Los segundos pasan y mi nerviosismo sube a cada momento. Me froto las palmas de las manos en mis pantalones.

Miro a uno, al otro. No cederán. Sé a ciencia cierta que decida lo que decida puede que se disparen, no quiero que eso pase.

-Yo...

-¡Decídete, Keira! – me dice Jack al que se le nota a simple vista lo tenso que está.

-¡No le hables así! - Matt salta a la mínima en mi defensa.

¡Mierda! ¿Y yo qué hago? Intentaré ser racional, a lo mejor me escuchan.

-¡Bajad las armas!

-¡No!- dicen los dos a la vez.

-¡o bajáis las armas o no pienso ir con nadie a ningún lado! -digo ya cabreada con la situación.

-Primero él -vuelven a decir juntos. Parece que se ponen de acuerdo.

Matt y Jack se lanzan miradas de odio y rabia.

-¡Bajad las armas ya! - grito, mi frase se escucha a lo lejos haciendo eco.

-¡Mierda, keira!- veo cómo Matt baja el arma poco a poco.

Giro mi cabeza sin mover los pies del sitio y Jack lo imita.

Ambos dejan sus armas en el suelo de tierra seca.

Al fin puedo soltar el aire que me comprime los pulmones.

-Gracias.

-¿Y bien?

Decido no llevarme por mi corazón, tengo que ser lo más realista posible.

-Jack. Necesito ir con Matt.

-¡¿Te vas a largar con un jodido Johnson?!

-¡No me interrumpas! Tengo veinticuatro horas antes de que Radu mande a todo el mundo a matarnos–, miro a Matt pues él también está amenazado por él-.¿ No te das cuenta? ¿Quieres que me mate?

-¡No! Por supuesto que no. Pero por qué tiene que ayudarte él. Yo también conocía a Kei, te puedo ayudar.

-Tengo que ir con Matt junto a...

-Mi primo. Él es quien puede decirnos sobre el rastreador que tenía Kei.

-No tengo más pistas Jack. Y todo esto no me ayuda. Tengo que encontrar el libro y devolverlo a Radu.

-¿Qué contiene el libro? -le pregunta a Matt, su voz suena forzada... ¿resignada?

-No lo sé. Yo sólo sabía del lugar donde lo custodiaban. Kei me saco la información sin darme cuenta de sus planes.

Aun sin pistolas en mano, la tensión en el ambiente es abrumadora.

Matt da un paso en mi dirección.

-Entonces te vienes conmigo, ¿verdad? - pone su mano abierta para que la agarre.

Por rabillo del ojo sin dejar de mirar a Matt, veo cómo Jack aprieta su mandíbula y da un paso al frente.

Jack hace el amago de recoger del suelo la pistola, Matt lo imita.

-¡Alto!- levanto los brazos en ambas direcciones, como si las palmas de mis manos fueran escudos y pudieran parar el tiempo.

Ambos se quedan a mitad de camino. ¿Tan fácil ven apretar el gatillo y dispararse entre sí?

Un ruido de motores a lo lejos me distrae, faros de varios vehículos, motos en su mayoría, se acercan.

-¡Joder, tenemos que marcharnos ya! Han de ser los hombres de Radu, parece que se cansó de esperar.

En un movimiento Matt me agarra de la mano y me junta a su cuerpo. Recoge el arma del suelo, y apunta de nuevo a Jack que ya tiene la suya en posición.

Levanto la vista, estoy de espaldas a Matt. Él da pasos cortos hacia la moto.

-No le dispares por favor- le digo en un susurro.

-¿Por qué no lo haría? Somos enemigos.

-Por mí.

No sé si tengo tal poder en él. La verdad es lo primero que se me ocurrió.

-¡Hijo de puta! Suéltala.

-No. Ya vienen, están muy cerca. Nuestra pequeña reunión se acaba de terminar.

Matt sube a la moto sin dejar de tener en la mira a Jack.

-¡Joder, Keira! No pienso dejarte a solas con...ése. Os sigo.

Me subo a la moto como me indica Matt. No está muy contento con la noticia.

-Deja que nos acompañe -le digo por lo bajo.

Desde mi posición me parece ver una sonrisa velada por su parte.

- Sólo si es capaz de seguir el ritmo.

Arranca.

¡¡Oh dios!! No me gustan las motos. Me sujeto lo más fuerte que puedo a su cintura y le grito a Jack.

-¡Síguenos, corre!

No tengo ni idea de a dónde vamos. La velocidad es demasiada, lágrimas por culpa del viento me caen constantemente sin poder evitarlo. Mi pelo sale disparado en todas direcciones.

Intento no perder de vista a Jack pero sin dejar de agarrar por la cintura a mi piloto de moto GP particular. Está a una distancia bastante corta con respecto a nosotros

Nota mental, no mirar hacia atrás cuando vaya en moto, me mareo. Aprieto de nuevo los brazos a su alrededor.

-Muñeca, como sigas apretando, no podré respirar...

Suelto un poco mi agarre en él.

-Lo siento.

Escucho su risa por primera vez, y me lamento por no poder contemplar su rostro al hacerlo.

–Está claro que no te pareces en nada a Kei – y con ese comentario jodió todo. Tenía que recordarme a la zorra diabólica de mi gemela.

-Prepárate que vienen curvas.

-Oh, no...

Agacho mi cabeza en su espalda y me dejo llevar.

***

Cansada, hambrienta, desorientada y estos dos gilipollas discutiendo de nuevo.

Cada vez queda menos tiempo. Es media mañana y aún no tengo el libro. Creo estar en las montañas de Santa Mónica en Cornel.

Matt nos arrastró hasta esta zona. Una cabaña de madera de una sola planta está a unos metros de nosotros. No parece que nadie viva en ella, pero quién soy yo para pensar algo así, la mayoría de las casas y edificios de Westlake están para tirar y sin embargo la gente vive en ellas.

-¡Cómo vuelvas a llevártela así, te meto una bala entre ceja y ceja! -amenaza Jack con intención de sacar el arma de nuevo.

-Sí le ha gustado el viaje. ¿No viste lo agarradita que estaba a mi?- Eso, tú ayuda....

-¡¿Quieren dejarlo de una vez?!

La puerta de la cabaña se abre lo suficiente como para vislumbrar un rifle. Mis ojos se agrandan, voy a gritar al ver que tiene un arma.

–¡¿Quién cojones me despierta a estas horas?!– grita alguien desde dentro.

-Baja el arma. Soy tu primo, Matt.

-¿Quién? Yo no tengo familia.

Matt se adelanta, mi miedo aumenta..... ¿y si le dispara?

Muevo mis pies en dirección a él. Jack me frena. Niega con la cabeza.

-Deja de joder Shane. Necesito tu ayuda.

- ¿La necesitas tú o tu jodida banda de gánsteres?

- Ella... y yo...intentan matarnos, ¿nos ayudarás?

No contesta.

-Creo que esto es tuyo -. Refiriéndose al aparato que encontramos.

El primo de Matt saca la cabeza por una esquina de la puerta, es un hombre rubio de ojos azules. Comprueba que sólo estamos los tres y abre la puerta del todo. Ve el rastreador hecho añicos en la palma de Matt.

-Guardad las motos bien, que nadie pueda verlas, luego entren.

-No entres hasta que lo haga yo, ¿entendido?

Asiento.

Jack es el primero en mover su moto y la mete entre la maleza. Matt no tarda en resguardar la suya.

Con bastante miedo entro en la cabaña. ¡Woow! Estoy en la Enterprise...ordenadores y aparatos que nunca en mi vida creí posible ver inundan el salón.

¿De dónde sacará la energía eléctrica?

-Tengo acumuladores - dice saliendo de un cuarto contiguo.

Mi boca se abre de golpe, ¿es que sabe leer la mente?

-¿Ahora alguien va a contarme por qué mi salón está lleno de gente que no conozco?

Matt que está sentado ya en el sofá de dos plazas le contesta con indiferencia.

-Necesito que accedas a la base de datos de este rastreador. Es uno de los tuyos ¿no?

- De quién iba a ser si no, lo más seguro que lo comprarán a un segundo, yo nunca negociaría con los tuyos, primito.

Shane le retira de la mano el aparato y lo observa. Se da la vuelta y empieza a teclear como loco en el ordenador.

-Vale. Lo tengo.

-¿Ya, tan rápido?- Jack habla por primera vez. Observa desde la puerta toda la escena con los brazos cruzados.

-¿Y quién demonios eres tú para cuestionar mi talento?

-Soy Jack.

-Pues cierra la puta boca Jack.

Esto no va bien. Me acerco a Jack y lo calmo posando la mano en su brazo.

-Estáis jodidos.

- Primo dime algo que no sepamos.

-No me has entendido Matt. Venid a mirar.

Matt se levanta del sofá de golpe, Jack y yo nos acercamos y todos contemplamos la pantalla.

Las caras de los tres son de temor, asombro.

-Estáis realmente jodidos...

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Hola lokitos/as.

¿Qué es lo que ven en la pantalla que los asustó tanto?

Vuestra loka Anti.