Capítulo 19: Disculpas.
- Audrey, no podemos ayudarte ahora -comentó Kurt-. Vamos saliendo los tres.
- Ya, ya... ¡Pero, esperen! -llamó algo desesperada.
Berger habría ido a la residencia de Nirvana para que le dieran un consejito antes de ir a casa de Metallica, por ello andaba tan apurada.
- ¿Sí?
- ¿Cómo le hago para pedir disculpas si los dos tuvimos la culpa? Bueno, ¡ellos más que yo!
- Sh -la hizo callar-. Da igual quién tenga más culpa que el otro. Si tú vas a pedir disculpas, ellos lo harán también. ¿Vale?
- Sí, aún así... ¡¿Qué les digo?!
- "Lo siento, la rabia del momento me descontroló". Eso es todo.
- Vale... Gracias -forzó una sonrisa, incómoda.
- No es nada -Cobain entró a una camioneta, donde sus compañeros de banda le esperaban.
Se despidió gestualmente de los tres y subió a la van, muy nerviosa con lo que tuviera que pasar con el grupo de Thrash Metal. Incluso, le pidió consejos al conductor y todo para asegurarse de lo que debía hacer. Le respondió exactamente lo mismo que el líder de Nirvana, vamos, que pedir disculpas no es tan difícil a menos que tengas el ego por las nubes como ella. Lo malo es que no sabía que cada conductor después le contaba de todo lo que se enteraba a Daniel, como ocurrió con Zoe.
Por eso, muchachos, no hay que confiar en esos taxistas que preguntan tanto. Luego no se pongan a dudar cuando sus madres les digan "me lo contó un pajarito". ¿Este mini-párrafo es de relleno? Por su puesto que sí.
Al llegar, sentía que se le iba a caer la caca del susto -no literal, que eso es asqueroso-, tocó el timbre y para su suerte, iba toda la banda junta.
- ¿Sí, Vergas? -dijo Lars con los brazos cruzados y una ceja alzada.
- ¿Me dejas pasar para hablar con toda tu banda acerca de algo?
- ¿Sobre...?
- ¡Tú lo sabes!
- Vale, entra.
Caminaron juntos hasta la habitación en que estaba reunida toda la banda. No quiso saludarlos, planeaba decir todo de una y listo.
- Chicos, ¿saben? Acerca de lo que ocurrió antes de ayer... -la observaron fijo- Lo siento. Lo siento por ponerme tan violenta y por pisar a Jason en vez de ayudarlo a levantarse y tomarse el asunto con humor.
- Joder, niña, que la culpa no la tienes tú, es de nosotros -interrumpió James-. No pensamos que te enojarías tanto, no debimos hacer esa broma en primer lugar y en vía pública.
- Pero...
- Mi idea fue terrible, ¿ok? -aclaró Ulrich, ella lo miró muy mal por mantener el orgullo a tope.
- Sí, ¿ya vieron? -el danés rió, la pelinegro rodó los ojos- Y tú... -se refirió a Kirk- ¿No vas a decir nada?
- Tú dices que soy negro y no puedo hablar, no lo haré por tu racismo y porque no me apetece hacer enojarte más con tu actitud tan infantil porque no puedes tolerar mi calma.
- OHHHHHHHH -gritaron los otros.
- ¡Joder, te doy la oportunidad de hablar, sólo para disculparte!
- Yo no te tiré pintura, si te acuerdas...
Por un segundo el rápido recuerdo pasó por su mente, recordando que, la persona que debía ser Kirk -cabello rizado bajo la capucha, obvio- sólo le disparó a Jason y dejó tirada el arma en el suelo, no se la arrojó a la cara.
- Fui el menos agresivo -contestó con orgullo y a la vez aguantándose la risa porque la mina iba a estallar en ira-. Ya me disculpé con Jason, a ti no te debo nada.
- ¡Joder, vale! -cruzó los brazos, muy picada.
Luego de un par de segundos de silencio incómodo, en los cuales se esforzó en relajarse psicológicamente, ahí se atrevió a proseguir hablando.
- No quiero llevarme mal con ustedes, no por algo estoy haciendo mi trabajo. Me gustaría poder pasar el rato con ustedes sin discutir.
- Pues hoy tenemos partido de fútbol con unos amigos, ¿te sumas? -ofreció Lars.
- No sé jugar.
- Pues te quedas con Kirk en la banca cuidando las cosas, entonces.
Miró a Kirk de reojo y sacó la lengua en asco.
- ¡Enséñenme! -rogó casi en desesperación.
- Jason te puede ayudar mientras nosotros calentamos, ¿cierto?
- Claro -aceptó Newsted.
Le prestaron zapatillas y un uniforme para poder practicar tal deporte, entretanto los otros se arreglaban también. Subieron al vehículo de Lars para viajar a un campo de fútbol donde entrenaron y ayudaron a Audrey a aprender tal deporte.
*inserte un gran mensaje de censura por demasiada violencia*
- ¡Y no me inviten más a sus mierdas!
Se retiró para coger un taxi y dejarlos tirados. ¿Qué pasó? Se picó porque no le anotaron un gol y se puso bélica la cosa.
Bueno, en un día ya se le iba a pasar toda la rabieta, así que no pasaba nada malo.
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