos iguales, pese a nuestras similitudes- Menciona Bably molesto mientras reanuda a lo suyo.

Ella asiente en silencio, y opta por comer como puede.

Luego de un largo rato comiendo en silencio, ambos terminan de comer, por lo que Bably levanta la mesa y empieza a lavar los platos.

- ¿Acaso no tienes ningún sirviente o algo similar?- Pregunta la dragona curiosa.

- ¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas? Me siento en un interrogatorio- Replica Bably con el ceño fruncido mientras la mira de reojo.

- Disculpa, solo es... curiosidad.

- No me genera confianza eso ultimo, pero en fin, ya comiste, ahora, largo de mi casa.

- Oye ¿No me puedo quedar a dormir?- Pregunta ella con un puchero.

- No, ahora vete- Contesta Bably mientras termina de lavar y se gira a mirarla.

Ella solamente se limita a resoplar mientras se levanta del asiento y se dirige hacia la entrada.

- Por cierto, mi nombre es Daris- Dice la dragona mientras se señala, sonriendo.

- No he preguntado por tu nombre, alienigena, y ciertamente no me interesa- Comenta Bably aburrido.

-... Mínimo un poco de respeto ¿No? - Menciona Daris molesta.

- No con alienigenas, ahora, vete- Contesta Bably con el ceño fruncido mientras la saca de la casa.

Ella no opone resistencia y sale de la casa mientras suspira, se voltea a mirarlo una vez fuera.

- Deberías pensartelo mejor Bably, tener una jabberwock de pareja tan hermosa y sensual como yo te traería siglos de placer y amor - Dice Daris mientras le señala y saca pecho.

Bably frunce el ceño extrañado.

- No recuerdo haberte dado mi nombre, alienígena- Señala Bably entre molesto y confuso.

- Oh, no hacía falta, eres la polémica de Twitter actualmente - Menciona Daris con una sonrisa maliciosa, sin embargo, Bably ladea levemente la cabeza, incapaz de entenderla totalmente -... Espera... ¿Tienes un teléfono siquiera?

- Bueno... Tengo uno con teclas Contesta Bably mientras se encoje de hombros, haciendo que la jabberwock ponga los ojos en blanco.

- Claro que no te enterarás de nada, ughh- Menciona Daris mientras suspira - No importa, te regalaré uno mañana.

- No aceptaré nada de ti, alienígena.

- Lo que digas, en fin, ten buenas noches mi amor, sueña conmigo - Se despide Daris con un tono coqueto mientras se va.

- Me daría pesadillas en ese caso, por lo que espero que no- Responde Bably sintiendo algo de asco al imaginar eso.

Cuando la jabberwock se fue, Bably suspira aliviado y entra a la casa, asegurándose de cerrar bien la puerta.

Espera que mañana sea más tranquilo... Heh, inocente.

.

.

.

Bably se despierta y se levanta de su cama individual (con un tamaño muy justo para él) mientras va a limpiarse.

Al finalizar, se prepara un café... Uy, no hay... Bueno, se prepara un té, con alguna rebanada de jenjibres en la bebida... Uy, como ha de picar eso.

Bably abre una estantería, viendo la gran cantidad de las tortitas azucaradas qué le compró a Karpli, agarra media docena y se dirige hacia la ventana cercana a la puerta, aparta las cortinas y mira afuera.

Aún era de noche, no es de extrañar que el clima de Fari X'a sea algo complicado de adaptarse, pues inclusive entre meses o semanas, Hatredis, el dios del odio, cambie el rumbo del planeta a su antojo.

¿No debería alguien hacerle un estate quieto a este dios? No hay alguien semejante quien le haga frente en este mundo. ¿Qué con el resto de dioses? Mi amigo, eso es un relato para otra historia, pero te daré una pista: en algún momento de la historia de Fari X'a, hubo una guerra a gran escala que se le recoce hasta el día de hoy como "La Gran Purga Divina".

En fin, volviendo con Bably, él mira con tranquilidad el oscuro amanecer, ve como las ventanas se escarcharon, demostrando el frío del exterior.

Ni siquiera llegaban a la mitad del mes, supone que Hatredis estaba intolerante, y necesitaba un refresco urgente.

Encojiendose de hombros, le da un sorbo largo a su té, seguido de comerse la mitad de las tortitas de su garra.

De repente, un escalofrío feo recorre rápidamente por su columna hacia terminar en su cola, se voltea con rapidez hacia la chimenea, sin embargo, no había nada allí.

Algo no andaba bien, y empezaba a tener un mal sabor en la boca, decide dejar el té y las tortitas en la mesa más cercana e inspeccionar el lugar.

Pero a mitad de hacerlo, algo golpea la puerta, y Bably mira de reojo a la puerta.

No se siente cómodo, para nada, siente que alguien a invadido su territorio, pero no sabe qué exactamente, ladea un poco la cabeza,  eso lo resolvería más tarde.

Se acerca a la puerta y la abre, ¿Quién es el loco que lo molesta a estas horas de la mañana? (son las 8:00).

Oh, vaya otro alie... Un momento... ¿Qué carajos es esto?

- U-uhm, B-buenos días- Dice una fémina tímidamente.

Ok, esto era cada vez más raro, bah, en realidad los mamono son cada vez más perturbadores. Lo que estaba frente a su puerta es... ¿Una combinación de un dragón y una serpiente? Al parecer este alienigena levita.

La mitad de la cintura para arriba es una mujer de piel clara, con ojos reptilianos de tono amarillo, con un largo cabello arreglado de color violeta claro, con cuernos encorvados en la cabeza. Debajo de su cuello se encuentra un extraño símbolo del tono de sus ojos, un poco más debajo estaba sus grandes pechos sostenido difícilmente por su inusual vestimenta, con garras que sostienen estas.

De la cintura para abajo, es el cuerpo de una larga serpiente de escamas verdes esmeralda, aunque con pelo rojizo a lo largo de este.

Bably mira algo perturbado a la alienigena, y esta en consecuencia empieza a incomodarse.

- ¿T-todo en orden? - Interroga la alienigena, incomoda ante la fija mirada de Bably.

-... ¿Qué cosa eres tú? - Finalmente habla Bably.

- O-oh, y-yo soy una Ryu, me llamo Megumi... por tu impresión, parece que no viste nada similar a mi antes- Contesta Megumi con una risa tímida.

- Ciertamente eres una cosa... extraña, pareces una combinación de un dragón y una lamia- Dice Bably, pestañando un par de veces para confirmar lo que está viendo.

-  Puedes compararme así, pero ten en cuenta que no soy mestiza ni nada por el estilo, soy una especie aparte- Menciona Megumi algo nerviosa.

- Puedo notar eso...

Ambos se quedan en silencio por un rato.

- ¿P-puedo entrar?- Pregunta Megumi mientras empieza a temblar ligeramente.

- No- Responde Bably de forma cortante

...

Uhhh...

- S-sé que no puedo ser alguien agradable a la vista, p-pero juro que no tengo malas intenciones- Dice Megumi con ligeros temblores.

- Huh, solo lo haces sonar peor- Replica Bably mientras entrecierra los ojos.

- Por favor... no tengo en donde quedarme ahora- Suplica Megumi mientras junta ambas garras  y frunciendo el labio.

Bably solo arquea una ceja.

- Hay otros que deberían estar despiertos a este horario y de seguro aceptarían dejar que a algo tan extraño y aberrante como tú les invada su privacidad- Comenta Bably mientras la señala.

La parte de aberrante poco le agradó a Megumi, demostrándolo con su ceño fruncido, pero decide dejarlo pasar.

- Entiendo, pero vine de muy lejos, no conozco a nadie de aquí, y escuché rumores de un dragón amable y comprensible que podría acapararme- Menciona Megumi con un aliento desanimado.

- Pues has encontrado al dragón equivocado, tengas buen día- Se despide Bably mientras cierra la puerta.

Bably, ignorando el hecho que ella aún está en frente de la puerta, inspecciona de nuevo a los alrededores, ese sentimiento desapareció, aunque por si las dudas fue a buscar a cada rincón de su casa.

Nada, no encontró nada fuera de lo común, se sintió extrañado ¿Qué podría ser?, si fuese alguien invadiendo su propiedad, mínimo hubiera dejado algún tipo de olor, o se hubiera robado algo.

Se encoje de hombros, supone que era la aberración de afuera en cuestión, por lo que se relaja y vuelve a por su té.

.

.

.

...

¿Acaso este alienígena tiene algún retraso mental, o es testaruda? Megumi no se ha ido, ya han pasado como 2 horas y la alienígena aún sigue estando fuera de la puerta, esto incomoda a Bably.

Aún debía volver a la cafetería a pagar su deuda, y ver si le dejarían trabajar allí, porque ciertamente está falto de dinero (Bastante de hecho), y no quería que ésta la siguiera, vaya saber que planes tiene esa cosa.

Bably suspira, se ha topado con 3 tipos de dragonas algo extrañas, una peor que la anterior, y realmente espera no conocer más, no quiere andar recordando todas las caras de todas estas "pretendientes" que, si bien no lo dicen, actúan como tal (Es que lo están diciendo de forma directa que quieren casarse con él, pero bueno, no quiere admitirlo).

Siente que esto de salir de su casa fue un error, y que era preferible a morir de hambre, pero ya, lo pasado queda atrás. Por lo que, con una gran bocanada de aire, agarra su bolso y va hacia la puerta.

Aunque sea leve, puede escuchar movimientos y pequeños chillidos de alegría, ughh, estúpida alienígena.

Abre la puerta y la ve, Megumi se hace la tonta y sonríe.

-O-oh, señor, buenos días, recién vuelvo de hacer unas compras - Saluda Megumi tímidamente mientras le muestra un bolso de cartón violeta... Espera ¿¡Qué!?

Tanto Bably como yo estábamos realmente estupefactos ¿De dónde ha sacado eso? Ciertamente no llevaba nada consigo hace unas horas, es más, de ser así, Bably se hubiera dado cuenta por los sonidos que este haría.

Humm... Mi querido lector, aquí hay algo que no me cuadra.

Bably discretamente olfatea el aire, aunque no puede detectar nada dentro de esta, como si... No hubiese nada allí en primer lugar...

- E-esto es para usted- Ofrece Megumi con una cálida sonrisa.

- ... ¿En serio esperas ha que acepte regalos de alienígenas? - Interroga Bably mientras arquea una ceja.

Eso logró desmotivar a Megumi, bajando la bolsa y tornando su expresión en una de confusión.

- ¿A-acaso no te gusta recibir regalos? - Pregunta Megumi cada vez más desanimada.

Bably chasquea con la lengua.

- No me gusta recibir nada de nadie, menos de un alienígena, así que pide reembolso o busca a otro que esté a gusto de recibir cualquier basura que le des- Comenta Bably, mientras sale de la casa y cierra la puerta.

- ¡No es basura!- Replica Megumi molesta mientras sube el tono de su voz- ¡Ni siquiera te molestas en saber que es lo que quiero darte!

- Y prefiero que sea así, no volveré a repetir lo que dije- Contesta Bably mientras le da la espalda y se marcha.

Megumi simplemente se le queda mirando, tan molesta como indignada, aunque su timidez es palpable, el trato que Bably le estaba dando ciertamente le ayudó a olvidarse de ese sentimiento.

- ¿Y piensas conseguir pareja con esa actitud? Vas a quedarte totalmente solo a este paso- Pregunta Megumi, alzando la voz para que la escuche.

Bably se detiene por un momento y se voltea a mirarla de reojo.

- Hasta que logras ver, serpiente- Dice Bably, mientras reanuda a su caminata.

La Ryu frunce el ceño confundida, asimilando lo que acaba de decir el dragón de Fari X'a. Al terminar de procesarlo, se limita a fruncir tanto el ceño como su labio, mientras niega con la cabeza levemente.

- No creo que sea posible...

.

.

.

Bably camina por las calles del Pueblo X'a Nim mientras piensa en esa extraña sensación que tuvo en casa, no era normal que pasara algo así.

... espera, ahí está de nuevo.

Bably mira de reojo a todos los lugares que puede, pero no ve nada fuera de lo común más allá de los habitantes locales y los asquerosos alienígenas, cada vez más familiarizados y simpáticos con él, ughhh, estúpidas criaturas.

Esa sensación... es una de alguien vigilándolo desde las sombras (a plena luz del día, genial...). Supone que tiene que ser algún alienígena que ande de curioso y que, por su timidez o vaya a saber qué, no da la cara, o al menos no se deja descubrir lo suficiente.

Por lo que, con un suspiro, se encoje de hombros mentalmente mientras va hacia Runderp, lo cual ya estaba a la vista prácticamente.

Hoy es miércoles, por lo que aún hay clientes en abundancia, pero como no iba a tomar ningún pedido hoy, se ahorraría tener que esperar en esa larga fila, que si bien disminuía con rapidez gracias al esmero de los empleados, le incomoda andar escuchando gente ajena que hable sobre él.

Entra al local e, ignorando las miradas, se dirige hacia Amerix.

- Oye, moco andante- Llama Bably mientras la ogro lo mira de reojo.

- ¡Oh, abuelo! ¿Qué pasa?- Dice Amerix mientras arquea una ceja.

- Quiero hablar con tu jefe ¿Está disponible?

Amerix señala con su pulgar una puerta que se encontraba no muy lejos de ella, sin molestarse en voltearse.

- Entra no mas, no esta haciendo particularmente nada... creo- Menciona Amerix mientras reanuda con su trabajo.

Ignorando lo último, Bably va de camino hacia allí. Al llegar, golpea levemente la puerta.

Se escucha un leve golpe y gemido de sorpresa al otro lado.

- U-uhhh ¿Q-quién es?- Pregunta una voz masculina ronca de forma nerviosa.

- Soy Bably, quiero hablar contigo- Contesta Bably, mientras arquea una ceja.

- O-oh mier... y-ya voy Bably, dame un momento- Dice el hombre mientras se escucha algunas cosas moverse aquí y allá.

Bably frunce el labio, no le gustaba como sonaba su tono y lo tardío que era, tenía la sensación de que el ambiente le dejaría un mal sabor en la boca.

Hablando de sensaciones, esa captación a ser vigilado no se ha ido en ningún momento, poco a poco empezaba a irritarse, pero es mejor no llamar la atención (más de la que ya tenía por ser un dragón macho) por lo que suspira algo cansado.

- Ya está, puedes entrar- Dice el hombre, sonando ya más tranquilo.

Sin hacerse esperar, Bably abre la puerta y entra a la habitación, ve que tanto las paredes como el piso tienen un tono azul marino, y que ha varias estanterías en la pequeña sala. Y en el centro, un escritorio con dos asientos en ambos frentes, y ahí estaba él, un hombre adulto que aparenta tener al menos 37 años, con un bigote fornido y cabello corto rojizos, con ojos color amarillo, y con un desarrollo muscular decente, aunque oculto a simple vista por su elegante traje de rayas blancas, marrones y rojas.

- ¡Bably, tanto tiempo! por favor toma asiento- Saluda el hombre con una sonrisa mientras le señala el asiento.

Bably asiente con la cabeza levemente mientras toma asiento... siente que hay algo raro aquí.

- Dime Bably, ¿En qué puedo ayudarte?- Pregunta el jefe del local mientras le sonríe.

- Vine por dos temas en particular, nada importantes- Responde Bably, haciendo que él hombre alze las cejas, interesado.

- ¿Y cuáles serían esos casos? - Interroga él jefe del local, curioso.

Bably deja un pequeño fajo de billetes enfrente de él.

- No he pagado el café del otro día, ahí está el coste.

- Oh Bably, no hacía falta que...

- Silencio- Interrumpe Bably severamente, callando al hombre- No aceptaré negativas ni ninguna mierda similar, ahora, quería hablar sobre...

Bably no se había percatado, o quizás insconcientemente lo ignoró, pero había un olor en el ambiente que empezaba a tomar cada vez más fuerzas... Oh mierda.

Bably se levanta abruptamente del asiento y se tapa la nariz.

- ¿¡Es en serio Magrk!? ¿Debes hacer esta mierda en un lugar público? - Señala Bably molesto mientras se aleja un poco de él.

Magrk, el jefe del local, se sonroja levemente.

- Sé que es algo desubicado, ¡Pero no me pude resistir! ¡Ya sabes como son las mamono! - Contesta Magrk mientras se aparta un poco junto con la silla.

Debajo de él, sale una criatura con un aspecto muy similar a los maiíb, sin embargo, tiene una estatura muy baja, prácticamente un enano.

Ella tiene la piel bronceada, con cabello algo largo de color rubio y con ojos verde esmeralda, viste de un conjunto de Jean que deja mucho a la vista.

Bably puede observar que la alienigena tiene algo blanco en la boca...

Bably queda asqueado con tal solo verla, por lo que se voltea a mirar a Magrk.

- Tenía que ser con una pelota de béisbol ¿Huh?- Señala Bably aún asqueado.

- ¡Ey!- Exclama la alienigena enana molesta.

- No pude aguantar, es demasiado hermosa- Responde Magrk mientras se rasca la nuca avergonzado.

- Vaya amor tienes Magrk, ve a mi casa cuando tengas ocasión- Contesta Bably mientras le da la espalda y empieza a irse.

- ¡Espera, podemos seguir charlando del tema aquí!- Dice Magrk mientras se levanta del asiento y coloca una mano en el escritorio para apoyarse.

- ¿Con esa alienigena asquerosa y con este repugnante olor dominando aquí? ¡Tengo una olfato sensible Magrk Runderp, ni hablar!- Réplica Bably mientras frunce fuertemente el ceño.

- Tengo un Ak-claris, borrará este "aroma" en segundos- Comenta Magrk mientras saca de una de las estanterías cercanas un artefacto con forma de cilindro.

Él coloca el Ak-claris en el centro del escritorio. La apariencia de este artefacto se basa en algo similar a un rallador de queso, con todo su cuerpo mayormente perforado en pequeñas partes, aunque no se podía ver nada adentro, encima de este, la tapa del cilindro tiene forma de espiral, con un botón grisaceo en el borde del mismo, cuando Magrk lo toca, ésta tapa se abre rápidamente, y hace un ligero ruido.

Todo el olor a "amor intenso" se va rápidamente, y de esas perforaciones del artefacto, empieza a salir un aroma fresco, que recuerda a la de un bosque por la mañana.

Con eso hecho, Bably suspira y se relaja, por lo que vuelve a su asiento, aunque el asco ya se le haya ido, no pasa lo mismo con su molestia.

- ¿Acaso fuiste de viaje a Kurduin y compraste uno de estos? Pensé que no tenían tolerancia a los alienigenas- Comenta Bably curioso.

- De hecho... Bah, actualmente no sé que piensan esos tipos sinceramente, pero al menos me dejaron comprar de estos, igual, esto lo compré mucho antes de la entrada de los mamono a Fari X'a- Contesta Magrk mientras se encoje de hombros y se sienta.

La alienigena enana se sienta encima de Magrk, ignorando el hecho de que Bably se sentía disgustado con ella.

- Por cierto Bably, ¿Ya le has echado ojo a alguien?... ¿Quizás, a alguna dragona?- Pregunta Magrk con tono pícaro mientras alza las cejas varias veces.

Bably arquea una ceja en respuesta.

- ¿Eres un idiota o qué? Obvio que no, no me juntaré con asquerosas criaturas como esas- Responde Bably mientras frunce el labio, Magrk suspira en respuesta.

- Pero no con la idea de que... Te cruzes con ellas, si no más bien como un interés amoroso.

- Magrk... Estos alienigenas son unas bestias sexuales que no piensan otra cosa que en un acto tan depravado- Comenta Bably molesto.

- ¡Ey, eso no es cierto!- Réplica la enana igualmente molesta mientras lo señala- ¡Hay otras cosas aparte del sexo!

- ¿Cómo qué? - Interroga Bably mientras cruza los brazos.

- Hacemos cosas de pareja- Se defiende la enana.

- Claro, como pensar en dónde se aparearan como perros sarnosos y con qué poses lo harán- Se burla Bably, aunque manteniendo su expresión neutral.

- ¡Oye noso...!

- ¡El punto es, Bably! - Interrumpe Magrk, interrumpiendo a su aparente novia con un abrazo que tapa su boca- Que deberias ser más abierto al tema.

-... - Bably mira de reojo al piso por un momento y lo piensa, una vez hecho, ve nuevamente a Magrk- He decidido que no lo haré Magrk, me disgusta estos alienigenas, y yo... Bueno, la tierra esta viéndome delicioso.

Magrk suspira algo triste, su novia, por otro lado, lo mira con confusión.

- Sé que ya estás en la última etapa de tu vida Bably, solo te falta dos meros años para desfallecer, pero ¿No sería mejor aprovechar esa cantidad de tiempo e invertirlo en alguien? - Pregunta Magrk, siendo observado por su novia estupefacta.

- El pueblo X'a Nim es el único lugar en el que gastaré el resto de mi tiempo, y no me moveré de aquí- Responde Bably molesto.

- ¿Ni siquiera con una maiíb? No tiene que ser necesariamente una mamono, y no necesariamente tiene que ser para fines reproductivos, solo... Amar y compartir tiempo- Dice Magrk melancólico mientras acaricia el cabello de su novia.

-...- Bably suspira lentamente mientras cierra los ojos, luego de un rato los abre- Soy demasiado viejo para el amor Magrk, soy alguien desagradable y no quiero ser merecedor del tiempo de nadie, quiero estar... Solo.

La pequeña sala queda en silencio, solo interrumpido por la actividad del exterior.

La novia de Magrk finalmente rompe el silencio.

- Disculpa que me entrometa, pero ciertamente el amor no caduca para nadie- Menciona la enana firmemente mientras se libera del abrazo de su novio y se sube al escritorio.

Bably arquea una ceja.

- Claro que lo hace, pelota de béisbol- Se burla Bably, haciendo enojar brevemente a la enana.

- ¡Mph! ¡Todos iguales! ¡Deberías ir a Dragonia y ver si realmente tu deseo es tan fuerte como para estar soltero hasta la muerte!- Responde la enana molesta mientras hace un puchero.

- ¿Dragonia...?- Interroga Bably confundido mientras mira de reojo a Magrk- No me gusta ese nombre.

- Y no lo harás- Contesta Magrk con un suspiro derrotado- Dragonia es un reino del mundo de los mamono en donde los distintos tipos de dragones y los miíb coexisten en armonía.

Bably se le queda mirando a Magrk, parpadeando uno que otra ocasión.

- Huh, que parodia- Se burla Bably, aunque con molestia- Ni me apareceré por ahí siquiera.

- Deberías Bably, sería una experiencia nueva para ti, y otra forma de llevarte un bonito recuerdo antes de morir.

- ¡Ni hablar! Me dará un paro cardíaco de la frustración y el enojo que eso producirá- Réplica Bably descontento.

-... Solo una vez ¿Si?, no es que vayas con fines para buscar una pretendiente digna.

- He dicho que yo no...

- Tus padres siempre han querido que vayas a lugares nuevos para conocer caras nuevas y demás, ¿Por qué no conceder su capricho?- Menciona Magrk con una leve sonrisa preocupada.

... Eso fue un golpe bajo... MUY bajo. Bably prácticamente amaba a sus padres como tal, tanto que los extrañaba hasta el día de hoy, su cálido cariño y cuidados han llegado hasta el fondo de su corazón.

- Sigo pensando que es mala idea... Sin embargo, me lo pensaré- Acepta Bably al fin a regañadientes.

La pareja solo sonríen triunfantes.

- Espero que eligas bien Bably- Menciona Magrk satisfecho.

Bably asiente con la cabeza y se levanta, pero se acuerda de algo.

- Oh, si, estaba olvidandome, ¿Puedo trabajar aquí?

- ¡Claro! 40 mil la semana- Responde Magrk con una sonrisa radiante.

- Me parece bien- Dice Bably mientras asiente con la cabeza- ¿Cuándo empiezo?

- El lunes, debo ajustar unas cosas antes.

- Bueno, me voy- Menciona Bably mientras se dirige hacia la entrada.

Cuando Bably agarró la manija de la puerta, se quedó en silencio, y estuvo así un buen rato.

- Bably, ¿Estás bien?- Pregunta Magrk, frunciendo el ceño preocupado.

-... Solo porque eres tú, lo dejaré pasar... - Dice Bably, con un creciente enojo en su voz, sin embargo, no se voltea a mirarlo- Pero no toleraré que usen a mis padres como excusa para justificar lo que dicen.

La voz de Bably se torna a uno venenoso, mientras gira la cabeza lentamente, hasta poder mirar de reojo a la pareja. Sus ojos, inyectados en sangre, tenía sus pupilas achicadas al mínimo posible, la sangre inyectada, en vez de ser rojo como el de los maiíb, es uno verdoso claro y brillante.

Esta mirada hace que a la pareja se les detenga tanto el corazón como la respiración por un momento, abrazados por el miedo que los hace temblar a ambos.

- Que sea la última vez que los menciones- Dicta Bably, apretando tanto la manija qué hasta llega a aplastarlo, dando un pequeño susto a la pareja.

-... No los mencionaré de nuevo- Pese al miedo, Magrk se las arregla para hablar, sin temblar mucho.

Bably se les queda mirando un poco más, antes de girar su cabeza y mirar la manija.

- Te compraré uno nuevo cuando tenga suficiente dinero- Comenta Bably mientras abre levemente la puerta.

- Oh, eso no hará fal...- Responde Magrk, pero viendo como Bably gruñe leve pero agresivamente, se calla al instante.

Bably se queda un poco más en esa postura, antes de irse de allí, la pareja exalan el aire que no se habían dado cuenta que contenían.

.

.

.

Bably se encontraba afuera de la cafetería, y empezaba a caminar rumbo hacia su casa.

Sin embargo, se detiene, esa sensación de ser observado se desvaneció, no sabe cuando, pero lo hizo.

...

Supone que solo fue una premonición al enojo que iba a tener hoy.

...

Padres...

Bably mira al cielo y contempla que las nubes están lentas pero constantemente agrupandose, supone que lloverá pronto.

...

Tal vez... No vaya a casa hoy...

Debería dirigirse a ese lugar... Si, no ha ido hace tiempo.

Y sin más, Bably se pone en marcha, hacia allí.

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