21 de febrero de 1996

Severus T. Snape

La espalda de Severus dolía fuertemente, y estando en la privacidad de sus propios aposentos, estiró los brazos hacia atrás hasta que se hundieron por completo en una serie de chasquidos satisfactorios. Hizo lo mismo con su cuello, el resultado de una noche de investigación. Si no estuviera tan arraigado en sus hábitos, Severus todavía estaría dormido ahora; en cambio, estaba promediando unas cuatro o cinco horas de sueño por noche. Pronto, Minerva o Poppy seguramente comenzarían a acosarlo por sus párpados oscuros y la gran cantidad de cafeína y pociones vigorizantes que estaba consumiendo, pero por el momento estaba a salvo y tenía mucho que hacer para descansar.

Puso una tetera sobre la estufa y se puso a cortar fruta, más por el trabajo que por la nutrición. Draco preguntó unos días antes si podía visitarlo el sábado por la mañana y, por visitas anteriores, sabía que era probable que Draco trajera el desayuno con él. Con cuidado, Severus peló la piel de una manzana con la misma precisión con la que lo haría con uno de los ingredientes de su poción, y luego la cortó en cubos uniformes. Una pera se enfrentó a un destino similar, y algunas fresas perdieron la parte superior y se encontraron descuartizadas. Severus los arrojó a un tazón y limpió el jugo de su mostrador, esperando en silencio que Draco llamara a la puerta.

Justo antes de que el agua de la tetera hirviera, Draco llegó con dos cajas, y Severus lo dejó pasar corriendo para retirar la tetera del fuego y preparar el té él mismo. Durante casi un mes, su ahijado había estado visitando cada vez con más regularidad; Severus pensó que parte de eso era el afecto por Severus o el intercambio de información, pero también que Draco ya no era tan cercano con sus amigos de Slytherin, y los grupos de estudio solo brindaban cierta interacción. Aunque Draco seguramente nunca lo admitiría, estaba solo.

— ¿Azúcar? — preguntó Draco, sabiendo muy bien que la respuesta era no. Ante la ceja levantada de Severus, sonrió y volvió a colocar el frasco en el estante. Llevó ambas tazas de té a la mesita de desayuno de Severus, y Severus colocó las dos cajas y el tazón de frutas junto a las tazas.

— Supongo que ya has terminado la tarea de pociones que debes entregar el lunes —- dijo Severus, mirando a Draco que estaba abriendo un paquete de cubiertos, a pesar de que Severus tenía un cajón lleno.

Su ahijado parecía vagamente ofendido por la implicación de que nunca podría haberlo terminado. — ¡Bueno, por supuesto! No estaría aquí si no la hubiera hecho ya. No voy por la vida humillándome a mí mismo.

Sentándose frente a él y abriendo el plato que probablemente algunos elfos domésticos habían preparado, Severus preguntó casualmente — ¿Por qué estás aquí tan temprano? Imagino que querrías comer en el Gran Comedor.

La espalda de Severus todavía dolía, pero con Draco aquí, esperaría a encontrar una poción para eso. Arruinaría su imagen, de lo contrario, incluso con su ahijado. Tal vez se estaba volviendo demasiado viejo para quedarse despierto toda la noche trabajando, pero de todos modos no tenía muchas opciones en el asunto.

Draco suspiró y bajó la mirada hacia su lugar, hurgando en sus huevos. — Ay, no lo sé. Supongo que es sólo... es difícil, en este momento, con mis amigos. Me siento separado de ellos. Como si hubiéramos tomado caminos diferentes.

Habían tomado caminos diferentes, Draco hacia su futuro brillante, y ellos hacia sus condenaciones, pero eso no ayudaría a Draco a escuchar en ese momento. Uno de los mayores arrepentimientos de Severus es que arrastró a Regulus junto a él, pero nadie le estaba haciendo eso a Draco. Severus lo protegería de eso, incluso si no pudiera salvar a sus otros Slytherins de una muerte segura.

— Sí. Algunos de ellos pueden estar tomando decisiones en el momento que desea evitar. La distancia puede ser mejor.

— ¿Crees? — preguntó Draco, una extraña mezcla de sarcasmo y preocupación genuina. Severus le dio su mejor mirada sin impresionarse, y Draco miró hacia otro lado. — Bueno, eso lo sé. Sé que Crabbe y Goyle, especialmente, si se enteran... si se enteran de que no quiero ser un mortífago, sería malo.

— Peor de lo que puedas imaginar. No solo perderías amigos, sino que tu seguridad estaría muy comprometida — le dijo Severus con calma. Terminó sus propios huevos y observó cómo Draco continuaba jugando con los suyos en lugar de comérselos.

Su ahijado siempre tenía preguntas, incluso cuando era un niño pequeño; mirar a la muerte a la cara no fue una excepción. Por supuesto, los adolescentes rara vez entendían realmente el peligro al que se enfrentaban. En voz muy baja, como si la idea en sí misma fuera una blasfemia, Draco preguntó:

— Si se trata de eso, ¿de qué lado estaré?

— Mi esperanza es que no se llegue a eso en absoluto. Me gustaría ser muy claro aquí; no te quiero en ningún lado de la guerra. Te quiero fuera de esto por completo.

La guerra no era lugar para alguien como su ahijado. Draco era inteligente y motivado, pero también delicado y vanidoso, y no sobreviviría estando en las filas de ninguno de los bandos. La oscuridad se complacía en su propio sufrimiento; la Luz era indiferente a la muerte de sus hombres mientras se alcanzará el "bien mayor".

— ¿De qué lado estarás?

La boca de Severus se torció. <<En ambos y a la vez en ninguno >>

— No puedo contestar eso.

— Está bien.

<< Lamento no poder guiarte como lo necesitas aquí >>

Los pies de Draco se movieron ruidosamente debajo de la mesa. En realidad, era demasiado mayor para mover los pies así cuando estaba nervioso, pero Severus no dijo nada al respecto. En cambio, observó cuidadosamente cuando Draco hizo otra pregunta. — ¿Has estado escribiendo a mi madre?

Lo había hecho, en realidad; Severus había intercambiado varias cartas con Narcissa, todas las cuales desdibujan las líneas de conspiración y conversación agradable. Tan querida amiga cómo había sido Narcissa, alguna vez, ahora no podía confiar en ella. Doblemente, ahora que estaba viviendo en una casa que estaba repleta de mortífagos, o lo estaría pronto. Había confirmado esa probabilidad en doble sentido, pistas y códigos que Severus le informó a Albus, solo para que le dijeran que mientras el Ministerio se pusiera del lado del Señor Oscuro, no podrían hacer nada. Él y Narcissa aún tenían que determinar qué le sucedería a Draco durante el verano, y Severus necesitaba desesperadamente visitarla en persona, pero por ahora, necesitaba convencer a su ahijado de que lo había manejado.

— En efecto. Hemos estado discutiendo tus planes de verano. Parece que esperas hacer un viaje.

— ...Sí — respondió Draco lentamente, claramente la primera vez que había oído hablar de la sugerencia.

Si Lucius luchaba contra Narcissa, si insistía en que Draco se quedara en casa para servir al Señor Oscuro, los planes de Severus se desmoronarían. Tenía una obligación con Albus y con Potter, pero tenía una responsabilidad con Draco. Si se trataba de eso, al diablo con las deudas o los votos, sacrificaría su posición como espía por su ahijado. Incluso si lo mataban, Severus tenía que proteger esta única cosa, al igual que por qué por obligación debía proteger a Potter; había un poco de bien, el recuerdo de mejores personas que él, y, sobre todo, era su trabajo proteger eso.

No había otra forma de compensar sus pecados. Incluso si nunca pudiera ser perdonado, todavía tenía que intentarlo.

— Si... cuando me vaya, ¿puedo quedarme contigo? — preguntó Draco en voz baja, finalmente tomando un bocado de sus huevos.

La expresión de Severus no cambió, pero lo miró. << Te protegeré >>

— En efecto.

***

A este paso, la alfombra de Severus iba a recibir marcas de tanto caminar. Su fuego estaba encendido, ahuyentando el frío de las mazmorras incluso a mediodía, pero eso, combinado con la relativa oscuridad de la habitación, hizo que casi quisiera alcanzar el whisky de fuego. No lo hizo, por supuesto; Severus era un adulto funcional y se negaba a beber solo porque la presión aumentaba. Él no era como ese perro callejero, por el amor de Merlín.

Ese era un problema en sí mismo; Black, Minerva y Albus eran los que debían cuidar a Potter, en realidad. Lupin también podría ser incluido, pero en realidad era más el cuidador de Black que cualquier otra cosa. Minerva estaba demasiado ocupada, sin embargo, y Albus demasiado entrelazado con la guerra. Black estaba preocupado en el mejor de los casos y peligroso en el peor; Severus, con mucha reticencia, podía admitir que Black amaba a Potter y Potter a él, pero eso no hacía de Black un cuidador adecuado.

Severus todavía se negaba a imponerse en los problemas de Potter, pero cuanto más observaba al chico, más obvio era que eran malos y empeoraban. Ninguno de los responsables de su cuidado había intervenido; Minerva casi nunca estaba en su propia casa, Albus estaba más que feliz de llamarlo una fase, y Black era incapaz de abordar los problemas de otra persona mientras todavía se emborrachaba a las once de la mañana y gritaba a la gente cuando no estaba de acuerdo con ellos. Severus había escuchado sobre la pelea entre los dos durante el descanso, y también escuchó partes, porque Black realmente había estado gritando, y Black claramente no tenía la delicadeza para manejar lo que sea que estaba pasando en la cabeza de Potter, y el chico requería delicadeza; las lecciones de Oclumancia, con el torbellino de recuerdos distorsionados y Potter actuando como un completo loco, oscilando entre el bloqueo total y la furia violenta, lo dejaron muy claro.

Los ocasionales comentarios coloristas de Draco sobre Potter siguieron el mismo camino; actualizaba regularmente a Severus tanto sobre sus propias observaciones como sobre los rumores de los estudiantes. Por supuesto, no se podía depender de los rumores de los estudiantes. Esos iban desde Potter escondiendo a un amante secreto como razón de su extraño comportamiento, hasta la idea de que había sido tomado por gente-pájaro; en realidad, si Severus no supiera ya que Lovegood era amigo de Potter y solo pensó lo mejor de él, habría asumido que el rumor provenía de ella. Severus deslizó sus dedos sobre el manto al pasar, ignorando la fina capa de polvo. Realmente necesitaba limpiar, o pedirle a un elfo doméstico que se hiciera cargo.

Aparentemente, el vendaje en la mano de Potter que era motivo de cierta preocupación para el propio Severus era un tema de acalorado debate entre los estudiantes. Nadie sabía por qué estaba allí, y el consenso general fue que era una declaración de moda, especialmente porque otros estudiantes llegaron a tener vendajes similares y se negaron a responder por qué. Según uno de los estudiantes de Ravenclaw con los que Draco estudió, Potter había criticado a sus aduladores en la sala común de Gryffindor cuando lo confrontaron. Personalmente, Severus quería pensar en ello como una estratagema para llamar la atención, pero se vio obligado a considerar la opción de que podría ser una lesión real debajo; le estaba costando olvidar la imagen de la gasa en la mano de Potter sangrando en tan poco tiempo a principios de año. Que hubiera continuado usando el vendaje era sospechoso,

<< Sí >> pensó, realmente necesitaba pedir un elfo doméstico para limpiar. Las migas cubrían la pequeña mesa al lado del sofá, y el labio de Severus se curvó. Odiaba las migajas con pasión.

Dio vueltas y vueltas a su sala de estar. Todo lo que podía hacer era caminar y pensar, al menos por entonces.

Las observaciones de Draco fueron mucho más útiles que las del resto del cuerpo estudiantil; le había dicho a Severus que Potter parecía alternativamente nervioso o distante todo el tiempo, algo que Severus también había notado en Pociones. También le había contado a Severus sobre sus pocas interacciones con Potter ese año, que sobresalían en comparación con todas sus confrontaciones pasadas. Si bien todavía se podía encontrar a Potter dando vueltas con sus amigos, estaba fuera y en el castillo significativamente menos de lo que solía estar. Draco no encontró nada alarmante en realidad, pero encendió las alarmas en la cabeza de Severus. Era como con mascotas o niños pequeños; demasiado silencio era algo muy, muy malo que significaba destrucción o peligro. Durante las pocas veces que Potter se cruzó con Draco, se mostró distante y apagado, como si apenas estuviera allí, o bien cauteloso pero no combativo.

Se detuvo en seco en su sala de estar. ¿Por qué, en nombre de Merlín, estaba pensando en Potter cuando no estaba absolutamente obligado a hacerlo? Severus no estaba trabajando ni estaba siendo acosado por el director, y no le debía nada a Potter. Potter no era su problema, incluso si Minerva estaba demasiado ocupada, y Albus estaba haciendo lo que fuera que hacía, y Black era un fugitivo inestable con un problema con la bebida. Simplemente no era su problema.

Por otra parte, Albus rara vez intervenía antes de que fuera demasiado tarde, y la tarea de Potter era demasiado importante para dejarla en manos de alguien tan notablemente enfermo. Había tantos puntos potenciales de falla en el plan que él y Albus estaban elaborando, y esos pensamientos se unieron al pensamiento de la lenta descompensación de Potter.

Y realmente, había muchas maneras imposibles de que las cosas pudieran salir mal. Desde el potencial de que el Señor Oscuro poseyera a Potter, que parecía más probable cada vez que Potter fallaba por completo en Oclumancia, hasta la interferencia de Umbridge en la escuela que empujaba a Severus un poco más cerca del asesinato cada día, el éxito se sentía cada vez más lejos.

Umbridge realmente era una amenaza. Su control cada vez más estricto sobre el personal hizo que todos los trabajos de Severus fueran casi imposibles, y tuvo que detenerse por completo y respirar hondo solo de pensar en ella. Cómo no la había quebrado y asesinado ya, estaba más allá de él– una década y media antes, ella no habría durado ni un día cerca de Severus.

La primera guerra fue más fácil de lo que sería la segunda, al menos para Severus, o mejor dicho, más simple. A los dieciocho años, su visión del mundo había sido dolorosamente simplista y sus objetivos claramente definidos por un maestro global. Años más tarde, Severus era responsable de tanto; todo lo que salía mal para cualquiera de los dos lados recae sobre sus hombros. A medida que aumentaba la presión, también aumentaba el costo de los errores, pero también la probabilidad de que los cometieran, y Severus no podía soportar ser responsable de la muerte de más personas buenas.

Lily, Regulus, y los niños que perdieron a sus padres o su legado, todo debido a Severus.

<< Lily >>

Lily no se merecía lo que le pasó, lo que Severus le hizo. Regulus, incluso si nunca se descubrió la causa de su muerte, también había merecido algo mejor y solo sufrió por culpa de Severus. Draco se merecía una infancia lejos de las burlas sobre ser el engendro de monstruos, y Severus se negaba rotundamente a pensar en lo que le quitó a Potter. Incluso su odio por James Potter no fue suficiente para ignorar lo que le quitó al chico.

Camino como si estuviera tratando de dejar atrás a sus fantasmas. Pero Severus nunca podría, ¿verdad? Sería mucho más fácil, si él fuera como cuando era un adolescente, o cuando tenía poco más de veinte años, cuando sus peores impulsos lo controlaban y las consecuencias de sus acciones nunca lo alcanzaron de manera significativa todavía. Toda esta presión desaparecería si simplemente pudiera volver a ser quien era entonces, pero ¿cuántas noches más sin dormir le traería eso después? ¿De cuántos recuerdos no podía escapar?

Una segunda guerra sólo traería más fantasmas, si Severus lograba escapar de las filas de los muertos por segunda vez. ¿Podría huir de ellos también?

— Eso será todo por hoy, entonces. ¡Gracias a todos por venir! Los Jefes de Casa pueden quedarse después, por favor — dijo Albus al final de la reunión semanal del personal. Estaba demasiado alegre, para el día que Severus estaba teniendo.

— Em, hem — interrumpió Umbridge y, como de costumbre, Severus reevaluó sus opciones de vida. — Creo que es prudente que, como Suma Inquisidora de Hogwarts, sea prudente para mí comenzar a quedarme para estas reuniones posteriores.

Incluso mientras el resto del personal continuaba alejándose en un tenso silencio, nadie habló. Justo cuando Severus estaba a punto de hacerlo, con algo mordaz en el borde de la lengua, Pomona habló.

Mucho más gentilmente de lo que Severus podría haber manejado, le dijo a Umbridge: —Realmente aprecio tu posición, querida, pero hay una razón por la cual estas reuniones son solo para los Jefes de Casa. Entiendes la importancia de la tradición, por supuesto.

Cualquiera que pensara que Pomona no tenía un poco de Slytherin en ella se estaba engañando a sí mismo. Severus se cubrió la boca con un puño para que nadie pudiera ver su sonrisa mientras Pomona, con una dulzura increíble, al mismo tiempo hacía sonar que era de vital importancia para la integridad de la escuela que Umbridge se fuera, y seguía acercándose, persiguiendo lentamente a Umbridge hasta la puerta. Era una vista impresionante, y por lo que Severus sabía que no tenía el temperamento para usar la amabilidad como una táctica de manipulación como esa, era una de las habilidades que más respetaba.

Cuando Pomona finalmente le cerró la puerta a Umbridge, Filius lanzó un hechizo de bloqueo y un encantamiento de privacidad en la puerta. Severus dejó de ocultar su sonrisa.

Claramente, sin darse cuenta de que la habitación estaba lo suficientemente silenciosa como para que la escucharan, murmuró en voz baja: "Buen viaje, amenaza. La próxima vez, pondré Devil's Snare en tu bolsillo".

— Un trabajo verdaderamente maravilloso — elogió.

— Sí — se rió Albus, con los ojos brillantes, — Gracias, Pomona. Yo mismo no podría haberlo hecho mejor.

Se sacudió la suciedad inexistente de los hombros y cerró los ojos, como si intentara ser modesta. — Oh, todo en un día de trabajo.

— También tengo que agradecerte por eso, Pomona. Perdón por hablar tan libremente, pero esa mujer es una pesadilla envuelta en gatitos — dijo Minerva con mucha sinceridad al jefe de la casa de Hufflepuff. Pomona se rió junto con todos los demás Jefes de Casa y Albus, y Severus podría haber jurado que escuchó a Filius murmurar algo acerca de que Umbridge probablemente tenía un abrigo hecho de gatitos.

— Bueno, comencemos, ¿de acuerdo? — preguntó Albus después de un momento más de reírse burlándose de la sola presencia de Umbridge. Fue catártico saber que sus compañeros de trabajo sentían lo mismo por ella y poder hablar casi libremente al respecto. Por supuesto, no podía mencionar querer arrojar arsénico en sus malditas y molestas tazas de té de gatitos, pero el sentimiento general estaba allí, especialmente con la misma Pomona aparentemente queriendo estrangular a Umbridge. Severus sabía de buena fuente que Minerva sentía lo mismo.

Minerva fue la que pasó por los asuntos semanales habituales: problemas internos, planificación de eventos y, más recientemente, problemas relacionados con Umbridge. Su venida a una de estas reuniones sería un desastre.

Después, Albus se puso de pie y comenzó una larga y sinuosa historia que terminó, esencialmente, en que ahora era el momento de comenzar a animar a los estudiantes a formar grupos de estudio, para aquellos que aún no lo habían hecho. Ya debían estar estudiando para sus ÉXTASIS y TIMOS, y ahora era un poco antes de que necesitaran trabajar con otros, las reglas de Umbridge establecían que tenían que registrar sus grupos. Por lo tanto, los jefes de Casa deben abordarlo con sus respectivos cargos y asegurarse de que los niños de quinto y séptimo año supieran cómo iniciar el proceso y cómo hacerlo.

