Al otro día Pierce despertó, acostumbrado a que en los últimos días la persona que despertaba a su lado, esta vez no era la misma, y en su lugar estaba su esposa y sus pequeños, quienes habían querido dormir con su papa, se puso de pie, y se metió al baño con su tel. Abrió la regadera y mientras el agua se templaba marco el numero que ya tenia bien grabado en su memoria, el timbre sonó en repetidas ocasiones pero no respondía, insistía e insistía pero nada, hasta que por fin escucho la voz que añoraba.

"¿Por qué me llamas?"
"Meryl amor, te extraño, quiero estar contigo"
"por favor no repitas eso, ten aunque sea un poquito de vergüenza" "pero..."
"pera nada (Meryl interrumpió) tu y yo no tenemos perdón si no tenemos respeto por nuestros parejas cuando están lejos por lo menos hay que tenerlo mientras estén aquí, de acuerdo"
"te amo.... Mer te amo... dime que tu también"
"no... no quiero y no puedo"
"dímelo, tu lo sabes dime que me amas"
"que no, ya deja de molestar"
"me amas Streep yo se que me amas"
"adiós tengo cosas que hacer mucho mas importantes"
Meryl colgó con una ligera sonrisa en sus labios y al mismo tiempo lagrimas en los ojos, que si lo amaba, después de todo lo que ha hecho por el claro que lo amaba, el era el ser que llego para mostrarle un mundo completamente nuevo, y maravilloso, le había enseñado a amar le había enseñado lo que significaba llegar a volverse loca de placer por amor, a disfrutar cada momento, pero no se permitiría llegar a tanto, no podía prestarse a que Pierce fuera tan impertinente e inconsciente de tontear con ella mientras estaba su esposa a un lado. Pierce quedo desconcertado y mas triste, se metió a bañar después de rasurarse, perfumarse, salió del baño y Keeley ya estaba despierta, al verlo salir se le ilumino el rosto.

"mmm te ves guapísimo, espero que esta noche podamos tener acción Mr. Bond" Keeley dijo sugestivamente Pierce emitió una risita nerviosa y fue hasta su armario para sacar su ropa eligió unos jeans negros con una camisa blanca, se puso su cinturón, y se acerco al espejo a peinarse, Keelly lo alcanzo hasta ahí y rodeo su cintura por detrás, besando su cuello, y acomodando el cuello de su camisa, "en cuanto los niños despierten los llevo a desayunar y después te alcanzaremos en los estudios de acuerdo amor." Pierce asintió con la cabeza y con una media sonrisa. "ay Pierce me acuerdo cuando veníamos hasta acá cuando filmabas James Bond, y míranos de nuevo aquí"

Pierce estaba más callado que de costumbre y su mujer se dio cuenta. "¿pasa algo amor?" Keely pregunto mirándolo a través del espejo Pierce se giro rápidamente el remordimiento lo estaba matando, lo torturaba, lo quemaba por dentro, ella no tenia ni idea de lo que estaba pasando, y el se sentía miserable por engañar a dos mujeres, pero no pudo hacer nada contra sus sentimientos, desde el primer momento en que vio Meryl una lucha entre su cabeza y corazón comenzó, quería gritar pero no pudo, solo se abalanzo contra Keely y la abrazo con todas sus fuerzas. Pidiéndole perdón en silencio a través de ese abrazo.

"¿mi amor que pasa?" pregunto Keeley aun abrazándolo
"nada es solo que te he extrañado"
"ay mi amor, yo me siento igual, espera, no hay que desperdiciar tiempo juntos (Keeley dijo entusiasmada) la nana de los niños llega en unos minutos, ella les podrá dar de desayunar y llevarlos a comprar sus dichoso videojuegos, mientras yo me arreglo y me voy contigo de una vez, te parece?" decía mientras Keeley corría a buscar algo que ponerse, un vestido negro y sandalias se arreglo rápidamente peinándose y maquillándose mientras Pierce sentado en el sofá con su vista en la nada aguardaba. Mientras la niñera ya había llegado y comenzó a arreglar la ropa para ese día de los niños
"listo vámonos amorcito" ambos salieron juntos de la habitación y saliendo del elevador caminaron tomados de la mano hacia el lobby, y justamente ahí estaba ella, Meryl sentada en un sofá, leyendo una revista, esperando por alguien, Pierce no sabia que hacer pensó en caminar hacia el otro, lado, en regresar al elevador, en soltar la mano de Keeley todo antes de que Meryl los viera, pero demasiado tarde, Meryl levanto la mirada de la Vogue que estaba leyendo con sus gafas azules y con su vista directamente hacia en frente donde estaban ellos caminando en línea recta, pudo ver la escena que le quebró la cordura, y sobre todo el corazón, al ver a Pierce de la mano de su mujer, ella lucia feliz y sonriente hablándole cosas al oído se quedo fría, pero enseguida volvió su vista a la revista fingiendo no haber visto nada, y rezando para que no se acercaran, pero lo que ambos querían evitar no lo fue cuando Keeley la vio, ella siempre la había admirado y era emocionante verla