Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 3

Gretchen

Al despertar siento un peso en mis piernas y me levanto un poco recargándome en mis codos para ver a mi perro, Legolas, cómodamente acostado sobre mí.

—¿Cómo paso esto?, tú estabas en tu cama —mi perro al escucharme se despierta volteando apenas un poco su cabeza para mirarme adormilado— que desperdicio está resultando la compra de tu cama nueva.

De pronto Jaden abre mi puerta y entra sentándose en mi cama.

—Parece que hoy es el día de hagan bola en la cama de Gretchen. —digo mientras empujo al nuevo parásito de mi cama, volviendo a taparme pero cuando caigo en cuenta de que mi amigo esta aquí me destapo la cara confundida — Y tú, ¿acaso no te enseñaron a tocar la puerta?, pude estar desnuda o algo, además ¿qué haces acá tan temprano?, ¿quién te dejo pasar? —gruño cerrando los ojos y acomodándome para volver a dormir.

—Pero no lo estás haciendo, estabas dormida cubierta con ese pijama tierna de patos, así que ahorrátelo y fue tu tía quien me dejo pasar —el muy hijo de puta jala la cobija y de inmediato camina para abrir las cortinas, molesta le lanzo mi almohada pero él la atrapa ignorando mi enojo— cámbiate en menos de una hora nos vamos.

Volteo a ver el reloj confundida y frunzo el ceño.

—Son las siete, en vacaciones, ¿qué quieres hacer a esta hora?, maldito psicópata.

—Anda ya, iremos a caminar al parque, un poco de ejercicio no hace mal a nadie, ni siquiera sudarás, solo levanta —se da la vuelta y sale del cuarto sin mas.

Gimo molesta por el inicio de mi mañana y tras un par de segundos odiando mi existencia y a Jaden decido hacerle caso y me levanto, me arreglo a regañadientes, agarro una manzana y justo cuando estoy agarrando mi celular de la mesa de noche al lado de mi cama, escucho la bocina del auto de mi amigo afuera apurando.

Suspiro armándome de paciencia, odio que me apuren, y bajo de nuevo en camino a la puerta.

—¿A dónde tan temprano? —cuestiona mi tía desde la cocina.

Doy un salto asustada y un par de segundos después entra en mi campo de visión aún en pijama y con una taza de café en las manos.

—Oh, pensé ya no estaban, últimamente se van muy temprano a trabajar —toco mi pecho espantada—iré a caminar un rato con Jaden al parque, igual me sorprendió, demasiado temprano para mi gusto.

—Así que para eso venía, tuve que levantarme de la cama para abrirle al chico, William ni siquiera se movió y me mandó a mí —comenta rodando los ojos.

Hay unas ojeras gigantes debajo de sus ojos.

—Deberían ser más accesibles en tiempos tus jefes tía, los matarán de cansancio a este paso.

—Solo será un corto tiempo más, sobreviviremos —se acerca dejando un beso en mi frente y comienza a subir las escaleras —diviértete querida.

—Claro, hasta más tarde.

Al salir cierro la casa con llave y camino hasta el auto subiendo en la parte de atrás al darme cuenta de que adelante ya estaba sentado Dylan.

—¿Qué hacen los dos acá tan temprano?

—Vamos a caminar, ya te lo dije —me responde Jaden.

—Pero estamos en tu auto, el parque más cercano está a tres cuadras.

—No caminaremos aquí, iremos a Central Park, luego nos reuniremos con las chicas en el centro comercial, ustedes bobearan por ahí mientras Savannah acaba su turno en el café, además Jaden y yo vamos a la inauguración de una tienda nueva de discos de vinilo y al acabar estas cosas iremos al cine —explica Dylan a detalle.

—Ey yo quiero ir con ustedes —respondo emocionada.

—Es rock.

— ¿Aja y?

—Es el tipo de rock que dices solo parecen gritos y maullidos —comenta y mi emoción muere.

—Ah ya, no voy, los espero afuera entonces. Ahora, ¿en qué momento decidieron todo esto?

—Por la noche, en la llamada que rechazaste —contesta Jaden desviando un momento la mirada del camino.

—Tenía sueño —me defiendo encogiéndome en mi lugar.

—Qué día de mierda —se queja Rox quitándose los rizos negros de la cara, harta —los estúpidos clientes estuvieron jodiendo el día entero, nada les parecía, todo hacía mal, dios, si esto continua juro que le enterraré mi puño en el rostro.

—Y apenas es miércoles, no sé cómo aún no quemas la boutique —responde Sav callando las tan gráficas formas de dañar a los clientes de la morena —bueno yo me separo, en unos minutos comienza mi turno, hasta más tarde —se despide corriendo hasta el Starbucks dónde atiende.

Cuando la vimos entrar Roxanne y yo nos desviamos hasta la primera tienda que encontramos, la cual resultó una boutique y claro, nada tardo mi amiga en comenzar a revisar las cosas colgadas.

—Uh, este me gusta ¿qué dices linda? —Rox me muestra un vestido demasiado corto y además color naranja.

—No, oh claro que no, es feo ese color, para ropa al menos —Rox lo observa un momento más y asiente dejándolo —aunque quizá resalte el color de tu piel pensándolo bien.

Se queda un momento pensando, pero termina dejandolo ir.

— ¿Este? —toma uno al azar sin mucha atención, el cual resulta ser de un rosa fluorescente. Al darse cuenta suelta un chillido raro aventándolo como si fuere lava —Ay no, demasiado princesa, denegado.

La miro divertida negando con la cabeza y levanto el vestido acomodándolo donde estaba.

—Ni siquiera sé porque estamos viendo ropa y tú pensando en comprar, solo venimos a perder el tiempo hasta que se desocupen los demás —le digo pero ella se encoge de hombros sonriendo.

—Lo sé, pero es mi terapia, en serio tuve un mal día, así que nos compraremos alguna cosa, elige, yo invito —ofrece meneando su tarjeta, trabaja dos semanas y se cree millonaria.

No la culpo, me ha pasado cada que consigo trabajo, este verano es el primero desde que compre mi moto, donde no trabajo, ya casi entramos a la universidad, prefiero gastar estos dos meses en otras cosas.

—Yo paso pero te ayudo a buscar algo para ti.

Rox asiente y comienzo a caminar por la tienda, alrededor de una media hora después y como quince negativos de mi amiga encuentro uno que estoy segura le gustara.

Pero me lo tumba de la mano junto con mi bolso un chico que pasa a mi lado distraído y por nada me tira igual a mí, ¿qué le ocurre?

Me contengo de soltar alguna queja cuando se agacha amablemente para recoger lo que me tiró.

—Disculpa fue mi error, venía distraído —me entrega mis cosas y sin darme tiempo a nada sigue su camino.

Me le quedo viendo unos segundos mientras se aleja confundida, hace mucho no encontraba un sujeto amable por aquí, los neoyorquinos más fácil te ignoran a pedir perdón, menos ayudarte si te tumban algo.

Dejo el tema caminando hasta Rox para enseñarle el vestido el cual como pensé termina comprando junto un par de pantalones.

Y así pasamos alrededor de dos horas donde terminamos por solo pasear y platicar.

Damon

Ruedo los ojos algo harto de ese trío dinámico, estúpido trabajo, que mierda hago vigilando a Barbie y compañía, niña insufrible, soy de los mejores y estoy acá de niñera.

Continuo insultando hasta el mismísimo gato de mi jefe mentalmente mientras le doy ojeadas aburridas a las tres chicas sentadas en el borde de una fuente, hablando de algo que sinceramente no podría ser más aburrido.

¿En qué momento decidí ponerle un micrófono a su bolso luego de tirárselo?, preferiría estar a ascuas.

Alguien jala la silla de mi lado dejándose caer sin cuidado.

—Siento la tardanza, ¿qué ha pasado?, ¿algo nuevo? —mi compañero en esta tan especial tarea llega a mi lado despeinado y sudado.

—No estoy seguro de querer saber qué fue lo que te retrasó —murmuro.

—Que bueno que te interesa, te cuento, resulta que mi auto se atascó, empezó a salirle humo y ya no quiso seguir, tuve que venir corriendo y no es como que haya quedado tan cerca —me explica robándome papas fritas de mi plato por lo que le doy un manotazo haciendo que la suelte.

—Cómprate lo tuyo.

—Oh vamos, tengo hambre, ¿acaso no fuiste al kínder?, o siquiera veías la televisión ¿Elmo no te enseño a compartir? —cuestiona tocando su pecho fingiendo que le duele que no le quiera dar.

—No, esa era una serie estúpida, yo veía cosas con sentido —respondo fastidiado por todo mi día en general.

—¿Como qué? ¿Max Steel, los Teletubies, Johnny Bravo? —cuestiona interesado, pero cuando veo la sonrisa maniaca creciendo en su rostro bufo sabiendo que está a punto de salir una estupidez de su boca.

—No digas...

—Tú eras de los que veían a las Chicas Súper Poderosas, Barbie, Dora y Princesas ¿cierto? —me interrumpe divertido —yo sabía que no eras así de "Bad boy" de siempre, Axel me debe veinte dólares.

—¿En serio apostaron en esa estupidez?

—Shhh calla, no te sientas mal por tu gusto televisivo de pequeño —me abraza de costado despeinado mi cabello con el puño— es normal, el hermano de un amigo era así y aunque no lo creas... —quito su brazo de mi hombro interrumpiéndolo y para asegurarme no siga hablando tapo su boca con mi mano.

—Cierra la boca Liam, estás agotando la mínima paciencia que me queda, ahora no estoy para soportarte. Además yo no veía eso idiota, me gustaba respirar aire libre más que estar sentado —Liam lame mi mano lo que hace que la quite con asco—que asco, idiota —me quejo limpiándome en mi pantalón.

—Yo te agrado, lo sé, aunque últimamente parece que andes en tus días o que mágicamente te hiciste bipolar.

Se levanta sin más y camina hacia la barra donde empieza a hablar con la empleada, bufo por lo bajo devolviendo mi atención a la chica que se encargó de ponerme de mal humor, el jefe más bien, pero la culparé.

Ni siquiera sé que hago vigilándola, solo me dijeron: mantente cerca, cuídala y pon atención a su alrededor.

Claro que no entendí una mierda y no se molestaron en explicarme por lo que ahora estoy de guardaespaldas/niñero, nunca había trabajado con tan poca información, es como un trabajo a ciegas y lo detesto.

Vuelvo a perder mi mirada por el resto del lugar distrayéndome hasta que siento a alguien poniéndose frente a mí, tomando el lugar de Liam, quien sigue coqueteando con la chica de la barra, mientras que otras dos sillas son arrastradas hasta quedar sentadas en mi mesa.

—¿Te conozco de algún lado? —curiosea sin más la castaña que tan harto me tiene.

—Hemos notado que nos has mirado, en específico a Gretchen, ¿por qué no te acercabas? Tienes pinta de ser el que se acerca y va por ello —me cuestiona una morena rizada y yo la miro serio.

—Son ruidosas, como no voltear, hasta acá escucho su parloteo, no se tengan tanto estima —respondo simple, sin poder evitar poner una sonrisa burlona.

—Si claro, di lo que quieras, sabemos que somos lindas —sigue y me contengo de rodar los ojos.

—En todo caso, que hacen en mi mesa, largo.

—No seas mal anfitrión, Damon —oh genial, tenía que desocuparse justo cuando menos debía —estas chicas solo vienen a hablar.

Lo miro enojado, no debemos relacionarnos, ¿por qué no puede ser antipático una vez en su vida?

—Estoy segura de que te conozco de algún lado —insiste Gretchen.

—No lo creo —es imposible que recuerde.

—De algún lugar, quizá...

—Oh por dios, ya vamos tarde, los chicos deben estar esperándonos en el cine, anden, levanten, podrán ligar otro día —las apresura la rubia que no había hablado levantándose.

—No estábamos ligando.

—Habla por ti —responde la morena guiñándole un ojo a Liam.

Las otras dos dejan ir el comentario de su amiga al parecer acostumbradas

—Vamos, va a empezar la película.

Se levantan y se van casi corriendo, perdiéndose entre la gente.

—Te toca, yo ya me voy —le digo a Liam levantándome también.

—Ojalá sea de terror, si es una romántica renuncio —dramatiza— hasta mañana —se despide y se va corriendo.

Suspiro empezando a caminar a mi auto, ojalá esto acabe pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro