Tranquilidad.

Calidez.

Seguridad.

Esos eran sus sentimientos básicos.

No sabía dónde estaba pero la sensación de estar rodeado por algo cálido le era reconfortante.

Sin embargo, algo interrumpió su calma.

No estaba seguro de que se trataba  podía oír sonidos de cosas moviéndose, sonidos de pasos y golpes.

Comenzaba a ponerse nervioso, intentaba moverse o abrir los ojos pero su cuerpo estaba demasiado débil para reaccionar correctamente.

De repente, sintió como algo o alguien se lo llevaba a algún lugar, impulsando aún más su miedo y, poco a poco, comenzó a sentir ganas de gritar y llorar.

--- Tranquilo, tranquilo... No pasa nada ---. Habló una voz apenas entendible pero intuía que intentaba darle algo de seguridad. --- Vamos a estar bien... Vamos a estar bien... ---.

[...]

El erizo azul abrió los ojos de golpe, sobresaltadose un poco debido a la naturaleza del sueño que acababa de tener. No era la primera vez que le pasaba algo similar, pero desde que se mudó a New Yoke, se había vuelto más frecuente.

Una vez superado ese shock inicial, el erizo se dispuso a mirar a su alrededor. Seguía en su departamento, más específicamente, en su habitación.
Al parecer nuevamente se había quedado dormido sobre su escritorio mientras revisaba papeles y, a juzgar por un plato de ramen a medio comer y una lata de refresco vacía, la cena de la noche anterior nuevamente no había funcionado para mantenerlo despierto más allá de las 2:00 a.m.

--- Agh~... Tengo que dejar de comer ese ramen picante ---. Se quejó mientras se sobaba un poco el estómago producto de un leve dolor. --- ... Y de quedarme despierto hasta tarde... Sonic, tú no eras así... ---. Suspiro mientras se levantaba recogiendo el plato y la lata para luego ir a la cocina.

Si, dos semanas en New Yoke, la capital de la tecnología y el "progreso", cambiaran al jóven erizo de pueblo que solía ser.

Este lugar no era como Green Hills, la modesta ciudad dónde creció, más pequeña que New Yoke y menos tecnológicamente dependiente. Si, tenían sus pequeñas empresas de artículos de gaming y pequeñas ligas de competencias entre Meta Runners, pero la gente tenía otros pasatiempo además de los videojuegos como practicar deportes, salidas casuales entre amigos, viajar, etc. Aquí tu interacción social, a menos que pertenecieras a una compañía o fueras un Meta Runner famoso, se limitaba a que tan bueno eras en x juego, si jugabas al juego de moda o los insultos que recibias en los juegos online por haber cometido el imperdonable crimen de haber arruinado las horas de esfuerzo de un desconocido al azar por no saber jugar.

Extrañaba su hogar y quería regresar lo antes posible, pero primero debía terminar la misión por la que vino en primer lugar; Buscar respuestas sobre el paradero de su padre.

Supuestamente, este había muerto hacia unos años atrás, cuando el jóven erizo tenía diez años, debido a un incendio ocurrido en su casa mientras el estaba en la escuela, o eso fue lo que el sheriff del pueblo le dijo luego de que él y su esposa lo acogieron en su casa pero a Sonic nunca lo convenció esa explicación. Su padre era alguien muy querido en la ciudad gracias a su labor como inventor y mecánico, por lo que era raro que algo hubiera provocado un incendio en la casa específicamente mientras él no estaba y no antes, además de que la investigación reveló que no había ningún fallo en la electricidad o el gas que pudiera haber causado el fuego.

Intuía que no fue un accidente pero sus sospechas se confirmaron hacía unos meses atrás, cuando cumplió quince años.

Ese día, sus padres de acogida le entregaron una maleta que su padre le había dejado, una de las pocas cosas que pudieron rescatar de la casa pero que no pudieron darle hasta ese momento debido a instrucciones específicas dejadas por el mismo. En el interior, habían numerosos papeles importantes, incluyendo títulos de bienes y cuentas bancarias a su nombre con mucho efectivo que le dejo como herencia, incluyendo un monto específico dejado a la pareja que lo acogió. Pero lo más importante, al menos para él, fue una carta de su padre, en la que finalmente pudo obtener algunas respuestas.

Cómo suponía, no fue un accidente, su padre provocó el incendio a propósito. No estaba seguro, pero personas de su pasado habían descubierto su paradero e irían tras él, por lo que para evitar que el erizo resultará herido por sus acciones pasadas, tomó la drástica desicion de dejarlo atrás y desaparecer otra vez, dejandole como último mensaje que fuera fuerte y no cometiera los mismos errores que él.

Esa era su razón de estar en New Yoke, averiguar que fue lo que pasó para que su padre tuviera que recurrir a algo tan drástico.

No sabía mucho sobre el antiguo trabajo que su padre tenía aquí, puesto que ambos se mudaron de New Yoke cuando él apenas era un bebé y a su padre nunca le gustó mucho hablar del tema. Lo máximo que pudo sacarle es que antes trabajaba para una de las compañías más importantes de fabricación y reclutamiento de nuevos talentos Meta Runner pero que renunció debido a diferencias creativas y morales con el presidente de aquel entonces, momento en el que decidió mudarse a Green Hills.
Podía entender lo de diferencias creativas pero ¿morales?, ¿qué tan grande podia ser la discusión moral sobre incitar a personas a convertirse robots con tal de ser mejor que XxGamer777xX en el Battle Royal de turno?.

Para él no tenía lógica pero para las empresas podía tener sentido.

En todo caso, había invertido estas dos semanas en revisar todos los papeles que su padre le había dejado con tal de averiguar cuál era la dichosa empresa para la que trabajaba sin mucho éxito, debido a que su padre había cerrado todas sus cuentas e información en New Yoke, por lo que estaba en un callejón sin salida y eso lo estaba volviendo loco.

--- ... Quizás deba tomarme un descanso... ---. Se dijo a si mismo terminando de limpiar el plato que había usado la noche anterior. --- ... No recorrí mucho la ciudad desde que llegué... Tal vez pueda darle una oportunidad, no puede ser tan malo... ---. Reflexionó.

La verdad es que tenía un prejuicio negativo hacia la ciudad por lo que su padre contaba de su experiencia viviendo en ella, pero también era cierto que habían pasado quince años desde la última vez que ambos estuvieron ahí y uno de ellos era demasiado jóven como para siquiera recordar como era el lugar, por lo que esta podría ser una buena oportunidad para ver que tan ciertas eran esas afirmaciones.

Sin saber que esa curiosidad podría volverse en un grave error.