Los adolescentes siempre ha glorificado el sentimiento de amor. Les encanta la idea de enamorarse, que a veces no logran ver que el sentimiento que están experimentando actualmente no es más que una ilusión. Yo, Edward John Barber, fui uno de esos adolescentes, a pesar de ser considerado un joven sabio para su edad, he caído en esa misma trampa, demasiadas veces de las que me gustaría admitir.

Por eso, en el momento en que el amor finalmente llegó a mi vida, no supe cómo enfrentarlo. Los libros que he leído, las historias que contó la gente, no me prepararon para el amor. Y bueno, nada podría haberme preparado para ella.

Amarla al principio, me sentí como si estuviera en una película. Momentos robados, toques accidentales, celos mezquinos y coqueteos incómodos, fue una montaña rusa de emociones. Se sintió emocionante y emocionante, pero al igual que todas las montañas rusas, el viaje no dura para siempre. Muy pronto el viaje terminará.

¿Qué pasa entonces?

La realidad se hunde. La realidad de que el amor no es tan mágico como se muestra en las series de televisión y las películas. Y a pesar de carecer de escenas de acción y momentos dramáticos exagerados, el amor en realidad es más difícil. Es más simple, pero más difícil.

Supongo que la forma más fácil de decirlo es: El amor no es nada fácil.

Más especialmente, cuando estás enamorado de Marydale Entrata.

Sí, yo, Edward John Barber, estoy enamorado de Marydale "Maymay" Entrata. Ni siquiera recuerdo el momento en que comencé a sentir algo por ella. Me desperté un día y me di cuenta de que haría cualquier cosa solo por verla sonreír. Que prefiero pasarme los días oliendo su pedo, bañarme en su saliva y envolverme en sus mocos que separarme de ella. Así de mal me enamoré de ella, era como si todo mi mundo estuviera lleno de nada más que ella. Al principio, se sentía bien, pero ahora no lo sé.

El solo hecho de estar en su presencia me hace verdaderamente feliz, pero no borra la realidad de que a medida que pasan los días se hace más difícil estar con ella. A pesar de actuar fuerte y sin molestias en la televisión y en las redes sociales, la dura verdad son los comentarios, los ataques y, sobre todo, las dudas que me invaden. Agregue a eso, la presión y las expectativas de los fanáticos, la gerencia, mi familia e incluso sin que ella diga nada, de ella.

Suspiré al sentir otra serie de vibraciones en el bolsillo de mi chaqueta. Ya esperando el posible contenido de la nueva ola de notificaciones que acabo de recibir, mi mente me gritaba que no la abriera. Pero por mi terquedad innata y la posibilidad de que me contacte, abrí la caja de Pandora. Como era de esperar, estaba lleno de nada más que tuits de odio sin sentido y comentarios que no tienen nada de cierto, pero que aún así dejan un dolor desagradable en mi corazón.

Otro suspiro escapó de mis labios mientras repasaba rápidamente mis notificaciones. Todavía espero que su nombre aparezca entre los cientos de nombres que aparecen continuamente en la pantalla de mi teléfono. Después de unos segundos, finalmente me rendí y presioné el botón de suspensión antes de tirar mi teléfono sobre la mesa con enojo.

Técnicamente, su nombre apareció. Sin embargo, no era lo que esperaba. En lugar de un mensaje de texto o un DM de ella, todo lo que vi fueron comentarios y tweets que no contienen más que odio ridículo dirigido hacia mí o hacia ella. Frustrado, gemí y me arreglé la gorra, empujándola contra mi cabeza más profundamente, cubriendo mis ojos.

"Ya perdí la cuenta..."

"¿De qué estás hablando, Marco?" Dije sin mirar al muchacho italiano que invité a ver películas, junto con Maymay. Sin embargo, esta última todavía tiene que terminar algunas cosas en el trabajo, lo que nos lleva a esperarla antes de comenzar nuestra sesión de maratón de películas.