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Capítulo 3: Ser el último no te hace esquizofrénico

Al día siguiente, Bably se encuentra en el comedor de su casa, comiendo unas frutas particulares de Fari X'a, que consiste en algo como un plátano, pero con un sabor que recordaba al ajo y a la manzana, extraño, lo sé, aunque para nosotros es extraño eso que ustedes le llaman "sandía", ¡No tiene sabor eso...! o bueno, si, ¡Pero casi ni se le siente!

La paz del ambiente tranquilo es perturbado por los golpes en la puerta, Bably se voltea a ver la entrada y se extraña ¿Quién sería? claramente se dejó mostrar a ambas sacerdotisas, no podrían ser aquellas estúpidas.

Con un suspiro molesto, el dragón se levanta y camina hacia la entrada, al abrirla, mira hacia abajo... oh, de hecho si lo era.

- Buenos días señor Bably, lindo día ¿No le parece?

Al parecer la cupido con el nombre de... espera, ¡Nunca se mencionó su nombre! oh mierda... ¿Podrías decir tu nombre pls?

Bably pone los ojos en blanco.

- ¿Qué quieres ahora? - Interroga Bably descontento.

- Solo quería visitarle señor Bably, entiendo que como un dragón solitario, no prefieres la compañía de nadie - Contesta la cupido alegremente... En realidad, nadie quienes no sean sus conocidos .. preferidos - ¿Por qué no tratamos de llevarnos mejor?

- No estoy interesado en amistarme con cosas tan repugnantes como tú - Dice Bably, ay mi dragón, ¿No puedes controlar un poquito tu xenofobia? - Así que déjame en paz.

La Cupido el cual NO SÉ SU NOMBRE se le queda mirando a Bably, parpadeando un par de veces, sin embargo, vuelve a sonreír.

- Entiendo señor Bably, pero me gustaría hablar con usted acerca de nuestra religión y nuestra diosa, si me permitiera un poco de su tiempo...- Comenta la cupido mientras junta las palmas de sus manos.

Ahora era Bably quien se le queda mirando, estaba tratando de ser desagradable con ella para que le diera la impresión de que él era un imbécil y que al fin le dejase en paz, pero es muy terca para caer en algo así, por lo que suspira frustrado, al parecer debía planear otra manera de que lo dejase en paz

- Bien, pero te irás cuando te lo esté pidiendo - Dice Bably mientras entra a la casa a regañadientes.

Al ver eso, la cupido da un brinquito de alegría mientras entra a la casa y mira a su alrededor. Seguido de olfatear un poco, se le ve satisfecha y feliz al hacer eso, Bably se extraña, pero decide no consultar.

Bably la guía hacia la sala, le señala un sofá individual lo suficientemente grande para él.

- Siéntate ahí, traeré algo para comer.

La cupido, aunque no lo demuestre, parece estar feliz.

- Oh, señor Bably no hace falta que...

- Mi casa, mis reglas, o las respetas, o te vas - Dice Bably severamente mientras se voltea a mirarla.

Lejos de intimidarla eficientemente, al parecer solo hizo que se alegrara aún más... que alienígena más rara.

Bably se va al comedor a recoger las facturas y tostadas del otro día, recoge un plato para dejar todo allí, también una jarra con jugo y dos vasos, vuelve a la sala y deja todo en la pequeña mesa .

Bably se sienta en el sofá grande y la mira.

- Bien, empieza a hablar antes que cambie de opinión - Dice Bably, tratando de mantener su natural expresión estoica.

La cupido solo sonríe ampliamente.

- ¿Por dónde empiezo...? ah, si, le empezaré a hablar sobre el amor, ¿Qué es el amor para usted? - Inicia la cupido alegremente mientras agarra una tostada y empieza a comerla de a poco.

Bably suspira levemente y se queda pensando, la mira nuevamente para responderle;

- El aprecio hacia otros seres, eso de dedicarle tu tiempo, el tratarlos bien y estar allí cuando más te necesiten - Responde Bably sin mucho entusiasmo.

- Ohhh~, bien, bien, una respuesta acertada, ciertamente comparto tu opinión - La cupido asiente con la cabeza satisfecha - ¿Qué me dice acerca de obtener una pareja?

- Opcional - Contesta Bably secamente.

Por alguna extraña razón, esto tomó con la guardia baja a la cupido, parpadeando un par de veces por la sorpresa.

- ¿Opcional...? señor Bably, no sé si estoy de acuerdo con eso, todo ser vivo necesita de una pareja para vivir, más si se trata de armonía y alguien con quien compartir su tiempo - Dice la cupido mientras frunce el ceño preocupada.

- ¿En serio? ya tengo personas con los que despreciar mi tiempo, el Pueblo X'a Nim es mi tesoro, y no planeo compartirlo con nadie - Comenta Bably firmemente.

- ... Extraña forma de mostrar cariño... pero hay algo que me preocupa con ese ideal - Dice la cupido, empezando a tener un tono triste - Me han dicho que usted es el último de su especie, y si se acaba la llama de tu vida, no habrá más de los tuyos para continuar tu legado, todo los esfuerzos, todos los sacrificios de tu especie... habrán terminado contigo para siempre.

Bably arquea una ceja ante la respuesta.

- Mi especie ha estado casi desde los inicios de la creación de este mundo, y a aportado su parte al engendrar más vida y diversidad a este planeta a órdenes del Dios Jefe- Menciona Bably mientras inconscientemente hace gestos con su garrar.

La cupido abre enormemente los ojos, al parecer no se esperaba algo que había dicho el dragón.

- ¿Has dicho Dios Jefe? ¿Hubo aquí Dioses Jefes? - Pregunta la cupido sorprendida.

- Uhh, solo hubo uno, por el tono, suena a que ustedes también tienen uno - Comenta Bably extrañado por la reacción de la chica.

- Si, de hecho, había rotaciones cada cierto tiempo, pero actualmente eso se acabo, ahora nuestro mundo se encuentra en armonía una vez más... pero, ¿Eso de que solo hubo un Dios Principal aquí...? ¿Sabe usted más o menos cuantos años tiene este mundo?

- 460 años - Contesta Bably sin más.

La cupido se atraganta con el comestible y tose un poco, antes de que Bably pudiera siquiera hacer algo, la cupido se voltea hacia él sorprendida elevando un poco el volumen de su tono mientras se levanta de su asiento.

- ¿¡Entonces este planeta es joven!? ¿Cómo en tan pocos años han avanzado tanto? ¡Incluso en la Tierra se han tardado millones de años para siquiera tener lo que poseen hoy en día!

- No responderé nada hasta que te calmes- Dice Bably serenamente, mientras se sirve en su vaso un poco de jugo y lo bebe.

- U-uh, si, disculpe - Dice la cupido apenada mientras toma asiento- Es solo que... en tan poco tiempo... tanto avance...

- Eso es fácil de responder- Comenta Bably, captando nuevamente la atención de la cupido- Mi especie, junto con otros seleccionados, fuimos moldeados genéticamente para que nuestras memorias perduren hasta nuestra muerte, prácticamente somos un almacenamiento de información andante.

La cupido frunce el ceño.

- Pero si ustedes tenían una capacidad así, ¿Cómo es que supieron tantas cosas en tan poco tiempo? - Pregunta la cupido confusa.

- ¿Y de quién más si no? ¿Mhh?

- ... ¿El Dios Jefe?- Interroga la cupido incrédula, recibiendo un asentimiento con la cabeza por parte de Bably- Pero... ¿Cómo?

- El Dios Jefe es un ente errante, un dios que favorece el conocimiento eterno y la vida, deja semillas en sus mundos, los vigila durante cierto tiempo, y se va para sembrar más. O al menos, esa es la versión de mi especie - Comenta Bably mientras se señala a sí mismo, seguido de agarrar un par de tostadas.

- ... Dejando de lado eso por un momento, dijiste que este mundo tiene un aproximado de 460 años, ¿No? - Bably afirma con la cabeza ante lo dicho de la cupido, por lo que esta prosigue- ¿Cuál es la esperanza de vida aquí?

- Las especies en general suelen durar entre los 20 y 40 años, como los Maiíb u otras criaturas semejantes- Responde Bably, haciendo deprimir un poco a la cupido.

- Así que no era broma, aquí se vive muy poco...- Dice la cupido tristemente- ... ¿Y cuánto vive tu especie?

- Con la suficiente suerte y cuidado, se llega hasta los 70 años- Contesta Bably, viendo como la cupido se sorprende nuevamente.

- ... ¿Cuántos años tiene usted? 

- 68.

Esa respuesta quebró todo la calma y serenidad de la cupido, se levantó de su asiento y mira a Bably enojada.

- ¡Solo tienes 2 años más para vivir! Tan poco tiempo, tantas cosas que hacer allí afuera ¡Y usted aquí encerrándose a los demás, sin darnos la posibilidad de salvarlos a ti y a tu especie!- La cupido empieza a gritar, casi al punto de las lágrimas.

A pesar de la exaltación y el escandalo que está empezando ha hacer la cupido, Bably mantiene la calma.

- Precisamente no quiero que lo hagan.

- ¿... Uh?- La cupido se le queda mirando en shock, con lágrimas traicioneras saliendo de sus ojos.

- El Dios Jefe nos dio una tarea, y la cumplimos, él mismo creó a los Kau Lid para quienes fuesen los que nos exterminaran y siguieran con nuestro legado, y ellos superaron la prueba, nos superaron en creces y perecimos, como último de mi especie, debo agachar la cabeza y seguir el deseo del Dios Jefe, nuestro tiempo, acabará en dos años- Dice Bably tranquilamente, mientras se sirve otra ronda de jugo y otras tostadas, sin molestarse en mirar a la cupido.

Ella, con lágrimas corriendo por su cara, con una incredibilidad y enojo crecientes, niega la cabeza lentamente, seguido de sus manos, y al final sus dientes.

- Usted... es... un... ¡Imbécil! - Grita la cupido a todo pulmón.

Pero lejos de enojarse, Bably solo la mira de reojo, a continuación, sigue en lo suyo, pero le contesta.

- Tal vez tengas razón... pero es un hecho ya, no hay nada que pueda hacer.

- ¿Acaso no te enteraste de la existencia de nuestros dragones? - Pregunta la cupido con desesperación - ¡Ellas podrían salvarte de tu perdición!

Al mencionar otras dragonas, apreta severamente su garra.

- ¿Acaso crees que cruzaré mi sangre con asquerosos contrapartes que ni siquiera pertenecen a este mundo? ¡Ni hablar!- Eleva el tono Bably mientras mira con el ceño fruncido a la cupido.

- ¡Todo tiene solución! ¡Podemos encontrar la forma de mantener a tu especie tal y como está!

- ¡Y eso es precisamente lo que no quiero! ¡Vuestra energía contaminará a los míos!- Señala Bably molesto.

- ¡Eso hará que evolucionen a seres más poderosos y hermosos que tus generaciones pasadas!

- ¡Eso no es evolución, eso es mutación aberrante!- Grita Bably mientras se levanta agresivamente de su asiento mi extiende las alas al máximo.

Ambos se quedan mirándose uno al otro, ambos enojados y molestos con la actitud y pensamiento del otro.

Así, hasta que la cupido flaquea y desvía la mirada, Bably se calma y se corre a un lado.

- ¡Bien, desperdicia tu tiempo en lo que se te de la gana, yo voy a salvarte a ti y a tu especie, es una promesa!- Dice la cupido firmemente mientras le señala.

- No hagas promesas ilusas alienígena, no será posible - Contesta Bably ya más calmado.

- ¡No será falso ni iluso, te salvaré te guste o no!- Y con eso la cupido se va hacia la entrada, y sale de la casa, cerrando de un portazo.

Bably se queda mirando unos segundos la puerta, antes de suspirar y volver al asiento, con una garra masajeando su frente, mira con tranquilidad la mesa, seguido de sacas su billetera entre sus escamas y fijarse el contenido de su interior.

- Me pregunto qué tipos de trabajos tendré ahora con estos cambios- Piensa en voz alta Bably mientras suspira y se levanta.

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Unos minutos después, Bably estaba caminando por las calles del centro del X'a Nim, viendo diversas personas y alienígenas caminando, los alienígenas que aún no lo han visto se sorprendían, los que si parecen extrañamente a gusto de verlo de nuevo, la gente nativa del pueblo le saluda con sonrisas y saludos fuera de tono, él solo se limitaba a corresponder el saludo con un asentimiento con la cabeza o un gesto con la garra.

Mientras daba vueltas, empezó a pensar que tipo de trabajo debía probar primero, ¿Tal vez una heladería..? No, debía adaptar su aliento a uno congelado, y odiaba comerse los trozos de hielo de ciertas bebidas, hacían que perdiera el sabor principal al igual que las comidas calientes... ¿Una carnicería...? Ni hablar, si se descuida con su alimentación, inconscientemente asará un lechón o un cacho de carne bien sensual y se lo tragará antes de que se dé cuenta, y luego deba explicaciones al respecto. Uhmmm ¿Y una panadería...? No, hay tanta delicia que se comerá todo y no venderá nada. Tal vez él deba pensarlo en un lugar tranquilo.

¿Un parque...? No, allí habría niños y lo distraería... niños... el solo pensarlo hizo que Bably resoplara felizmente, si, tal vez no sea buena idea, una cafetería suena mejor. 

Así que sin más, se puso en marcha. Pero antes había visto algo grande con alas y escamas, negó con la cabeza, esa discusión empezaba a afectarle.

Mientras tanto, una mamono empezaba a buscar algo, olfateo un poco el aire y se le abre los ojos.

- Está cerca... lo presiento~- Dice la mamono con tono juguetón.

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Ahh~ Runderp, la cafetería favorita de Bably, hacen buenos cafés bien amargos y calientes, tal y como le gusta al dragón de X'a Nim.

Ve que está moderadamente lleno, tanto adentro como afuera, pero aún hay asientos disponibles, por lo que, con un suspiro, se acerca al local, con las miradas esperadas de los alienígenas.

Al entrar, ve que varios jóvenes, tantos mamono como maiíb, atienden una gran cantidad de clientes, si, por si te lo preguntas, es un lugar grande y famoso, lo fue aún más cuando Bably marcó este local como su favorito.

Ignorando las miradas, Bably hace la no tan larga fila de espera, mientras lo hacía, podía escuchar "discretamente" la conversación de otros, iban desde sus vidas y actividades diarias, hasta temas interesantes y no tan interesantes de escuchar, oh, si, y algo que tenga que ver con él.

- ¿Sabías que este local es famoso solo porque lo visita él?- Susurra alguien no tan lejos en la fila.

- ¿En serio?- Pregunta otro incrédulo- ¿Y qué lo hace tan especial?

- Bueno... no sé, ¡Pero supongo que es porque es un dragón, uno macho!- Dice la susurrante emocionada.

- ¡Vaya, me pregunto que tan grande la tendrá...!

Bably decidió tratar de ignorar lo mejor posible toda conversación en los alrededores, muy difícil para alguien con buena audición.

Luego de un rato, al fin era su turno, el que le atendía era una alienígena alta con piel verde y cuernos en la cabeza, con cabello albino despeinado que le llega hacia la cintura, si bien la vestimenta era formal, esa forma de desabrocharse el pecho y bajar un poco el pantalón para que se le viera más piel no le daba buena impresión a Bably. 

- Buenos días señor, ¿En qué le puedo...? ¡Hijo de puta! - Saluda la verdota sorprendida, llamando la atención de algunos clientes - ¡Pero si es el cliente favorito del la cafetería! ¿Qué tal tu día, anciano?

- ... ¿Amerix? - Pregunta Bably incrédulo.

- Yup, la misma - Responde Amerix mientras sonríe - A diferencia de ti, he cambiado bastante.

- Para mal por lo que veo.

Amerix solamente se ríe.

- Di lo que quieras abuelo, me siento mucho mejor de esta forma.

Bably se limita a poner los ojos en blanco.

- Solo cállate y anótame lo de siempre, que hay gente esperando- Dice Bably molesto.

- Si~ si~- Tararea afirmativamente Amerix mientras anota - ¿Te vas a donde siempre?

- Aún hay espacio, por lo que si, seguiré sentándome afuera- Responde Bably mientras afirma con la cabeza.

- Entonces espera allí, las chicas en menos de 5 minutos te lo tendrá listo.

- Nada de esa repugnante energía.

- Heh, cobarde- Se burla Amerix.

- Se le llama precaución, Amerix- Dice Bably mientras frunce el ceño.

-  ¿Acaso le temes una evolución, mamita? - Pregunta Amerix burlonamente mientras sonríe de lado con descaro.

Bably resopla molesto.

- Eso es mutación, maldito moco andante.

- Es ogro, mamita.

- Esta bien, pero déjame de llamar así- Le señala Bably molesto mientras se da la vuelta y resopla, en dirección al asiento libre de afuera.

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Mientras espera, Bably se pone a pensar en la conversación con la cupido, ciertamente aún tenía la necesidad de detallarle y mencionarle varias cosas que no dijo o se olvidó de comentar, pero bueno, las cosas como son, realmente él espera a que no haga nada estúpido y arriesgado, lo último que quiere es que salga herida o incluso muerta por su culpa. No es que empezó a tenerle simpatía, no te confundas, simplemente duele y es más humillante que un alienígena dispuesto a ayudarte arriesgue todo por ti a que otro simplemente te desprecie, es un xenófobo, ya sabes, a él particularmente prefiere que lo traten de la misma manera y lo dejen en paz.

Se acaricia la frente y la masajea, estúpida jovencita (o lo aparenta al menos), desde el fondo en serio que lo deje como está, no sabe las consecuencias que traería eso.

- Oh, así que los rumores y videos son reales, TÚ eres real- Se escucha una voz femenina firme cerca suyo.

Seguro que algún meme por ahí, en fin, ahora debería pensar en el trabajo.

- He escuchado muchas cosas sobre ti, y quería ofrecerte una propuesta~- Dice la voz con tono seductor.

¿Debería trabajar en esta cafetería...? Humm, no suena mal, pero debería estar atendiendo a estos alienígenas, tal vez no sea buena idea...

- Ven a mi reino, y casémonos allí, te prometo que gobernarás como un verdadero dragón a mi lado- Se jacta la fémina con un tono más elevado.

AL MENOS, que trabajara en la parte de la cocina como, bueno, cocinero, entonces no debería interactuar con los alienígenas más allá de los empleados nuevos, si, tal vez debería, puede que funcione.

- Pero sé que no soy la única que quiere pedir tu mano...uhh, garra... lo que sea que se diga por aquí, por ello, yo, la Reina Alagadriel del reino Missthorfu, te propongo que te cases conmigo aquí y ahora- Exclama con algo de euforia la fémina.

Vaya el afortunado que está recibiendo esos hermosos piropos, que suerte que no sea él el objetivo, no quisiera los dolores de cabeza de las consecuencias que pasarán cuando la rechace.

Escucha unos pasos y se voltea, un hombre joven de pelo largo con cola de caballo, vestido con un uniforme negro con líneas doradas que recuerda a los sirvientes se acerca a él con su pedido, heh, los alienígenas ciertamente tenían preferencia por lo fino, antes aquí se vestía, no tan informalmente, pero si casi con lo que quisieras.  

- Buenos días señor Bably, aquí su café Dsspresi con frutos silvestres- Dice el chico mientras deja en la mesa de forma elegante.

- Gracias Eurlak, después pásame el costo.

- Si señor Bably- Afirma Eurlak mientras asiente con la cabeza, seguido de girar levemente la cabeza - Uhhh... señor Ba...

Antes de que terminara, Bably le interrumpe, girándose hacia él.

- Por cierto, Eurlak ¿Sabes cuanto  está el Kralp?- Consulta Bably mientras se masajea la cabeza.

- Uhmm, unos $4000 creo- Responde Eurlak dudoso, se escucha algo romperse dentro de Bably.

- ... ¿Algo más barato?

- Creo que el Kraulap está a $2000, por ahí, ¿Por qué lo pregunta?

- Porque, precisamente, creo que estoy esquizofrénico, empiezo a oler, escuchar y sentir cosas ilusorias- Contesta Bably, haciendo que Eurlak mirase a un lado por un momento, como si estuviese viendo a alguien, y vuelve a mirarlo.

- ¿Se refiere a la señorita a su lado?- Pregunta Eurlak mientras señala algo al lado de Bably.

No, no es real. Con gran pesar, Bably gira lentamente su cabeza hacia donde señala el dedo.

Allí, hay una mujer un tanto... peculiar, en realidad, es una dragona humanoide de piel clara, con escamas, grandes cuernos, una gran cola y alas negras, violetas y rojo, gran parte de su piel está expuesta, y sus pechos están sugerentemente tapados por meros sostenes que más bien son una pequeña tira, y un chiste para el gran volumen de sus pechos, con ojos maliciosos de tonos carmesí, y finalmente un largo y hermoso cabello albino que le llega hasta los tobillos. La para nada real dragona sonríe maliciosamente mientras acerca un poco un extraño artefacto redondo saliendo de una cajita elegante.

Bably lentamente gira la cabeza hacia Eurlak.

- ¿También la ves?- Pregunta Bably desesperanzado.

- Uhh, creo que la señorita es real, señor Bably.

- ... Entiendo- Dice Bably mientras asiente con la cabeza- Te compraré uno a ti también, te avisaré para que me pases tu parte.

Eurlak pone los ojos en blanco.

- Señor Bably, deje de negar la realidad, ella es real tanto como usted y yo, dejese de ilusiones y afrente a la realidad- Comenta Eurlak tratando de ser tan elegante y educado como puede.

Con un resoplo frustrado, Bably se gira hacia la dragona que aún espera allí arrodillada, extendiéndole ese extraño artefacto hacia él.

Bueno... mIerDa

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