Capítulo 13: El Mensaje De La Purga
Normalmente pensarías y esperarías que este capítulo siga tratándose de Bably y sus alrededores.
Pero haremos una pequeña y diminuta excepción esta vez.
Porque si, lector, ahora hablaremos de mí.
Y te la tragas si no te gusta.
Pero en fin, comencemos con esta parte… ¿Dónde y en qué momento exactamente…? Ahí te voy, querido.
Veamos… Oh, si, aquí mismo.
Me encuentro a las afueras de Xa’ Nim, donde, además de una densa vegetación y vida, hay un gran alambrado rodeando el territorio del ‘pueblo’, y como es de esperarse, está la milicia de la ciudad apostada ahí, tanto maiíb como mamono, nativos, por supuesto.
Mientras yo, estoy acostado en la rama de algún árbol, mirando con una sonrisa burlona a la milicia, sin que esta me viera, claro.
Y te preguntarás, ¿Qué estás haciendo en este momento?
Sencillo, solo descanso.
…
¿Esperabas otra cosa?
Bueno, en ese caso, qué suerte para ti.
De repente, un dolor leve de cabeza está empezando a darme, por lo que me agarro y fruncí el ceño.
- Argald- Una voz masculina llena de veneno resuena en mi cabeza- Debes regresar pronto al templo ubicado en Ur’ Iplód, se te asignará una misión en la brevedad.
- Ughh, tú- Respondo con un tono burlón- Ya estoy dirigiendome a ese templo en este instante.
- No te tardes, el resto no esperará por ti.
Y antes de que siquiera pudiera responder, el dolor se disipa al instante, finalizando así la comunicación telepática.
Y te preguntarás ¿Para qué te llamaron?
Fácil, no tengo ni la más puta idea.
…
¿Qué, acaso que porque sea narrador significa que deba saber todo?
No seas tan cerrado, cariño.
De todas formas, mientras te hablaba, ya estaba dirigiendome hacia allí, dando largo saltos entre árboles y piedras.
Puede que esto tarde un rato.
.
.
.
Y al fin llegué, luego de haber cruzado las fronteras de este lugar, llego a la ciudad metropolitana industrial, por lo que sí, aquí hay montones de trabajos y edificios con esos fines.
Aún sin detener mi ritmo, saltando entre edificio en edificio, ya sea techo o ventanas, puedo apreciar el aspecto del lugar.
Una neblina de tonos azul oscuro y negro rodea a lo largo de la metrópolis, con los humos y los otros tipos de gases siendo descontroladamente expulsados por los edificios industriales.
En fin, cosa de todo los días, supongo que tú tienes algo similar en tu mundo ¿No?
Luego de haber correteado sin descanso todo este recorrido, doy un salto final, hasta aterrizar al frente de un edificio que se destacaba de lo demás, no por ser el más alto o el más grande, pero sí lo más importante, al menos si hablamos de religión.
Un templo dedicado a Hatredis, o como se le suele llamar, un templo del odio.
Éste se destaca por una arquitectura basada en metales oscuros, ya sean negros o azules oscuros (prefiriblemente ambos), manteniendo esa frialdad que tanto aborrecemos cuando es pleno invierno. Con pasillos un poco anchos, con techo y piso totalmente negros, y con pocas decoraciones (ni hablar de pinturas, que son más bien inexistentes). La primera impresión que tienes del templo es una gran puerta doble de hierro de tono azul oscuro, que con sola la mirada podías percibir su frío acero, las paredes están vagamente decoradas por pinchos, con calaveras de distintas razas puestas allí y perforadas por poco más de la mitad.
En la entrada están dos de mis hermanos postrados allí, con largos rifles de francotirador a mano y listos.
Su apariencia es muy similar a los cupidos de la blasfema de Eros, sin embargo, su boina es de color azul oscuro con líneas negras, su ropaje es una armadura completa de tono negro con líneas azules, con guantes que dejan expuestos sus dedos y parte de su palma.
La piel de mis hermanos, los cuales se les considera ‘cupidos del odio’, son de tez azul oscuro, con ojos del mismo tono, aunque la particularidad de tener las pupilas en forma de un corazón partido a la mitad con un sangrado constante, y escleróticas totalmente negras, y con cabellos apenas cortos de tono negro.
Algo característico de los cupidos del odio es que tienen fruncido el ceño de forma constante, con esa mirada despectiva o despreciativa y con un veneno en su tono al hablar.
Uno de los cupidos hace una mueca de disgusto al verme, seguido de señalar la entrada con la cabeza.
- Estás llegando tarde a tu reunión, Argald- Dice él mientras frunce los labios.
- Si, si, ya entro- Respondo burlonamente mientras me acerco a la entrada, chocando mi hombro a propósito con mi hermano cupido, haciendo que este me mire disgustado mientras chasquea la lengua.
Heh, me encanta frustrarlos de más.
En fin, al tocar las grandes puertas, si bien no son para nada pesadas como pueden llegar a aparentar, su frío es fiel a la que la mirada advierte, pues apenas puse mis manos en ellos, casi inmediatamente se me escarcharon las manos, obligándome a mí mismo a sonreír de más para no quejarme.
Al entrar, las puertas se cierran por sí solas detrás de mí, y como mencioné anteriormente, el lugar se mantiene, sin embargo, lo único que ilumina el lugar son las neblinas azules y negras. Te extrañará, naturalmente, pero luego explicaré eso.
Camino por el largo pasillo, sin nadie a la vista más que puertas de roble con manija de acero azul oscuro.
Hasta que llego a uno en concreto y abro la puerta, la manija es fría, pero no tanto como la de la entrada.
Al entrar, cierro la puerta e inspecciono el lugar; piso y bancos de madera a lo largo de la sala en fila, rodeando de forma circular un gran piso gris de tierra, siendo solo iluminado por un gran foco.
Ahí en el centro, se encuentra alguno de mis hermanos arrodillados ante una hermana, ésta viste de una armadura como la de los cupidos, sin embargo, solo cubre ciertas partes de su cuerpo, dejando expuestos sus hombros, vientre y parte de las piernas. Porta largas dagas en su cadera, y usa tacones en vez de zapatillas.
Su piel es clara, con ojos azul oscuro que posee varios puntos brillosos, como si de estrellas se tratase, con escleróticas negras, unos labios carnosos pintados de un violeta oscuro, con cabello largo platino recogido como una cola de caballo, también posee una cola como la mía, pareciéndose más a las súcubos, y por último, su piel está tatuado en algunas partes con corazones rotos o con la figura vaga de nuestra deidad, el cual puede variar.
- Apsara Argald- Dice ella despectivamente- Llegas tarde.
- Sin embargo, en el momento justo cuando ibas a dar el informe y detalle de nuestra misión- Contesto con una sonrisa descarada, mientras me acerco a ellos.
Ella frunce el ceño y los labios con disgusto, heh.
O, por cierto, se ha dirigido a mí como apsara y no como incubo, y es que si, mi querido lector, yo no soy un incubo o cupido del odio, si no un apsara, un apsara del odio para ser concretos.
Y ese no es el único nombre que tenemos, también nos suelen llamar danzantes de la niebla y demás. Thori A'karld también tenía sus propios apsaras en su momento, pero allí el tema.
Cuando llego, me arrodillo, seguido de mirar de reojo a mi izquierda, encontrándome con otra hermana apsara, quien me sonreía burlonamente, por lo que le devuelvo la sonrisa.
- Bien, comencemos de una buena vez- Menciona la líder apsara irritada- Los alienígenas blasfemos ya se han apoderado de las ciudades Noss Grad y Mium Pla, a éste paso, este país maiibiana se quedará sin producción de tropas y materiales decentes.
- Apsara Liin Dram- Uno de los cupidos llama la atención
- ¿Qué?
- ¿Por qué no podemos simplemente defender las ciudades de nuestros creyentes? ¿No es el país parte de nuestra religión?
- No seas tan idiota e ignorante, puede que la mayoría de ciudades de este país adoren a Hatredis, pero no significa que el resto lo haga, y según las leyes impuestas por el Dios Jefe, solo podemos defender a aquellos sectores que adoptaron nuestra religión.
- ¡Estamos hablando de alienígenas blasfemos con una horripilante parodia de nuestros antiguos hermanos del amor!- Replica el cupido mientras se pone de pie, apretando severamente los puños.
- ¿Y acaso crees que el Dios Creador no ha puesto leyes para eso también?- Pregunta Liin, la apsara del odio, con disgusto- Se trata de bastardos que el mismo Dios Jefe ha creado, por lo que tenemos aún más limitadas nuestras acciones. Hubiera sido diferente si no se tratara de seres externos que no fueran moldeados por nuestro Creador.
El cupido que hablo gruñe mientras se vuelve a arrodillar.
- Retomando el asunto, nuestra misión será sencilla; debemos establecer pequeños grupos de exploradores en las vías donde estos blasfemos transitarán, no podemos permitirnos ignorar la posible información vital que puedan habitar en los grupos- Dice Liin, mirando a cada uno de nosotros con desdén- ¿Preguntas?
Alzo la mano con entusiasmo, en reacción, Liin pone los ojos en blanco.
- Apsara Argald…
- He estado a cargo de la vigilancia del braxis Bably prácticamente desde que era una cría, y actualmente lo sigo siendo…
- ¡Ve al grano!
- He visto que los mamono quieren mantener a la especie del braxis con métodos poco ortodoxos, como el cruce de variantes- Menciono, mientras que el resto de la sala me miran de reojo sorprendidos y asqueados- Tuve que intervenir y advertirles sobre las consecuencias, pero no creo que dejen de insistir.
-... Dices eso, ¡Pero tu idiotez siempre es más rápido que tú, imbécil!- Grita Liin con rabia, a lo que yo fruncí el ceño.
- ¿A qué te refieres?
- ¿A qué me refiero…?, si fueras más inteligente, tal vez hubieras evitado extender esta mierda, pero si dejabas que el braxis pudiera cruzarse con esos blasfemos, teníamos la excusa perfecta para poder tener luz verde y exterminar a todos esos blasfemos alienígenas- Responde Liin mientras aprieta su mandíbula fuertemente, tratando así de contener su ira.
…
Uhhh…
Bueno, razón no le falta… Supongo.
…
¡Oye!, ¡Tenía que extender la historia de este cuestionable fanfiction de alguna manera!
Ni modo, a pagar los platos rotos.
- Sin embargo, he pensado en una alternativa- Digo, mientras hago una sonrisa lo más mierdera posible.
Liin entrecierra los ojos, insegura si confiar en mí.
- Escupe.
- He localizado un clan de Kau Lid bastante grande en las proximidades de Xa’ Nim, aunque está siendo constantemente vigilados por los mamono, solo necesito eliminar a esos blasfemos y contarles sobre la existencia del último braxis sin que los alienígenas se enteren de sus movimientos.
Liin se acaricia la barbilla, tan pensativa como intrigada.
- Idiota, pero no inútil- Comenta Liin mientras asiente lentamente con la cabeza.
No pues, ¡Qué halago!
- ¿Te acuerdas de los tipos de mamono?
- Para mi, todos son la misma mierda alienígena.
-... Una forma bastante atroz y endeble de decir que no sabes los nombres de las especies- Contesta Liin, haciendo que yo baje la cola inconscientemente, por lo que ella suspira- Que alguien le dé una de esas enciclopedias.
Uno de los cupidos se levanta y me arroja el libro al lado mio, seguido de volver a su lugar.
Yo miro el libro, tiene una tapa de cuero negro, nada especial, al parecer fue escrita por uno de los seguidores para anotar las especies mamono.
- Esta enciclopedia es una versión más resumida y eficiente de la original que poseen los mamono, menciona cada una de las especies vistas hasta ahora, así como sus fortalezas y cómo enfrentarlas adecuadamente.
Yo asiento con la cabeza mientras agarro el libro y le doy una ojeada, buscando las especies que recuerdo haber visto allá.
- Si, estas son- Digo con satisfacción mientras asiento con la cabeza- Las especies que están custodiado allá son kunoichis, hellhounds, ochimushas, ushi-onis, onis rojos, ogros, jinkos, automatones, glacies, grifos, soldados bettle… ¿demonios…?, amazonas, unicornios, centauros, lagartos, salamandras, harpías, mujeres lobo, súcubos y, lo más jodido, baphomets.
Todos me miran perplejos e incrédulos, aunque Liin me observa aburrida.
- ¿Cuántos?
- Sumando el total, un aproximado de 3600 de criaturas blasfemas.
Liin se acaricia la frente con los dedos mientras suspira frustrada.
- Parece que habrá un cambio de planes, aunque leves- Comenta Liin, seguido de vernos- Mantendremos el plan original, sin embargo, habrá un grupo merodeando los alrededores de Xa’ Nim para evitar cualquier escape de mamono que filtre la información sobre nuestros movimientos, Argald, estarás acompañado de la apsara Mae’Ilde para ir a informar al clan de Kau Lid sobre la existencia del braxis, yo informaré a las cabezas más altas sobre esto, ¿Alguna pregunta?
Nadie dice o hace nada, por lo que ella asiente con la cabeza mientras aplaude.
- Muy bien, están despedidos- Dice Liin mientras hace un gesto con la mano para que nos vayamos.
Y sin más preámbulos, nos vamos de ahí… Yay.
.
.
.
Al día siguiente, estaba en un prado cerca de Xa’ Nim, más concretamente cerca del territorio de los Kau Lid, sin embargo, había un problema.
Con mi escolta, la apsara Mae’ Ilde (la que estaba a mi lado en la reunión, quien me saludo con la sonrisa burlona), vimos que los mamono han levantado un campamento que se ve bastante robusto, con muchas kunoichis aquí y allá haciendo guardia.
- Al parecer tendremos un día ajetreado- Comenta Mae burlonamente, mientras asoma un poco la cabeza de los montones de piedras del cual lo usamos para ocultarnos.
- Y que lo digas, parece que se toman muy enserio esto de salvaguardar al braxis- Respondo con el mismo tono.
- Aún es de madrugada y ya salió el sol¿Vamos de todas formas?
- Dudo que los mamono se tomen tanto tiempo para mover fichas.
-... Buen punto, supongo que nos arriesgaremos también
Con un asentimiento con la cabeza por parte de ambos, los dos fuimos hacia adelante.
Diré que es muy complicado aquí, estás al aire libre y tienes poco o nada de cobertura, sin embargo, en el campamento podríamos aprovechar eso.
Tuvimos que hacer pausas algo largas, pues habían mamonos curiosas que ocasionalmente miraban hacia nuestra dirección o los alrededores, pero nada importante, al parecer no sospechaban.
Llegamos al último montón de piedras y tierra más cercano al campamento, mientras tomamos una pausa y asomamos las caras para ver si nadie nos veía.
- Bien, ya casi, ahora se viene la parte complicada- Menciono mientras veo un par de lagartos sentados alrededor de una hoguera, platicando pacíficamente mientras se reían.
De repente, a ambos nos da un leve dolor de cabeza, por lo que reaccionamos colocando nuestros dedos.
- Apsaras Argald y Mae- Nos dice una voz mediante telepatía- ¿Cómo vais con su misión?
- Estamos aquí, aunque el puesto de avanzada mamono casi cubre el territorio del clan, y no podemos rodearlo sin ser vistos- Respondo mientras echo un vistazo rápido.
- Pues debéis arriesgaros, un vigilante que custodia al braxis nos informa que la base fortaleza ubicada en Ar Naz Gelm, ahora conocida como Valle de Troya, le ha enviado una carta al dragón.
Uhuhu, yo sé de qué va.
- ¿Acaso solicitaron su presencia allá?
- Sospechamos eso, de todas formas, tienen que informar a los kau lid de forma inmediata, ya enviamos varios batallones a vuestra ubicación.
- Pero señor, si nos apresuramos, podrían detectarnos y avisar a sus líderes- Menciona Mae preocupada, a lo que yo arqueo una ceja.
- Tenemos a un grupo merodeando en las cercanías de Xa’ Nim en dirección hacia Valle de Troya, quiero ese informe para hoy, corto.
Y así, el dolor de cabeza desaparece, ni modo, de hacer fiesta.
- Uhh, parece que de todas formas el sigilo no iba a funcionar- Comenta Mae, a lo que yo frunzco el ceño y la miro.
Ella había asomado la cabeza, por lo que yo también lo hago.
En efecto, es malo; un hellhound estaba olfateando el aire, y un baphomet se sentía extrañada, mientras buscaba algo con la mirada, parece que nuestro olor y nuestra capacidad como apsaras del odio para devorar los sentimientos positivos, así como nuestra magia o esencia les perturban.
Suspiro mientras me pongo de espaldas a la piedra y la miro, ella hace lo mismo.
- ¿Lista para correr como la perra que eres? - Pregunto mientras sonrió burlonamente.
- No.
- ¡Genial!, no esperaba más- Comento mientras suspiro de nuevo- A la cuenta de 3… ¡3!
Y así, salgo de mi escondite mientras empiezo a correr hacia el campamento, con mi hermana apsara quedandose ahí como el idiota que es por un momento, aturdida por el suceso, pero luego reacciona y también hace lo mismo.
Nuestro para nada esperado brillante táctica llama la atención de los mamono ubicados ahí, quienes nos miran confusos por un momento.
Sin embargo…
- ¡Son los seguidores del dios del odio! ¡Detenganlos!- Grita una baphomet mientras nos señalan.
Y sin demorarse mucho, los mamono buscan sus armas o van directamente hacia nosotros
- Separemonos- Ordeno mientras sigo adelante.
