Una vez pasé ese pedazo del camino que parecía ser el peor, pues no pude coger el atajo, llego realmente a lo que menos me gusta de este tramo, pero a la vez lo que más me emociona, pues, a pesar de que este semáforo es casi imposible de cruzar, al llegar al otro lado estoy prácticamente a nada de entrar a mi lugar de estudio, lo cual significa que podré descansar se este camino largo, aunque eso signifique no tenerte completamente presente por unas horas, hasta que sea hora de regresar a casa.
Llego entonces a los pies del semáforo, te veo al otro lado vigilante de los automóviles que pasan a toda velocidad, miro entrecerrando los ojos para evitar la molestia del sol esa luz verde que indica que aún no es mi momento para cruzar, esperado con ansias que cambie a rojo lo más pronto posible.
Pocos minutos después, observo como cambia el color del semáforo, apagándose el verde y prendiéndose el rojo, bajo mi mirada al frente y me dispongo a cruzar viéndote como me cuidas desde el otro lado.
Escucho un ruido fuerte tan cerca que no logro despegar mi mirada de ti, todo se pone en cámara lenta, tal como aquella vez cuando te vi por primera vez, sé que ya no estoy aquí, te veo acercarte lentamente, mi alma está llena de paz, a pesar de los gritos a mi alrededor, me pierdo en tu mirada color miel, se me revuelve el estómago y se me hace un nudo en la garganta cuando tocas mi piel y vuelvo a sentirte por fin, nos alejamos de todo el ruido, de la gente pasmada, del miedo, de la sangre, y es entonces, cuando llego a mi destino.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro