↯ CAPÍTULO OCHO
▬  ❝ la luz ❞  ▬

MÉREOPE ODIABA SER LA VICTIMA SIEMPRE, PRIMERO CON EL TROL DURANTE SU PRIMER AÑO, FUE PETRIFICADA EL AÑO ANTERIOR Y AHORA... bueno, al menos sigue con vida y sana. No se podría decir lo mismo de su cuerpo con exactitud.

—Los niños... ya vienen —Méreope bufó, estaba amarrada contra la silla al igual que Dani, mientras que Binx colgaba en una bolsa.

Winifred y Mary celebraron, mientras Dani y Méreope peleaban contra las sogas que las mantenían atrapadas.

El caldero ya estaba hirviendo, la mezcla morada ya burbujeaba, los niños venían en camino, todo iba bien para ellas.

—Ahora, la vida de sus amiguitos serán mías... —musito Winifred, mientras Sarah y Mary torturaban a un par de tipos quienes las habían llamado feas—. Y seré de nuevo joven y bella.

—¡No importa que tan joven o vieja seas! —grito Dani, desesperada—. ¡Vendiste tu alma, eres horrenda y espantosa y tu lo sabes!

Winifred gruño contra el rostro de ambas chicas y las señalo—. Ahora, ustedes morirán... Méreope, querida sobrina falsa, tus poderes nos serán de mucha ayuda cuando tu mueras y yo los tenga —rió—. Solo necesito succionar tu alma y ¡puff! tendré los poderes de esas viejas generaciones.

Méreope hizo cambiar el color de sus ojos, haciendo sonreír cínicamente a Winifred quien regresaba al caldero.

—Vieja idiota —murmuro Méreope, sintiendo su cuerpo arder mientras mataba a su "tía" de mil maneras distintas en su mente.

La Sanderson mayor escupió en el caldero, haciendo que la poción cambiara de color. Esta vez a un verde brillante, pero a la vez peligroso.

—¡Ja! ¡Ya esta listo! —giro hacia Méreope que se movía bruscamente al igual que Dani—. Dásela primero a nuestra sobrina falsa, quiero su poder ahora.

—Ya mismo, Winnie —murmuro Mary, sacando la enorme cuchara del caldero.

—¡Méreope no...! —grito Binx, desde la bolsa en la que estaba.

—¡Tu cállate!

Sarah sostenía a Dani, mientras Mary llegaba con la pelirroja y murmuraba un "abre la boca", que término con uno de sus dedos mordidos, cortesía de Méreope.

—Me mordió —se quejo, al igual que Sarah quien había recibido una mordida de parte de Dani.

Méreope comenzó a moverse como sabandija en su asiento, mientras sentía como las cuerdas poco a poco se derretían mediante usaba su poder.

—Abre la boca, cariño —murmuro Winifred, acercándole la cuchara a los labios.

La pelirroja se negaba a beberlo, debía saber igual o peor que la esencia de Pansy Parkinson.

—No, no... —murmuraba alarmada Dani, quien no quería perder a Méreope a tan poco tiempo de haberla conocido y después de haberle tomado cariño.

—¡Van a morir! —la pelirroja nunca creyó estar tan aliviada como en aquel momento en el que escucho la voz de Max—. De nuevo.

—¿Tu? Tu no tienes poderes, humano tonto —mascullo la bruja mayor, acercando el brebaje a Méreope de nuevo.

—¡Tal vez no! Pero hay poderes mejores que tu magia, el conocimiento. Y hay una cosa que se y que tu no sabes —la cuchara estaba tan cerca de la boca de la pelirroja que esta sintió como su alma salía poco a poco de su cuerpo.

—¿Qué cosa niño?

—Que tus dientes son mas grandes que tu boca, tal vez —murmuró Méreope, haciendo que Winifred le diera un pisotón, mientras Sarah reía como loca—. Auch.

—Lo que se es que la hora a cambiado —miro a Méreope y asintió, una luz rojiza apareció detrás de Max, haciendo que las hermanas dejaran de reír y esta vez, se miraran asustadas y comenzaran a gritar.

Méreope comprendió y entonces, termino de quemar las sogas y las tiro en el piso, empezando a desatar a la menor de los Dennison.

Winnie, Mary y Sarah comenzaron a "morir" en la cabaña tras la luz que parecía de una linterna o de algún automóvil, pero ellas eran de siglos pasados: no conocían aquellos artefactos.

Dani corrió hasta la bolsa donde Binx estaba atrapado, mientras que Max y Méreope unían fuerzas y tiraban el brebaje al suelo, para que no lograran obtener ninguna vida ese día.

—Oye Hollywood —los dos adolescentes se giraron hacia los chicos atrapados—. Sacame de aquí.

—No —habló Max, quitándole los tenis que le pertenecían a él en la mañana—. Pero gracias por los tenis.

—¡No! ¡Oye! ¡Preséntame a la pelirroja tan siquiera!

Méreope se giro hacia él y le mostró su dedo del medio mientras le sonreía de manera sarcástica—. Lindo día, idiotas.

Max tomó su mano y salió de la cabaña junto a Dani quien llevaba a Binx en la bolsa aun.

—Max, quiero ver que se hagan tierra —mascullo Dani, de pie en el porche de la cabaña, mientras miraba a ambos adolescentes—. Apuesto que Méreope también quiere hacerlo.

Los tres giraron hacia atrás, dándose cuenta de como Allison señalaba múltiples veces la camioneta y a ellos, indicándoles que subieran antes de que las brujas se dieran cuenta que aún no eran polvo y que no estaban ardiendo en el infierno.

—¡De prisa! —chillo Dani, bajando y corriendo hacia la camioneta junto a los otros dos que también corrían o trataban de hacerlo.

Méreope subió como pudo, mientras ayudaba a Dani a hacer lo mismo.

—Mér —hablo Allison quien iba sentada en el asiento de copiloto—. Creo que esto te pertenece.

Le lanzo su fina y hermosa varita haciendo sonreír a la pelirroja, creyó que la había perdido para siempre y que daría muchas explicaciones sobre cómo se extravió si es que salía con vida de ahí.

—¡Gracias Ali! —chillo, limpiándola un poco con su camisa—. ¡No tendré que comprar otra!

Allison y Max rieron, este último acelero la camioneta y los alejo de ahí antes de que los pudieran alcanzar, o al menos no muy rápido.

—Méreope, ve pensando en un hechizo en caso de... ya sabes, aprietos —habló Dani a su lado.

La pelirroja asintió, había muchos hechizos, un Expulso podría servirles, al igual que un Expelliarmus o... romper sus artefactos de limpieza tampoco estaría mal.

—¡Vamos! ¡Muévanse! —grito Max, hacia los niños que eran hechizados por Sarah para llegar a la caballa Sanderson.

—¡De prisa Max! —chillo nerviosa Méreope, viendo como comenzaban a salir en dirección a muchos árboles.

—¿Nos persiguen? —cuestiono Max quien manejaba lo mas rápido que podía, conocía las ganas que Winifred tenía de matar a Méreope, por ende sentía miedo de que la pudiese llegar a lastimar.

Si, la pelirroja llega rápido a los corazones de las personas.

—No —habló Allison, mirando hacia atrás.

—Bien —murmuro Max, sonriéndole bobamente a la chica y esta a el.

—¡No es momento de coquetear! —gritaron Dani y Méreope a la vez.

Esto hizo que ambos salieran de su burbuja y entonces el chico pudo concentrarse en la carretera una vez más.

—¡Detente! ¡Quiero ver tu permiso de conductor! —Méreope abrió de mas los ojos en cuanto oyó esa voz que conocía bien.

Winifred comenzó a tomar del cuello de la camisa a Max, haciendo que poco a poco este perdiera el control del volante.

—¡Expulso! —exclamó Méreope, viendo como el hechizo azul daba contra el cuerpo de la bruja malvada, sacándola volando un par de metros.

Max, Dani, Allison y Méreope rieron ante el hechizo que esta última realizo, había salido bien a pesar de ser la primera vez lanzándolo.

—Fue la primera vez que lo hice —murmuro Méreope, yendo hacia la tierra santa del panteón—. ¡Asombroso!

—Bien, bien, entremos, vamos.

Ella asintió, esto casi llegaba a su fin y solo un equipo podría ganar.