«Día 48 de 365» (sin corregir)
«Día 48 de 365»
Estaba desayunando cuando mamá se me acerca y me sonríe con orgullo, yo sonreí apretando los labios y tomé mi ahora capuchino, se había acabado el nesquik así que antes de tomar café prefiero un capuchino. Mamá también comenzó a hacerse el desayuno, y cuando ella se sentó yo ya estaba por acabar.
— Mérida ¿Podemos hablar unos minutos? —preguntó.
Yo asentí.
— ¿Algo malo? —pregunté.
— En realidad no —dijo encogiéndose de hombros—, sólo quería platicar un poco contigo sobre... sobre Hiccup.
— ¿Qué pasa con Hiccup? —pregunté seria.
— Quiero conocerlo —rodeé los ojos, desde que le conté sobre él quiere conocerlo—. ¡Mérida es con el chico que te entregaste! Tienen relaciones y yo sólo sé su nombre —dijo haciendo una cara de incrudelidad.
— Ya, ya, tranquila —dije levantando ambas manos—, si quieres conocerlo; bien, lo conocerás.
— Hace como un mes que me vienes diciendo lo mismo —dijo—, y quiero conocerlo ésta noche.
— ¿¡Ésta noche!? —dije alarmada— Pe-pero ¿no puede ser mañana?
— Nop, yo quiero conocerlo ésta noche —dijo, iba a reprochar— y fin de la discusión.
Solté un suspiro y dije:
— Bien.
Agarré mi taza y la dejé en el lavavajillas, caminé hacia las escaleras y subí a mi habitación, Angus me estaba pisando los talones, miré el desastre que era mi habitación, si Hiccup iba a venir ésta noche tenía que hacer unas cosas antes. Comencé a ordenar mi habitación, agarré la ropa sucia y la puse en el canasto de la ropa sucia (NAH), doblé toda la ropa limpia que estaba sobre el suelo y sobre la cama, tendí la cama luego de eso. junté algunas cosas que tenía tiradas por el suelo y bajé para buscar una escoba. Volví a mi habitación y comencé a barrer con la escoba, era impresionante la cantidad de pelos de Angus que había sobre el suelo, había mucho polvo, hace bastante que no limpiaba mi habitación. Dejé la basura en el tacho y agarré el trapeador de piso. Trapeé el piso de mi habitación y cuando terminé solté un suspiro, dejé el trapeador a un lado y agarré un trapo, limpié el vidrio de las fotografías apoyadas sobre mis muebles. Finalmente dejé todo en su lugar y solté un largo suspiro, era irritante hacer ésto sin música, escuché el sonido de mi celular. Lo agarré y vi un WhatsApp de Hiccup «Hola princesa, te extraño» sonreí y respondí «Hola Hic, yo también, oye mi madre dijo que quería conocerte ésta noche ¿Qué dices?» Escribiendo... escribiendo... «De acuerdo, entonces las veo esta noche(: dime la hora» respondió, «A las ocho y media» le contesté.«De acuerdo, voy ir a trabajar. Nos vemos luego princesa♥» dejé mi celular sin decirle nada más y salí con Angus al parque.
Siete y cuarenticinco. Estaba sudando, Hiccup todavía no llegaba y mamá ya había terminado la cena. Me desesperé un poco, me senté en el sillón y suspiré. (si se quieren ahorrar leer ésta parte, sólo vean la foto de multimedia) Traía puesto una remera algo suelta color beige tirando más a algo amarillo, con puntos negros, volados en el cuello, algo abierta en la espalda y con una cinta de hombro a hombro atrás. Un cinturón marrón claro, debajo una pollera algo corta (un poco más arriba d elas rodillas) marrón muy muy oscuro casi siendo negro. Había cepillado mi cabello y lo había dejado suelto, le puse un producto especial para que no quedase tan esponjado y descontrolado. Me había quedado tildada mirando la puerta hasta que sonó por tercera vez el "ding dong" del timbre y me paré apresurada, corrí hacia la puerta y la abrí, ahí estaba Hipo con un traje no muy formal, él a penas me vio sonrió.
— Hola —dije viéndolo a los ojos.
— Hola, te ves muy hermosa —dijo, sacó un ramo de margaritas envuelto en un papel pero que dejaba verlas perfectamente.
Mis mejillas se tornaron color rojo furioso, estaba tan sonrojada que hasta me reí de mí misma. Se me había hecho tan tierno ese detalle, será porque jamás reciví flores de nadie. Las tomé sonriendo y él se rió de mi nerviosismo.
— Gracias —dije nerviosa.
Me hice a un lado y lo dejé pasar, él entró y observó mi casa con detenimiento, hizo una mueca de aprobación, segundos después mamá apareció en la habitación.
— ¡Hipo! —exclamó sonriente, se acercó a él.
— Hola señora Spitz —dijo él cortés.
— Un gusto conocerte —dijo mamá ofreciéndole la mano, él la estrechó—, eres más guapo en persona.
— Gracias, luce fabulosa —dijo Hipo al tiempo que soltaba la mano de mamá.
— Tú también, Hipo —dijo mamá sonriente—, bueno, vallamos a el comedor.
Pasamos al comedor y nos sentamos en la pequeña y redonda mesa, Hipo se sentó frente a mí y mamá a nuestro costado (ya saben, es redonda). Hipo estaba sonriente y yo nerviosa, aun que sabía que a mamá Hipo le agradaba, pero no sé si a Hipo le agrada mamá. Ni un segundo pasó para que mamá tragera una bandeja con los canelones de salsa roja y blanca con carne. Mamá sabe que ésta es mi comida favorita, ella se sentó en la mesa también sonriente y comenzó a repartir, Hipo se ofreció a ayudarla pero mamá se negó, sin embargo Hipo terminó sirviendo la comida. Comenzamos a comer, yo no hablaba pero ellos sí, estaba demasiado concentrada en la exquisites de mi comida. Hipo y mamá reían hasta que me preguntaron algo a mí cuando yo tenía la boca llena, abrí los ojos como platos sin saber que responder. Hipo sonrió con ternura y mamá me miró como diciendo "¡¿Qué haces!?", tragué la comida y me limpié la boca con la servilleta.
— ¿Sí? —pregunté con una sonrisa nerviosa.
— Agh, Mérida —dijo mamá algo enojada, pero se tranquilizó—. Hipo preguntó si mañana podrías ir a conocer a sus padres.
Asentí nerviosa.
— Claro, mi amor —dije sonriente.
Ellos volvieron a hablar sobre política y sobre la universidad, me alejé de esa charla y seguí disfrutando de mi comida pero con más precaución.
Cuando terminamos de cenar lavé los platos, aunque Hipo se ofreció miles de veces yo me negué rotundamente. Él secaba los platos que yo lavaba, hasta que terminé y me sequé las manos. Hipo terminó con los platos y se acercó a mi con intenciones de besarme.
— ¿Sabes que te ves hermosa cuando comes? —dijo con una sonrisa que me pareció demasiado sexy.
— Agh, cierra la boca —dije sonriendo y nos dimos un beso corto en los labios.
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