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ᥴhᥲρtᥱr 006 - un beso entre la fiebre

CHAPTER SIX,
a kiss between the fever

nota: este capítulo es bastante largo (3843 palabras) pero vale la pena leer el final :3

pd: el título lo dice todo

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llevé mi mano una vez a mi boca, disfrutando la comida que nos habían dado. arroz con huevo

— disculpe, ¿no tendrá huevo revuelto? — cubrí mi boca con todas mis fuerzas, en serio que Hyun-wook se estaba pasando — el huevo a la inglesa me provoca náuseas, detesto la yema.

el enmascarado simplemente se quedó silencioso, totalmente estático, solo mirándolo al rostro. Dando entender que NO. lo cuál me tenía que tragar toda mi risa atorada en la garganta.

el chico chasqueo la lengua incómodo, mientras soltaba un suspiro, volviendo a nuestro sitio de mala gana con la comida en su mano.

cómo Gi-hun dormía al lado mío, Hyun-wook hizo un trato con él que afortunadamente terminó aceptando, como su cama estaba cerca la de sus amigos, le sugirió cambiar de camas, así ambos salían ganando, él cerca mío y el cerca de sus amigos.

— solo come, quién sabe dentro de cuánto nos darán comida — me quejé, antes de llevarme otro bocado.

— no... — susurró, a la vez que guardaba su pequeño recipiente de comida abajo de su almohada.

rodeé los ojos con gracia, seguí masticando y dejé mi plato a un lado para digerir más fácil, a la vez que veía expectante a la gente, que charlaba y comían entre ellos.

mis ojos se dirigieron a Gi-hun, ya que un pequeño grupo de jugadores se acercaron a él, convenciendolo de que los ayudaran en los próximos juegos, así todos podrían salir ganando, lo cuál era tonto, él mismo dijo que solo había un ganador y eso implicaba que todos murieran.

de repente me había acordado de todo, de porque le pedían ayuda a él.

« — ¡escuchen, yo ya estuve en estos juegos! »

solté un pequeño jadeo, despertando mi interés de inmediato que no podía reprimir.

mi rodilla se empezó a mover ansiosamente sin control alguno, las dudas de acercarme a él o no carcomian mi cabeza.

— ¡ah por cierto! mientras no me acercaba a ti, logré hacer una amiga — avisó el chico con una sonrisa — tiene un piercing igual que yo.

mi mirada seguía centrada en Gi-hun que daba algunas palabras a los jugadores, el jugador 001 también lo había buscado a él

— ¡está ahí! ¡Se-mi!

él podría saber quienes son los que disparan realmente.

me puse de pie, con paso decidido, comenzando a bajar las escaleras. a la vez que escuchaba atrás mío los llamados de Hyun-wook para presentarme a su amiga, la cuál no había visto.

lo que tenía muy claro, es que no se lo diría a ningún enmascarado, era la peor idea de todas.

me quedé pensando en la posibilidad, de que tal vez como todo ser humano, habían cometido un error y se les escapó un jugador como yo, sin embargo, todo aquí estaba fríamente calculado, hasta una maldita muñeca tenía un sensor de movimiento, ¿cómo no equivocarse?

— señor Gi-hun — tragué saliva seguido de eso, una vez que estaba atrás de él, el hombre me provocaba cierta inquietud, era bastante serio e inexpresivo cada vez que lo veías.

¿qué cosas tuvo que pasar para ser así?

el hombre se giró hacia mí, sin embargo no decía nada, solo esperaba que hablara.

— ¿le puedo hacer una pregunta?

— la única manera de ganar el dinero es que todos tengan que morir.

— no es acerca de eso — lo interrumpí de inmediato, con su mirada confundida sobre la mía — en el juego luz roja, luz verde, quiero saber si la muñeca es la que disparaba, o quienes nos disparaban.

— eran personas.

dejé de reaccionar, en un pequeño estado de shock, cuando lo había escuchado con claridad salir de sus labios.

son personas.

me quedé estupefacta que mi rostro lo decía todo, Gi-hun se había dado cuenta. Ladeó la cabeza hacía un lado. Pregunté nuevamente.

— ¿hay una manera de que haya un error... de no matar a un jugador eliminado?

carajo.

mi pregunta lo decía todo.

— ¿haz perdido y no te dispararon?

la lengua se me enredó, que empecé a decir balbuceos inentendibles, tratando de negar lo que decía.

— Y-yo, no, no- no es así, y-yo — ante su mirada expectante, bajé mi cabeza rendida — en realidad, sí. ¿Eso que quiere decir? ¿Se equivocaron? Lo dudo mucho.

— si el soldado no te disparó, es probable...

— ¿es probable qué?

— ...que el soldado te conozca.

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mi mirada clavada en el piso, mientras clavaba mis uñas en mis brazos. en un intento de ahogar mi ansiedad en un profundo mar.

— Se-mi, Yuna. Yuna, Se-mi — escuché la voz de Hyun-wook al lado mío, con una chica de cabello corto y negro, con un piercing en la nariz.

— oh, hola — levanté la mano, sin verla a la cara, pues me encontraba un poco desorientada, mientras escuchaba como me devolvía el saludo.

— ¿estás bien... Yuna? — trató de preguntar la chica, cuando giré la cabeza me topé con ella, tenía una apariencia de ruda y fría, pero su voz era amigable.

— sí... estoy bien — ambos dirigieron su mirada hacía mi rodilla que se movía inquieta — estoy bien, es solo qué...

— ¿es solo qué, Yuna?

Dile.

— Hyun-wook, tengo algo que decirte.

antes de que pudiera escuchar su respuesta, escuché un gruñido cargado de enojo que alguien había lanzado, seguido de dos cuerpos caerse bruscamente al piso, que me hizo girar la cabeza inmediatamente.

Myeong-gi se había lanzado desde su cama hacía Thanos, que justo lo estaba jodiendo en ese momento. Cuando noté su rostro, se había tornado de un rojo intenso.

¿tenía arroz en la cara?

de verdad cuan jodido tenía que ser Thanos como para tirarle su comida a su cara.

miré hacía abajo, tratando de no sentir la culpa, pues de pronto sentí que tenía que ayudarlo.

se la debía.

— están golpeando a tu novio, Yuna. ¿no harás nada?

— ¿es tu novio? — preguntó Se-mi, con sorpresa y emoción. vaya, le gustaba el chisme.

— que no es mi novio por un demonio — volví a quejarme, arrugando las cejas. — además, él ya no quiere hablarme por culpa tuya.

volví a girar mi vista, dando un brinco cada vez que entre Thanos y su amigo le daban un golpe fuerte al estómago de Myeong-gi, quién estaba recostado en el suelo, incapaz de levantarse, cubriendo su cabeza con sus manos.

al verlo tan indefenso, sin recibir ayuda, mi pecho se hundió palpitando de dolor, sintiendo una profunda culpa que se encajaba cuál navaja en mi cabeza.

— ¿¡sabes cuánto dinero perdí por haberte creído, estúpido!? — dio una fuerte patada impulsada con sus fuerzas, que llegó a su estómago, haciéndolo retorcer de dolor, en el suelo.

los recuerdos de aquel día me empezaron a atormentar, el día que me persiguieron los hombres del sr. Cho me derribaron al suelo y me golpearon,bMyeong-gi estuvo ahí.

era la misma situación, él simplemente observaba, igual que yo.

de repente, un hombre ya mayor, el jugado 001 había interferido en la pelea, que parecía tenerlo controlado, pues le había dado un golpe a Thanos que fue tan satisfactorio de verlo.








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NARRADORA OMNIPRESENTE.

la noche ya había caído, felizmente. las luces habían sido apagadas, y cada uno estaba recostado en su cama.

sin embargo, Yuna y Hyun-wook, su amigo, con más de 5 años de amistad, ambos estaban en la misma cama, no lo malinterpreten, cada uno estaba. separados por unos centímetros, sentados con las rodillas a la altura de su pecho, ambos viendo la inminente oscuridad en silencio, con el cerdito lleno de dinero en el techo, que servía como motivación para darlo todo en el próximo juego.

— dijiste que tenías algo que decirme.

Yuna tragó saliva cuando lo había recordado, por alguna extraña razón, esta vez la voz de Hyun-wook se notaba un poco más seria que antes, había roto el hielo.

— algo extraño me está pasando.

— ve al grano.

— alguien que conozco, que tal vez conozcamos, está acá, y lo siento.

— no puedes creer algo que solo lo sientes y ya, Yuna, no funciona así.

— no solo lo siento, lo sé — él giró la cabeza, confundido — escúchame, en el juego luz verde, luz roja, hubo un momento que me moví — el se quedó estático, la miró sin poder creerlo — me moví, Hyun-wook, y la muñeca... me vió, me arrastré delante de ella. Sin embargo — soltó un suspiro — no me disparó. cuando me fui, le pregunté a Gi-hun, y él me dijo que eran personas las que nos disparaban, a cada uno le dan un orden de matar que jugador.

— eso quiere decir... qué rompió las reglas, ¿por ti?

— básicamente, sí.

él frunció los ceños, en completo silencio, dentro de su mente solo estaba pensando en las pequeñas posibilidades, pero llegó a la conclusión...

de que no.

— Yuna, tal vez fue un error.

— no...

— ¿y quién crees que sería? — preguntó con una sonrisa sarcástica, incrédulo — esos soldados tal vez son veteranos entre los militares, y alguien tan cercano a ti como para romper una regla, ¿quién tendría que ser? no hay nadie, ¿mi hermano? ¿tu primo lejano? ¿amigos que ya no vemos hace años? — todas las personas que había mencionado era expertos con el tema de los militares y las armas, pero ninguno tan cercano a Yuna.

¿Ji-ung?

Hyun-wook abrió los ojos como platos, girandose, tratando de que Yuna no haya visto su expresión a tal punto de desorbitar sus ojos.

¿no te enteraste? Ji-ung murió hace meses.

en el corazón destrozado de la pelinegra, no había quedado nada al escuchar tal noticia, sintió una punzada que se hundía al pecho, impidiéndole respirar bien, mientras se llevaba las manos a la boca, reprimiendo un grito ahogado.

hace un poco más de tres años, existía un círculo de cuatro amigos inseparables, Hyun-wook, Yuna, Jeong y Ji-ung. A este punto después de mucho tiempo, solo dos seguían manteniendo contacto y otros dos estaban desaparecidos, sin ser vistos hace tres años.

— no puede ser.

— su madre me contó cuando la ví en el mercado, los militares fueron a su puerta para darle las condolencias, preguntó por Jeong, pero él al parecer se había alejado de todos.

— ¿por qué sabes todo esto?

— Yuna, las únicas veces que nos hemos visto los últimos años, fue por las peleas de gallos que había en mi casa — empezó a contar, mientras miraba al frente — venías y me amenazabas para que te dijera el gallo que tenía más posibilidad de ganar para que pudieras ganar la apuesta. Esta es la primera vez que tenemos una conversación que no tenga que ver con que quieras dinero.

cuando dejó de hablar, la chica se había quedado en completo silencio, reflexionando, sabiendo que había sido muy cruel de haber usado su amistad con él para que pudiera ganar las apuestas.

— lo siento mucho... — dijo, mientras sorbia su nariz.

la pelinegra deslizó su cabeza hasta llegar a su hombro, ambos en la imterperie a la luz de la luna, en su soledad.

— ¿y... qué dices de Jeong? ¿podría ser él?

— no, para nada, Jeong no es esa clase de persona que acepta prestar su habilidad en las armas para este lugar psicótico — Yuna soltó una pequeña risa — jamás andaría ahí con un traje rosa, te lo aseguro.

— hablando de Jeong, estaba pensando que cuando salgamos de aquí con el dinero, quisiera ver cómo está... Reencontrarnos, si es que el destino lo acepta, podemos volve-

el chico al saber inmediatamente lo que se estaba refiriendo, dió un brinco repentino, haciendo levantar la cabeza de la chica rápidamente— NO — su respuesta inmediata, llena de determinación, la había confundido bastante — no te recomiendo que hagas eso.

— ¿por qué?

— pasaron tres años, pronto van a hacer cuatro años. Yuna, CUATRO AÑOS — le dejó en claro en un tono más fuerte — si él hubiera querido verte, ya lo hubiera hecho. Ji-ung murió, todos dijeron que le afectó bastante, por eso se alejó completamente e hizo otra vida — sus ojos de la chica comenzaron a cristalizarse, con un brillo apagado en ellos — si lo ves de nuevo, es muy probable que él ya esté con otra chi-

— No — habló de inmediato, luchando para que las lágrimas no salieran — no te atrevas a decir esa mierda.

dentro de ella, se había dado cuenta que no, las probabilidades de que hubieran un enmascarado que la conocieraz eran bastante bajas.

lo tomó por sorpresa su voz determinante y gruesa al haber soltado una grosería, cuando volteó, lo estaba fulminando con una mirada asesina, y unas gotas de sudor se deslizaban por su frente.

acercó su mano lentamente a su mejilla.

tenía mucha fiebre.

— por Dios, estás hirviendo. ¿qué hiciste?

la chica se había puesto a pensar, después de que golpearon a Myeong-gi, debido a su ansiedad sentía el cuerpo muy acalorado como si estuviera en un espacio cerrado, agarró su recipiente vacío de comida, fue al baño y se mojó toda la cara y gran parte del cuello, tomando un poco de esta, sabiendo que cuando tomaba agua cruda el estómago le empezaba a doler y una fiebre grave se hacía presente en su cuerpo.

cuando se lo dijo, el chico puso sus dedos entre el puente de su nariz, como si estuviera luchando con una migraña.

— ¿estás loca o qué? ¿cómo puedes tomar agua cruda? sabes muy bien que te hace mal.

en el mundo de Yuna, solo escuchaba la voz de Hyun-wook bastante lejana y borrosa, la verdad es que, el único motivo por la que estaba aquí, era por su madre, la cruda realidad había tocado su puerta, el hecho de que Jeong había comenzado una nueva vida lejos de ella, la hizo sentir tan idiota y pequeña esperándolo, ella no debía quedarse atrás, en su mente había jurado que podía hacer lo mismo, superarlo.

y olvidarse completamente de él.

el chico seguía reprendiendola, pero ella ya no le importaba nada en ese momento, la realidad le dió una bofetada para que reaccionara de una vez.

ahora debía enmendar los errores de su pasado, y solo contar con la gente que estaba con ella actualmente, no con personas del pasado que no se empeñaron en averiguar cómo estaba.

— ¿a dónde vas? — se escuchó la pregunta de Hyun-wook al ver cómo la chica, algo perdida, se ponía de pie, con un poco de dolor, cualquier contacto con la superficie le ardía la planta del pie como un olla hirviendo.

y una tortura en su estómago empezó a adueñarse.

caminó a pasos tranquilos, descalza, sintió que sus piernas ahora la mandaban a ella, dirigiendola a un lugar en específico, que en su mente, también lo estaba pensando.

se detenio lentamente, cuando una bocanada de inseguridad arribó su mente, indecisa de acercarse más.

pero al soltar un largo suspiro, se decidió que desde ahora, ya no iba a dudar de sus acciones, tenía que acatarlas, así que siguió adelante.

tragó saliva una vez que ya estaba enfrente de la cama de Myeong-gi, el chico dormía mientras ponía ambas manos en su abdomen, lo cuál a ella la hizo sentir mal, saber que no pudo hacer nada en ese momento.

la chica parecía tambalearse un poco, incapaz del equilibrio, la fiebre corporal presente la hacía sentir mal, que trataba de ignorarlo.

— M-myeong-gi — soltó un susurro apenas audible, sus ojos se obligaban a cerrar y su dolor la obligaba a retorcerse, sin embargo, resistió para seguir de pie — M-myeong-gi.

unas lágrimas amargas habían comenzando a salir debido al dolor, su vista se tornó borrosa debido a que sus largas pestañas habían hecho contacto con sus lágrimas.

el chico recostado, se movió al oír su nombre, confundido. Cuando abrió sus ojos, dió un brinco, levantando su torso rápidamente al ver a la chica frente a él, su rostro denotaba sorpresa.

antes de que pudiera preguntar, la chica ya había hablado — perdón — susurró temblorosa, bajando la mirada — no pude ayudarte cuando te golpearon.

— ¿estás llorando? — preguntó preocupado, mientras hacía un lado su cobija, sentándose en la cama. — ¿por qué?

— me duele mucho el estómago — rodeó ambos brazos sobre su estómago, apretando sus ojos con fuerza

— siéntate.

la chica obedeció, comenzando a caminar hacia él, sentándose a su lado lentamente.

en un pequeño momento de incomodidad, el chico desvío su mirada, lanzando un bostezo con los ojos somnolientos, sin saber que decir.

Yuna alzó la mirada, tenía un grave moretón al lado de su rostro, y su cabello estaba completamente despeinado, en medio de la oscuridad, sus ojos denotaban un brillo particular cuando estaban enfocados en él.

— perdón, debí ayudarte.

— no tenías — negó con la cabeza, posando su mano en su nuca — siempre puedes ayudarme de otra manera.

— ¿cómo que?

— no sé, curarme las heridas.

ella asintió con la cabeza.

— puedo hacerlo ahora.

el chico la miró con los ojos desorbitados, a nada de atragantarse con su propia saliva, negando con la cabeza frenéticamente.

— no creo que sea el momento, me tengo que sacar la camiseta y no sé si sea apropiado acá — señaló a los alrededores con su mirada, sabiendo ambos que habían personas que dormían. Él giró su vista para verla, pues se sentía demasiado avergonzado mirarla directamente al rostro, cuando observó su rostro, había perdido el color de sus mejillas y gotas de sudor se deslizaban por su frente.

— e-estás con fiebre.

la chica asintió — me siento muy mal — apretó más sus brazos contra su estómago, definitivamente haber tomado agua cruda en demasía había sido una mala idea. — apenas me mantengo de pie.

— sería mejor que te recuestes en mi cama un rato, hasta que te mejores un poco — sugirió el chico, palpando un lugar de su cama, haciéndose a un lado.

— no quiero molestar.

— no molestas para nada, de hecho, me siento bien de que hayas venido.

al escuchar tal palabras, la chica alzó la mirada, hicieron contacto visual por unos segundos, desviandolo a los segundos, temiendo lo que pasaría lo que ella pensaba que pasaría si seguía manteniendo contacto visual por más segundos.

ella, un poco desconfiada, se recostó casi al borde de la cama como una piedra, como siempre lo hacía en camas ajenas.

el chico suspiró y se recostó, junto a ella, tratando de no tocarla ni incomodarla. viendo el techo.

— no me dijiste que tenías novio.

— ¿hablas de Hyun-wook? no es mi novio, es un mejor amigo, estábamos peleando pero tampoco tengo novio.

— te veías muy graciosa cuando le intentabas ahorcar — soltó un fuerte carcajada, a lo que ella se tapó la cara de la vergüenza seguido de una risa.

— me estabas mirando mal.

— perdón, no sé que me pasó — esta vez se giró hacía ella, ahora ya no miraba el techo si no a ella

Yuna también había hecho lo mismo.

— ¿por qué?

Myeong-gi se había puesto a pensar porque se había enojado, tenía que admitir, que el hecho de que Yuna no le dijo que tenía novio, la vió como una chica infiel, pero al saber que no, le alivió de cierto modo.

o tal vez se había puesto celoso y no lo quería admitir.

el chico la miró fijamente, sin saber que decir, le había atrapado en el momento. Inconscientemente, sus ojos brillaron cuando se dirigieron abajo, que comteplaban sus labios suaves de un tierno color rosado

— y-yo — antes de que siguiera hablando, la chica se acercó a él y posó sus labios sobre los suyos.

Yuna al principio estaba confundida por su propia acción, pero no podía negar que la sensación le gustaba realmente, y mucho.

Myeong-gi frunció los ceños, sin entender porque movía sus labios al compás con los de ella, no podía entender cómo no había optado por alejarla suavemente y decirle que esto estaba mal.

no podía realmente, estaba hechizado.

el beso había subido de intensidad, cuando se separaron un momento, relamio sus labios y la tomó por el cuello para acercarla más a él.

Yuna soltó un jadeo, asustada por ser incapaz de detenerse. Para ella se sentía jodidamente bien.

Myeong-gi reunió valor suficiente, que cuando se separaron un momento, soltó un largo suspiro, poniendo sus dedos en el puente de su nariz.

— espera... no

fue el momento que reflexionó sobre lo que estaban haciendo, así que se detuvo, soltando un suspiro profundo, levantándose.

— ¿no... no qué?

— esto está mal Yuna, yo no te conozco bien.

sus palabras le cayeron como un balde de agua fría en la espalda, siendo arrastrada de el mundo de la ilusión y devuelta a la realidad.

— apenas sabemos nuestras edades y deudas, jamás había besado a alguien con la que conociera tan poco — intentó explicar entre balbuceos, sintiéndose sumamente mal al tener la mirada triste y desilusionada de la chica sobre él — perdóname.

— ¿hice algo malo?

— no, no, n-no es eso. Déjame explicarte...

— ¿no soy lo suficientemente linda?

negó con la cabeza frenéticamente — no tiene nada que ver, eres muy linda. Solo qué... creí haberte explicado, me gustas pero... la verdad es que no sé absolutamente nada de ti, no me siento bien haciendo esto.

la chica bajó su mirada al piso, sintiendo de repente que todo era su culpa, jugó con sus dedos, ahora sintiéndose insegura.

— será mejor que vayas a tu cama, pareces haberte mejorado un poco.

la estaba botando de su cama, sí, pero en palabras más amables.

con sus mechones cubriendo su rostro, sorbió su nariz, a lo que Myeong-gi la miró rápidamente, sintiendo una profunda culpa que se encajaba cuál navaja en su pecho.

— no, no llores- — la intentó tocar pero ella se puso de pie con rapidez, comenzando a caminar hacía su cama a grandes pasos.

Myeong-gi la vió irse con decepción, haciéndolo suspirar profundamente, poniendo ambos codos sobre sus rodillas pasando sus dedos por su cabello de forma inquietante, lamentándose por lo que había hecho, y ahora regañandose a si mismo por haber actuado como un idiota.

apretó sus puños durante unos segundos, luchando con contener sus impulsos, pues fue inútil, ya que se rindió, se levantó rápidamente de su cama a paso veloz, y dando grandes zancadas, dirigiéndose a la cama de Yuna, ya decidido.

a lo lejos, notó a la chica sentada en su cama, pasando sus dedos sobre sus ojos para limpiar sus lágrimas.

cuando la chica levantó la vista, frunció sus ceños.

— M-myeon- — susurró.

no pudo terminar de decir su nombre, pues había sido interrumpida cuando Myeong-gi llegó a ella, sin decir absolutamente nada, la tomó por el cuello y la atrajo hacía él para estampar sus labios con las de ella de forma intensa, recostandola en su cama delicadamente.

a pesar de que perdieron el control al tenerse al uno al otro, eran bastante cuidadosos con respecto a hacer bulla, Yuna no le importó absolutamente nada, en silencio sus brazos rodearon su cuello del chico, sintiendo la sensación de sus labios sobre los de él.

dentro de ella se estaba volviendo loca, tratando cuidadosamente que esto no llegara a más, y sin despertar a nadie, cosa que lograron con éxito rotundo.

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