˚.🍮ᵎᵎ Capítulo O7
꒰ Besos y apodos ꒱
¡ O7 !
—Lo sé, lo sé —recalcó Yoongi, recargando un brazo en la caja registradora—. He perdido mi maldita cabeza, apenas lo conozco y lo llamé alfa —siguió contando, el pitido de otras cajas interrumpiendo un poco—. No me arrepiento tanto la verdad.
Yoongi ya llevaba más de media hora contando su historia.
—Lo siento, señor —habló el beta—, pero yo sólo soy el cajero.
Yoongi bufó, rodando sus ojos. —¿Y qué Kangwon...? —dijo Yoongi leyendo el nombre del beta en su gafete—. De todos modos ya me voy —terminó de decir Yoongi—. Sí llevaré la barra de chocolate.
Yoongi se había ofrecido hace unas horas en hacer la despensa por Seokjin, insistiendo en que necesitaba despegar su mente e ir al supermercado lo iba a mantener ocupado.
Tomó las bolsas de supermercado en manos y se despidió de su nuevo amigo Juwon, tomó la barra de chocolate y la devoró, embarrándose de chocolate en el proceso.
Hace unos instantes, la crisis emocional de Yoongi había comenzado, poniendo en duda todo lo que había pasado hace unas semanas.
Jimin era genial, Yoongi lo tenía en claro, era detallista y se preocupaba por él, pero tenía miedo, no podían culparlo.
Años atrás habían tomado su confianza y la habían destrozado en su cara, realmente nadie podía culparlo por desconfiar aunque sea un poco y más porque ahora no sólo se trataba de él, ahora en el paquete se encontraba su hijo.
Claro que quería una historia de amor, pero no quería bajar su guardia y dejar caer sus paredes.
Caminó a casa de Seokjin, estaba a unas cuantas cuadras.
Colocó sus auriculares y comenzó a caminar, dramatizando un poco su situación, cantando a todo pulmón, sintiéndose un poco como en una de esas películas.
Cualquiera que lo viera pensaría que estaba loco, su cara aún con restos de chocolate, cargando bolsas de súper, mientras cantaba a todo pulmón y hacía un pequeño baile, dando pasos hacia atrás y hacia adelante de vez en vez.
El coro de la canción ya estaba llegándole al corazón cuando...
—Papi —habló el pequeño—, ¿qué estás haciendo? —interrumpió Jongwoo jalando un extremo de su pantalón.
Yoongi se detuvo, observó a su hijo quien lo miraba con ojos expectantes, tomado de la mano de Seokjin, quien se encontraba mirándolo confundido.
Yoongi desconectó rápidamente sus audífonos, recomponiendo su postura.
—Dios, Yoongi... —habló Seokjin—. Te tardaste como tres horas en hacer el súper, creí que te había pasado algo.
—Lo siento —habló Yoongi esta vez tomando la mano de su hijo—. Es culpa de Kangwon...
—¿Quién rayos es Kangwon, Yoongi? —preguntó Seokjin, mirándolo como si estuviera loco.
Yoongi estaba a punto de contestar cuando el pitido de su móvil lo interrumpió.
Jimin
¿Quisieras salir conmigo mañana?
Tal vez Jimin era justo lo que necesitaba.
Yoongi ajustó su camisa de flores en su cuerpo, sus jeans y zapatos perfectamente acomodados y limpios.
No pudo evitar ver a través del espejo el pequeño puchero que Jongwoo formaba.
—¿Pasó algo, bebé? —preguntó Yoongi, volteando a ver a su pequeño hijo, el cual sostenía su juguete en su pecho—. ¿Por qué veo pucheros mi niño precioso?
—¿Papi se va? —preguntó Jongwoo, una pequeña lágrima escurriendo por sus ojitos.
—Oh, bebé —habló Yoongi, tomando a su hijo en brazos—. Papi saldrá con Jimin, bebé, ¿recuerdas?
—Papi hermoso —contestó el niño recostando su cabeza en el hombro de Yoongi.
—¿Eso crees, bebé? —preguntó Yoongi pasando su mano por el cabello de Jongwoo—. Volveré en unas horas, mi amor, yo nunca te dejaría, verás películas con Seokjin.
—Amo a papi —susurró Jongwoo observando a su padre—. ¿Papi bien?
—Papi estará bien, bebé, ¿sí? —Yoongi colocó a Jongwoo en la cama, aún este con un prominente puchero.
Jongwoo estaba un poco afectado, la mayor parte del tiempo estaba con Yoongi, y cuando no lo estaba era sólo por unas cuantas horas.
Yoongi acomodó a Jongwoo en la cama, colocando una manta encima de su cuerpo.
El niño se recostó en la cama, aún abrazando su juguete y observando a su padre ajustar su camisa una vez más.
Yoongi se acercó y besó su cien una vez.
—Duerme, mi amor —susurró Yoongi, notando los ojitos cansados del niño—. Papi volverá en unas horas.
Yoongi tapó al niño una vez más y salió de la habitación, esperando a que Seokjin llegara.
Jimin tomó la mano del omega en la suya, cruzando sus dedos juntos, de vez en vez dando ligeros apretones.
Ese era el único problema que tenía Jimin, quería llevar al omega al cine, sólo Yoongi y él, pero la gente de repente los observaba o daba miradas, estas siendo obvias y un poco molestas.
Estaban formados en la fila para comprar boletos y Jimin estaba seguro de que había escuchado clicks de cámaras doce veces ya.
El omega podía notar la tensión que el alfa emanaba, sintiendo la incomodidad de este.
Yoongi volteó a verlo, dejando que el alfa aún sostuviera su mano.
—¿Por qué estás tenso, Jimin? —preguntó el omega, dando una cara inocente.
Jimin suspiró, atrayendo al omega un poco más cerca. —Lamento esto —susurró el alfa.
—¿Qué es lo que lamentas? —habló Yoongi mordiendo su labio un poco nervioso por la cercanía.
—Todos nos observan, y apuesto a que has escuchado las cámaras —habló el alfa dando un apretón en la mano del omega.
—Pues yo me la estoy pasando de maravilla —dijo Yoongi sonriendo, mostrando sus hoyuelos—. Yo estoy bien.
Jimin estiró su mano para colocarla en la mejilla del omega, Yoongi inmediatamente cerrando los ojos ante el contacto, acercó su cara, plantando un beso en la mejilla del omega.
—Me alegra escuchar eso, omega.
Yoongi sonrío ante eso, acercándose con duda en su rostro, pasando sus brazos alrededor del cuello del alfa, abrazándolo.
Jimin envolvió sus manos en la cintura del omega, respirando el dulce aroma de este.
Compraron palomitas y refrescos, adentrándose a la sala del cine, medianamente llena, algo que Jimin agradeció mentalmente.
Ambos se sentaron en sus asientos respectivos, Jimin aún negligente en querer soltar la mano de Yoongi.
Jimin volteó a verlo, asegurándose de que el omega estuviera tontamente cómodo con su cercanía.
El omega respondió a ese gesto apretando sus manos juntas, asegurándole al alfa de que estaba totalmente cómodo y se sentía bien.
Cuando salieron del cine, ya era bastante tarde y la luna estaba brillando bajo ellos.
El auto de Jimin ya se encontraba aparcado en frente de la casa de Yoongi.
Jimin recostado en su auto, con el omega entre sus brazos, recargando su cabeza en su hombro.
—Creo que es hora de que entre —habló el omega, respirando una vez más el aroma del alfa.
—Lo sé —susurró Jimin aún sosteniéndolo.
Yoongi se separó lentamente del alfa, sonriendo cuando lo tuvo frente a él, se acercó a besar su mejilla una vez más, antes de entrar a su casa.
Jimin de verdad que no se pudo resistir cuando jaló al omega de la cintura, plantando un beso en sus labios.
Yoongi no reaccionó al instante, dejando que Jimin moviera sus labios contra los suyos, cuando el omega estuvo consiente de la situación, contestó inmediatamente el beso.
Sintiendo a su omega alborotarse dentro de él.
Jimin se separó lentamente, plantando un último beso.
—Creo que ahora sí debo entrar, alfa —habló el omega riendo.
Ambos se despidieron una vez más agitando sus manos desde lejos.
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