«Día 2 de 365» *corregido*
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
«Día 2 de 365»
Ayer no hablé con mi madre, no cené ni almorzé. Me quedé en mi habitación con Angus. Quizás debería arreglar las cosas con ella, pero la verdad no me interesa hacerlo ahora. Me quedaré aquí en mi habitación con Angus hasta morir. Está claro que no podré ir a Disney Orlando Florida, también que no pasaré los 364 días restantes con mi madre. No. Hoy no tengo planes. En realidad nunca los tengo. ¿Para qué planear mi vida? Lo mejor de la vida nunca se planea, simplemente sucede, y quiero que éste año pase algo grande que venga para bien.
Giro mi cabeza para ver el reloj: "13:34". Era temprano todavía. No iba a levantarme, no por vagancia, sólo porque me gustaba quedarme en mi cuarto a solas calentita. Pero entonces comienzan a tocar mi puerta, supongo que es mamá, ya que es la única que vive conmigo, a menos que sea un fantasma. Me hago la dormida para que se valla, pero ¡¡SIGUE GOLPEANDO!!
—¡QUÉ! —contesto de MUY mala gana.
—Mérida —Comienza a hablar suavemente y algo triste—, voy a salir, avisé en mi empleo que seguiría trabajando... No quise molestarte.
Al instante me sentí culpable. Quizás no debí tratarla así. Después de todo sólo quería ayudarme, ¿verdad?
—En la heladera hay pizza de anoche, por si te agarra hambre —dice de igual manera. Nos quedamos en silencio, pero volvió a hablar al oír que no respondía—. Bien, adiós.
Escucho sus pasos que van disminuyendo a medida que se aleja. Luego la puerta de la sala se abre y se cierra. Por último el sonido del auto arrancando... Y... se fue. Miro el techo sin pensar en nada. Tenía mucha hambre, podría bajar y comer pizza, sí, pero también podría quedarme aquí acostada junto con Angus mirando la televisión.
Uhm... Difícil pero... comer.
Me levanto rápidamente despertando a Angus quien me acompaña hasta la cocina. Abro la heladera y veo la pizza ¿Cómo se le ocurre dejar la pizza DENTRO de la heladera? Ay Dios, ésta mujer.
Agarro la caja y la dejo arriba de la mesa. Después agarro un plato de cerámica pequeño, pongo el microondas a 1:00 min. Agarro dos porciones de pizza, las dejo en el plato y lo pongo dentro del microondas. Presiono el botón de "Comenzar". El microondas empieza a calentar la comida, yo miro hacia afuera por la ventana que está arriba de el lavavajillas. Todos los árboles sin hojas. Uhmm... Podría salir afuera. Quiero tomar aire y caminar por el parque. Aparte debo sacar a Angus, ayer no lo saqué así que antes de que comience a mear por toda la casa lo sacaré a pasear.
Escucho el "Pi, pi, pi." del microondas, lo que significa que ya está la comida. Feliz voy a sacar la pizza, la dejo sobre la mesa y comienzo a comer. Ésto el placer.
Angus corretea por el parque y yo lo sigo caminando. Está un poco frío, debí traer mi campera abrigada. Naah, no importa ¿Qué es lo peor que me puede pasar? ¿Resfriarme? Ja, ja, ja.
Miro el cielo, estaba algo nublado y el viento había cambiado, ahora era más fuerte y frío. Iba a llover, teníamos que volver.
—¡Angus! —grito, luego silvo y vuelvo a llamarlo- ¡Angus, vamos, tenemos que irnos!
No obtengo respuestas de mi perro así que comienzo a caminar buscándolo y llamándolo a gritos por su nombre, sin embargo después de buscarlo por lo menos una hora supe que Angus no estaba en el parque. Rayos.
Luego de dos horas buscando al maldito perro, no lo encontré. Comenzó a llover y el viento golpeaba fuerte mi cuerpo. El parque quedó inmediatamente vacío, sólo estaba yo ahí, con las zapatillas ensopadas, el joguin largo manchado en los talones con barro y literalmente empapada, me abrazo a mi misma y comienzo a caminar.
Había perdido a mi perro. Qué mierda. Miré con dificultad las otras calles pero nada. Ésto es una mierda, la vida es una mierda, no vale la pena esperar 364 días para morir cuando puedo arrojarme desde un puente ahora y acabar con esto.
«La lluvia es triste si no se comparte» Recordé esa oración de un libro llamado "Vaqueros y trenzas". Bajé la mirada y seguí caminando, era cierto. Pero, ¿con quién compartirla? yo estaba sola.
Escucho unos pasos rápidos detrás de mí, los charcos salpicando secamente, me giro y veo una silueta, era un chico alto con cabello castaño oscuro no puedo distinguir su rostro él corría a gran velocidad hacia mí, con su mano agarraba a un gran perro de la correa que corría a su vez, y su otro brazo estaba ocupado por algo que no pude distinguir por la oscuridad. Me asusté ¿Y si traía un arma? ¿Y si quería secuestrarme? Comienzo a correr en dirección contraria. Él me grita «¡Espera!» ¡Ni mierda! Sigo corriendo a todo lo que mis piernas me permitían.
Mi respiración se agota al instante, debo parar. Comienzo a toser. Paro de correr secamente, reposo mis manos en mis rodillas algo inclinadas. El chico que me perseguía venía hacia mí también algo cansado. Disminuyó la velocidad y finalmente paró a mi costado.
—Oye [Respiración] vine a [Respiración] darte [Respiración]... Tu perro —dijo agotado. Alcé la vista al castaño y pude ver con más claridad que lo que llevaba en el otro brazo era mi perro. Angus. Mierda.
Sólo seguía respirando agitada, mi respiración no puede calmarse. Subí la mirada y me enfoqué en el castaño. Su nariz era en gota, algo grande, pero encajaba a la perfección en su rostro. Sus ojos ovalados horizontalmente y verdes intensos, los mas potentes que vi. Cabello castaño alborotado que no era ni tan largo ni tan corto, le quedaba perfecto. Pequeños bellos de barba, algunos lunares, una cicatriz en la barbilla y tenía unos labios finos y tentadores... ¿Qué?
Me paré frente a él esperando a que me entregara el puto perro y pudiera largarme de aquí. Sin embargo él se quedó mirándome. No embobado, pero algo ¿impresionado? No lo sé, me miraba de una forma rara, de seguro vio que era un mamarracho. El verde y el celeste chocaron. Quería decirle con mis ojos algo como «¿Puedes dejar de mirarme como idiota y entregarme el puto perro de una maldita vez?». Pero no, él no me lo entregó hasta que carraspeé con mi garganta y volvió a la realidad.
—Lo siento, ten —Dijo y me entregó a Angus. yo lo agarré (En realidad se lo saqué bruscamente cuando tendió los brazos)—. Me llamo Hiccup Haddock.
Hubo un incómodo silencio ¿Qué? ¿Debo responder acaso? ¡No! Yo sólo quería mi perro, no conocer gente nueva.
—Mérida Dumbroch —dije algo cortante. Pero me arrepentí al instante al ver su sonrisa torcida—. Lo siento pero... debo irme. Ya sabes, está lloviendo...- dije incómoda.
—Oh claro, am... —dijo nervioso— Lo siento...
—Adiós —dije algo extrañada y me di media vuelta caminando, él tardó unos segundos en darse vuelta e irse—. Hiccup —dije girándome, él hizo lo mismo al instante—Gracias. —Le regalé una sonrisa falsa, él sonrió de oreja a oreja y asintió.
Caminé apresurada antes de que empeorara el chaparrón y me enfermase. Salí del incómodo momento, creí que no volvería a verlo nunca más, ya que eso normalmente suele pasar. Te encuentras con alguien, esperas volver a verlo, pero no sucede nunca.
Me equivocaba...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro