Dejé escapar un suspiro de mis labios mientras me recostaba elevando ligeramente las rodillas sobre el nivel del agua.

Había perdido la noción del tiempo desde que Gwen me dejó sola en aquella estancia para asearme.

Apoyé las manos a ambos lados de la bañera para salir de ella, muy a mi pesar. 

Caminé de puntillas hacia la mesa donde se encontraban los paños y mi ropa limpia, y tras secarme el cuerpo, me vestí rápidamente, ya que no quería hacer esperar mucho más tiempo a la morena. 

Al pasar el brazo izquierdo por la manga de la camisa, una punzada en el hombro hizo que un gruñido de dolor se escapara de mis labios. 

Bufé de mala gana por haber sido tan poco cuidadosa con la herida, y terminé de vestirme, esta vez prestando más atención a lo que hacía. 

Me puse las botas que había dejado apartadas junto a la bañera, y me encaminé a la puerta de la habitación para salir de esta. 

━¿Cómo te ha sentado el baño?━ Gwen me recibió al otro lado de la puerta con una sonrisa. 

━Genial, lo necesitaba━ respondí cordialmente━ Gracias, y perdón por haber tardado tanto...

━No te disculpes. Has pasado un calvario, tómate el tiempo que necesites. 

Le sonreí levemente. 

━Sígueme, aún tenemos que ir a por tu ropa.

━¿Mi ropa?━ pregunté extrañada.

━¿Creías que ibas a cenar con el rey y su hijo en camisa y calzas?━ rió la doncella arqueando una ceja. 

Me rasqué la nuca al mismo tiempo que notaba como mis mejillas ardían. 

━Supongo que no...

━Ven conmigo━ dicho esto se giró dándome la espalda y comenzó a recorrer los angostos pasillos de palacio. 

Seguí a Gwen de cerca para no perderme. 

Todo recto hasta el final de uno de los interminables pasillos de aquel lugar, para luego girar a la izquierda.

La morena se detuvo frente a la puerta de una habitación que permanecía cerrada. 

Llamó un par de veces y, tras pedir permiso, abrió. 

━Vamos,━ me miró indicando que la siguiera━ no seas tímida.

Asentí con nerviosismo y me adelanté cruzando la puerta. 

Me detuve en seco al darme cuenta que la habitación no estaba vacía. 

Una muchacha de cabello largo, negro como la noche más oscura y penetrantes orbes de color jade, se encontraba allí.

━¿Tú eres Vanya?━ preguntó esbozando una sonrisa. 

━Sí...

━Me llamo Morgana,━ dijo mientras se aproximaba ━ tenía muchas ganas de conocerte. 

━¿A mí?━ pregunté confusa.

Asintió. 

━Quería conocer en persona a la mujer que salvó Camelot de esa comadreja que se hacía pasar por cazador de brujas. Creo que fuiste realmente valiente. 

━O realmente estúpida━ dije riendo ligeramente.

Una leve risotada se escapó de los labios de la morena. 

━¿Cómo te encuentras? Sé que te hirieron el hombro...

━Estoy bien, no tenéis de qué preocuparos━ respondí.

Morgana sonrió. 

Carraspeó para aclararse la garganta. 

━He oído que vas a acompañarnos esta noche para cenar. 

━Si...el rey insistió, yo no creo que sea necesario...

━Tonterías━ interrumpió la morena━ después de todo, lo menos que podemos ofrecerte es una buena cena. 

Esbocé una leve sonrisa algo forzada. 

━Gwen, ¿quieres ayudarla con el vestido?

━¿Vestido?

Esta asintió. 

━Quiero prestarte uno de los míos para esta noche. 

━Oh, no, no, de verdad, no es necesario━ dije nerviosa━ milady, por favor, puedo llevar cualquier otra cosa. No quiero estropear vuestra ropa...

━No creo que vayas a estropearla por llevarla unas horas━ rió ante mi reacción━ además, ser la protegida del rey tiene ventajas, como tener más vestidos y ropajes de los que seré capaz de ponerme en toda una vida. 

Suspiré.

━No va a servir de nada que discutas, Vanya━ dijo Gwen carcajeando levemente.

━Tiene razón━ reafirmó Morgana compartiendo su gesto. 

━De acuerdo...━ inquirí derrotada tras unos segundos.

La protegida de Uther esbozó una mueca de victoria mientras se encaminaba a la puerta de sus aposentos. 

━Avísame cuando estés lista.

Dicho esto, cruzó la puerta para cerrar tras ella. 

Me rasqué la nuca volviéndome hacia la morena. 

━No hay forma de que me libre de esto, ¿verdad?

Esta negó con la cabeza mientras soltaba una risotada.

━Tan solo es una cena, si has sobrevivido a la hoguera, podrás con esto. 

━Si lo hubiera sabido...━ respondí rodando los ojos. 

Gwen se aproximó a uno de los armarios de Morgana, y tras abrirlo y examinar los distintos ropajes con detenimiento, sacó uno de un azul apagado, sin mangas, con un bordado en un tono más oscuro en el pecho y con acentos dorados en los bajos de la falda. 

━Creo que este te quedará muy bien━ depositó con cuidado la prenda sobre una mesita que había junto al espejo, en una esquina de la habitación, para después echar mano de uno de los corsés que había en los cajones del armario. 

━Dioses...¿corsé también?

━Para parecer noble hay que sufrir━ respondió la doncella tratando de contener la risa. 

━Estás disfrutando, ¿eh?━ arqueé una ceja mientras me cruzaba de brazos. 

━Eso sería increíblemente cruel por mi parte━ dijo mostrando falsa humildad. 

Negué con la cabeza riendo levemente. 

━Está bien, acabemos con esto rápido. 

Gwen se acercó a mí para ayudarme a deshacerme de la camisola sin dañarme el hombro de nuevo.

Yo crucé los brazos sobre mi pecho mientras ella se acercaba a la mesita y recogía el corsé con ambas manos. 

━He elegido uno sin varillas para que no te sea tan incómodo━ dijo la morena mirándome. 

Asentí. 

Tras ajustarme la prenda al pecho, la doncella se colocó a mi espalda y empezó a anudar los lazos de esta.

━No lo apretaré mucho, tranquila. 

Una vez terminó de ajustar el corsé, dejé las botas a un lado, me deshice de las calzas y la morena me ayudó a terminar de vestirme, pasando la abertura del vestido sobre mi cabeza, para luego volver de nuevo a mi espalda y terminar de ajustarlo. 

Segundos después, se volvió para mirarme de frente. 

Una sonrisilla se dibujó en sus labios. 

━Estás preciosa. 

Sonreí agachando levemente la cabeza algo avergonzada. 

━Déjame ponerte un vendaje limpio antes de que salgas. 

━Claro━ respondí aún con la vista en el suelo. 

Mientras ella rebuscaba en uno de los cajones de las muchas cómodas que había en los aposentos de la protegida del rey, yo me encaminé a pasos torpes al espejo, con los ojos clavados en mis pies. 

Tomé una bocanada de aire y alcé la mirada para topar con mi reflejo. 

Mi respiración dio un pequeño vuelco al mismo tiempo que podía ver como mis pupilas se habían dilatado ligeramente al ver la imagen que aquella superficie me mostraba.

Aquella persona era muy distinta a que solía ver a diario. 

Lejos de las calzas con más remiendos de los que era capaz de contar, las camisolas que hacía tiempo abandonaron su color blanco original, y los corpiños deshilachados, aquel vestido, que se amoldaba a cada una de mis curvas, me hacía lucir totalmente diferente a como yo solía verme. 

━¿Te encuentras bien?

La voz de la doncella me sacó de mi ensimismamiento y me hizo girarme hacia ella. 

━Si, claro━ respondí algo avergonzada━ es solo que...es...muy distinto a mi ropa de diario...

La morena sonrió con ternura. 

━Todo va a ir bien, ¿de acuerdo?

Asentí esbozando una media sonrisa. 

Una vez mi hombro estuvo vendado, ambas nos dirigimos a la puerta, donde fuera de los aposentos aguardaba Morgana. 

Esta se volvió al vernos salir con brillo en los ojos.

━¿Estás lista?━ dijo la noble con una sonrisa que parecía no abandonarla nunca. 

━Supongo que si━ respondí frotándome las manos. 

━No perdamos más tiempo, seguro que todos están deseando verte. 

Tras despedirnos de Gwen, Morgana empezó a deambular por los pasillos de palacio para dirigirse al salón del trono, donde nos aguardaban Uther y Arturo para la cena de aquella noche. 

A pasos pesados yo seguía a la morena de cerca procurando no despistarme, aunque mis pies parecían querer anclarse al suelo, puesto que cada zancada me resultaba más difícil que la anterior.

Notaba como las palmas de las manos comenzaban a tornarse húmedas a medida que era consciente de nuestra cercanía al arco de la entrada al salón del trono.

Morgana atravesó el umbral de la puerta con decisión, mientras que yo la seguía a unos pasos de distancia frotándome las manos. 

Arturo y Uther se encontraban conversando y riendo cuando llegamos, aunque fuera lo que fuera que el heredero estaba diciendo a su padre, se interrumpió de repente cuando mi figura se introdujo en la estancia.