Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo LXXXVI

***

A la mañana temprano y con el surgimiento de un nuevo amanecer los hombres comienzan a movilizarse y sus torpes ruidos me despiertan al instante. Si algo bueno puede llegar a tener este día de bueno es el privilegio de presenciar el alba que, entre miles de colores danzantes,me invita a vivir este nuevo día que comienza.

Me quito el zorro del cuello, aún no comprendo cómo ha llegado hasta aquí. No siento náuseas al sacármelo de encima, lo veo como una mosca más de las que me molestan al despertarme.

En el interior del camión se producen innumerables sonidos, rugidos, para ser más específica. Al parecer, estos tres señores se levantaron con el pie izquierdo y no se esfuerzan por disimularlo ni un poquito. Su poderosos gritos alcanzan mis oídos y me atormentan.

- ¡¡Ya olvida a Mark!!- Javier no cesa de descargarse contra su padre-. ¡¡Supéralo y acepta que tienes un primo tan maldito y traicionero como tú!!

- ¡No me grites,  ladronzuelo de tercera!! ¡¡ Y no metas a Mark en esto!! Esto es entre tú y yo, ¿entiendes? Mírame, a los ojos,  una queja más y te aseguro que morirás incluso antes que esta molesta niña.

- Pe...pero- Javier no logra terminar su frase, conoce a su padre y se da cuenta cuando las cosas no llegan a buen puerto y decide terminar con el altercado dando insultos inofensivos
por lo bajo y otros no tan inofensivos en su cabeza.

- Ahora bien, preparémonos para seguir con nuestros planes- el jefe retoma su tono autoritario y, aclarando su voz, se dispone explicar su magnífica idea-. Mark pudo irse, pero nosotros somos capaces de demostrarle que no lo necesitamos y que nada ni nadie nos impedirá seguir con nuestra próxima prueba. ¡¡En marcha!!

Nuevamente, más ruido, más desorden, más peleas, esta vez, entre Manuel y Javier, pero es otro tipo de pelea, no tan intensa como la anterior. Arriban a un acuerdo: ambos se internarían nuevamente en el bosque y el jefe se encargaría de permanecer aquí , de vigilar sus pertenencias y de vigilarme a mí, a quien venían como un objeto estorboso más en su camino vengativo.

- Me quedaré aquí- les había dicho el jefe unos minutos antes-. Las piernas ya pasan factura a mi edad.

Y así es. El plan queda acordado y sus ejecutores emprendieron la marcha; Javier y Manuel se encaminan hacia el bosque, mientras que el jefe se sienta cómodamente una reposera azul y comienza una partida de solitario.

Me siento vigilada pero no observada; el líder ya no me ve como un objeto peligroso y decide bajar un poco su estricto sistema de vigilancia. Sin embargo,  y a pesar de todo, me veo incapaz de intentar siquiera escapar o las consecuencias serían peores.

Estudio maquinalmente sus movimientos y comienzo a comprender la lógica de sus jugadas y de sus pensamientos, los cuales se podrían resumir en la paradójica frase: se hace trampa a sí mismo. Resulta increíble cómo podemos autoengañarnos para convencernos de que vemos otra cosa.

Toda la vida me han gustado los ilusionistas, siempre me sorprenden sus trucos sobre aparecer mujeres y hacerlas trizas para después volver a armarlas, pero me doy cuenta de que no veo lo que tengo que ver sino lo que ellos quieren que vea. Me siento manipulada, me doy cuenta que los demás ha modificado mi vida a su gusto y le han dado un enfoque que no es de mi agrado. Y hoy más que nunca eso me asusta.

No puedo seguir viviendo así, no puedo aceptar que esto está pasando, no puedo siquiera verme en el espejo y decirme "Da lo mejor de ti y no te desanimes".  No puedo con tanta carga y el Universo lo sabe. No soporto tanta presión, es hora de que esto termine de una vez y ,tal vez, para siempre...

***

Auckland, 16 de enero,
diez minutos después...

El policía me sujetó ambas muñecas y comenzó dirigirse la escalera de incendios. No tuve más opción que levantar mi pierna y golpear su pie con todas mis fuerzas mientras,al mismo tiempo, mis dos brazos arremeten brutalmente sobre su tórax.

El oficial se quebró de dolor, se desbalanceó y me dio tiempo suficiente como para estrellar un último puñetazo contra su sien, dejándolo fuera de combate.

El ridículo constructor, testigo de todo lo ocurrido, se abalanzó sobre mí, provocador.

- Anímate- me incitababa mientras no cesaba de moverse mejor estilo Muhammad Ali.

-Claro que lo haré- mi limité a responder. Puede que mi contestación les haya sonado estúpida, pero en aquel momento yo me concentraba a nuestra pelea y no en una guerra de perros salvajes que hizo que la víctima cayera brutalmente sobre el piso, dando un fuerte golpe que hizo trastabillar el techo de la construcción.

Al comienzo, pensé únicamente en mi victoria pero no las consecuencias que me traería minutos después.

- Escuché un ruido y viene por aquí- un grupo aterrorizado de constructores alertaron a la policía, quienes comenzaron su plan de captura.

-Necesito apoyo aéreo, repito, apoyo aéreo... Sí, aún estamos aquí... No, Stéfano no bajó, debe haber tenido un problema. Voy para allá.

El policía encolerizado comenzó a subir las escaleras como nunca en su vida, con tanta fuerza que los escalones temblaban a cada paso que daba, señal muy útil para indicarme que debía desaparecer.

No podía irme de allí y dejar a mi jefe sólo, encerrado en aquel maldito hospital, tenía que hacer algo, aunque no sabía exactamente qué.

Alcé la cabeza hacia el cielo, en una expresión de ruego y desesperación. Hacía muchos años desde que me había encomendado a Dios, pero en este momento hice una excepción.

Y rezando la única mitad del Padrenuestro que a duras penas me había tenido que memorizar en la escuela a la que me llevó mi madre, salté al vacío pensando en mi situación, en mi jefe y en el ritmo que me habían tomado las cosas.

No era mi primer salto al vacío, pero si el que, sin dudas, me traería más consecuencias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro