Capítulo 14: Este tipo parece retrasado.
Luego de follarse por error al único ser virginal de Megadeth y de partirle las bolas al que compraba los condones de Skid Row, Madison prefería tomar un tiempo de descanso de ellos para evitar problemas, quería un tiempico para resolver las cagadas que se mandó. Quién lo diría, las tres la estaban cagando de cierta forma, eh, al parecer, Zoe era la que mejor simpatizaba con Pearl Jam, Madison sólo era alguien para joder y Audrey... alguien con quién pelear o partirse la jeta en una pelea.
Por tanto, la rubia requería perder el tiempo con otras personas porque en soledad enloquecería, además de arreglar las cosas y hacer el esfuerzo de no seguir fallando en cada casa que va de visita, así que, se arregló bien guapetona y pidió al conductor que la llevase a la próxima banda, la última que le quedaba por conocer desde cero: Mudhoney.
Dos integrantes que fueron parte de Green River, la banda fundadora del género Grunge, claro que a la glammer poco y nada le importaba estar frente a tales mentes maestras, quería pasar bien el rato y listo.
Sin cagarla mucho, tampoco.
Llegó al lugar que parecía una casa cualquiera, de una persona promedio con salario mínimo, demasiado común y corriente, llegó a pensar que se equivocó de residencia o le dieron una mala dirección. ¿Cómo era posible que un conjunto musical tan famoso y millonario viva de manera tan paupérrima? Bueno, ni tanto, pero Madi ya se acostumbró al lujo y eso lo veía de pobres, recuerden que ella es muy exagerada con las cosas, eh.
Tocó la puerta y le fue a abrir un rubio que vestía de manera tan pero tan casual, que no tenía pinta de ser famoso.
- ¿Eres vagabundo o qué? -interceptó la rubia.
- Eh... no, ¿tú eres alemana por tu acento que da puto miedo?
- Shí, vaya, te pareces al Curco Vein pero más feo.
- ¿Por ser rubio? Vaya... -prefirió tomárselo con humor- Oye, ¿vas a decirme quién eres o vamos a bromear todo el rato aquí en la puerta?
- Pues, sí quieres, eh, sólo si quieres, me dejas pasar y bromeamos adentro.
El muchacho parpadeó confuso; sin saber si la mina frente a sus ojos era una aprovechada o le estaba ligando, o tomándole el pelo.
- ¿Cómo te llamas?
- Madison Slater, de cariño Madi.
- De cariño "la loca", mejor dicho -tosió en incomodidad-. Yo soy Mark Arm, de cariño...
- ¿Curco narigón?
- Si así lo deseas... -miró a todas partes- ¿A qué vienes, por cierto? Es que, ni te conocía...
- Vengo a colarme a tu casa para pasar el rato, estoy aburrida y quiero conocer gente.
- Ah, pues... -la miró de pies a cabeza con mucho cuidado- Espera un momento.
Cerró la puerta y pareció que hablaba con alguien, sólo que no se comprendía bien lo que decía, hasta que gritó:
- ¡Perro de mierda, ven y olorosa a esta mina!
Volvió a abrirla y un chico castaño, con gafas, la olió como si de un perro se tratara.
- ¿Qué onda? ¡Este tipo parece retrasado! -pensó en voz alta.
- Mi nombre es Steve y tengo buen sentido del olfato porque adoro los perros, ¿vale? -se defendió el chico.
- ¿Y...? ¿Qué dices? -interceptó Mark.
- Su perfume de Carolina Herrera es horrible. Eso.
Oigan, ¿no creen que esta escena ya la vivió antes y con otras personas? Qué curioso, eh.
- ¿No hay peligro?
- No, sólo que seguro se me rompió un ligamento nasal por oler esa mierda.
- Entonces, loca, puedes entrar.
- Gracias, Curco narigón -reprochó y entró a la residencia, en la sala de estar notó que un tipo la quedó mirando con cara de "IMPAKTADO"-. Oye, qué miras.
- ¿Quién es esa? -dejó de lado su bajo.
- Ni idea de dónde salió pero dice que quiere conocer gente, Steve la olió y al parecer, no tiene nada que nos haga daño. Dice que se llama Madison.
- Ah, genial -caminó hasta la glammer-. Me llamo Matt, un gusto -estrecharon manos.
- Y yo -se entrometió otro a la conversación, que tenía cara de "bale berga la bida"-, soy Dan -estrecharon manos también.
- Ustedes son Mudhoney, ¿verdad? -algunos asintieron, otros no hicieron nada- Joder, ¿en serio son tan famosos? Es que viven como una puta persona de clase media.
- Ya, ¿y? No todo en la vida son lujos, shaba -respondió Mark-. El dinero lo gastamos en fiestas y en los discos que queramos grabar con la Subpop en un futuro.
- Dios, que raros son ustedes los de "Grunch".
- Espera... ¿cómo es que nos conoces? ¿Viniste a propósito porque somos una banda famosa y pretendías ser la típica groupie que se roba algo y folla?
- Eh... no, con ustedes no. Las otras bandas sí porque tenían dinero.
- ¿Ahora te arrepientes de venir?
- Si me invitan a unas chelas, mejorará mi ánimo -cruzó los brazos imitando a su amiga Audrey.
- Vaya, interesada, me haz caído bien -caminó por la sala hasta abrir la mini nevera y le lanzó de forma bruta una lata de cerveza-. Somo más de beber vino, pero ya que insistías con la chela.
- Ah, que pesado, ¿no? -la abrió y dio un gran sorbo- ¿Qué miran? Tengo ganas de hablar con Mark ahora, si quieren retírense.
Y se retiraron.
Comenzaron a tener la charla típica para conocerse hasta que, de la nada, el momento fue interrumpido por una llamada. Como el vocalista de Mudhoney era un vago, agarró un palo y presionó el botón de altavoz en el teléfono sin realizar mayor esfuerzo.
- Jeff.
- ¡Mark, fiesta la próxima semana, en tu casa, eso!
- ¿Qué? No, no cort...
- ¡Aún no corto la llamada!
- Vale, vale, explica qué ha pasado y porqué vienes tan ofrecido, hijo de puta, que tengo visitas.
- Yo igual ando con visitas y por eso mismo, ofrecí fiesta pa' la próxima semana po'. Se llama Zoe y nos conoció a nosotros los cabros de Pearl Jam hace poco y es fan de Green River, le dije que iría con nosotros la próxima semana para que te conocieran a ti y a Steve.
- Ah, bueno, bueno...
- ¿Zoe? ¿Zoe Hurley? -chilló la rubia- ¡Ay, amigui estás ahí!
- Dice que no quiere hablar, que pretende no conocerte por vergüenza.
- Shh... -se oyó desde la línea.
- ¡Zoe, no seas perra, somos amigas!
- ¿Se conocen? -cuestionó Mark- Vaya, que mundo más pequeño.
- Bien, la próxima semana fiesta, ¿no?
- ¡De hace casi un año que no nos vemos!
- Ya, Madi, ya entendí.
- ¿Hola? -Jeff sonaba confundido.
- Bien, Ament, déjame procesar... Una tal Zoe está contigo que es amiga de una tal Madison que está conmigo, y tú propones una fiesta en mi casa la próxima semana para pasarlo bien, ¿eso dices?
- Sí.
- El vino lo compras tú, puto -con el mismo palo, Mark cortó la llamada.
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