Capítulo 74
13 de enero 2017
Mérida y yo fuimos a pasear a la plaza, veníamos con el propósito de comprar unos nuevos zapatos para mi dulce princesa. Fue algo muy divertido.
A Mérida le encanta que la cargue como caballito, así que todo el camino hacia y dentro de la plaza estuvo en cima de mi. No me afecta en nada porque no pesa mucho.
Antes de entrar a la plaza llamada "Flores" hay un área verde y ahí me tambaleaba porque no veía muy bien, ya que una personita tenía sus manos en mis ojos.
-Me voy a caer- le advertí y ella solo rió.
-Claaaro- contestó ella.
Así que me hice para atrás.
-¡Hiccup!- me apretó fuertemente mi cuello y enrolló sus piernas en mi cintura para no caerse. Y comencé a reírme.
Poco a poco Mérida fue aflojando su agarre permitiéndome respirar mejor. Cuando puse un pie dentro de la plaza Mérida se bajo y me fulminó con la mirada.
-Aww que tierna te vez cuando me miras así- hice un puchero, en ese instante las mejillas de Mérida se tornaron rojas y no supe muy buen su fue por el cumplido o porque se enojó mas.
-Chistosito- murmuró y comenzó a caminar.
Corrí hacia ella, tomándola por atrás de su cintura y la elevé y dimos vueltas. A la quinta vuelta la dejé en el piso para que no se mareara.
-Te amo mi pequeña princesa- le digo en voz baja dandole un beso en la mejilla.
-Bésame bien- se giró y me besó "como debe ser"
Nos tomamos de la mano y deambulamos por la plaza cuando recordé a que veníamos.
-¡Tus zapatos!- me detuve justo en frente de una zapatería.
-Rayos, si te acordaste.
-Vamos, comprar zapatos no es tan malo.
Soltó un bufido y entramos a la tienda.
Nos tardamos una hora en esa sola tienda. A Mérida le fascinaron mas de seis tipos de zapatos, dos de tacón y todos los demás de piso.
Ella estaba sentada descalza esperando que trajeran los últimos zapatos color verde agua. Tome la caja que traía el señor con los zapatos de Mérida y fui hasta ella.
Me sonrió y me arrodillé sacando el zapato, tomé su pequeño y delicado pie lo besé y coloqué el zapato.
Salimos de la tienda con solo un par de zapatos: los que yo le coloqué.
Sentía algo de miedo puesto que no había hablado desde lo que hice en la tienda.
Se dirigió a las áreas verdes se sentó debajo de un árbol, hice lo mismo y ella recargó su cabeza en mi hombro.
-Nunca creí que viviera una historia de amor- me dijo mirando a la nada- y tu me has dado la mas hermosa- me miró- jamás me sentí como una princesa... y lo que tu has hecho ahí adentro... gracias.
No dije nada, no sabía que responder. Mérida no es buena expresando sus sentimientos, y quería recordar cada una de sus palabras.
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