20. Se acabó.
En el mundo de Keira.
Bajo las escaleras, un olor exquisito llega hasta mi nariz, me relamo sólo de hincar el diente a lo que esté haciendo mami florero.
Empujo con la mano la puerta de la cocina. Papá empollón me mira nada más entrar, este hombre me pone los pelos de punta, no me fío de él.
-Cariño, ¿estás bien? No es normal que te levantes a estas horas.
Tengo que buscarme un sitio donde vivir, estar en esta casa es una tortura. Pero antes me aseguraré de que no puedan volver a utilizar la maquinita esa para abrir ningún portal...
-No me encontraba muy bien, mamá. Mateo me llamó para decirme sobre su primo muy temprano, y no me encontraba con ánimos.
-Siéntate a comer algo, tendrás hambre.
Me siento al lado de mi "papi querido". Me ponen un plato delante con ensalada y un filete a la plancha.
Lo devoro. Por el rabillo del ojo veo cómo me observa comer por encima de sus gafas, esto no me gusta....
Me limpio con una servilleta la boca y le digo...
-Y...¿qué planes tenéis para hoy?
-Hoy quedé con las chicas para ir de compras al centro comercial que abrieron en el centro. ¿Necesitas algo?
Levanto una ceja. Si me va a comprar más vestidos de muñeca y chaquetitas rosas que se olvide.
-No -. ¡Mierda, me tengo que acordar de ser más respetuosa! - Gracias mamá pero no es necesario. Papá, ¿qué tienes pensado hacer hoy?
Deja unos apuntes sobre la mesa, me mira fijamente y me dice con una sonrisa en la cara.
-Nada especial. Sólo teorías nuevas.
Él vuelve a concentrarse en sus anotaciones, lo vigilaré de cerca no me da buena espina.
-Bueno. Yo me marcho, mis amores -me da un beso en la mejilla agarrándome con fuerza los mofletes. Esto es el mismísimo infierno...
Después de despedirse de mi padre, me levanto de la mesa y dejo los platos en el fregadero.
Ese pastel de chocolate y limón me llama. Abro la puerta de arriba de la alacena, sujeto un plato de postre, con decisión me corto una porción y me vuelvo a sentar en la mesa.
Ante el primer bocado suelto un gemido de puro placer.
-Pensé que no te gustaba la tarta de chocolate.
¿Qué?, pero si está buenísima. Pues qué estúpida es Keira. Me quedo con la cuchara a medio camino de mi boca, ¡qué le den! La meto y lo saboreo.
-Estoy cambiando mi dieta.
Un simple jum jum que sale de su garganta me indica que no se lo cree del todo.
-Volveré en un par de horas -me dice mientras se levanta de la mesa y me da un beso rápido en la frente.
Escucho la puerta de la entrada cerrarse. Tengo la casa para mí sola por primera vez.
Me tumbo en el sofá. Y enciendo el televisor, esta gente sí que vive bien... cambio de canal hasta que veo un programa que llama mi atención American Horror Story. Subo los pies descalzos al sofá y los meto bajo un cojín. Esta serie me gusta, tiene ese punto sádico que le falta a la vida del día a día por aquí.
Llaman a la puerta de la entrada. Voy a abrirla, por primera vez desde que estoy aquí tengo la casa para mí sola. Y ahora alguien viene a joder.
Abro.
-Señorita Collins... Keira Collins.
-Sí. ¿Quién es usted?
-Agente Rogers. Vengo a hablar con usted del asesinato de Shane Johnson.
¡Mierda! Calma Kei, es posible que sea simple rutina. Me aseguré de llevarme el cuchillo y de limpiar bien las huellas.
Sujeto la puerta como si se fuera a caer. Lo miro a la cara, es un hombre de unos cincuenta años algo canoso, lleva una libreta en la mano, lo más seguro para anotar sus conjeturas.
-Lo siento Agente Rogers, pero ahora mismo estoy sola en casa y no suelo dejar que nadie entre.
-Y hace muy bien señorita. Pero no se le olvide que soy un agente de la ley, no podría estar más segura.
Abro más la puerta y pasa hasta el salón. Sus ojos repasan toda la estancia y se fija en la televisión encendida.
-Estaba buscando algo que ver cuando llamó al timbre. No me encontraba con fuerzas para salir....
Asiente con su cabeza y anota algo en su libreta. ¿Qué coño tiene que anotar?
-No se quede de pie, siéntese -le indico una silla en la mesa del comedor. Yo me siento también justo enfrente suya.
-Y bien. ¿Qué quiere preguntarme?
Relajada, tiene que verte relajada, triste pero relajada...
-Seré rápido. ¿Conoce usted a la víctima Shane Johnson?
-Si claro es... perdón... era el primo de mi novio Mateo.
Espero que ese desliz intencionado me dé puntos para que me tache de la lista.
-¿Cuándo fue la última vez que vio al fallecido?
-Tuvimos una cena familiar en la mansión de los padres de Mateo, allí lo vi.
-¿Qué hizo más tarde? -me pregunta, y justo en ese instante levanta la ceja. Su bolígrafo empieza a moverse en sus dedos ¿intranquilo... expectante quizá?
-Mi novio me trajo en coche hasta casa.
Deja de mover el bolígrafo, se inclina levemente hacia delante en su silla hasta quedar con un codo posado en la mesa.
-¿Y no volvió a ver a Shane esa noche?
Demasiado interés en esta pregunta. Pienso rápidamente en si pueden tener algo... ...¡mierda, joder! Tendré que hacer mejor mi papel.
Me cubro la cara con las manos y fuerzo un estúpido llanto.
- Yo...sí....lo volví a ver esa noche, agente... - hago una pequeña pausa con más llanto y lágrimas falsas y levanto mi rostro para mirarlo a los ojos y que piense que no oculto nada.
-Conocí a Shane hace un tiempo. Yo... estaba algo bebida y triste por un incendio que tuvo lugar en el laboratorio de mi padre....una cosa llevo a la otra y... sin saber que era el primo de Mateo mantuvimos relaciones íntimas. Nos enamoramos sin darnos casi cuenta...
-¿Qué pasó cuando se encontraron de nuevo la noche de la cena?
-No me lo esperaba. Shane insistió en que no le dijera nada a su primo. Yo estaba tan avergonzada... Me citó en su casa para charlar sobre lo ocurrido.
El agente entrecierra sus ojos y aquí es cuando más creíble debo ser.
-Yo. Le rogué que debíamos decirle a Mateo lo nuestro. Él se negó diciendo que si se enteraba lo ...mataría... Me pidió que me marchara con él lejos...
Lloro desconsolada un rato más y le digo que necesito un vaso de agua, él declina mi propuesta, diciendo que no le apetece ninguna bebida.
Me dirijo a la cocina y una vez allí respiro tranquila, me seco las lágrimas, y me bebo mi preciada agua. Lo tengo en el bote.
-Señorita... tengo una pregunta más...¿Volvieron a tener relaciones íntimas esa noche? -me dice desde el salón.
Abro el cajón del mueble de la cocina... Observo y juego con el cuchillo en mi mano.
Llaman a la puerta. ¡Mierda, el agente tiene suerte!
-Disculpe, tengo que abrir.
Me dirijo a la entrada, nada más abrirla me encuentro con Mateo todo ojeroso, con lágrimas en los ojos.
-Princesa, ¿cómo pudiste?
-¿Mateo qué pasó?
-Mi padre tiene un contacto en la comisaría... Ellos nos han confirmado que tienen restos biológicos tuyos, ¿te acostabas con Shane?
Escucho los pasos del policía acercándose para oír la conversación.
Lloro un poquito más. ....
- Mateo...yo...lo siento mucho. Convencí a Shane para que te lo contará al día siguiente...Yo lo amo...- grito desesperada para que me escuche bien....- Yo lo amaba...
Miro a Mateo y está enfadado, rabioso, mmmm así me recuerda más a Matt.
- Mi primo...tiene suerte de estar muerto...era mi primo, lo quería, pero sé que era un mujeriego. Tú sin embargo...nunca me imaginé...que me mintieras así.
Mateo se marcha sin decir nada más. Yo clavo mis rodillas en el suelo y lloro. Una mano me acaricia la espalda... ¡sí! , bien lo tengo ya conmigo.
-Shhhhh tranquila. Respire hondo.
-¿Es todo por mi culpa? ¿Yo provoqué esto?- levanto mis ojos del suelo y miro al agente Rogers -. Prométame que encontrará a quien lo mató. ¡¡Prométamelo!!
-Lo prometo.
Pero qué sencillo es manipular a la gente, por favor.
En el mundo de Kei.
Oh Dios, suelto el arma con horror. Miro hacia el agujero de bala y sin importarme quién está sujetándome el hombro y corro en su dirección.
-Oh mi amor, ¿estás bien? Lo siento fue sin querer, me asusté -le digo mientras sujeto su cara con mis manos y sus ojos penetran en mi alma.
-¡¿Cómo que tu amor?!- Oh genial, qué manera más sutil de darle la noticia.
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