Ella solo me responde con un ‘yeh’ mientras se desvía hacia otro lado.
Una jauría de hellhounds y mujeres lobos se nos echan encima, sin embargo, como solo son perros rabiosos, no fue muy difícil para nosotros esquivarlos.
La segunda oleada, compuesta por lagartos y salamandras, fue un poco más complicada, pero nada que un danzante de la niebla no pueda superar con gracia.
Ahora, lo jodido empezaba en el tercero, pues hay ochimushas y Jinkos, esas hijas de putas, además de fuertes, son ágiles, por lo que tuvimos que danzar un poco, pero superamos.
El cuarto, ay mamita, el cuarto está compuesto por varios baphomets y glacies.
Si bien pude esquivar la mayoría de ataques mágicos, por un descuido, un glacie me congeló la cola, dejadome pegado al suelo, y antes que me diera cuenta, un hechizo de baphomet me pegó en toda la cara y me mandó a volar unos metros.
Antes de caer, caigo más o menos de pie, apoyándome con la punta de los dedos de mis manos, mientras agito mi cola con molestia.
Ghuuu… Este daño que no es… Este ataque que me genera placer en vez de dolor…
¡¡LO DETESTO!!
Mi sonrisa burlona desaparece, y miro con frustración al grupo de mamono enfrente mio, aunque luego observo a todas direcciones.
La mayoría de los grupos que ya esquive volvieron, ahora rodeandome completamente sin dejarme vía de escape, por lo que gruño.
- No tienes escapatoria, seguidor del odio- Dice una voz, por lo que me volteo a verla, una baphomet- Ríndete, y así podremos iluminarte al camino correcto, en la senda del amor, como Eros lo dicta.
- ¡Silencio, blasfema alienígena!- Grito mientras me levanto y hago aparecer dos largas dagas de tono oscuro con mi magia, seguido de señalarla con una de ellas- ¡Al único dios del amor que toleramos es a Thori A'karld, y está muerto! ¡Por lo que tu patética diosa se puede ir A LA MIERDA!
Ante mi respuesta, escucho jadeos de sorpresa, gruñidos de enojo, y miradas desaprobatorias.
- Alguien tan cegado en la senda del odio no puede ser salvado sino por la fuerza- Comenta la baphomet mientras suspira, y me da una mirada con lástima… ¡Pudrete!- No nos dejas opción entonces.
Los baphomets y todo mamono mágico preparan sus magias, mientras que el resto empieza a acercarse a mi.
En respuesta, frunzco el ceño y cruzo las dagas.
- ¡Entonces se testigo de un danzante de la niebla, escoria!
Y así, empiezo a bailar con agresividad, sin embargo, con toque de gracia.
Cada fibra de mi ser baila, incluyendo mi cola.
Aunque extrañadas y confusas, las mamono, sean casadas o solteras, no pueden evitar detenerse un momento y apreciarme, quedando embobadas ante mi encanto como apsara.
Sin embargo, una baphomet lo suficiente resistente a mi magia, sacude su cabeza y me señala.
- ¡Cuidado, está invocando una neblina mágica!
Muchos de los mamono despabila, y pueden apreciar como una neblina negra y azul oscuro empieza a esparcirse a mis alrededores, y mientras más se expandía, más la neblina se tornaba en niebla, ocultándome.
Sin esperar, las despabiladas van hacia mi o preparan sus hechizos.
Antes de que las más de masa física se acercaran, las hechiceras lanzaron todo tipo de magia hacia mi ubicación, casi dispersando la niebla.
Seguido de ello, varias de las que llegaron entran a la niebla, y como es mi zona, se les dificulta localizarme.
De las que llegaron, solo unas pocas sobrevivieron, pues me centre en cortarles la yugular o puntos débiles que los matara instantánea o rápidamente, las que no pude matar, simplemente apunté mal, sus pieles o armaduras fueron muy gruesas, o tuvieron para bloquear o esquivar mis ataques.
Sin embargo, algo que no esperaba que alguien me agarrara de la cola y me mandara a volar fuera de la niebla.
Caigo y doy un par de vueltas antes de enderezarme, sin embargo, alguien me agarra por detrás.
Es una salamandra tratando de derribarme, por lo que forcejeo con ella para sacarmela de encima, sin embargo, ella me tiene ambas muñecas y una pierna inmovilizada con la suya. Por lo que opto por atravezar su cabeza con mi cola.
Mas mi plan se vio frustrado cuando una lagarto agarra mi cola justo a tiempo y trata de apuñalarme con su espada, sin embargo, me las manejo para atajar el ataque con mi boca… Y si, si no fuese por el material mamono, estaría doliendome como la mierda.
Los 3 nos encontramos forcejeando, con ellos tratando de inmovilizarme e incapacitarme y yo tratando de escapar.
Al dar un vistazo al resto, veo que más mamonos se acercan a auxiliarlas, por lo que, en respuesta, como no puedo directamente incrustar la daga en la cabeza de la salamandra, decido, con cuidado de no desviarlo mucho, arrojar la daga en dirección hacia la mamono de fuego.
Y como se espera mucha flexibilidad de un apsara, con mi pierna libre pateo fuertemente la daga, haciendo que se incruste perfectamente en la cabeza de la salamandra.
Aunque ella ya esté muerta, permanece de pie, pero sin aplicar la fuerza en el agarre, por lo que, con mi otra mano, apuñalo la cabeza de la lagarto, matándola instantáneamente.
Ya libre, me dedico a saltar hacia un lado, pues un perro grandote de pelaje negro como carbón y ojos anaranjados del cual salen una pequeña flama constantemente, un hellhound, casi me derriba.
Sin embargo, otro atras mio logra atraparme, derribandome al suelo, con sus 4 patas sosteniéndome las piernas y las manos.
- Vas a recibir un severo castigo luego de esto- Comenta la hellhound enfurecida, aunque con un tono seductor.
- ¡Anda a la cucha, chihuahua!
Antes que siquiera reaccione, penetro su cabeza violentamente con mi cola, seguido de empujarla rápidamente para que su cuerpo no me aplaste, ojalá con sus tetas, pero no es el momento adecuado.
Rápidamente me recompongo y veo a la otra hellhound dirigirse hacia mi, entonces, con mi daga en mano, y haciendo aparecer la otra con mi magia, lanzo una seguido de la otra.
Como esperaba, la perra grandota esquiva con facilidad el primero, sin embargo, como si lo hubiera previsto, la segunda aterriza justo en su yugular, matándola instantáneamente.
Con pequeña satisfacción, me preparo para seguir avanzando, sin embargo, me veo obligado a retroceder y a esquivar cuando una avalancha de magia viene en mi dirección.
Fragmentos de escarcha me dan en el cuello y en el abdomen, expandiéndose rápidamente hasta cierto punto, dando un frío tremendo, el frío que me da la sensación de vacío… De estar solo…
…
¡NO!, mierda, ¡Esto está empezando a pasarme factura!
Apretando fuertemente la mandíbula, me preparo para ir otra vez, pero me caigo al suelo y miro atrás con frustración.
Una mujer de piel pálida, con un largo sable llamado katana, cubriendo sus senos con una venda blanca manchada, y vestida de un trapo que creo que se le decía yukata, y con un gran brazo esquelético portando su arma, está pisando la punta de mi cola con su pie, el cual lleva unas sandalias, una ochimusha.
Sin esperar mucho, trato de sacarmela de encima, pero ella bloquea todos mis ataques con gracia, mas no puede hacerme ningún rasguño debido a que igualmente bloqueo los suyos.
Lo que no esperaba, es que 2 ochimushas más se me acercaran a la espalda, por lo que una de ella logra darme, debilitándome.
Como podía y con desesperación, trato de bloquear todos los ataques y esquivarlo, al mismo tiempo que devolverlos, sin embargo, las 3 hijas de putas no se cansaban nunca, y siempre lograban hacer un corte o perforación.
Me estoy agotando, y mal.
Pero hay algo que ellas no esperaban…
Mientras ellas se distraen conmigo, las neblinas dispersas, tan silenciosamente como podían, se acercaban al campamento en el suelo o aire.
Sin embargo, noto que ellas detectaron las neblinas y empiezan a desaparecerlas, así que veo la penúltima, la cual está casi a los pies de una glacie a punto de detectarlo.
Este vistazo hizo que una de las ochimushas me perforara un poco el cuello con su katana, haciendo que jadee de placer… Maldito metal mamono.
Sin perder más tiempo, me esfumo de ahí como un humo azul oscuro, dejando confundidas a las ochimushas, seguido de aparecer repentinamente en esa neblina (a costa de desaparecerla).
La glacie enfrente mio mira con asombro y horror mientras retrocede, yo no puedo evitar sonreír burlonamente.
Pero, todo en cámara lenta, giro mi cabeza a la izquierda, ya que escucho un sonido extraño…
Y efectivamente, un baphomet me esperaba con un ataque eléctrico, apuntando en mi dirección, haciendo que mi sonrisa se borre y en su lugar aparezca una expresión similar a la del glacie enfrente mio…
¡¡MIERDAAA!!
Y sin más, la baphomet me manda a volar y a todos alrededor, haciendo que atraviese unos edificios improvisados.
Con polvo del suelo levantándose, hago lo posible por levantarme mientras tozo, mala elección.
Un ataque mágico hace que abruptamente me adhiera a la pared, golpeando fuertemente mi cabeza con este.
Hago hasta lo imposible para no quedarme inconsciente, y veo que los mamono en pie o que no están aturdidos por el ataque preparan sus ataques o vienen a por mi.
Por lo que, con desesperación, hago fuerza para romper el hielo, no lo logro.
Entonces aplico magia en mi ser a base de mis resentimientos. Con fuerza aumentada, logro liberar uno de mis brazos, por lo que rápidamente hago aparecer una daga y destruir el resto del hielo.
Por poco y otra vez me insertan en la pared, por lo que no pierdo el tiempo y voy hacia el territorio de los kau lid.
Miro por un momento hacia un lado, en busca de mi hermana apsara, solo para verla ahí, derrotada por un soldado bettle… Maldita sea.
Ni modo, me toca hacerlo solo.
…
Al correr por un rato, esquivando lo mejor posible los ataques a distancia y las apariciones repentinas, logrando herir a uno que otro, llego a las murallas improvisadas.
Sin pensarlo, doy un largo salto y paso de largo.
Mala mía.
Pues el resto del camino está en picado. Por lo que, al tocar el suelo, pierdo el equilibrio y empiezo a rodar y a volar…auch.
- ¡Se dirige hacia los kau lid, detenganlo, no permitan que les notifique sobre la existencia del dragón de vida!- Grita una de las mamonos, señalandome.
…
¿Cuándo y cómo supieron de mis intenciones?
En fin, pregunta para otro momento, pues veo que 3…5…9..¡15 putas kunoichis me persiguen, maldita sea!
¿Les hice algo extraño que se lo tomaron personal?
Antes de que logren darme con los kunai, me recompongo mientras empiezo a correr como gallina que no vuela… Como gallina de cabeza, ahí.
Hago aparecer mis dagas mientras bloqueo otros ataques a distancia, y se los arrojo como contraataque.
Sin embargo, un horrible escalofrío recorre mi espalda e instintivamente salto hacia un lado.
Entonces escucho un disparo potente y un impacto que sacude el suelo.
Intrigado, doy un salto y me doy media vuelta para ver que mierdas me disparó.
Una autómata con terrible cañón en su brazo.
Y se suma otra, y otra con una ametralladora, y otra, y otra con rifle de precisión…
¡Puta madre, SON 23 AUTÓMATAS APUNTÁNDOME CON VARIEDAD DE ARMAS!
¡Ya, déjenme!
¡Ni que estuviera endeudado con ustedes!
Y cuando toco el suelo, balazos de todos los colores van en mi dirección,
Ahora esquivar y bloquear se volvió una tarea de película de acción de los 80’ y 90’, ¿¡Cómo mierda le hago para esquivar todo eso?!? ¡Ni que fuera protagonista superpoderoso de un anime o escritura genérica!
Y antes que me diera, un disparo explosivo que me tomó desprevenido me manda por los aires, y montones de balas de ametralladora, así como las de precisión, me dan como caja que no cierra.
…
Momento, ¿Así era el dicho?
En fin, me quedo en el aire, cayendo en dirección hacia la entrada de la selva que se encontraba al pie de esta… Montaña prácticamente, hijo de puta que es largo.
Y una de las kunoichis decide dar un gran salto, seguido de dar otros pequeños saltos con la ayuda de los kunai que sus compañeras lanzan.
Cuando ella está a punto de alcanzarme para dejarme en sus brazos, abro los ojos, mirándola.
Y ella las abre, con sorpresa.
Entonces, con la fuerza que puedo reuni, trato de apuñalarla con mi daga, y ella lo esquiva.
Pero lo que no logró esquivar, fue mi cola atravesando su cabeza.
Y los autómatas, viendo que asesiné a 1 de 15, me empezaron a disparar como parvada de cotorra cuando hacen su canto en medio de la noche.
No tuve posibilidad de defenderme o esquivar, por lo que, la mayoría de proyectiles disparados que lograron darme, me hicieron volar un poco más, antes de caer secamente.
