Capitulo 1
Mujeres entrando y saliendo de mi habitación, todas hablando casi al mismo tiempo y yo muriendo de nervios.
-Tranquila, todo saldrá bien—miré a mi madre, quien terminaba de ponerme el listón en mi cintura.
-Estoy bien- trate de sonar lo mas calmada posible.
-Eso es lo que dices, hija mía, yo ya me casé y se lo que es estar nerviosa, pero no te preocupes, tu prometido y futuro esposo es realmente bueno, tu padre a hablado con él –
-Mamá, aún no entiendo como es que quieren hacer esto-
Ella suspiró, miró a las mujeres que estaban en la habitación.
-Déjenos solas—todas las mujeres salieron de la habitación y cerraron la puerta, dejándome con mi madre. – Cariño, tu matrimonio es algo que tu abuelo y el abuelo de ese chico acordaron hace muchos años, antes de morir nos hizo prometer que seguiríamos con esta promesa, él es bueno-
No dije nada y solo agache la cabeza, ella decía eso. Pero yo no lo conocía bien, solo algunos pequeños detalles, solo sabía que era pintor, uno muy famoso y además era millonario y muy guapo. Tal vez solo eso tenga que importarme, pero no es así, estoy preocupada por mi futuro.
Yo no lo amo, no lo conozco. En algunas ocasiones mandó obsequios a mi persona, pero jamás vino a verme. ¿Qué podía pensar de alguien así? Ya no estábamos en el siglo diecinueve, este es la nueva era, donde se supone que las parejas se escogen mutuamente. Tal vez, pero ese no era mi caso.
No tenía esa dicha, no en mi familia con sus creencias aún en el pasado. Solo esperaba que mi matrimonio no fuera del todo una pesadilla.
[…]
-Si nadie se opone a este matrimonio, por el poder que me concede la santa iglesia, los declaró marido y mujer, señor Jeon, puede besar a su esposa-
Por un momento dude, quise quitarme, pero al ver el hermoso rostro del hombre frente a mí, perdí la razón. Mi cuerpo parecía no pertenecerme. Éste hombre parecía ser tallado por los dioses, ¿siquiera es humano? Un precioso rostro era lo que le pertenecía, alto y esbelto, hermosa figura digno de un príncipe, o eso era lo que yo pensaba que era.
Jeon Jungkook, mi ahora esposo, era el hombre más hermoso que había visto.
Él posó sus labios en los míos, sujetando mi rostro entre sus largos dedos. Aplausos por parte de los invitados lleno toda la iglesia. Felices por la ceremonia acontecida. Pero yo no estaba feliz, pues con eso beso me había demostrado que solo había sido un acto, uno que seguiríamos hasta que la muerte nos separe.
Nos separamos, ambos sonreímos, claro, teniendo en cuenta que sólo era por apariencia. Tomó mi mano y me sacó de la iglesia para después subirnos a un automóvil, el cual nos llevó hasta el salón de baile, donde ya nos esperaban más personas. Donde se dedicaron a bailar y festejar mi matrimonio, mi falso y cruel matrimonio.
¿En que me habían metido mis padres? ¿Así era como ellos querían que terminará por el resto de mi vida? ¿Casada con alguien que no sentía nada por mí?
Sonreí a las personas que se acercaban a mí para tomarse fotos y felicitarme, mientras mi ahora esposo estaba hablando con hombres más allá de donde estaba. Ignorándome y no dirigiéndome la palabra, me sentía mal. Tan cansada, y apenas empezaba esta vida para mí.
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