Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15: El Cielo Se Torna Azul Y Rosa

Mhhh...



Esperarías de este capítulo la continuación de la situación de Bably, ¿No?

Pues que mal, pues tocaré otro tema, porque si, lector, tanto tú como el autor me dejaron abandonado como las ratas rastreras que son...

Tú no tendrías nada que ver en esto... Pero me las agarré contigo de todas formas, y te la tragas de todos modos.

En fin, empecemos por... los resultados de la batalla de mis hermanos contra la milicia de los mamono estacionada en las afueras del territorio de los kau lid.

Ya sé que esto rompe la línea de narración o lo que mierda sea de esta historia, pero ahora no estoy de humor, estoy muy enojado con ustedes 2.

Retomando el asunto...



Sus ojos abren lentamente, despertando con lentitud.

Él trata de moverse, pero siente que sus movimientos son limitados, no por su somnolencia, sino porque algo más lo restringe, por lo que, al abrir los ojos completamente, nota que tanto sus brazos como sus muñecas y piernas están atadas firme y fuertemente con cadenas.

Mira sus alrededores, viendo como está dentro de una jaula, junto a otros de sus hermanos cupidos del odio, están en el mismo estado, algunos inconscientes, otros despiertos.

Escucha los sonidos de motores y vehículos en movimiento, por lo que gira la cabeza, viendo que su jaula está siendo cargada por un gran camioneta que llena otras 2 jaulas más, siendo escoltada por otros vehículos, que llevan otras jaulas, tropas o heridos, y recursos.

Habiendo visto esto, él dirige su mirada hacia quien tiene enfrente, una apsara del odio, que mira con una sonrisa falsa sus alrededores.

- Oye tú- Llama él a la apsara, captando rápidamente su atención- ¿Sabes sobre los resultados de la batalla?

La apsara del odio se queda callada, mirándolo en silencio, antes de mirar de reojo sus alrededores, para posteriormente verlo nuevamente.

- Creo que mis palabras sobran lo que a la vista se puede apreciar- Bromea ella, sonriendo de lado.

Él frunce más el ceño, molesto por la respuesta de su hermana del odio. Ella en consecuencia suspira.

- De lo que logré llegar a ver, hemos ganado el conflicto, sin embargo, pese a la sorpresa inicial, los alienígenas pronto trajeron armas pesadas y más modernas, abatiéndonos a distancia, adicionalmente, eran mucho más de lo previsto - Explica ella, mediante murmullos audibles, mirando de reojo a sus alrededores, asegurándose que las mamono no la escuchen.

El cupido arquea una ceja.

- Suena a que salieron del subsuelo - Comenta el cupido, recibiendo en respuesta una risa silenciosa.

- De hecho, es eso lo que pasó - Menciona la apsara burlonamente - Tenían alienígenas arácnidas y demás bestias en unas cuevas improvisadas, por lo que nos tomaron de sorpresa con un aproximado de 3400 más.

El cupido hace una mueca, disgustado por los resultados.

- ¿Y hace cuánto hemos estado viajando?- Interroga el cupido, ganándose una levantada de ceja por parte de la apsara.

- ¿Soy algún tipo de espía tuyo que me preguntas todo...? No lo sé, hace apenas unos minutos antes que tú me desperté - Ella se encoge de hombros.

El cupido resopla frustrado, por lo que desvía su mirada hacia otro lado.

Él puede apreciar como el cielo, algo nublado, está anocheciendo lentamente, con el sol ocultándose en la lejanía paulatinamente. Mas logra divisar pequeños puntos, que se acercan hacia ellos con una gran velocidad, por lo que resopla.

- ¡Los adoradores de Hatredis nos emboscan, prepárense!- Grita una de las mamono, por lo que el resto de los que pueden luchar recogen sus armas o preparan sus hechizos, a la vez que el convoy aceleran más su velocidad.

- ¡En nombre del dios del odio, PURGAD A LOS BLASFEMOS Y EXTERMINEN A LOS ALIENÍGENAS- Un grito de guerra con un gran resentimiento encima resuena por todo el lugar, mientras muchos cupidos del odio salen de las nubes más bajas, o emergen de los árboles y rocas grandes ocasionales a lo largo de la zona.

Muchos disparos llegan de todos los lados, agarrando desorientados a las mamono, que no tenían bien en claro en que dirección contraatacar.

Sin embargo, las bajas no se hacen esperar, y varias mamonos caen muertas al suelo, siendo dejadas atrás por el convoy.

Sin mucho que poder que hacer, las mamono sobrevivientes empiezan a defenderse con magia y las armas a distancia que poseen. Debido a la dispersión de los cupidos, es difícil para ellas abordarlos a todos, pero logran derribar uno que otro hermano del odio.

Él, que admiraba el escenario que se estaba desarrollando, gira levemente su cabeza hacia la dirección dónde los mamono están conduciendo, ya que siente una fuerte energía negativa allí.

Y efectivamente, leves neblinas estaban lentamente acercándose a ellos, al parecer tratando de estar ocultos lo mejor posible.

Y para cuando se acercaron lo suficiente, aparecen repentinamente mucho humo negro, para luego mostrar a los danzantes de la nieblas que, con sonrisas falsas y burlonas, se abalanzan agilmente a los vehículos.

Si bien hubo unos pocos que no lograron emboscar a ninguno, la mayoría ya estaban encima de ellos, empezando a asaltar cuerpo a cuerpo a las estupefactas mamono, logrando también apropiarse uno que otro vehículo y derribando otro.

Y hablando de derribar, ve como uno de los apsaras clava una de sus dagas en la rueda del vehículo donde él se encuentra, seguido de usar su cola para levantar lo suficiente al transporte como para que empiece a volar.

Él se queda estupefacto ante esto, pese a ello, la sacudida que sufre cuando la jaula empieza a aterrizar al suelo le hace olvidar de ello.

Cuando por fin descienden, él trata de recuperarse de la sacudida que sufrieron, mas escucha como alguien abre la jaula violentamente, y antes que pudiera ver quien rayos la estaba abriendo, lo agarran del cuello y lo arrojan fuera del mismo.

Él cae al suelo secamente, tosiendo un poco, antes de levantar la mirada, con su ceño aún más fruncido, viendo que otro hermano del odio se acerca a él.

- No me hubiera disgustado si fueses más amable - Se queja él, mientras se sienta en el lugar.

- Cerrá el orto, hay una batalla que ganar - Silencia el otro cupido, mientras usa su rifle para disparar a la cadena que apresa a su hermano, liberandolo.

Sin embargo, al hacerlo, aún entre el caos de la batalla, un proyectil es escuchado por ambos, y antes siquiera darse la vuelta para ver su origen, el hermano liberador vuela violentamente hacia el costado, mientras que él se cubre instintivamente.

Unos segundos después, conmocionado, se voltea a ver rápidamente a su hermano, ahora caído, más no muerto, sino... ¿Inconsciente?

Más disparos se escuchan a lo lejos, viendo que algunos apsaras y cupidos caen ante el traicionero ataque, por lo que rápidamente voltea la cabeza...

- ¡HEREJEEES!

Al observar que el nuevo enemigo no era nada menos que los despreciables cupidos del amor de los aberrantes alienígenas, una rabia empieza a consumirlo, un instinto primitivo que le grita que la 'contraparte' al odio tenía que ser erradicada.

Su grito es escuchado por sus hermanos, que miran a los grandes grupos de ángeles rosas, y sienten lo mismo que él, por lo que no dudan un segundo más y van a por ellas, dejando casi de lado a las mamono que habían emboscado en primer lugar.

Él no pierde el tiempo y se levanta, corre hacia su hermano caído y le arrebata el arma, para luego apuntar hacia los tantos cupidos.

Una batalla intensa, donde ángeles de ambos panteones caen, sean muertos o inconscientes. Los cielos se tornan negro oscuro y rosa claro, junto con brillo de algunos colores oscuros y claros siendo lanzados al otro.

Muchos luchaban por el cielo, pero también otros por tierra, con los danzantes de la niebla haciéndoles la vida complicada a las blasfemas del amor, e inclusive, con la ayuda de sus hermanos cupidos, usándolos de impulso en los cielos para lanzarse contra el enemigo.

Sin embargo, debido a su arraigado instinto, las mamono emboscadas aprovechan la oportunidad para reagruparse, reuniendo también tanto hermanos del odio caídos como podían.

- ¿Estamos todos? - Pregunta una baphomet, mirando al grupo.

- Son los que quedan - Responde una harpía de plumas grises, frunciendo el ceño con tristeza.

La baphomet suspira, tan frustada como desanimada, por lo que niega con la cabeza.


- Como sea, debemos salir ahora antes que...


La baphomet por reflejo invoca una burbuja protectora alrededor de ella, el cual logra protegerla del proyectil que iba dirigido a su cabeza, sin embargo, la bala rebota y mata a una mujer lobo que estaba ayudando a cargar a una oni-roja, haciendo que el resto que la cargaran cayeran debido al desequilibrio.

La baphomet rápidamente se voltea a ver al atacante, es nada menos que el cupido que estaba encadenado, mirando con rabia hacia ellas.

La necesidad de él de querer unirse a sus hermanos para acabar con sus 'hermanas' del amor era casi insoportable, sin embargo, él en respuesta se muerde fuertemente la mano, al punto de casi arrancarselo, así al menos distrayendose un poco.

Y volviendo al enfrentamiento, puede ver como la baphomet rápidamente le lanza una bola de fuego bastante grande, por lo que él trata de plegar sus alas, sin embargo, se quedan paralizadas a mitad de hacerlos, siente como estas están bastante adormecidas, por lo que se limita a saltar a un lado.

Él logra esquivarlo en gran parte, sin embargo, el roce del mismo logra desestabilizarlo, haciendo que ruede un par de veces.

Mientras se levanta, siente como la excitación, el dolor, el adormecimiento y la rabia casi se combinan, enloqueciendo al cupido por la necesidad de venganza, por lo que se voltea a ver a la baphomet.

Mas se ve obligado a girarse para esquivar el zarpazo de una jinko, para posteriormente levantarse y saltar, esquivando el agarre de una grifo.

Cuando logra estabilizarse, mira con irritación a ambas mamono, que se estaban preparando para asaltarlo, por lo que él transforma parte de su esencia y lo convierte en un cargador, reemplazando el que ya tenía su arma, y apunta hacia una de ellas.

El cupido dispara hacia la cabeza del jinko, esta lo esquiva apartándose a un lado mientras va a por él. Por lo que el cupido sigue disparando mientras retrocede.

Al estar al alcance, la jinko lanza varios zarpazos, tratando de inmovilizarlo, sin embargo, el hermano del odio esquiva como mejor puede, a la vez que trata de contraatacar disparandole.

Entre ataque, retirada o avance, la jinko logra asestar un golpe en el estómago del cupido, logrando que bajara la guardia un momento, antes de agarrarlo de la pierna y derribarlo al suelo.

El cupido cae secamente al suelo, y queda más o menos aturdido, la jinko aprovecha para sentarse encima suyo e inmovilizarlo, sentándose en su espalda y clavando sus garras en sus muñecas.

El hermano del odio, está gimiendo... ¿placenteramente...? Debido al ataque, por lo que el cupido saca una daga debajo de la manga, y utilizando su magia del odio (cupido del odio ¿Qué esperabas?) y concentra todo ello en su mano, seguido de lanzar la daga hacia la jinko, el cual logra atinarle en el ojo, haciendo que la mamono grite de dolor mientras libera al cupido y se aparte de allí.

Pese a ello, la fuerza puesta en la mano para poder lanzar el arrojadizo y su brusquedad hicieron que se torciera la muñeca, al punto de quebrarse y casi salirse, por lo que gruñe fuertemente mientras se agarra la muñeca, apretando severamente la boca para reprimir los gemidos de dolor.

Y antes que se diera cuenta, recibe un golpe potente en toda la frente, mandándole a volar varios pies.

Al terminar de rodar, rápidamente se pone en pie, para ver como la grifo vuela hacia arriba, seguido de ir en picado hacia él.

Sin mucho que hacer, el hermano del odio materializa una pequeña lanza con su esencia, con tonos de azul oscuro, con neblina del mismo color saliendo de esto, y lo arroja hacia la grifo, para luego materializar un par de dagas y arrojarlas a ella.

La grifo logra esquivar con relativa facilidad la lanza, sin embargo, se ve en aprietos ante la lluvia de dagas. Logra esquivar la mayoría a duras penas, pero una de estas queda incrustada en un punto crítico de una de sus alas, por lo que cae al suelo y empieza a rodar.

Si bien es una oportunidad perfecta para rematar, se ve frustrado cuando se da cuenta que la jinko está a punto de meterle un zarpazo, por lo que, sin tiempo a esquivar, materializa una espada para bloquearla. Sin embargo, la fuerza de la mamono es mayor a la de él, por lo que, no solo termina de tirar la espada, sino también a él.

Con una respiración pesada, el hermano del odio trata de levantarse por más que sienta que sus brazos tiritan. Pero algo lo agarra del cuello y lo levanta con facilidad, es la jinko que, con un ojo menos y mirándolo con enojo y molestia, levanta su gran pata para clavarle las afiladas garras.

No obstante, algo detiene a tiempo a la jinko de atravesarlo, con un ataque que la hace retroceder levemente, y cuando se voltea a ver que era, la apsara que anteriormente estaba en la misma jaula con el hermano del odio aparece, con su sonrisa sádica a centímetros de distancia de la mamono.

Esta reacciona soltando al cupido y retrocediendo para que la apsara no le cortara la yugular.

En cierto modo, antes de que él llegara a tocar el suelo, algo perfora una de sus mejillas traseras, haciéndole gemir de dolor, seguido de arrojarlo por ahí.

Aunque normalmente esperarías que rodara como el maldito trapo que es este imbécil, en su lugar, el hermano del odio cae parado, no sin antes dar un par de pasos atrás mientras hace el esfuerzo por estabilizarse.

Y antes que pudiera darse cuenta, un fuerte, recibe un fuerte nalgazo en la carne perforada, por lo que grita levemente, seguido de volteara ver violentamente con bronca y frustración.

Es la apsara, sonriéndole burlonamente, mientras que, con la mano que aparentemente usó para nalguearlo, el cual estaba manchado de un líquido violeta (la sangre de cupido), empieza a lamer lentamente con una larga lengua bífida pero gruesa la sangre en su mano.

- Mhh~, deliciosa sangre, ¿Has estado ejercitando mucho últimamente?- Pregunta burlonamente la hermana danzante- Quizás después de esto le meta una mordida fuerte a ese cacho de carne... tú sabes~

El cupido arruga la cara con disgusto, mientras niega la cabeza, antes de voltearse hacia los mamono, la apsara se ríe ante su reacción.

- Aplastaré tu asqueroso cráneo luego de esto.


- Uno puede soñar~

El cupido, negando con la cabeza, materializa un cuchillo y se posiciona... Mas es empujado bruscamente hacia atrás. Confundido, mira su pecho, y ve que 'su' rifle había sido recuperado, siendo envuelta por la larga cola de la apsara, que rápidamente abandona.


- No ibas a ir de frente contra un enemigo irracional que obviamente te supera en fuerza, ¿Verdad~?- Comenta la hermana danzante burlonamente, acompañado de una leve risa.


Él se limita a gruñir levemente, apuntando rápidamente hacia las mamono, más se topa con los pocos vehículos restantes yendo en su dirección. Por lo que se ven obligados a saltar a los lados para evadirlos.

Pese a ello, el cupido no tuvo tanta suerte, pues algo pegajoso y firme lo atrapa desde sus alas, seguido de empezar a arrastrarlo.

Cuando el hermano del odio se da la vuelta, ve como una aracne rápidamente empieza a atraerlo hacia ella con su resistente telaraña, por lo que empieza a retorcerse, tratando de liberarse. Esto solo logra que la aracne sonría aún más con sadismo, mientras su agarre se hace cada vez más firme...


- ¡Oye, no te vayas sin mi!

Nuevamente, algo penetra su carne hasta llegar al otro lado, siendo esta vez como le sacan un riñón en el proceso. Gruñendo severamente por el dolor, mira hacia el frente, viendo como la hermana danzante está haciendo lo posible por igualar la velocidad del vehículo, usando su cola para aferrarse al hermano del odio.

- ¿¡No tenias otro lugar mejor donde sostenerte!? - Se queja con dolor el cupido, mientras siente cómo sus brazos y alas quedan envueltos completamente por la telaraña, siendo más fácil de arrastrar.

- ¿Acaso no ves que eres lo único más cercano que tengo?- Comenta la apsara que, si bien aún manteniendo su tono burlón, se le ve algo más seria, corriendo todo lo que puede.

Sin haberse molestado en ver si eso era verdad o no, el cupido del odio forcejea con brusquedad, tratando de liberarse. Aunque solo logra hacer que, de un tirón, se suban al vehículo.

En pleno aire, el cupido es agarrado fácilmente por unas grandes garras que envuelven su cabeza y su torso, era nada más ni nada menos con la grifo contra la que estaba peleando.

Él puede observar como la apsara saca su cola de él, llevándose el riñón en el proceso, mientras empieza a pelear contra las mamono.

Sin embargo, la superaban en número, el lugar era muy poco espacioso y no podía moverse libremente, por lo que decide ir hacia una de las ruedas del transporte para clavarle las dagas que tiene en sus manos.

Pero un fuerte disparo se escucha al lado de él... Y ve como la hermana danzante cae inconsciente, cayendo en el borde, siendo rápidamente atrapada y resguarda por una harpía.

Pese al caos de los alrededores, los cuales poco a poco se dejan de escuchar debido a la distancia, logra discernir unos pasos, lentos pero firmes.

El origen de esos pasos no era otro que... Una aberrante cupido del amor, la cual se da la vuelta para ver al hermano captivo al estar frente a él.

Él, en respuesta, empieza a forcejear violentamente, tratando de alcanzar a la hermana del amor, mientras lo mira con una intensa rabia.

Si bien ella se mantiene seria, no puede evitar fruncir el ceño por la pena, por lo que extiende su mano gentilmente hacia la mejilla de él, pero, siendo esperado tal reacción, el cupido del odio no se lo tomó bien, y forcejea aún más contra la firme e inquebrantable agarre de la grifo.


- Tanto odio... Tanto sufrimiento.. ¿Y para qué...? ¿Qué necesidad hay en todo esto?- Pregunta la cupido, pareciendo que está dirigida más para ella que para él.


- ¿Y para qué un amor tan blasfemo e innecesario? ¿No os bastaba dejar sus asquerosas costumbres y creencias en sus respectivos mundos, o es que sois demasiados hambrientos de expansión para poder pensar con racionalidad?

La cupido del amor suspira ante sus palabras, por lo que niega con la cabeza, mientras le acaricia el cabello.


- No es un lugar adecuado para hablar, mi hermano caído y cegado, pero me aseguraré de traerte al verdadero camino al que todos estamos destinados en algún momento... - Responde la cupido, con una carga de culpa en su voz, seguido de retroceder levemente y apuntarle en la cabeza con una pistola rosa brillante - Asegurense de curar sus heridas.

Él abre los ojos tanto de sorpresa como de temor, si bien los ángeles no son capaces de morir realmente (salvo algunas excepciones, ) él podía percibir que esta arma no es letal en sí... No lo iban a matar... Le harían algo peor.

Al escuchar una afirmación por alguien, la hermana del amor dispara sin más, haciendo que el hermano del odio mirara al cielo por un momento debido al impacto.

Puede ver como el combate en los cielos no parece parar y solo se intensifica con cada minuto que pasa, y antes que que pudiera cerrar los ojos, puede ver como las blasfemas reciben refuerzos.

Pero no parecen ser más cupidos del amor, en cambio, estas visten de sensuales armaduras negras, con armas y escudos de tono rosa oscuro, con alas negras y piel azulado claro, que iban sonrientes a la batalla.


...


...


...


Tanto a mi como a él se nos detuvieron los corazones al ver esto.


...


...


Y él finalmente cae inconsciente.

...












...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro