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Enjoy el cap ♡

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Era de noche, y mi padre llevaba largo rato dormido. 

Solía preparar una infusión con hierbas para ayudarle a descansar. 

Yo me encontraba en la mesa, ojeando el grimorio. 

No buscaba nada en específico, tan solo algo en lo que matar el tiempo hasta encontrarme lo suficientemente cansada como para dormir. 

Y entonces di con ello. 

Un hechizo para cambiar los recuerdos de una persona. 

Al principio no presté atención. 

Pasé la página sin darle mayor importancia, y seguí ojeando el grimorio. 

Aunque varios minutos más tarde, me di cuenta de que aquel hechizo seguía resonando en mi cabeza.

¿Y si aquella era la solución? 

¿De verdad me estaba planteando aquello?

En ese momento me pareció lo único que podría salvar a mi padre. Pero, ¿realmente quería hacerle eso a la única familia que me quedaba? 

La respuesta era si. 

No me importaba el peso moral de aquello. Si esa era la forma de que mi padre pudiera empezar de nuevo, lo haría sin dudarlo. Y me aseguraría de que lo hiciera lejos de aquí. En otra aldea, con otro nombre y fuera de todo aquello que albergara magia. 

Mi padre estaría lejos de todo esto, y tendría una vida feliz y duradera. 

Aunque era bastante consciente de que no podría conseguir todo aquello por mi cuenta. 

Por eso necesitaba la ayuda de Gaius, el cual, convenientemente, vendría al día siguiente a su visita semanal. 

Sabía que no le gustaría nada y que trataría de hacerme cambiar de opinión por todos los medios, pero mi decisión estaba tomada, y nada ni nadie me haría cambiar de parecer. 

Me levanté de la mesa y me dirigí a mi habitación, pero antes hice una parada en el barril de agua para beber un poco antes de tratar de dormir. 

Levanté la tapa de madera que había sobre él a modo de cierre y pude ver mi tenue reflejo en la superficie del agua propiciado por las llamas del fuego que calentaba el hogar. Me coloqué mi corta melena, la cual decidí seguir manteniendo corta una vez mi madre falleció, tras la oreja mientras miraba aquella imagen. A penas había cumplido los quince años y ya no había rastro de la niña que una vez fui. La esperanza que algún día rebosaba en aquellos ojos se había ido disipando con el paso del tiempo hasta dar lugar a un semblante frío, labrado por todas las dificultades por las que mi familia, o lo que ahora quedaba de ella, se había visto obligada a afrontar. 

Suspiré decaída. 

Mi madre ya no estaba, y mi vida siempre estaría marcada por algo que no elegí, y a decir verdad, nunca quise, pero no pensaba quedarme quieta viendo como la vida de mi padre se consumía por estar atado a un destino que no merecía compartir. 

Desperté a mi padre por la mañana como de costumbre, le ayudé a llegar a la mesa y le serví el desayuno. 

Este me sonrió levemente a modo de agradecimiento para segundos después comenzar a juguetear con la comida mientras comía lentamente. 

Suspiré. 

Me detestaba por tener que hacerle aquello, pero prefería vivir odiándome a mí misma que verle morir. 

Una vez que terminó de comer, pasó un rato sentado junto a la lumbre, para después volver a retirarse a su habitación y meterse de nuevo en la cama. 

Recogí lo sobrante del desayuno y me pasé el resto de la mañana esperando la llegada del galeno, matando el tiempo en apagar y encender la mecha de una vela que había sobre la mesa para mantener mi mente ocupada y no pensar en que iba a perder a la única familia que me quedaba. 

Bien entrada la mañana, Gaius llamó por fin a nuestra puerta. 

Corrí a abrir cuando apenas había golpeado la madera un par de veces. 

No teníamos tiempo que perder. 

━Buenos días, Vanya━ saludó el anciano amablemente mientras ingresaba en el hogar.

━Hola...━cerré la puerta tras él━ Gaius, tenemos que hablar━ dije con tono firme.

Este me miró extrañado. 

━¿De qué se trata?

Le indiqué que tomara asiento, a lo que él aceptó cordialmente. Me dirigí hacia la mesa y le serví una taza de té para después sentarme en frente.

━Es sobre mi padre. Está empeorando, Gaius.

Este suspiró.

━Wells es una persona herida por la pérdida de tu madre, Vanya. Solo el tiempo le curará.

━No tenemos tiempo.

El galeno me miró preocupado.

Suspiré.

━Día tras día le veo apagarse más y más. No voy a quedarme impasible viendo como sufre.

━No hay nada que podamos hacer.

━Te equivocas.

Gaius alzó la mirada de golpe hacia mí. 

Cogí aire.

━Anoche, mientras ojeaba el grimorio, encontré algo que...podría ser la solución. 

Me levanté antes de darle tiempo a reaccionar y fui a buscar el libro, para segundos después dejarlo sobre la mesa por la página donde se encontraba aquel hechizo. 

━¿No lo estarás diciendo en serio?

━ ¿Tengo aspecto de alguien que esté bromeando? ━dije mientras volvía a tomar asiento.

━¿De verdad te estás planteando esto?

━ Sí.

Gaius se puso en pie y comenzó a caminar por la casa con nerviosismo.

━¿Crees que tu padre querría esto?

Me levanté de la silla y me acerqué a él. 

━Mi padre querría que mi madre siguiera con vida, Gaius. Querría que hubiéramos tenido una vida normal, y no que hubiéramos tenido que huir de nuestro hogar por mi culpa━hice una pausa para tragar saliva con la intención de deshacer el nudo que se me había formado en la garganta━Estoy segura que él querría que todo hubiera sido muy diferente de que lo ha sido en realidad, pero no puedo hacer nada para cambiar el pasado. Lo único que puedo hacer es tratar de que su futuro sea mejor, o al menos intentar que tenga uno, lejos de todo esto. Y no lo conseguirá metido aquí, rodeado de recuerdos que lo único que hacen es perjudicarle. Así que no, no creo que mi padre quisiera esto, pero no voy a quedarme de brazos cruzados viendo como la única familia que me queda echa su vida a perder por aferrarse al pasado. 

El galeno me miró atónito.

━Me entristece lo rápido que te has visto obligada a crecer. Ojalá todo hubiera sido diferente. 

Agaché la cabeza tratando de reprimir las lágrimas.

━Te ayudaré. 

Alcé la vista hacia él.

━¿De...de verdad? 

Este asintió esbozando una fugaz, aunque triste sonrisa. Me acerqué hacia él para abrazarle con toda la fuerza que albergaba mi cuerpo. 

━Gracias, Gaius. Muchas gracias 

El galeno no tardó en partir tras nuestra charla. 

Me dijo que iría a visitar a un viejo amigo en una de las aldeas vecinas de Camelot, para procurar que mi padre contara con algún trabajo allí al igual que con un lugar donde poder quedarse. 

Yo por mi parte me centré en asegurarme que tenía todo lo necesario para llevar a cabo el hechizo. 

Constaba de una infusión de varias hierbas que no me costaría nada recoger del bosque, seguido del hechizo a recitar una vez que la persona hubiera ingerido el brebaje.

No sabía si sería capaz de llevarlo a cabo, ya que nunca había realizado un conjuro de aquellas dimensiones, pero no tenía otra elección. Mi padre tendría una nueva vida al día siguiente sin importar lo que costara. 

Guardé el grimorio antes de salir de casa. 

Dudaba que mi padre fuera a levantarse por su propio pie, pero no sería muy inteligente por mi parte dejar el libro por ahí, ya que podría crear sospechas. 

Me encaminé hacia el bosque, a la zona donde mi madre solía llevarme siempre que necesitábamos algún tipo de hierba o planta en específico, tanto para algún encantamiento a practicar, como para un simple guiso. 

Endrino, sorbus y saúco. 

Esos eran los ingredientes necesarios. 

A penas me di cuenta de donde me conducían mis pasos. 

Estaba tan absorta en encontrar las plantas, que ni si quiera sabía el camino que estaba tomando hasta que llegué allí. 

Me encontraba situada frente al roble blanco donde enterramos a mi madre hacía más de un año. Desde aquel día no había vuelto a pisar aquel lugar, y no creo que nadie pudiera culparme por ello. 

Me distraje durante unos segundos mirando una de las vetas negras que crecía desde las raíces del árbol hasta casi llegar a las ramas más altas de este. 

Noté una suave brisa a mi alrededor. 

Seguramente fueran imaginaciones mías, pero fue incluso como notar una caricia en mi mejilla. 

Suspiré mientras apretaba las plantas ya recogidas en mis manos.

━Lo siento, mamá. Si todo esto ha tenido que acabar así, es culpa mía...

Me di media vuelta y salí de allí a paso ligero. 

No dejaría que mis emociones fueran las que tomaran la decisión de hacer que mi padre tuviera una vida lejos de todo esto. 

Estaba de vuelta en casa minutos después.

 Me dispuse a preparar la infusión con las hierbas que había traído. 

Mi padre debía tomarlo por la noche antes de irse a dormir, y una vez lo hubiera ingerido, tendría que recitar el hechizo, para que al despertar a la mañana siguiente, los recuerdos de su vida pasada se hubieran reemplazado por los nuevos. 

Eché los ingredientes al pequeño cazo que usábamos para cocinar, seguido de un poco de agua y lo llevé junto al fuego para calentarlo. Podría haberlo hecho yo, pero prefería guardar toda la energía que pudiera para el conjuro, ya que estaba segura de que conllevaría un gran gasto. 

Pasé el resto del día sin levantar la vista del grimorio, memorizando el hechizo palabra a palabra, hasta que Gaius volvió. 

━¿Y bien?━pregunté nada más abrir la puerta al galeno.

Este ingresó en el hogar y se acercó al fuego para calentarse.

━Mi amigo Raegan vive en un aldea a unas cuantas millas de aquí, y trabaja en el molino. Me ha dicho que puede ofrecerle trabajo y un lecho para dormir. Sin preguntas. 

Suspiré aliviada.

━¿Te fías de él?

Asintió.

━Es de las personas más leales y nobles que conozco. 

━ Está bien. Espero que tengas razón━dije mientras me acercaba a retirar el cazo. 

Lo coloqué sobre la mesa, y ayudándome de una cuchara de madera que usaba para servir los caldos, llené un vaso con el brebaje y lo guardé para mi padre.

━¿Estás segura de esto, Vanya?

Dejé escapar un suspiro apesadumbrado. 

━Sí.

El galeno asintió.

━Muy bien, pues no perdamos más tiempo. El hechizo es más efectivo cuando la noche es joven.

Asentí.

Me encaminé a la habitación de mi padre.

Este me sonrió como hacia siempre a medida que se ponía en pie, aunque esta vez, aquella leve sonrisa apenas esbozada en su rostro cansado, fue peor que un frío puñal en el corazón. 

Le ayudé a llegar a la mesa tratando de aparentar normalidad y le serví la cena.

Un poco de caldo que había preparado el día anterior y un par de patatas con zanahoria hervidas.

Mi padre y Gaius conversaban a la par que cenaban, mientras que yo por mi parte permanecía centrada en mi plato en silencio. A penas podía comer, tenía el estómago totalmente cerrado, pero me forzaba a ello, ya que sabría que lo necesitaría. 

Había pasado toda la tarde pensando algo que decirle a mi padre, o si debía si quiera decirle algo. Pero un discurso en tono de despedida levantaría las sospechas de mis intenciones. Wells de Sallow era un hombre inteligente, no sería fácil engañarle si quería ponerme en clave melancólica. 

Así que, opté por aparentar total normalidad y actuar como si fuera una noche más. 

Ni si quiera iba a ser capaz de despedirme de él.

【♫】

Una vez terminamos de cenar, le serví la infusión a mi padre junto a otro té de manzanilla que había preparado para Gaius. 

Mientras ellos seguían conversando a la vez que bebían, yo fui a sentarme junto al fuego mientras les observaba. 

Aquella conversación tan trivial y desenfadada que mantenía, me hacía olvidar por unos instantes que esa sería la última noche con él. 

El verle sonreír de vez en cuando por los comentarios de Gaius, me hacía feliz. Me recordaba a como fueron antaño nuestras vidas.

No tardó demasiado en retirarse de nuevo a su habitación, y esta vez, fue el galeno quien decidió acompañarle, supongo que se trataría de un gesto de despedida. 

Segundos después, regresó a mi lado junto a la lumbre.

━El brebaje no tardará en hacer efecto. ¿Has memorizado el hechizo?

 Asentí sin apartar la vista de las llamas.

━Recuerda, no puedes equivocarte, Vanya. 

━ No lo haré━respondí mientras me ponía en pie.

Cogí aire y me encaminé hacia el lecho de mi padre con paso decidido cerrando la puerta de sus aposentos tras de mí.

━Lo siento mucho, papá━ dije en voz baja mientras una lágrima rodaba por mis mejillas.

Me agaché a su lado y puse la mano sobre su frente con cuidado de no despertarle. 

━ Ipsumqüe vinculis solutis, quia präeter tantum valëre.

"Corta las cuerdas, suelta los lazos, todo lo de aquel pasado, ahora es un adiós." 

Podía notar el calor en mis manos, la magia fluyendo a través de mí, llegando hasta la mente de mi padre usando mi cuerpo como conducto.

Era el momento. 

━Te llamas Mason. Mason de Tarth. Eras residente en la ciudad de Camelot, y trabajabas como herrero. Has decidido abandonar la ciudad, con la intención de no volver nunca para asentarte en la aldea de Mâine. No tienes mujer, y tampoco tienes hijos, pero puede que algún día los tengas con alguien que te haga feliz. Y nunca has tenido, ni tendrás, contacto alguno con la magia. La desprecias, la odias, y jamás querrías tener nada que ver con ella.  

Dicho eso, aparté la mano con cuidado mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas sin ser capaz de controlarlas. 

Me puse en pie con gran dificultad, ya que me encontraba exhausta.

Salí de la habitación sin hacer ruido hasta llegar al centro del hogar donde Gaius me esperaba sentado en una silla frente al fuego.

Se puso de pie nada más verme llegar.

━Ya está━ dije caminando a pasos torpes tratando de llegar a la mesa.

━Vanya, ¿te encuentras bien?━ preguntó el galeno preocupado mientras se aproximaba hasta mí.

━Estoy...estoy algo cansada...

Noté como mi vista empezaba a nublarse poco a poco. Traté de tomar asiento, aunque lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento, fue agarrarme a la manga de la túnica de Gaius para evitar caerme al suelo.