˚.🍮ᵎᵎ Capítulo O5
Claro que las piernas de Yoongi temblaron al instante. El timbre había sonado hace cinco segundos y todo su ser había comenzado a temblar.
Volteó a ver a Jongwoo una vez más, observando a este en una total paz, durmiendo con la boca entreabierta.
Yoongi secó sus manos sudorosas en su pantalón y se dispuso a abrir la puerta.
Volteó a ver la mesa una última vez, observando que todo estuviera en su lugar, acomodó su cabello a un lado y caminó hacia la puerta.
Cerró los ojos con fuerza y abrió la puerta.
Observó a Jimin parado en su porche con sus flores favoritas y una caja de dulces debajo del brazo.
"Nos trajo flores", habló su omega en su interior.
—Jimin —habló Yoongi como saludo—, qué bueno que has llegado —terminó de decir sin tener una idea de qué decir.
—Es muy hermosa tu casa, Yoongi —habló Jimin volteando su vista hacia las mejillas sonrojadas del omega, notando que sus manos temblaban un poco.
"Está nervioso", habló su alfa en su interior.
Jimin se dirigió a Yoongi extendiendo su mano, la cual Yoongi tomó enseguida, ambos sintiendo un leve cosquilleo.
—Pasa, Jimin —habló Yoongi haciéndose a un lado.
Jimin entró a la casa observando lo acogedor que era, observó algunos retratos colgados en la pared y algunos juguetes en la sala.
Jimin dirigió su mirada de nuevo al omega. —Te he traído esto —habló Jimin rascado su nuca—. Y esto para tu hijo
—Oh —susurró Yoongi un poco pasmado por un momento—. Gracias, Jimin —agradeció Yoongi dirigiéndole una sonrisa con pequeños hoyuelos—, apuesto a que Jongwoo amará esto.
«Por fin, sus hoyuelos otra vez», pensó Jimin.
—Uhm... toma asiento, Jimin —señaló Yoongi hacia el comedor.
El alfa inmediatamente se dirigió al comedor tomando asiento.
Yoongi colocó las flores en un jarrón y puso los dulces en la alacena.
Volvió enseguida al comedor tomando asiento.
Ambos estaban callados sin en realidad tener algo que decir.
—Uhm... —comenzó a decir Yoongi tomando asiento—, mi amigo encontró por accidente una foto tuya en internet.
—Oh, sí, lamento eso, Yoongi —inmediatamente respondió Jimin—. Supongo que ya sabes quién soy — contesto Jimin bajando su tono de voz un poco.
—En realidad no lo sé —contestó el omega inmediatamente—. No te investigué ni nada, Jimin, para mí eres el alfa que me ayudó cuando lo necesitaba.
Jimin sonrío ante eso. —Me alegra, Yoongi —tomó una pausa antes de decir—. En realidad trabajo en una agencia, soy actor y a veces compongo canciones.
—Apuesto que te he visto en alguna película, sólo no lo recuerdo —comenzó a decir Yoongi riendo.
El ambiente definitivamente se sentía menos tenso después de la pequeña broma.
—Apuesto a que sí —dijo Jimin de vuelta—. De hecho, soy muy buen actor —presumió con un tono de broma.
Cosa que hizo que Yoongi riera un poco al instante, cubriendo su blanquecina sonrisa con su palma.
—Todo un narcisista —jugó de vuelta Yoongi.
La charla siguió fluida desde ahí, con chistes y algunas risas de por medio.
Ambos sintiéndose livianos y con la libertad de decir justo lo que pensaban.
La charla siguió natural después de ahí, hablando de temas triviales.
—Papi —hablo Jongwoo saliendo de su habitación y tallando su ojo.
El niño caminó hasta Yoongi tomando la manga de su suéter tirándola hacia bajo.
—Papi, hambre —susurró Jongwoo dirigiendo su mirada a Jimin y después a su padre, quien lo tomó en brazos.
—¿Tienes hambre, bebé? —preguntó Yoongi acomodando el cabello de Jongwoo—. Calentaré tu sopa, mi amor. ¿Has saludado, bebé?
El niño miró sobre el hombro de Yoongi, sacando su manita y agitándola hacia el alfa.
—¿Qué te parece si vas a la sala un rato mientras está la comida, Jongwoo? —terminó de decir bajando al niño al piso.
Yoongi se dirigió a la cocina haciendo una seña para que Jimin lo siguiera.
—Es totalmente igual a ti —habló Jimin recargándose en la pared de la cocina.
—Lo sé —habló Yoongi orgulloso de eso—. Es un pequeño Yoongi, como dice mi mejor amigo.
Jimin pensó en lo que repetía hace unas horas, ¿Yoongi tendría alfa?, ni siquiera había notado si había una marca en su cuello.
Cuando Yoongi estaba ocupado vertiendo la sopa en un recipiente con forma de oso, fue cuando Jimin no pudo retener su pregunta.
—No sé si esto te incomode, y antes de que eso pase te pido una disculpa, pero... —en serio Jimin no pudo retener su pregunta—, ¿tienes alfa, Yoongi?, no he notado otro olor aquí más que el tuyo y el del pequeño.
Yoongi terminó de verter la sopa en el recipiente y bufó un poco para su interior.
Sabía que la pregunta surgiría, sólo que no esperaba que pasara tan pronto.
Yoongi rascó su nariz y antes de voltear a ver al alfa, puso la sopa dentro del microondas.
Yoongi volteó a ver a Jimin. —Es algo complicado... — habló Yoongi, su voz amenazando con romperse.
—Siento haberte incomodado, omega —comenzó rápido a disculparse Jimin.
—No, no, está bien, Jimin —habló Yoongi—. Puedo hablar de eso, no me incomoda.
Antes de que Jimin dijera una palabra más, Yoongi comenzó con su historia.
—Cuando yo... —comenzó Yoongi, se sentía nervioso al hablar de eso pero se sentía en confianza con el alfa—. Cuando yo me embaracé de Jongwoo, yo tenía alfa antes, cuando me enteré, creí que le alegraría, al parecer no era algo que esperaba de mí... —Yoongi susurró cerrando sus ojos por un momento antes de continuar—. Se lo dije una noche en la que estábamos cenando y él simplemente explotó, rompió todo en pedazos y después se fue. Nunca lo volví a ver desde ese día y una noche me desperté sintiendo mi estómago dar vueltas y la marca había desaparecido —terminó de decir Yoongi, tocando la pequeña marca en su cuello, el dolor aún vivido en sus recuerdos.
Jimin iba a hablar pero antes de que lo hiciera, el pitido del microondas lo interrumpió.
Yoongi sacó con un trapo entre sus manos la sopa caliente y la puso en la mesa.
Antes de que Yoongi la llevara a la mesa del comedor, JImin la tomó entre sus manos y antes de caminar hacia el comedor se detuvo y miró a Yoongi. —Lamento haberme entrometido —se disculpó—. No debí haber preguntado, pero me alegra que me hayas tenido la confianza.
Después de eso Jimin salió de la cocina, dejando a un Yoongi anonadado. ¿Cuántas veces en el día se quedaba sin qué decir?
Yoongi salió de la cocina al igual. —Mi Niño precioso —habló Yoongi llamando la atención de Jongwoo—. Es hora de comer, cariño, hay que lavar tus manos.
El omega guió a Jongwoo al baño, sacando su banquito
debajo del lavabo y ayudando a Jongwoo a lavar sus manos.
El alfa observaba todo eso con admiración, demasiada.
Cuando ambos volvieron al comedor, Jongwoo lo miró y se sentó en su silla a lado de su padre.
Jimin le sonrió y el niño sonrió escondiéndose debajo de su mano.
Yoongi había servido ya la comida, recibiendo cumplidos de parte del alfa.
Cuando llegó la hora de despedida, Yoongi no podía dejar de sonrojarse.
—Todo estuvo excepcional, Yoongi —sonrió el alfa ya parado en la entrada de la casa.
Las mejillas de Yoongi se encendieron. —Gracias, Jimin.
El omega estaba a punto de extender su mano cuando Jimin se atrevió a plasmar un beso en su mejilla, susurrando un adiós.
—Espero verte pronto —habló el alfa.
Yoongi se quedó parado ahí, con sus mejillas sonrojadas. —Espero lo mismo, Jimin...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro