— ¡Lo siento! —exclamaron al unísono mientras se inclinaban para recoger sus respectivos móviles.

Cuando sus miradas se cruzaron, Chanyeol puede jurar que su corazón se detuvo.

Baekhyun, por su lado, jadeó ante la imponente altura de Chanyeol, teniendo que elevar un poco su cabeza para mirarle el rostro.

Un zoológico golpeó el estómago de ambos, pero Baekhyun frunció el ceño y alejó todas esas extrañas sensaciones.

No hombres y punto; se recordó.

—Lo siento, de verdad —retrocediendo con pasos indecisos, puso más distancia entre ellos, sintiendo la necesidad de correr antes de volver a caer ante la brillosa e hipnotizante mirada que tenía el otro—. M-me tengo que ir.

Y no esperó a que Chanyeol replicara, simplemente se dio media vuelta y corrió lejos.

—Ay diosito, mi crush me tocó.

Sin embargo, el de orejas grandes estaba demasiado consternado con el casi nulo contacto con su amor platónico que siquiera notó el casi imperceptible sonrojo impregnado en las mejillas del más bajo segundos antes.