Capítulo 34. Estatales
Pov. Hiccup
-Mañana son las estatales. Vaya... Es como si fuera ayer cuando me nombraron capitán del equipo -dije.
-Bueno, en tu caso si fue ayer por qué no recuerdas ni pío lo que pasó este año -respondio mi amigo para que recibiera un almohada en su rostro de parte mío y comenzará a reír.
-Callate anciano, no es gracioso -me quejé para sacar uno de los dibujos en el cajón.
-¿Merida sabe sobre la existencia de esos dibujo? Por qué ahora que los veo, se ven un poco acosadores pensándolo bien -dijo recostandose en mi cama acariciando aquella bola peluda que se recostó justo al lado suyo uniéndose a nosotros.
"Dudo que sea ella realmente"
A medida que los días pasaban, estos sueños se volvían frecuentes y cada vez con escenarios más distintos. Siempre dibujaba la espalda o los atuendos de la chica que aparecía en mis sueños. Pero jamás he visto su rostro. Jack asegura que tiene un parecido espléndido a la pelirroja que me visita toda la semana, pero no lo sé con exactitud.
-Nunca los ha visto. Cuando viene, intento ocultarlos así que no sabe de ellos -entonces suspiré para dejar caer mi cabeza hacia atrás-. ¿Sabes?, creo que realmente es un juego muy malo que me está jugando mi cabeza.
-¿A qué te refieres?
-Cuando estuve en coma, tuve un sueño bastante raro para serte honesto, y en todos ellos salía esta chica que dibujo -saque otro de mis dibujos del cajón para poder observarlo-. Ahora que lo pienso, es algo patético que sea la Merida que conozco. Tal vez solo es un reflejo de lo que viví este año con ella y no recuerdo.
-El sueño que tuviste, ¿es cómo los de las vidas pasadas?
-No sabría decirte, solo recuerdo que estaba en un bosque corriendo detrás de unas luces azules con risas de niños provenientes de ellas. Pero había una sombra que me seguía y siempre corría lejos de mi -entonces levanté el dibujo para poder apreciarlo mejor-. Era ella. Cuando desperté solo escuchaba su dulce voz llamándome a aquella luz de la cual seguí y abrí mis ojos.
-En lo absoluto no puede ser Merida de la chica de la que hablamos, ni en un millón de años ella te dirá algo dulce. Todo lo que sale de sus labios es una ofensa -se quejó mi amigo para comenzar a reír.
-Justamente eso fue lo que pensé -dije para unirme a reír con él y guardar el dibujo en el cajón -, así que mi búsqueda de la chica que escuchó en mi cabeza sigue en pie.
-No tienes todavía la loca idea de que es Astrid, ¿verdad?
-¿Durante todo esté tiempo sigo enamorado de ella?
-Ni te lo imaginas.
Era difícil todavía para mí no saber lo que pasó este año, lo único que se es que soy capitán del equipo de fútbol, sólo eso. Nadie quiere mencionar nada en lo absoluto, tal vez tienen miedo a que me sobresalté pero dudó hacerlo. No es como si hubiera descubierto a la chica de mi cabeza y ahora no recuerdo ni quién es ella.
Mi madre insistió a qué no fuera al partido, el problema es que es el sueño de mi hermano y para nada me lo perdería. Al llegar, noté todo el estadio lleno y varias personas al verme se veían sorprendidas y felices de hacerlo; algunas de ellas no las conocía o bueno, no las recordaba. Entonces noté la presencia de una chica que se encontraba en la parte de inferior de las gradas junto con su novio.
-¡Hiccup! Pensé que nunca llegarías -se quejó al verme.
La pelirroja se levantó para ayudarme a llegar junto a ellos, ya que, durante este tiempo no me he acostumbrado a las muletas. Nos sentamos junto a Tadashi y comenzamos a platicar. La gente se acercaba a mi y me saludaba con tal alegría en sus ojos.
El partido estaba a punto de comenzar, las porristas comenzaron a ser sus coreografias y ahí la vi a ella. No había visto a Astrid todo este tiempo desde que desperté y seguía viéndose, tal vez, hasta más hermosa que el año pasado. Los jugadores comenzaron a salir para notar a mi amigo que lanzaba besos a una chica rubia que pertenecía a las porristas; ya la había visto antes en el fondo del celular de Merida, era su mejor amiga, por lo que me contó. Después, al verme aquel albino, igual me mandó un beso, el cual, atrapé en el aire y comencé a reír.
Mi mirada se perdía en la multitud buscando a los cazatalentos y entonces los encontré, en la parte de en medio camuflados con la gente. Eran fácil de identificar, vestían con sus chamarras de sus universidades buscando jugadores para otorgarles una beca. No sabría que tanto había entrenado Jack, ya que lo único que recuerdo son nuestros primeros juegos donde chocamos y caímos. Pero aseguraría que él a mejorado todo este tiempo.
De reojo, notaba a la pelirroja que se encontraba haciendo muecas por los errores de nuestro equipo, lo cual me causaban risa verla.
-Vaya que te gusta este juego -dije riendo para sentir su mirada en mí.
-Ni te lo imaginas Haddock, no me has visto patear la pelota -comentó riendo para cambiar su rostro a uno nostálgico y voltear nuevamente al campo.
"O supongo que sí me has visto"
Entonces, algo vino a mi mente, no lo entendía si eran un fragmento de recuerdo. Estaba Merida en la noche pateando pelotas justo en este campo mientras reía y después corríamos felices.
"¿Qué es esto?"
El partido, al cabo de un tiempo, llego a su fin con una victoria de nuestra escuela. La gente hablaba y los cazatalentos también. Mi mirada se detuvo al ver a mi amigo con dos de ellos de diferentes universidades y los acompañaban con dos sobres en sus manos ofreciendolos a él, intentaba contener su felicidad pero cualquier persona podría darse cuenta de ello.
Llegó a nosotros emocionados sin antes comentárselo a aquella chica rubia que cargo en sus brazos y reían. Me la presentó como su novia, nunca, en este tiempo, me la mencionó pero tal vez entiendo que haya sido algo complicado para todos, en especial para Jack.
Era una chica muy linda, perfecta para mi amigo, el cual, nunca había visto esa felicidad en sus ojos con una persona. O tal vez, la persona con la cual estuvieron destinadas a estar juntos.
-¿Hiccup?- Mencionó una voz detrás mío, y al voltear mi corazón no paraba de latir.
-Astrid, yo
Antes de terminar mi oración, la chica se encontraba abrazándome, rodeando sus brazos en mi cuello intentando no caer. Me sostuve de una muleta para abrazarla a ella de su cintura. Podía escuchar sus sollozos que brotaban sobre mi pecho.
-Te extrañé Hiccup.
"¿Qué pasó este año?"
"¿Debería sentirme así?"
Holaaaaaa 💗
Perdón por tardar tanto en publicar, solamente que han pasado tantas cosas estos días que mi cabeza no tiene tiempo para ella.
¿Y qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen que sucederá ahora? 😳
Intentaré actualizar lo antes posible así que alerta 👀💗
No olviden que votando y comentando me dan más ánimos de seguir con esta historia ✨♥️
Nos leemooooos 💗✨
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