— Sí, he estado pensando en eso. Sé que algunos de mis águilas han permitido que otras casas entren en sus grupos. ¿Tenemos la intención de ayudar a los estudiantes que aún no están en grupos a encontrar el que mejor se adapte a ellos? — Filius preguntó, inclinándose hacia adelante.

Asintiendo hacia él como si fuera una pregunta que realmente llegará a los huesos del tema de alguna manera, Albus juntó sus dedos y sonrió al personal serenamente. — Eso es a su discreción, creo. Si hay alguien que crees que se beneficiaría, por supuesto que puedes alentarlo, pero creo que es mejor dejar que los estudiantes se organicen solos.

Severus se mordió la lengua para evitar estar en desacuerdo. Por supuesto que Albus quería dejar que los estudiantes se hundieran o nadaran. Fue tan a la moda para el director que su ceño fruncido fue completamente involuntario e incontrolable.

— ¿Hay alguien en particular que creas que pueda necesitar apoyo adicional? — preguntó Minerva, mirando a Filius, pero obviamente preguntando a toda la habitación.

— He estado preocupada por algunos estudiantes, en realidad — respondió Pomona, siempre rápida para hablar con la verdad en nombre de sus tejones.

— Yo también — estuvo de acuerdo Filius. — La mayoría de los míos están bien, creo, y la mayoría de los Slytherins, pero hay un puñado de hufflepuffs que me preocupan por su comprensión de los conceptos, y un par de Gryffindors han estado... desconcentrados. Me temo que puede causar problemas en sus exámenes.

— Sí, he estado viendo mucho de lo mismo en Transfiguración. Filius, creo que un puñado de tus estudiantes pueden beneficiarse de la práctica adicional con el aspecto práctico, y muchos tejones con el opuesto — ofreció Minerva.

Finalmente, Severus habló. — ¿Sería prudente, entonces, emparejar a un estudiante con una teoría sólida y un moldeado débil, y un estudiante con una teoría débil y un moldeado fuerte? Por muy detestado que sea tomar la decisión, si debemos involucrarnos hasta cierto punto, los grupos de dos evitan las estúpidas reglas de Umbridge.

— Eso es bastante cierto, Severus — estuvo de acuerdo Albus, como si no fuera él quien permitiera que Umbridge se quedara. — ¿Cómo les ha ido a tus Slytherin con la preparación para el examen?

Su boca se adelgazó; Albus ya sabía la respuesta a esto. — La mayoría va por buen camino. Como saben, este año ha sido un poco... caótico, para algunos de los míos — El resto del personal asintió con simpatía, pero con rigidez; sabían lo que estaba pasando en Slytherin, porque ya había pasado años y años atrás. Sarcásticamente, Severus agregó — Aquellos que no están en el buen camino, no tengo muchas esperanzas.

Minerva suspiró. Todos sabían de quién estaban hablando, pero nadie se dirigió a Crabbe, Goyle o Bletchley por su nombre. — Debe haber algo que hacer por ellos, ¿sí? Podríamos establecerles tutores.

— En esto, debo estar de acuerdo con Severus — interrumpió Albus antes de que alguien pudiera agregar al punto de Minerva. Sonaba genuinamente arrepentido, pero sus ojos aún brillaban como si todo estuviera de acuerdo con el plan. — Desafortunadamente, esos estudiantes en particular pueden no ser receptivos. Nuestros esfuerzos enfocados pueden estar mejor ubicados en otro lugar.

Minerva estaba visiblemente insatisfecha, nunca había sido de las que dejaban atrás a un estudiante, si estaba al tanto del problema, pero se sentó.

— ¿Y qué hay de Potter? — preguntó Filius, abordando un tema generalmente ignorado.

El trabajo de Potter era pésimo o, más a menudo, no se entregaba en absoluto. A pesar de años de burlas, fue un giro brusco: Potter siempre entregaba su trabajo, aunque fuera tarde, y en general era al menos aceptable, si no mejor. Ahora, sin embargo, era una rareza incluso obtener una tarea de él, y mucho menos una completada completa y correctamente.

— Hablé con él antes de las vacaciones de Navidad — continuó Filius, — y prometió abordar su trabajo perdido para mi clase, pero aún no lo ha hecho. ¿Sabes si hay algún problema con encantamientos para él este año, Minerva?

No era terriblemente raro hablar sobre los estudios académicos de un estudiante específico si parecía que les estaba yendo particularmente mal en una materia, pero algo sobre hablar sobre Potter en particular parecía frívolo. Antes de que Minerva tuviera la oportunidad de responder, Severus había comenzado a hablar.

— Creo que es un problema con el trabajo escolar en general, en realidad — dijo, probablemente de forma inapropiada para la situación. — Potter ha entregado poco o ningún trabajo para ninguna clase este año, según tengo entendido.

Luciendo marcadamente infeliz, Pomona asintió. Albus observaba a Severus de cerca, como si fuera a revelar algún tipo de secreto. Sin embargo, en lugar de hacer realidad lo que el director temía, se recostó en su silla y observó a Minerva tratar de defender a su estudiante.

— Sí, creo que ha sido un año difícil para él. Agradezco su paciencia. Hablaré con él al respecto.

Y así se cerró el asunto de Potter, y volvieron a hablar de otros estudiantes individuales o de quiénes trabajarían mejor juntos para practicar tanto la teoría como el trabajo práctico. Severus se negó rotundamente a realizar cualquier tipo de tutoría individual más allá de las detenciones que lo exigían, pero accedió a regañadientes a un taller adicional los fines de semana previos a los exámenes.

Filius y Pomona se levantaron después de otra media hora, sus propios asuntos por tratar y la cena se acercaba rápidamente, pero Minerva pidió otro momento con Albus, y Severus se quedó para hablar con Albus sobre las lecciones de Oclumancia. Minerva también puede beneficiarse al escuchar sobre ellos: como miembro de la Orden, sabía que estaban sucediendo y, con un poco de suerte, podría asumir la responsabilidad del comportamiento extraño de Potter como su Jefe de Casa.

— ¿Qué puedo hacer por ti, Minerva? — preguntó Albus mientras Filius cerraba la puerta con llave detrás de él, probablemente para mantener a Umbridge fuera en caso de que regresara. Tal vez Severus podría maldecir algo en su oficina, nada mortal, solo un inconveniente menor. Por supuesto, eso requeriría ir a su oficina, y todo el rosa, y los maullidos le causaron dolores de cabeza.

Minerva cruzó una pierna sobre la otra, con la espalda recta como si estuviera temiendo lo que fuera que estaba a punto de decir. — Me gustaría plantear algunas preocupaciones con el Sr. Potter. A este ritmo, no aprobará ninguno de sus TIMOs ni sus clases.

Generalmente, se necesitaba algo de naturaleza grave para atenuar el brillo en los ojos de Albus; eso fue suficiente, aparentemente. El director suspiró profundamente y frunció el ceño. — Sí, eso es bastante severo... Simplemente no sé qué hacer para ayudarlo. No hay forma de obligarlo a hacer su trabajo.

— Con el debido respeto, director — dijo Severus — no creo que esto sea producto de una simple pereza.

Fue doloroso admitirlo, porque no solo lo obligó a reconocer que Potter no era solo un mocoso malcriado, sino también que Severus lo había juzgado mal. Solo por un sentido del deber, continuó — Es mi opinión, de las interacciones con él como su maestro y de la tutoría de Oclumancia, que Potter se enfrenta a algún grado de... lucha mental.

Una forma suave de poner lo que vio en la mente de Potter. Sin embargo, Severus no estaba dispuesto a reflexionar sobre las implicaciones de la mente de Potter, y eso fue todo lo que tuvo que agregar.

— Sí, he notado otro comportamiento preocupante, y sus amigos parecen bastante preocupados. ¿Sabías que Sirius me ha escrito dos veces solo este mes sobre el Sr. Potter? — dijo Minerva, lo cual era una novedad para Severus, pero también tenía sentido. No le sorprendería si Potter estaba evitando las cartas de su padre perro; dicho eso, si Severus estaba recibiendo cartas de Black, también las ignoraría.

Albus parecía genuinamente molesto por esto, lo cual era un buen cambio de su desinterés general en ayudar a Potter antes. Severus sabía que se preocupaba por el niño, pero Albus era ante todo un general de guerra, y no tenía el tiempo ni los conocimientos para entender la mente del niño.

— ¿Ha podido reunirse con el Sr. Potter? — preguntó Albus, y Minerva suspiró.

— Bueno, ciertamente lo he intentado. Él es sorprendentemente bueno para evitar reunirse o no decir nada significativo todo el tiempo. Me ocuparía de ello más directamente, pero simplemente no tengo tiempo en estos días. Creo que puede estar mal más allá de su trabajo escolar, y he considerado enviarlo a Poppy, pero temo que simplemente no vaya a menos que lo lleve yo misma.

Albus cerró los ojos y tarareó bajo — el señor Potter siempre ha sido bastante independiente. Tomaría su evasión como una señal de que él es capaz y está satisfecho con manejar lo que sea que esté pasando por sí mismo.

<< Maldita sea, no lo haría >> pensó Severus, y Minerva claramente pensó lo mismo. — ¿Estás completamente seguro? También es propenso a la imprudencia y se niega a pedir ayuda.

— Que pueden no ser cosas estrictamente malas — respondió Albus, como si realmente importara por el bien de la discusión. — Simplemente puede ser mejor para el Sr. Potter permitirle encontrar su propio camino con lo que sea que esté enfrentando. También cuenta con el apoyo de su querida familia y amigos, y creo que es mejor dejarlos en paz a menos que soliciten nuestra ayuda.

— Sus amigos son niños como él, y sabes que siempre he tenido dudas sobre esos muggles.

Minerva no confiaba en la familia de Potter. Severus tragó y trató de no pensar en los recuerdos de las figuras descomunales que había visto en la mente de Potter. No podía estar relacionado, no verdaderamente– no había universo en el que el hijo de James Potter fuera otra cosa que mimado.

Albus suspiró inusualmente, y Severus estaba seguro de que estaba jugando con la decepción. Realmente, hubiera sido un mejor Slytherin. — La familia es tan importante, mi querida Minerva. Dejando a un lado sus sentimientos personales, el Sr. Potter debe contar con el apoyo de su familia. Ellos realmente lo aman.

Minerva fue firme en su punto, a pesar de que Albus estaba discutiendo con ella. —Simplemente no creo que sea cual sea su situación familiar, ¡es suficiente aquí! Sabes tan bien como yo que él siempre ha estado distante de...

— Minerva — interrumpió Albus. — La familia es lo más importante, y una de las únicas cosas que protegen al Sr. Potter en este momento. Te aseguro que cualquier problema está siendo manejado. Su familia lo ama y lo cuidará.

¿Era eso lo que Albus había pensado de él, había pensado de Regulus? ¿Que incluso cuando Severus, de segundo año, suplicaba no volver a casa durante el verano, su familia era cariñosa? ¿Qué Regulus, rechazado por su hermano y siempre inseguro en casa, era adorado y cuidado?

— Si estás seguro ... — Minerva asintió dubitativa, claramente con la intención de intervenir tan pronto como tuviera tiempo para hacerlo. Si hubiera sido una de las serpientes de Severus, o realmente cualquiera que no fuera Potter, habría hecho lo mismo.

¿Qué pasó con los niños como Potter, que cayeron por las grietas o fueron forzados a atravesarlas?

— Lo estoy bastante, querida. Su preocupación, sin embargo, es notada y apreciada. Lo tengo bajo control, así que no hay necesidad de preocuparse.

De alguna manera, Severus sintió que no era el único mentiroso en la habitación en ese momento.

Continuara ... 

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