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˚.🍮ᵎᵎ Capítulo 11

꒰ Arrepentimiento y lágrimas ꒱
¡ 11 !

El celo de Yoongi duró tres días aproximadamente.

Jongwoo ya estaba con él y Jimin había quedado en ir a su casa esta tarde, la hora acordada se acercaba y Yoongi aún tenía el pijama puesto.

Algunas lágrimas escurrían por sus ojos, estas siendo limpiadas inmediatamente, tratando de que sus ojos no se hincharan tanto, Jongwoo se preocuparía si lo veía con los ojos hinchados.

En estos momentos Yoongi agradecía que aún era un poco temprano y la noche pasada había visto una película con Jongwoo hasta un poco tarde y este aún dormía.

Recargado en el refrigerador, con un vaso de leche y sintiéndose completamente miserable.

Después de su celo, casi siempre se volvía extremadamente sentimental y honestamente aún tenía toda sus sensibilidad a flor de piel.

Se sentía un poco miserable mientras daba pequeños tragos a su vaso, repitiéndose lo estúpido que era.

Le había rogado a Jimin como un ofrecido y se sentía mal por eso, su confusión se estaba apoderando de él y tenía miedo de perder a Jimin.

Se sentía vulnerable y confundido, ni siquiera sabía lo que tenía con Jimin, y Yoongi le había rogado que pasara su celo con él, Yoongi no podía dejar de repetirse lo desconsiderado e irresponsable que según él había sido.

Terminó su vaso de leche, dejándolo en el lava trastes, el nudo en su garganta se sentía como si le cortara la respiración, honestamente una de las peores sensaciones.

Se sentó en la silla del comedor, creando diferentes escenarios dolorosos en su cabeza.

Se quedo ahí sentado por unos veinte minutos, mirando al vacío y desenfocando su vista.

Ni siquiera había escuchado cuando habían tocado el timbre la primera vez.

La segunda vez que tocaron, el timbre logró sacar a Yoongi de su trance.

Limpió la lagrima que aún escurría por sus sonrojadas mejillas, su labio ya rojo de tanto morderlo.

Se paró de la silla, sus pies descalzos arrastrándolos por el suelo y su cuerpo dando pequeños espasmos de tanto llorar.

Abrió la puerta, ni siquiera esforzándose en mirar primero.

Jimin estaba parado ahí, un ramo de girasoles mezclado con algunas rosas estaba en sus brazos, estaba totalmente hermoso a los ojos de Yoongi, su saco perfectamente en su cuerpo.

Los ojos de Yoongi se aguaron otra vez, las lágrimas nublando su vista.

El alfa se alarmó inmediatamente. —Oh no, no , no ¿qué pasa, bebé? —habló Jimin entrando a la casa inmediatamente, guiando a Yoongi hacia la cocina.

Dejó el ramo encima de la mesa, acudiendo inmediatamente a su omega.

Yoongi se apegó a su cuerpo como un imán cuando Jimin lo tomó del brazo, escondió su cabeza en el hueco del cuello del castaño.

—¿Por qué lloras, cariño? —preguntó Jimin cuidadosamente, oliendo la tristeza en el aire, el sentimiento de vulnerabilidad plasmado en su pecho.

Jimin subía y bajaba su mano por la espalda del omega, acercándolo más y sintiéndose posesivo al no saber el porqué del llanto de Yoongi.

El pelinegro siguió sollozando silenciosamente en el cuello del alfa, el cual ya tenía el saco mojado por las lágrimas.

—Omega, necesito que me digas por qué estás triste, estoy empezando a preocuparme, cariño —susurró Jimin mientras plasmaba un beso en su cabello..

—L-Lo siento, alfa —habló Yoongi, separándose de Jimin y recargándose en el refrigerador.

—¿Por qué lo sientes, omega? —preguntó Jimin desconcertado.

—Y-Yo... —lágrimas aún en sus ojos, amenazando con caer—, yo siento haberte rogado, siento haberme comportado de esa manera, s-sé que no soy tu ome-... —no terminó Yoongi de decir cuando Jimin lo había juntado hacia él otra vez.

—Eres mi omega —dijo Jimin firmemente, su alfa reclamado a Yoongi inmediatamente.

—Y tú eres mi alfa —contestó el pelinegro, buscando confort en los brazos de Jimin.

—Escúchame bien, Yoongi... —comenzó el alfa, su brazo alrededor de su cadera y su mano encargándose de alzar su mentón—. Eres mi omega y... —empezó a hablar Jimin dejando un beso en su frente y bajando lentamente, pasando por sus párpados y bajando hacia sus mejillas, logrando sacar suspiros de los labios del omega, la vulnerabilidad y sensibilidad se podía sentir a kilómetros, ambos disfrutando el momento.

Jimin bajó de sus mejillas hasta su cuello. —Y algún día habrá una hermosa marca en este cuello, si tú deseas lo mismo, omega —terminó de decir Jimin besando una última vez su cuello.

—Alfa... —susurró Yoongi, derramando una lágrima de felicidad esta vez.

—Mío —habló el alfa jalando al omega por la cintura, ambos no notando la presencia de un tercero.

Jongwoo tenía un puchero en sus labios. —No es cierto —se acercó con pasos decididos, sus pantuflas de gatitos encendiéndose con cada paso que daba.

Jimin soltó la cintura del omega, preparado ya para lo que venía, secretamente sonriendo.

—Papi es mío —habló Jongwoo agarrando la pierna de Yoongi.—. Pero Jimin hace feliz a papi entonces comparto un poco a papi.

—Me alegra escuchar eso —Jimin sonrío—, por que yo los quiero a ambos.

Yoongi estaba ya derretido de la ternura, alzando a Jongwoo en brazos.

Jongwoo se separó un poco de Yoongi, pidiendo ser cargado por Jimin. —Te extrañé, Minnie.

Después de la escena que hizo que el corazón de Yoongi estallara, había decidido ir a cambiarse a algo más presentable, Jimin insistiendo en que no era necesario.

Volvió a la cocina donde Jimin esperaba mientras observaba su teléfono.

—Siempre eres tan hermoso —dijo Jimin bajando el teléfono y acercándose al omega.

—Basta, alfa —contestó Yoongi sonriendo.

—Nunca dejaré de repetirte lo hermoso que eres.

De verdad que esto era lo que Jimin buscaba por ya un largo tiempo.

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