Capítulo CV
***
Acaba el interminable beso y el ácido estomacal me recorre todo el cuerpo y quema mi esófago, acabando en unas cuantas arcadas. Me alejo de Manuel y, sin dejar de disimular mi interés por él, continúo susurrándole al oído frases que nunca antes le había dicho ni siquiera a Michael.
- Vamos, amor mío. ¿No observas, acaso, la belleza de aquellas flores? Ve y alcánzamelas.
El hombre no da señal alguna de despertar su faceta de sonámbulo ni mucho menos de haberse involucrado en el nuevo sueño hábilmente diseñado.
- ¡Por favor, hazlo por mí!- Manuel permanece imperturbable.
Me resigno y comienzo a caminar por toda la habitación buscando una copia de las llaves, alguna forma de escapar. De pronto, un sonido insistente comienza a escucharse detrás de la puerta.
Estoy segura de que se trata de Javier que está intentando destrabar la cerradura con alguna ganzúa improvisada. Me pregunto si siempre será un patético maniático cada vez que no puede conciliar el sueño. "Alguien se olvidó se sus medicinas" pienso y comienzo a reír.
No obstante, su trabajo prospera cada vez más raudamente y en cinco minutos consigue abrir la puerta con suavidad. Enciende su pequeña linterna y recorre cada sector de la habitación con su mirada. Inspecciona sin mover un pie, cada rincón del cuartucho y hasta lo que se halla debajo de la cama: un par de pantuflas viejas y un antiguo pañuelo de lana para la nariz. Se cerciona de no haber dejado ningún rincón sin iluminar y se coloca junto a su amigo.
- ¿Estás despierto?- pregunta en una voz casi inaudible.
Temo por un momento que descubra toda la farsa en cuanto su amigo, quien se suponía que estaba despierto diez minutos atrás, no le responda. Sin embargo, y para mi sorpresa, la situación no lo inmuta en absoluto.
- Sí que tienes un sueño profundo- comienza a reír-. ¿Sabes una cosa? A veces te envidio- se despide de su amigo y cierra la puerta con suavidad.
Fue una buena idea esconderme detrás de la puerta. Al principio, me sonó algo arriesgado, a decir verdad. Pero ahora, totalmente libre de todo peligro, me alegro de haber abandonado mi antiguo escondite.
La puerta está sin llave y pronta para ser abierta. Dudo que Javier se encuentre junto a ella, mas el hecho de no haberla cerrado me alarma. Este hombre tiene el sueño más ligero que conocí en mi vida.
Comienzo a buscar una nueva alternativa para escapar y observo detenidamente la habitación. Recuerdo, de repente, que la luz de Javier fue a parar a una superficie rugosa ubicada por sobre la pared. Camino hacia ella y descorro la cortina. Efectivamente, tras ella se esconde una pequeña ventana, aunque lo suficientemente grande como para permitirme escapar.
Descorro el vidrio y me asomo hacia el exterior. Debajo, unos cuatro metros de altura amenazan con mi perdición. Sin mucha dificultad logro salir al exterior, acomodo la ventana en la misma posición que antes y me sujetar de unos fierros que sobresalen.
Un portazo resuena en toda la habitación y me hace trastabillar. Consigo aferrarme a unos hierros a escasos metros del suelo.
- ¡¡Te atrapé!!- la voz de Javier inunda la habitación.
***
Auckland, 18 de enero,
a las cinco de la tarde...
- No es lo que crees- me aseguró mi jefe.
- ¿No es acaso esto la prueba de la poca confianza que tienes en mí? ¿Me tienes solamente por causa de una apuesta? ¿Cuánto de pagarán? ¿Cincuenta dólares? Te aseguro que yo valgo más, mucho más. Y te lo demostraré...
- Lo sé- se lamentó él-. Debes entenderlo: todo comenzó con una apuesta pero ahora yo te quiero a mi lado no por el dinero- cambió de tono para agregar-. Manuel, tú eres un gran criminal, uno de los mejores que he tenido a mi lado durante todo este tiempo. Es verdad que fue difícil adaptarme a ti, pero ahora estoy orgulloso.
- ¿Así que arrojas la piedra y escondes la mano?- lo interrogué ofendido.
- Sólo quiero que entiendas mi punto: esto es lo que Lacy quiere, que nosotros nos peleemos. Ella se alimenta de nuestras debilidades.
- Lo sé, pero no puedo evitarlo- confesé-. Es que todo se está revelando tan bruscamente que no me da tiempo ni para masticar un poco todo lo que ha ocurrido.
- Me reconforta escucharte decir eso. Ningún mal debe alejarnos de nuestro objetivo. Después habrá tiempo para discutir. Será en otro momento, cuando ya estemos libres.
Cambié el rumbo de la conversación y la dirigí, sin tapujos, hacia el punto común al que ambos queríamos arribar. "Ir directamente al punto" habría dicho Javier.
- ¿Tienes algún plan para liberarnos de aquí?
Mi jefe pensó unos instantes y sacó su pistola.
- Haz lo mismo que yo sin hacer preguntas. Te lo aclararé en unos instantes.
Disparó dos balas y dos cámaras de seguridad cayeron fulminadas. Hice lo mismo y tres videograbadoras más acabaron achicharradas contra el suelo. Una vez culminada nuestra labor estábamos listos para la siguiente fase del plan.
- No existe otra salida que aquella puerta- anunció el jefe, señalando la enorme lámina de acero que era atravesada por Lacy cada vez que venía a "saludar".
- Esperemos a que se abra y ya veremos qué es lo más convenga. Y no cantemos nuestros planes a los cuatro vientos- sugerí-. Sospecho que hay mucho más que diez cámaras de seguridad aquí dentro.
- Hasta entonces- propuso el líder-, deberíamos inspeccionar el lugar y encontrar cualquier objeto que pueda servirnos.
Nos dividimos la habitación y cada uno analizó minuciosamente su respectivo lado. Tanteamos los cerámicos y las paredes en cada sector. Ninguno pensó en la remota posibilidad que se ocultaba detrás de las copias mal editadas.
Cuando tomé uno de los cuadros e intenté descolgarlo no pude. Estuve a punto de resignarme hasta que recordé la orden de mi jefe de "revisar cada sitio y destruir todo lo que sea necesario en el intento". Saqué el arma del bolsillos y di unos cuantos culatazos contra el vidrio y luego contra el marco del cuadro.
Mi sopresa fue muy grande al encontrar, entre medio de todo el cablerío, una munición no menor de balas para una pistola eléctrica recién salida del mercado.
- Es nuestra oportunidad- anuncié, triunfante.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro