Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4: Mente Madura, Pero no Decadente

¿Ahora qué debería hacer? Ciertamente no se esperaba que los dragones del mundo de estos alienígenas vinieran al día siguiente de su aparición, como si tuvieran ojos en cualquier sitio.

Solo le queda dos años de vida, y ni drogado se dejará cruzar por ninguno de los dragones del otro mundo, hay que mantener tanta la pureza como deseó el Dios Jefe.

Aunque algo no cuadraba con esta dragona, su olor... ella es... realmente una anciana.

Eso lo tensó levemente, tal vez debería tener un centenar... no, unos miles y miles de años, pero ¿Cómo? los dragones no pueden vivir tanto tiempo... ¿Verdad?

Ella nota su leve tensión, solo alimentando la sonrisa maliciosa.

- ¿Qué sucede, mi joven príncipe, muy indeciso? - Pregunta la dragona con descaro.

¿Joven? El cabrón esta ahí de morirse por vejez y le dicen algo así, heh, supone que fue un estúpido intento de coqueteo.

Mira el artefacto extrañado, ciertamente había escuchado de los maiíb que eso es un anillo o algo así, pero no sabe para qué sirve exactamente, por lo que mira a la dragona llamada Alagadriel.

- ¿Te molestaste siquiera en pensar en conocerme antes de que me hagas esta... Lo que sea que estés haciendo? - Interroga Bably molesto, mientras le da un sorbo a su café.

- Pero no es necesario, mi amor, porque nuestro destino es estar juntos y gobernar como uno solo - Alardea Alagadriel mientras hace leve gestos con su garra libre.

-... Mi destino es morir solo en casa, y no permitiré que una alienígena como tú interrumpa mi paz - Contesta Bably molesto.

Alagadriel parpadea un par de veces, pero se recupera rápidamente con una negativa con su cabeza.

- Me temo que no será posible, mi esposo, no permitiré que tal final le toque a alguien tan grandioso como tú.

Bably empezaba a irritarse, aunque trataba de esforzase por controlarse más, ese olor a anciano habla mucho de lo experimentada que está en el combate. 

- ¿Grandioso? Seguro que ni te molestaste en leer al menos una hoja de los dragones de éste mundo- Dice Bably mientras la señala.

Aunque sea mínimo y fugaz, ese encogimiento fue suficiente para delatar que, efectivamente, ni se había molestado en hacerlo.

- B-bueno, no haría falta, al fin y al cabo todos los dragones somos similares de una forma u otra- Contesta Alagadriel, sonriendo descaradamente.

- Tal vez, pero ciertamente MI especie no es semejante a ninguno de los dragones mamono, asi que no vuelvas hasta que sepas lo que realmente trata mi especie- Bably sube un poco el tono, al finalizar, se queda mirándola unos segundos, antes de voltearse y darle la atención a su merienda.

Alagadriel se sintió indignada ante esta acción, por lo que se levanta y lo señala.

- ¿Quién te crees para tomar esa actitud? - Comenta Alagadriel ofendida mientras guardaba el anillo.

- Un dragón que está hablando con una indigna de su atención - Responde Bably sin molestarse en voltearse, se escucha unos gemidos de sorpresa en el fondo.

Si bien Bably no la veía, podía hasta sentir ese tic en el ojo de la dragona, y su ira incrementándose.

- Indigna ¿Huh? ¿Qué te hace pensar que TÚ eres superior a mí? - Gruñe Alagadriel.

- Mph... no sé- Menciona Bably, dejando confusa a Alagadriel.

- ¿Me llamas indigna, y ni siquiera sabes porque? Al parecer solo dices palabras vacías- Se burla Alagadriel mientras sonríe un poco.

- Bueno... en realidad si sé el porque eres indigna- Responde Bably.

El ambiente se queda en silencio por un momento mientras él toma un sorbo de su café, pero al terminar, sigue sin decir nada, irritando a la dragona.

- ¿Y bien? ¿Cuál es el motivo del porque soy indigna?- Interroga Alagadriel.

Bably la mira de reojo.

- ¿Acaso crees que se lo diré a un dragón, más si es un asqueroso alienígena? Piérdete, montón de escamas podridas- Contesta Bably, con un tono irritado.

Eso fue suficiente para que Alagadriel se acercara peligrosamente a Bably.

- ¿¡Cómo me llamaste!?- Interroga Alagadriel emputada.

Bably responde de la misma manera, levantándose agresivamente de su asiento y acercándose a Alagadriel, teniendo una distancia tan corta que sus frentes casi tocan, y pueden sentir y escuchar la respiración del otro.

- ¡Lo que escuchaste, maldita sorda!- Insulta Bably mientras gruñe brevemente.

La tensión del ambiente se vuelve más pesada, ahora con ambos dragones del mismo tamaño mirándose cara a cara, esperando intimidar al otro.

- Arreglaré esa boquita cuando te ponga en tu lugar, niñato- Comenta Alagadriel con veneno en su tono.

- Pondré una estaca en tu cabeza y lo dejaré como decoración en mi patio, a ver si otras imbéciles como tú al menos se lo piensan mejor antes de molestarme- Agrede Bably con el mismo tono.

Alagadriel, aunque enojada, arquea por un momento una ceja, sin esperar que su "futuro esposo" fuese alguien tan primitivo y pobre en carácter.

Mientras tanto, el resto de maiíb y mamono se empezaron a alejar del dúo, ciertamente no querían ser parte del daño colateral.

Ambos dragones se gruñen, y se podía escuchar a varias cuadras, el lugar se estaba poniendo pesado de por sí, aunque eso no quitaba que algunos valientes empezaran a a grabar y a sacar fotos.

Así estuvieron por un rato, sin embargo, había alguien que no se fue de allí pese al conflicto.

- Ok, basta los dos- Dice Eurlak, llamando la atención de, no solo ambos dragones, sino del público en general.

- Eurlak, no te metas en nuestra discusión- Señala Bably molesto.

- ¿Quién te crees que eres, mesero?- Pregunta Agaladriel con el mismo sentimiento.

Eurlak suspira molesto.

- Primero, esto no es una discusión, es una pelea de perros- Contesta Eurlak, ofendiendo a ambos dragones- Y válgame que los perros sean más civilizados que ustedes.

- ¿¡Nos comparas con perros!?- Interroga Alagadriel, apretando fuertemente los dientes.

- ¿Acaso usted no es una dragona? Se supone que debe mostrar una actitud fina, con una tolerancia a seguir, no esto- Responde Eurlak- Y usted señor Bably, debería controlar esa actitud xenofóbica.

- ¿Esperas que tolere a semejante alienígena con su pobre intento de coqueteo?- Pregunta Bably, ganándose momentáneamente la mirada de Alagadriel.

- Si, porque ambos son adultos, y deben actuar como tal, no puede ser que un maiíb como yo deba estar frenando a semejantes como ustedes.

Eso fue un golpe bajo para ambos dragones, sin embargo, seguían siendo tercos al respecto.

- ¿Y esperas que le haga caso a un ser inferior como tú? ¿Hmm?- Interroga Alagadriel mientras arquea una ceja.

- ¿Y qué espera ganar de esto realmente? ¿Dañar la frágil relación y el respeto entre las pocas facciones de Maiíb de mente abierta que tanto esfuerzo consiguieron el resto de mamono? ¿En serio usted quiere arruinar todo ese tiempo gastado, solamente porque se quiere casar con un dragón que USTED ni siquiera se tomó el tiempo de conocer adecuadamente? - Pregunta Eurlak mientras señalaba tanto a ella como a Bably.

En cierta medida, eso hirió el orgullo de Alagadriel, no quería dar paso atrás, pero lo que estaba haciendo ciertamente no lo estaba teniendo en cuenta hasta ahora.

- ¿Y esto será la presentación de los dragones mamono entonces, unas maleducadas y de mente cerrada que no les importa nada?- Interroga el joven mesero, ganándose una mirada molesta de Alagadriel.

- ¡Oye, noso...!

- ¡Silencio señorita!- Dice Eurlack, haciendo callar literalmente a la dragona- No puede ser que sea tan ciega para ver la actitud que está tomando, ¿Acaso no ve que por esto, es probable que ambos lados rompan la relación? ¿Es usted tan egoísta como un maiíb?,  y si tenemos la suerte de que nuestros gobernantes fuesen lo suficientemente tolerantes a esto ¿Piensa usted que se verá a su especie y sus variantes de la misma forma?, esta bien, quizás algunas solo vengan a por el señor Bably, pero ¿Y el resto que REALMENTE quiere venir aquí? se les será prohibida la entrada por individuos como usted que traen mala imagen y manchan toda la reputación de su especie y nación.

...

Alagadriel no podía decir nada, todo intento de argumentar fue desvaneciéndose ante el regaño de un joven niño, que, válgame, era más sabio que ella en este instante, y ciertamente no estaba dando la imagen que ella quería presentar. Inconscientemente agacha la cabeza y mira hacia otro lado, relajando su cuerpo y sintiendo vergüenza por sus actos.

- Y usted, señor Bably- Dice Eurlak mientras se voltea a mirar y señalar a Bably... Uh oh- Déjese de hipocresías, usted fue quien nos enseñó a nosotros y a varios niños más a respetar a otras especies, a tratarlas con amabilidad para recibir el mismo pago, e incluso otros dragones de tu especie han guiado a los maiíb tolerantes así, ¿Acaso esto será lo último que usted deje antes de partir, xenofobia y odio hacia tus semejantes... versiones alternas mejor dicho?

Bably hace una mueca, le disgustaba la idea de dar esa última impresión, manchando el respeto de sus antepasados, pero no estaba dispuesto a cruzarse con una alienígena, preferiría que la muerte llegase pronto.

Alagadriel frunce el ceño ante la mención de la 'partida'.

- Espera, ¿A qué te refieres con...?

- Señorita, estoy hablando con él... por favor- Interrumpe Eurlack, mirándola de reojo.

Ella solo agacha levemente la cabeza y la vista.

- S-si, disculpa- Se disculpa la dragona, en respuesta, Eurlack asiente con la cabeza, mientras retoma su conversación con Bably

- Y hay formas mejores de rechazar una oferta, un 'no' basta, o también una discusión DE VERDAD, en donde se pongan de acuerdo el porque si o porque no, de forma civilizada, sin insultos, sin agresiones, como hacen los adultos de mente madura.

Y así, el lugar quedó en un silencio total, tan así que solamente se escuchaba el movimiento de la lejanía.

Nadie se movía, nadie decía nada, el público estaba atento al trío. Eurlack decide accionar nuevamente.

- Ahora- Menciona Eurlack, ganándose la atención de ambos dragones- Usted señorita, irá por esa dirección, habrá una biblioteca grande con el nombre de 'Cer Tifh Ogh', entrará ahí, le dirá al bibliotecario que fue enviada por Eurlack, osea yo, y le pedirá que le preste todos los libros que tengan relacionado con los dragones de éste mundo.

Con el orgullo herido, Alagadriel asiente con la cabeza sin decir nada.

- Y usted señor Bably, agarrará ese café y se lo llevará allá por donde vaya, vendrás mañana temprano a dejar el coste- Ordena Eurlack, mientras recibe un asentimiento con la cabeza a regañadientes de parte de Bably - Bien, tengan buen día, váyanse.

Sin decir una palabra, ambos dragones van por sus caminos, mientras el público observa a las criaturas escamosas irse, para luego ver a Eurlack, que tranquilamente reanudaba con su trabajo de mesero.

.


.


.


Genial, ahora un maiíb le había regañado y hasta humillado enfrente de los alienígenas, peor aún, fue una de las crías que él personalmente cuidó y ayudó a criar.

Quería desquitarse con algún alienígena por ahí, pero el rostro y la regañada de Eurlack seguían en su mente, y simplemente tuvo que guardarse toda la bronca en su interior.

Al llegar a casa, cierra la puerta y termina de tomar el café de un sorbo, seguido de echarse en el sofá boca abajo y suspirar.

Que bien empezó el día.

Sin embargo, antes de que pudiera a divulgar en su mente, el tono de su celular resuena entre sus escamas, por lo que, con un gruñido, saca el teléfono mientras se acomoda, seguido de atender la llamada, ni siquiera se molestó en ver quien era.

- ¿Si?- Pregunta Bably irritado.

- Ohh~, señor Bably- Saluda una voz femenina, oh espera, oh no - Así que no mentían sobre su número después de todo.

El dragón quería resoplar, pero optó por apretar fuertemente su garra libre.

- ¿Qué necesitas Scarlet?- Interroga Bably molesto.

- ... ¡Vaya! ¡Ha dicho mi nombre y ni siquiera se lo di! ¿Ha estado espiándome?- Se burla la sacerdotisa oscura, mientras ríe levemente.

- Escucho tus conversaciones con la... cupido, al frente de mi casa- Contesta Bably con una mueca.

- Bueno, entonces no es ningún secreto, que pena~- La voz seductora de Scarlet le irritaba - He estado pensando en ir, no tendrá ninguna compañía ¿No~?

- ¿Y qué si lo tengo?- Interroga Bably mientras arquea una ceja.

- Oh, nada de lo que preocuparse, solo una... conversación, a solas con usted preferiblemente.

- Aunque estuviera en compañía yo no...

- ¡Excelente!- Interrumpe la sacerdotisa oscura con alegría- En 15 minutos estaré allí, ni un minuto más~

Antes de que Bably pudiera protestar al respecto, Scarlet finaliza la llamada... ésta cultista... ahora debía soportar otra creyente que venía a hablar sobre su religión, aunque está es peor para él.

Con un suspiro irritado, se levanta y prepara las facturas y los tés para la visita.

.

.

.

Eso de 15 minutos fue total mentira, apenas se completaron 5 minutos y ya estaban golpeando la puerta.

- Señor Bably~ soy yo~- Dice Scarletk con un tono tan seductor como alegre.

Bably resopla molesto.

- Te esperas, debo acomodar algo antes- Responde Bably mientras pone las tazas y los platos con facturas en la mesa.

- ... Sabe que es de mala educación dejar a una dama esperar afuera ¿No~?- Menciona Scarlet burlonamente.

- Exacto- Contesta Bably sin más.

Bably termina de preparar todo, hace una inspección rápida por si faltaba algo, al confirmar que no, va en dirección a la puerta.

-  Oiga, ¿Sabe que soy una dama, no?- Pregunta Scarlet ligeramente molesta.

Bably abre la puerta y baja la mirada, y se encuentra con la sacerdotisa oscura, con una vestimenta muy similar a la de la otra vez, pero dejando más expuestos sus pechos y sus muslos. Ella le mira con un puchero.

- Heh, ¿Tú una dama? No me hagas reír alienígena, entra- Comenta Bably mientras le da espacio.

Scarlet se ofende por su comentario, pero opta por no decir nada, más allá de reaccionar con un fruncido en su ceño.

Bably cierra la puerta y la guía hasta  la sala, donde ya estaba preparado todo.

- Al menos se molestó en recibirme de esta manera- Murmura Scarlet medio satisfecha, aunque molesta.

Si bien Bably la escuchó, optó por hacerse el tonto y no escuchar. Ambos toman asiento, Scarlet deja su bolso al lado suyo, bolso que Bably no se había percatado, pero dejó pasarlo por el momento.

- Bien, habla- Ordena Bably.

- Oh, ¿Ni siquiera va a preguntarme como estoy o por qué me he vestido así?- Pregunta Scarlet algo ofendida.

- Viniste para hablarme de algo, y quiero ir al grano, ¿O es que has venido a comer nada más?- Contesta Bably mientras arquea una ceja.

Scarlet resopla mientras pone los ojos en blanco, pero rápidamente se recompone.

- Vaya impaciencia, eh~, me gusta eso de ti- Se burla Scarlet con tono seductor, pero Bably solamente se le queda mirándola aburrido- ... Quería hablarte acerca de nuestra religión.

- Antes que nada- Dice Bably ni bien terminó de hablar- No acepto las ideologías de tu Diosa Caída y no estoy de acuerdo en ello.

Scarlet parpadea un par de veces.

- Es entendible que la decadencia no es agrado suyo, pero el amor carnal entre seres es muy importante para la vida de un individuo- Comenta Scarlet- El sexo es una muy buena manera de expresar tu amor hacia tu pareja.

Tan asqueado como molesto, Bably hace una mueca y arquea una ceja a la vez.

- ¿Y crees que gastaré mi tiempo en buscar siquiera una pareja?- Interroga Bably, perdiendo de a poco la necesidad de comerse las facturas o tomar su té.

- De hecho, debería, mi queridísimo señor Bably, la vida de uno no puede estar completa si no está unificada con su otra mitad- Responde Scarlet con alegría y con algo de entusiasmo.

Bably pone los ojos en blanco internamente.

- He estado bastante bien sin uno, señorita Scarlet, y me siento bastante completo conmigo mismo- Dice Bably.

Scarlet suspira levemente.

- Esa actitud es triste realmente, pensar que una carne tan juvenil, con un aroma varonil y virgen realmente no sepa lo que es amar de verdad- Comenta Scarlet apenada, mientras que, con algo de provocación, lleva uno de sus brazos hacia el centro de su pecho.

Hah, ¿Juvenil?, se burlaría de ella si pudiera, pero Bably recuerda el aroma de la dragona que REALMENTE era una anciana (y parecía que aún poseía las energías de un joven dragón) por lo que no le sorprendería si lo siguen confundiendo con un adolescente con problemas de hormonas (o uno que intenta ocultarlo), ahh, si tan solo tuviese las energías de uno...

- Tengo otros conceptos lo que vendría siendo amar, señorita Scarlet, sin embargo, con respecto al sexo, es bastante opcional- Aunque probablemente se habrá salteado una o dos cosas, ciertamente estaba tentado en molestarla con ese tema que la vuelve tan ferviente.

- ¿Uh, opcional? No, mi querido Bably, ¡El sexo es parte de la vida misma! ¡La especie lo necesita, las parejas lo necesitan, y todo aquello que no puede tener sexo, debería tenerlo, el placer que da eso, es hermoso, es cálido y sientes el amor en él!- Responde Scarlet un poco horrorizada, contestando casi de forma instantánea.

Bably, si bien no lo muestra por su expresión natural, se estaba riendo de su actitud.

- Hahaha, pobre imbécil- Piensa Bably con gracia.

Aunque le desagrada bastante, ciertamente es divertido verla quejándose de sus opiniones al respecto.

- Bien, dices que todo aquello que no tiene o no puede tener sexo debería ¿Por qué, si la naturaleza o la situación ya está definida así?

Scarlet niega con la cabeza levemente.

- Esas pobres almas que tienen otras formas de reproducción nunca podrán ver la iluminación que trae consigo el sexo, por eso llevamos el mamono maná y las enseñanzas de nuestra diosas a aquellas almas perdidas y cegadas por su naturaleza y situación.

Oh chico, esto será realmente largo.

.


.


.


Lo que fue una pequeña charla, rápidamente pasó a un sermón, cosa que Bably ni siquiera prestó atención, pues le parecía absurdo todo lo que le decía.

Pero antes de que se diera cuenta, ella estaba encima de él, sonriéndole seductoramente mientras presiona sus pechos con el suyo.

- Y por eso, señor Bably, estoy más que dispuesta a mostrarte la iluminación que nos otorga la Diosa Caída~- Dice Scarlet, con un tono sugerente mientras sus manos están juntas, como si fuese a hacer una oración.

... ¿Cómo llegó ha esto...? Bueno, eso pasa cuando, por más aburrida y larga que sea, nunca deberías ignorar lo que la mujer te esté diciendo, nunca sabes cuando te puede agarrar con la guardia baja y hacer lo que ella le plazca.

- Solo relájese, señor Bably, y verá que nuestro camino será una muy buena elección~- Menciona Scarlet mientras empieza a jadear levemente y empieza a acariciarle el cuerpo.

Ok, tuvo suficiente, demasiado afecto. Bably le agarra de la cabeza, se levanta junto con ella y la sienta de nuevo.

- Ouch, ¡Hey!- Scarlet parecía molesta.

- Nunca he aceptado participar en algo tan asqueroso, alienígena- Contesta Bably disgustado.

Scarlet arquea una ceja.

- Que extraño, pensé que esa ignorancia hacia mis humildes enseñanzas que te mencionaba era como una aceptación- Responde Scarlet, haciéndose la extrañada.

Uh oh, lo atrapó... supone que ésta táctica la ha sufrido antes, y que en realidad no es la joven que aparenta ser.

- En fin, ya he tenido bastante de tu presencia, quiero estar solo- Dice Bably, a lo que la sacerdotisa oscura suspira.

- Bien, entiendo, no puede aceptarlo tan fácilmente, pero con el tiempo, verá que no es tan malo como piensa- Contesta Scarlet con una sonrisa, mientras recoge su bolso y se va hacia la entrada.

Bably le abre la puerta, Scarlet sale de la casa, meneando la cadera.

- Nos volveremos a ver después, señor Bably, recuerde que mi cuerpo siempre está dispuesta a tus necesidades- Menciona Scarlet mientras le guiña el ojo.

- Piérdete, alienígena, tarda tanto como puedas y déjame en paz- Contesta Bably disgustado.

Y sin más, ella se aleja, mientras una de sus manos va hacia una de sus nalgas y la apreta varias veces, seguido de apartar su vestimenta, revelando su desnudo y expuesto trasero, una vez hecho, ríe levemente y se va.

Pff, bestia salvaje, así ni de coña seduces a un dragón, el cortejo de su especie es algo compleja, y no necesariamente necesitas de cosas tan estúpidas como la seducción y el mostrar piel.

Con un disgusto en los ojos y en sus escamas, se adentra a su casa.


.


.


.


Ya casi se hace de noche, y recién termina de limpiar la casa, de por sí estaba limpia, pero se sentía realmente sucio cuando se dejó tocar por la sacerdotisa, por lo que se fue a bañar... como 2 veces.

Ahora estaba pensando en qué cocinar, pero algo golpea su puerta, se voltea a ver, ¿Quién sería a este horario?

Con cierta duda, olfatea el aire... Ughhh, una dragona, lo que le faltaba. Quería excusarse de que no estaba, pero decirlo sería estupido, y ciertamente no decir nada sería desubicado, pues ella también ha de olerlo.

Por lo que, con un suspiro resignado, a regañadientes va y abre la puerta para ver quién es, porque ese olor no era de Alagadriel.

Lo que vió, lo dejó totalmente atontado... de la confusión.

- ¡Vaya, verte en vivo en carne y hueso es tan... diferente, y fascinante!- Dice la dragona entusiasmada.

Esta dragona posee escamas de tono marrón oscuro, con garras con filos anaranjados y con cuernos rosas, sus ojos de tono naranja, y por ultimo su cabello largo de color rosa. Aunque lo extraño a todo esto, es que posee lo que parecen ser dos bocas que salen desde su espalda, su cola, con el tamaño estándar de un dragón, era bastante confuso de ver, ya que realmente no sabía si poseía escamas o es pura carne, también había otra boca justo debajo de su cuello. Su vestimenta dejaba mucho que desear, pues lo único que viste es de un vestido con el mismo tono de sus alas, con una fila de rombos de tono rosa claro, y esta se encuentra desabrochada, dejando ver su enorme pecho, el cual no estaba siendo sostenido por nada más que esa pobre vestimenta, también se le puede ver los muslos.

... Amigo... ¿Qué carajos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro