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Capítulo 30. ¿Sucede algo?


Pov. Merida

"Siempre fue y será ella"

"Al fin llegó"

—¡Por Thor! Tardas miles de años Rapunzel, simplemente es una pijamada.

—¡Hey! No solamente es una pijamada, »es la pijamada« —dijo para comenzar a subir las escaleras.

Subimos a mi dormitorio para que Rapunzel comenzará a sacar maquillaje de su mochila junto a aquellos juegos de mesa que desde pequeña jugábamos.

—¿Quieres jugo explosivo? —le pregunte riendo.

Una vez, hace ya hace un tiempo, que nos encontrábamos solas, se nos ocurrió juntar varias cosas que se encontraban en el refrigerador. Entonces desde ese día, siempre que nos juntamos debemos preparar aquella bebida como símbolo de nuestra amistad

—¿Qué pasó, rojita? Eso no se pregunta.

Baje a la cocina y comencé a hacer la bebida. Pero mientras veía como aquellos ingredientes se mezclaban en uno solo, hubo un pensamiento el cual me sorprendió.

"Merida"


Mientras subía las escaleras con las bebidas en mano, mi cabeza daba tantas vueltas provocando no poder concentrarme en absolutamente nada. Mi madre siempre me dijo que era imposible escuchar alguna clase de nombre en los pensamientos de la otra persona o eso es lo que todo el mundo decía.

—Rapunzel, no me vas a creer lo que acaba de sucederme.

Entonces, al llegar, noté a mi amiga con lágrimas en sus ojos mientras tenía su celular en la mano recostada en el suelo. Deje las bebidas en una superficie y me acerque a ella, nunca la había visto de tal manera. Noté que sus manos temblaban y sus lágrimas no paraban de brotar sobre sus mejillas totalmente pálidas y no con aquel rubor que siempre tenía.

—¿Qué pasó Rapunzel? —dije incandome a un lado suyo tomándole por los hombros.

—Merida... Lo que voy a decirte quiero que lo tomes con calma —me dijo segundos después, de haberse calmado un poco.

Sin darme cuenta, me encontraba en la bicicleta a toda velocidad con los gritos de mi amiga desde lejos se hacían presentes. El aire azotaba mi rostro y mis lágrimas se iban junto con él. Mis ojos se encontraban hinchados pero de una u otra forma tenía que ir al otro lado del pueblo pasando la carretera.

"Por favor Hiccup, dime qué te encuentras bien "


Era la único que giraba entorno a mi cabeza mientras mis piernas daban a todo lo que podían. Entonces solo escuchaba pitidos de autos a un lado mío mientras solo me dedicaba a avanzar. De un momento a otro, arroje mi bicicleta en la entrada de aquel lugar lleno de cuartos blancos y máquinas. Comencé a correr a la recepción para notar aquel cabello castaño de una mujer mayor.

—Merida, que bueno que te encuentres aquí —dijo aquella mujer para acercarse a mi y abrazarme mientras lágrimas brotaban de sus ojos.

Solo me dedique a abrazarla, aunque en el fondo, intentaba comportarme fuerte frente de ella. Solo escuchaba sus sollozos en mi pecho y eso me rompía tanto el alma como mis ojos, que comenzaron a inundarse de lágrimas en ellos. Al alzar mi mirada encontré al albino entrando con la recepcionista asustado para después chocar miradas.

Su madre de Hiccup, al verlo, corrió a abrazarlo mientras seguía llorando, lo entendía, Jack era como un hermano para Hiccup y otro hijo para Valka.

Nos encontrábamos nosotros tres en aquellas sillas frías; los minutos pasaban y se volvían cada vez una eternidad.

Después de un tiempo, Rapunzel llegó y se encontraba con Jack acompañándolo, después Tadashi y al último llegó Astrid. Todos nos encontrábamos sentados tomando alguna clase de bebida sin saber nada de Hiccup durante este tiempo.

—¿Familiares de Hiccup Haddock? —preguntó un doctor al entrar a la sala. Todos nos levantamos asustados confundiendo al doctor.

—Soy su madre ¿Se encuentra bien? —dijo la castaña; con una mano la mantenía sobre su pecho y la otra buscando consuelo en aquel albino.

—Se encuentra estable, por el momento. Tuvo un golpe grave en la cabeza y ciertos huesos fracturados, tuvimos que operar de inmediato al llegar aquí. Solamente estamos esperando a que despierte para poder dar un informe completo.

—¿Puedo verlo?

—Por el momento no, se encuentra en terapia intensiva en observación. Con su permiso —dijo aquel hombre para comenzar a perderse en los pasillos.

Las horas pasaban y no sabíamos absolutamente nada de Hiccup, insistimos a Valka que fuera a casa a descansar, pero ella se negaba. Pero tenía sentido, Valka perdió a su esposo por un choque automovilístico y ahora su hijo se encuentra recostado en una cama con varios cables.

Hubo, en especial, un momento en el que pudimos acercarnos a su habitación que nos separaba con un cristal del castaño. Lo cual, fue una mala idea.

Gritos y gente comenzaba a dirigirse con él mientras aquel sonido constante de esa máquina se tornaba en uno continúo que todos tememos.

—¡Rápido, llamen a a la doctora Torres y al doctor Shepard! ¿Dónde está el carro rojo? —gritaba una doctora, con cabello levemente rizado, entrando a la habitación corriendo mientras examinaba el pecho del castaño.

Hiccup entró en paro justo en aquel momento y una enfermera nos suplico que nos retiremos. Valka comenzó a llorar en el pecho de Jack mientras que el albino intentaba ser fuerte ante la situación, pero el era su hermano de corazón.

El cual ahora se encuentra sin latir.

"Esto solamente debe ser una pesadilla de la cual no puedo despertar"

Las horas se convirtieron en días, los cuales Hiccup se estabilizó. Pero nunca despertó a mediados de ellos.

Los chicos y yo, nos turnamos en cuidar el proceso de aquel chico mientras que Valka descansaba. Los primeros días fueron difíciles para ella, no dormía ni comía mientras tomaba la mano de aquel castaño esperando una respuesta de él.

—Toc, toc —dije acercándome a la puerta para notar la mirada de aquella mujer con una sonrisa cansada.

—Oh, Merida, hola —dijo y aunque intentaba disimularlo, acababa de llorar.

—Buenas tardes Sra. Haddock —salude para cambiar las flores de aquella agua por unas nuevas— ¿No ha habido nada nuevo? —pregunte acercándome a ella para tomarle la mano.

—Lo mismo que los otros días —suspiro—. Tengo tanto miedo de que no despierte —dijo volteando a verlo mientras acariciaba su mano del chico.

—Ya verá que lo hará, Hiccup está lleno de sorpresas.— le sonreí cálidamente para que ella me lo devolviera de la misma manera.

—Muchas gracias Merida, no se cómo podré pagartelo.

—¿Qué, va? Somos casi familia, además, puedo hacer mi tarea mientras Hiccup me ayuda guardando silencio, lo cual, es casi imposible que él hiciera —mencioné para notar una sonrisa de parte de ella—. Jack me dijo que no tardaría en venir, así que usted no se preocupe.

"Por favor despierta Hiccup, todos te necesitamos"

—¿Deseas café? Pasaré a la cafetería antes de irme por si deseas algo —dijo levantándose tomando su bolso.

—Muchas gracias Sra. Haddock, comí bien antes de llegar —le respondí sonriendo para que me otorgará una sonrisa y se retirará.

Nunca en mi vida llegué a pensar en esto. Con solo ver a Hiccup, recostado en la cama junto con cables conectados en todo su cuerpo y yeso en sus extremidades me rompía tanto el alma. Pero su rostro, se veía tan calmado, sin nada que los preocupará.

Es como si su alma se encontrara aliviada.

Me acerque a él y comencé a observar cada parte delicada de su rostro. Tenía tantas pecas que serían imposibles de contar en una sola vida. Había ciertas cicatrices en su piel tostada que no eran fáciles de contemplar si no te acercabas a ellos. Por la pequeña rasurada que tuvo que hacer el doctor, en la parte inferior de su cabeza, era más fácil de ver la cicatriz que alguna vez me enseñó. Tal vez por eso se dejaba el cabello largo.

Lo único que no podía ver, eran aquella ojos profundos que lo hacían único.

—Hiccup... Dime por favor que esto solamente es un juego tuyo y que despertarás en este momento. Si lo haces, haré tu tarea de estadística de lo que queda este año, tal vez no seré buena en estadística pero tarea es tarea ¿Qué dices?

Dije en tono burlón con una sonrisa, pero de repuesta simplemente se escuchaba de fondo aquel pitido continúo de la máquina de a lado. Mi sonrisa se desvaneció para recargar mi cabeza en su pecho y lágrimas comenzarán a brotar de mis ojos.

—Necesitas despertar Haddock, tu madre y Jack te necesitan más que nada en este mundo. Todos te necesitan. Yo te necesito —le susurré en su pecho mientras abrazaba su cuerpo.

"Hiccup, te necesito. Por favor no nos dejes. No me dejes."

Entonces, una mano comenzó a deslizarse suavemente sobre mi cabello para que al alzar mi mirada notará aquellos ojos verdes abriéndose.

—Ahg mi cabeza —mencionó aquel castaño acercando su mano a la venda que tenía está.

—¡Por la barba de Thor! ¡Ésto no puede ser posible! —dije levantándome con una sonrisa de oreja a oreja — ¡Valka! ¡Valka! ¡Jack! ¡Hiccup acaba de despertar! ¡Hiccup está despierto! —grite desde la puerta de aquella habitación.

"Ésto no puede ser posible"

"Mi cabeza"

—¡Estás despierto! Simplemente, no puedo creerlo. ¡Jack estará tan feliz al verte¡ ¡Tu madre! vendrá en cualquier momento ¿Cómo te sientes? Han pasado tantas cosas.

Dije hablando tan rápido que seguramente no se entendían ni una sola palabra que decía y lo supuse por la expresión del castaño que se encontraba confundido. Me acerque a él para abrazar su pecho mientras lágrima de felicidad corrían de ellos.

—Nos hiciste mucha falta Hiccup —dije para sentir como su mano acariciaba mi cabello.

—Oh muchas gracias, supongo —respondio con una risa nerviosa—. No es por ser descortés, pero ¿Te conozco?

Mis lágrimas de felicidad dejaron de brotar mientras me apartaba del pecho de a aquel castaño con una sonrisa que se tornaba sería.

"Ésto no puede estar pasando"

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