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Ya fuiste Veronika



No  he logrado dormir bien últimamente debido a Joel. 

¡Todos los santos días justo antes de dormir se ponía a componer canciones con su guitarra!, y no nos dejaba dormir a mi y a Jaimito, desde mi cama se podía escuchar sus quejas, y de hecho estuve a punto de levantarme y tirarle una almohada o reventarle la guitarra para que se callara. 

Casi le grito "¡Cállate!", pero sabia que no me iba a entender así que no servía de nada.

Ya me dolía mi cuerpo, incluso hasta la cabeza por mis ciclo de sueño interrumpido.

Y los otros parecían morsas durmiendo, ninguno escuchaba casi a Joel, por lo que al día siguiente andaban de buen humor.

Oh, y últimamente Verónica me andaba mandando mensajes casi todos los días. De hecho el más reciente que le atendí fue hace algunos días, donde se quejaba que mi abuelita le había cerrado la puerta en sus caras a ella y a sus amigas y blah, blah, blah. 

Que, por cierto estaban invitadas a la fiesta que había hecho mi ahora tío Pepe con Tito, pero luego me explico que Nicolás había llegado justo en el momento exacto y las ayudo a subir por una escalera hacia el segundo piso, por lo que me empecé a aburrir de su voz chillona al hablar de Nicolás , era tan cringe así que le dije adiós y le colgué. 

Ahora solo hablamos en la escuela y por teléfono, de vez en cuando. El celular tengo que mantenerlo apagado cada cierto tiempo para que ella entienda la indirecta de que no ando de humor.

Dato curioso, el día de la según fiesta arriba yo andaba durmiendo como piedra, lo que creo yo es que puedo atribuirlo al caldo que comí horas antes de acostarme, me sentía tan cansada que me dormí profundamente.





Ahora estaba haciendo mi rutina que empecé a adoptar, salía a correr y a hacer ejercicios por alrededor de 3 horas luego de regresar de la escuela, a veces dos horas solamente. Pero aun así, estaba comprometida con esto. Aparte de que me estresaba estar todo el día en la casa.

Estaba haciendo estiramiento, me había detenido un momento para descansar y estirarme un poco. Estaba tan concentrada que ni siquiera oí a alguien llegar y detenerse a un lado mío.

No iba a prestarle atención, ya que cada uno debe de hacer sus cosas sin que los miren en la calle pero, por curiosidad baje mis ojos hacia al lado para ver quien era y para mi sorpresa era..

¡Fernanda!

Intente no sorprenderme mucho, ya que al parecer, no me había reconocido. 

Así que hice como si nada y seguí en lo mío, termine de estirarme e hice sonar mi cuello. Hacia eso de forma inconsciente y no dolía nada, pero algunas personas se escandalizaban por el sonido similar al de un hueso romperse. 

No entiendo como algunas personas no pueden hacerlo, era como tronarse los dedos de la mano.

Un sonido de sorpresa escuche venir de al lado mío, gire mi cabeza y vi a Fernanda viéndome con la cara arrugada, creo que escucho el sonido.

—¿Eso que crujió fue tu cuello?—Pregunto luciendo asqueada e incomoda, teniendo los ojos abiertos muy sorprendida al reconocerme.

—Si.—Respondí sin más, preparándome para irme trotando.

—¿Qué haces?—Me pregunto viéndome alistarme para trotar.

—Supongo que lo mismo que haces tu. Preparándome para trotar.—Le dije con una sonrisa sin despegar mi vista del frente.

—¿Trotar?, ¿tu vienes a correr?—Cuestiono sorprendida e impactada, asentí y comencé a trotar.

Y para mi sorpresa me empezó a seguir el ritmo, no pude evitar sonreír. 

¡Fernanda es tan bonita!

—¿No te caigo mal?—Pregunte, girando mi cabeza para mirarla. 

Fernanda giro su cabeza en mi dirección con la mirada confusa.

—¿Que?—Soltó sin entenderme.

—Pensé que te caía mal, al igual que toda mi familia.—Dije con tranquilidad alzando mis cejas.

—¿Que?, pero-.. ¿tu no habías perdido la memoria?—Cuestiono con el ceño fruncido.

—Si. Lo hice, pero eso no implica que no me de cuenta como habla mi familia de la tuya, por eso preguntaba al verte trotar junto a mi tan tranquila.—Comente con algo de risa.

—¡Ay!, ¡Por su puesto que me caen mal!—Exclamo soltando un pequeño grito, luciendo algo dudosa al haber gritado eso, pero no lo dejo notar. 

Pero yo si lo note.

Fernanda acelero su trote y me rebaso, mire divertida por donde iba. 














Me recosté en el sofá algo exhausta, recién regrese de hacer mis ejercicios. Iba cerrar mis parpados totalmente cansada cuando el sonido de alguien tocando la puerta resonó por toda la sala. Solté un gruñido, estaba muerta de cansancio, no quería levantarme para abrir la puerta.

Los golpes en la puerta siguieron, por lo que con un suspiro intente agarrar fuerzas para levantarme pero entonces oí una voz muy peculiar que conocía.—¡Grace!, ¡Soy yo, Verónica!, ¿puedes abrirme por favor?

Abrí mis ojos sorprendida de escucharla aquí, ¿Qué hacia ella aquí?

Sin moverme de mi lugar pensé en algo rápido, cerré mis ojos y me hice la dormida. 

Aun en la oscuridad de mis parpados seguía insistiendo, ¡que se vaya rápido!, sino vendrá alguien más que si le abrirá la puerta.

Después de unos minutos de insistencia dejo de golpear, para estar segura de que se había ido de verdad me espere unos minutos con los ojos cerrados.





Cuando volví a abrir mis ojos, me sentía algo somnolienta, por lo que rápidamente me di cuenta de que me había dormido de verdad.

—Hijita, ya despertaste.—Oí la voz de mamá, haciendo que me levantara y mirara hacia la mesa.

Estaban acomodando la mesa para cenar, o si algunos quisieran tomar té.

—¿Qué hora es?—Pregunte, levantándome con cansancio.

—Casi es la hora de la cena.—Me informo mamá, me levante del sofá algo adolorida y me dirigí a la mesa, sentándome mientras miraba las tasas con la mirada pesada. 

—¿A que hora vienen los otros?—Pregunte con un bostezo, pero ni bien dije eso se escucho las múltiples voces acercarse en manada.

—Ahí tienes tu respuesta.— Me respondió mamá con una sonrisa, dejando el ultimo plato sobre la mesa.

Los demás se sentaron y comenzaron a hablar, mientras que yo por mi parte andaba volada, ya que todavía no me sentía del todo despierta.

Hablaban, pero yo solo me concentraba en tomar mi café y comer mi pan con jamón y queso.

—¿Vieron el camión de mudanzas de la tarde?—Escuche de alguien comentar, no pude identificar la voz.

Parpadee y dirigí mi atención recién a los demás.

—¿Qué camión?—Pregunte confundida dándole un mordisco a mi pan.

—Un camión de mudanzas estuvo toda la tarde metiendo cosas a la casa del frente de los Maldini, la que esta cerca de la parroquia.—Me conto la tía teresa, fruncí mis cejas.

¿Quién más se mudaba a las lomas? 

O bueno, ¿Quién se mudaba en este tiempo?

Ya no podía recordar con exactitud nada de las primeras tres temporadas, solo recuerdo vagamente lo de lucho la resurrección y a mamá enamorándose de lucho. No voy a dejar que eso suceda conmigo aquí, ya que si recuerdo perfectamente lo que sucedió ese capitulo.

—Debe ser una de las amigas estiradas de la Francisca o de la palo seco de la Isabella.—Comento la abuela Nelly soltando un bufido, sonando como si no le importara mucho mientras comía su plato de comida.

Espera, ahora que lo recuerdo, ¿Qué no Raúl se mudaba también aquí?, ¿o era más tarde?, no lograba recordar nada.

Antes de Raúl, ¿Quién estaba?

...

¡Luciana!

Casi me atraganto con mi café, comencé a toser al darme cuenta de quien posiblemente estuviera mudándose.

Mamá me pregunto si estaba bien, al igual que todos pero no les hice caso y solo termine de toser y tome el baso de agua que me extendieron.

Ya tenia idea de quien podría ser mi nueva vecina, ¿lo malo?

¡No me acuerdo casi nada de Luciana de esta temporada!




















10/01/2025 [1296 Palabras]

Holaaaa, lo siento por tardar tanto :( y si, se que es corto el cap pero es lo único que pude hacer hoy.

espero y les guste.

Los amo<3



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