…
Oooooooooofff…
¡Por la virginidad de Hatredis!, creo que mis órganos salieron por mi culo.
Sin embargo, difícilmente estoy conciente, por lo que me empiezo a arrastrar hacia el interior.
De mientras, escucho pasos pesados proveniente del interior selva, los cuales retumban el suelo, viniendo en mi dirección… heh.
Mas una kunoichi, tratando desesperadamente de detenerme, me lanza un kunai y me lo clava en el cuLO AHHHHHHHHHHHHH…
…
¡ayuda…!
Jadeando pesadamente y sin poder moverme, hago lo posible por mantenerme estable.
Mientras una autómata prepara su ataque para neutralizarme de una buena vez.
…
¡BANG!
…
La cabeza del autómata vuela en pedazos, conmocionado y confundiendo a las mamono, sin embargo, más disparos se escuchan, y más mamono que han sido blancos caen muertas o heridas.
Y antes de mirar en la dirección del origen de esos disparos, un gran pistón se escucha, viendo como un cupido del odio aplasta la cabeza de un lagarto, seguido de cortar la cabeza de un centauro.
Las mamono lo miran conmocionadas y furiosas, también ve que, en la dirección de donde vino, hay un enjambre de cupidos con armas a distancia y cuerpo a cuerpo, así como apsaras del odio a sus espaldas, sonrientes y listos para lanzarse hacia el enemigo.
El cupido en la tierra alza su espada hacia arriba y mira con desprecio a un baphomet.
- ¡En nombre de nuestro dios, Hatredis, patrón del odio y del dolor, purificaremos este lugar de vuestra miserable y blasfémica existencia!- Grita el cupido del odio, mientras señala a esa mamono con su espada- ¡Matadlos a todos!
Y así, un combate de asedio encarnizado comienza.
Mientras tanto, las kunoichis que me perseguían se detienen a mirar la batalla, pero cuando salen de su estupor, deciden que solo 4 se quedarían a perseguirme, haciendo que el resto volviera a la base.
Cuando llegan hasta mí, 2 de las kunoichis se acercan para agarrarme y llevarme de una buena vez… Sin embargo, se detienen en shock.
Un kau lid de tonos anaranjado aparece en la entrada de la frondosa selva, mirando fijamente a las kunoichis.
Entonces baja la mirada para verme, ahí tirado, conmigo esforzándome para verlo.
Esto al parecer lo encabrona, haciendo que chispas naranjas en las puntas de su espalda y mano aparezcan casi instantáneamente.
Y antes de que las kunoichis reaccionan, el kau lid naranja apunta su puntiaguda mano hacia las 2 que están a mi lado y lanza su ataque electrizante, haciéndolas prácticamente puré y mandando todo eso por los aires.
Un grito desgarrador proviene de las otras 2 restantes.
- ¡¡ONEE-CHAN, NOO!!
Antes que haga algo estúpido, la otra agara fuerte y firmemente su cintura con su cola.
- ¡Debemos retirarnos!
- No, no, NO
Sin preguntar ni nada, la más sensata de las 2 empieza a huir con la otra enrollada, siendo esta la que llora mientra extiende su brazo hacia lo que alguna vez fue su hermana.
Ahora conmigo, veo que el kau lid camina hacia mi, seguido de agacharse y acomodarme para que esté panza arriba, no sin antes sacarme el kunai del culo.
Ohh~, gracias, eres un santo…
- TAV HATREDIS APSARA- Menciona el kau lid, con una voz poderosa y retumbadora, como si de un gigante se tratara, hablando en su idioma- ¿MOL KIT NPEIL?
- Heh, ¿Npeil?- Le respondo burlonamente- Teki miuka cayldo truda npeil avissakra til palto borsa feidra tav braxis, prulti doilo gracy.
Al mencionar al braxis, los cristales que funcionan como ojos se oscurecen y una corriente eléctrica visible recorre en ellos… Uhuhuhu, delicioso odio.
- TUIL VROIGNA NPEIL, DONZO BLEVRY.
Y sin más, el kau lid me alza y me apoya en sus brazos, mientras va en dirección al interior de la selva, ignorando totalmente el desmadre tremendo que se está armando en el campamento.
Heh… Misión casi cumplida.
…
Ughhhh… me duele ahí abajo, y mal.
¡POR EL ODIO ETERNO DE HATREDIS, CALMATE, MALDITA SEA!
…
También me está dando sueño.
…
¡Oh, cierto! No traduje lo que el kau lid y yo hablamos.
Lo que dijimos fue…
…
…
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro