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˚.🍮ᵎᵎ Capítulo O2

—¿Crees que llame? —preguntó Jimin hacia su amigo—. Realmente me haría feliz que lo hiciera —Jimin sonrió mientras recordaba esos pequeños ojos.

—Verás que lo hará —respondió Taehyung, mirándolo aburrido alzando la vista de su revista—. A decir verdad es bastante lindo.

—¿Verdad que sí? —dijo Jimin observando la foto de él y el lindo omega en su teléfono.

—Ahora, deja de parecer un desesperado y deja de ver esa imagen, por Dios, Jimin —su amigo suspiró volviendo a poner atención a su revista.

—Su nombre es Yoongi y su pequeño hijo se llama Jongwoo —comentó Jimin por milésima vez.

—Jimin, eso ya me lo dijiste —Taehyung volvió a decir por segunda vez en el día—. Además, ¿no te preocupa que tenga alfa, Jimin?

Jimin se puso serio de repente.

—Yo no vi ninguna marca en su cuello —dijo Jimin cruzándose de brazos, formando un pequeño puchero—, además, ¿quién dice que tengo otras intenciones? —terminó de decir Jimin frunciendo el ceño.

—Bueno, a juzgar que pareces un desesperado hablando de él todo el tiempo... —dijo Taehyung—, a mí me parece que no tienes intenciones de sólo jugar videojuegos con él —Taehyung se rió con eso último.

—Basta —renegó Jimin, dejándose tirar a lado de su amigo—. ¿Crees que tenga alfa? —volvió a hablar Jimin.

—Bien, ya me estás asustando —comentó Taehyung dejando su revista en la mesa—. ¿Qué lo hace tan especial para que no puedas dejar de hablar de él?

—No lo sé —suspiró Jimin—. Le di mi número a un extraño, Taehyung.

—Lo sé —Taehyung rodó los ojos—. ¿Qué tal si se lo vende a alguna fan y se hace millonario con el dinero? —comentó Taehyung de repente.

—No creo que sepa quién soy —contestó Jimin recargando su espalda en el sillón—, eso lo hace aún mejor —comentó Jimin con ojos de esperanza—. Hubieras visto su rostro, su cara estaba llena de agradecimiento.

Taehyung guardó silencio y continuó leyendo su revista, observando a las pequeñas hermanas de su amigo jugar en el jardín.

Jimin se levantó y se dirigió hacia el jardín sentándose en una de las sillas plegables observando el cielo.

«Ojalá llame», pensó Jimin.

—¡Dámelo ahora, Seokjin! —gritó Yoongi rodeando el sillón—. ¡Esto es mi asunto, no tuyo!

—Prometiste llamarlo —contestó Seokjin rodeando el sillón por el otro lado—. Si tú no lo haces yo lo haré.

—Seokjin, en serio —dijo Yoongi estirando su mano.

—¡Seokjin, dáselo a papi ahora! —gritó Jongwoo imitando a su padre, estirando su pequeña mano, mientras sostenía su auto rojo en la otra.

—¡Jongwoo, deberías de estar de mi lado en esto! —gritó Seokjin ofendido, sosteniendo su mano en su pecho y con la otra el teléfono de Yoongi con el número del alfa agendado.

Yoongi y Seokjin estaban decididos a llamar hace unos segundos, hasta que Yoongi se arrepintió y salió corriendo con el teléfono, pero Seokjin logró arrebatárselo.

—¿Qué puedes perder, Yoongi? —preguntó Seokjin alzando el teléfono en el aire.

—Sólo dámelo ahora —contestó Yoongi corriendo hacia Seokjin.

De repente Yoongi derribó a Seokjin en el suelo provocando que accidentalmente Seokjin apretara el botón de marcar.

El teléfono comenzó a sonar.

—Te odio —dijo Yoongi sosteniendo el teléfono.

—No lo haces —contestó Seokjin riendo.

—¡A la mierda tratar a la gente con amabilidad! —gritó Yoongi, sentándose en el sillón—. Te mato después de esto, Jongwoo tú no escuchaste nada, mi amor.

—¿Hola? —preguntó alguien a través de la línea.

—Hola —contestó Yoongi bajito—, ¿con quién estoy hablando?

—Soy Jimin, Park Jimin. ¿Tú quién eres? —preguntó el alfa.

—Soy Yoongi —contestó el omega, sus mejillas sonrojándose en el proceso—. Tú le diste un lindo auto a mi hijo.

—Oh Dios... —susurró Jimin, sintiendo su corazón agitarse—. Hola Yoongi, creí que no llamarías —dijo Jimin sonriendo, dándose un golpe mental por lo último.

—Yo lo siento... —contestó el omega comenzando a jugar con el borde de un cojín—, he estado un poco ocupado —dijo—. Aún estoy agradecido por lo que hiciste por mí, Jongwoo no ha soltado el auto en ningún momento.

—Y yo aún estoy feliz de haber ayudado —sonrío Jimin—. ¿Sabes? Yo... —comenzó a decir Jimin—, yo te entregué mi número porque me gustaría volver a verte, Yoongi.

Yoongi se quedó un poco atónito por unos segundos hasta que Seokjin le aventó un cojín.

Yoongi sacudió su cabeza y contestó. —Perdón, ¿qué decías?

—Que me gustaría volver a verte —contestó el alfa rezando para que el omega dijera lo mismo.

—Oh... —susurró Yoongi en la línea—, uhm, podríamos volver a vernos, eso estaría bien —su voz temblando un poco.

—Excelente —Jimin volvió a sonreír, sintiendo a su alfa interior agitarse. ¿Qué le pasaba?

—Yo, uhm, podría invitarte a venir a mi casa... —trató de decir el omega—. O podríamos salir a algún lugar... —Yoongi comenzó a preocuparse ya que aún tenía que pagar la renta y no podía darse el lujo de ir a comer a algún restaurante.

Jimin lo pensó por unos segundos y decidió que tal vez sería mejor idea ir a visitar la casa del omega, así nadie los interrumpiría.

—Me parece buena idea ir a tu casa —contestó Jimin—. Mañana estaría bien para mí, Yoongi, ¿qué te parece?

—De acuerdo, sí —dijo Yoongi asintiendo—. ¿Te parece si te mando la dirección por mensaje?

—De acuerdo —dijo Jimin—. Nos vemos mañana, Yoongi.

Yoongi terminó la llamada y escondió su rostro en el cojín.

—Cuéntame todo ahora mismo —habló Seokjin sentándose a lado de Yoongi.

—Él dijo que quiere verme —dijo Yoongi con su cara aún enterrada en el cojín—. Lo invité a cenar a mi casa.

—¡Te dije que le gustabas! —gritó Seokjin.

Yoongi le aventó el cojín a la cara.

—Yo no debí invitarlo a mi casa —comenzó a decir Yoongi, lloriqueando—. Apenas y tengo pan en la alacena, sólo tengo galletas y leche —terminó de decir Yoongi con un puchero en sus labios.

—Tranquilo, Yoongi —contestó Seokjin sobando su espalda—. Yo te ayudaré.

—Ni siquiera sé cocinar muy bien —continuó diciendo Yoongi—, ¿y si lo enveneno por accidente?, es famoso.

—Tú no envenenarás a nadie —contestó Seokjin—, e iremos de compras y prepararás algo rico para cenar.

Yoongi restregó sus ojos con sus manos y tomó a Jongwoo.

—¿Qué te gustaría cenar, bebé? —preguntó Yoongi, sentando a Jongwoo en sus piernas.

—Lo que papi quiera cenar está bien —contestó Jongwoo, tomando su auto.

—Mi bebé precioso —susurró Yoongi besando la cabeza de Jongwoo—, eres lo mejor de mi vida.

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