↯ CAPÍTULO CINCO
▬  ❝ puse un hechizo en ti ❞  ▬

MÉREOPE NO SABIA CON EXACTITUD QUE HARÍA MAX PERO ESTABA SEGURA QUE AQUELLO NO TERMINARIA BIEN, y ese sentimiento incremento en cuanto él hizo que la música parara y le quito el micrófono de las manos al vocalista de la banda diciéndole que había una emergencia, y que necesitaba el micrófono para poder informarle a las personas.

—Escúchenme todos —hablo Max, consiguiendo la atención de la fiesta—. Sus hijos están en peligro.

—¿Qué estas diciendo? —pregunto una mujer que llevaba un disfraz de vaquero.

—Hace 300 años, las hermanas Sanderson embrujaron a algunas personas. Ahora han regresado de la tumba —como la pelirroja lo supuso, todos creyeron que era una broma y comenzaron a reírse del pobre Max—. ¡Hablo enserio! ¡No estoy bromeando! Se que suena tonto, pero están aquí esta noche. Están justo ahí —las luces apuntaron a donde Max lo había hecho, al parecer las tres hermanas ya estaban reunidas y entre el público.

—Gracias, Max... por tan maravillosa presentación —habló Winifred, y de nuevo, como si hubiese contado un chiste, la gente volvió a reír, ahora pensando que todo era actuado.

—Malditos impulsos tuyos, Maximiliano —murmuro por lo bajo la pelirroja, ajustando el agarre del libro y de su varita.

—I put a spell on you. And now you're mine... —comenzó a cantar Winifred, a lo que Méreope deseaba con todas sus fuerzas las orejeras de Madame Sprout—. You can't stop the things i do. I ain't lyin'. It's been three hundred years right down to the day. Now the witch is back and there's hell to pay. I put spell on you. And now you're ¡mine!

Allison y Méreope corrieron hasta llegar al escenario en el cual las tres hermanas subían para continuar con su "espectáculo" que terminaría peor de lo que ellos creen, ambas jalaron de la mano a Max obligándolo a bajar de allá arriba. Winifred, Mary y Sarah comenzaron a cantar siendo acompañadas por la banda, y lo que la gente de Salem creía que era un simple acto de la noche, la verdad era una completamente diferente.

Ellas los estaban hechizando.

Max tomo la mano de Allison y el brazo de Méreope y así los tres corrieron entre la multitud abriéndose paso a golpes tratando de ignorar la voz de las brujas, y al centro de la pista se encontraron con Dani tratando de hacer los mismo, tratando de ignorar la canción que pondría a todos los adultos de Salem en un hechizo.

Y entonces, las palabras de Thackery llegaron a la mente de la pelirroja—. ¡No escuchen a Sarah! Su voz es la mas hipnotizante, caerán en el hechizo igual que Emily y Ismaí lo hicieron. Hace mas efecto en los niños menores de diez años, ¡Dani tapate los oídos!

La pequeña le hizo caso.

—¡Binx! ¿Dónde estas?

—¡Thackery! —grito la pelirroja, recordando a su mascota también—. ¡Thackery! ¿Dónde estas?

El gato negro no tardo en aparecer, se subió al hombro que conocía ya bastante bien y así todos pudieron continuar su andar.

Los chicos comenzaron a retroceder de espaldas, todos juntos sin soltarse el uno al otro y sin apartar su vista de las brujas en el escenario.

Méreope toco la gargantilla que Harry le había regalado durante la navidad pasada, mientras que un poco mas abajo estaban el collar de Theodore Nott y el de Draco Malfoy que tenia una linda manzana verde. Suspiro, sabía que debía vencerlas para poder regresar con las personas que le importan en realidad.

De repente, sus pensamientos fueron apartados gracias a que sus espaldas chocaron con algo y al girar sus cabezas las tres chicas gritaron de miedo al ver a Billy Butcherson detrás de ellos, Max soltó la mano de Allison y el brazo de Méreope dejándolas correr junto con Dani mientras que él lo empujaba, tratando de ganar tiempo.

Cuando los cinco estuvieron juntos comenzaron a correr hasta que se vieron cara a cara con los padres de Max y de Dani, quienes bailaban al compas del hechizo de las brujas.

—¡Mamá! ¡Papá! ¡Menos mal! —exclamo Max, aliviado de verlos de nuevo.

—¡Oye, Max, que gran espectáculo! —hablo su padre, sin dejar de moverse.

—¡Tápense los oídos! —grito la pelirroja siendo ignorada por ambos mayores.

Billy los alcanzó de nuevo y entonces los cuatro junto con Binx comenzaron a correr asustados lejos de los adultos. Max tomo la mano de Dani, Dani la de Méreope y Méreope como pudo tomo la de Allison la cual le ayudaba a sostener su varita con cuidado de no hacer nada con ella accidentalmente.

—¡Busquen una salida! —grito la pelirroja, comenzando a entrar en crisis—. ¡Vamos! ¡El resucitado se acerca!

El grupo logro dejar atrás a Billy y abandonaron el edificio a toda prisa huyendo de las hermanas Sanderson y del resucitado Billy.

Méreope sabia que todo había empeorado al tener a la mitad –si no es que a mas– de adultos de Salem bajo el hechizo de las Sanderson, ahora creía que hubiera sido mejor idea que Dumbledore y el ministerio se encargara de ellas. A su parecer, ella lo había arruinado todo aún más, el maldito libro quería abrirse ante ella lo cual era una mala, muy mala señal.

—¡Al callejón! —grito Allison, apuntando hacia el lugar.

Los cinco se adentraron al callejón que chocaba con la entrada trasera de comida del mar y se detuvieron a descansar un poco ahí.

Max pateo uno de los botes metálicos de basura, provocando que Méreope hiciera una mueca, al parecer el muchacho estaba estresado y mucho.

—¡Esto es muy malo! —la pelirroja no se lo negaría ya que era cierto.

—Max, cálmate de una vez —pronuncio la pelirroja tendiéndole el libro el cual tomo sin pensar, él también había visto como este se quería abrir ante la pelirroja—. Gracias —dijo Méreope hacia Allison la cual le tendió su varita.

—¡Miren, quiero que se lleven a Dani a tu casa Allison, o al mundo mágico, a donde sea, pero no la pierdan de vista! —les ordeno Max a Allison y a Méreope alzando la voz un poco mas de lo permitido, lo que asusto a las tres.

—Max, no te voy a dejar solo —hablo Dani.

—Y yo no puedo llevar a muggles a Hogwarts —indico la pelirroja—. Además, debo terminar con las brujas primero, no puedo regresar así, son mis... ¿tias? o algo por el estilo y es mi deber terminar con ellas.

La pelirroja pareció recordar algo ya que le proporciono un golpe fuerte en el brazo, provocando que este se quejara.

—Y no vuelvas a gritarnos, gracias —choco los cinco con Allison.

—Me lo... merezco —murmuro Max sonriéndole adolorido a la adolescente.

—Lo sé, por eso te lo di —aseguro la pelirroja, palmeando su hombro.

—Uh-oh —pronuncio Thackery, subiendo al hombro de la pelirroja de nuevo—. Ahí vienen.

Tanto Dani como Allison se escondieron detrás de una estufa vieja, mientras que Max se escondía detrás dé unos pilares, Thackery salto hacia una cajas de madera y así fue como Méreope quedo sin escondite.

—¡Méreope ven acá! —grito en un susurro Max, a lo cual ella negó—. ¿Qué haces? ¡Te verán!

—No lo harán —pronunció la pelirroja y en cuanto sintió a las tres brujas mas cerca paso una de sus manos con algo de fuego en ella cerca de su rostro y cuando menos lo espero, esta ya había desaparecido para sorpresa de los presentes que estaban escondidos.

Las tres Sanderson aparecieron en el callejón, una tras otra buscando al grupo de adolescentes, la niña y el gato. Mary los había estado rastreando con su olfato pero gracias al hedor que el restaurante emanaba, era mas fácil oler a pescado que a niños.

—Huelo... —la voz de Mary a oídos de los cinco—. Winnie huelo algo.

—¿Si? ¿Si? —pregunto la mayor desesperada por saber donde estaba el libro y su sobrina.

—Huelo... pescado —Winifred miro con enojo a la pelinegra—. Pescado. Sabes, una criatura que vive en el agua. Lo cocinas empanizado con un poco de mantequilla y aceite. El de Oliva es bueno...

Winifred se llevo a Mary del callejón a rastras con un notorio semblante de enojo tras su fracaso y unos segundos después Sarah fue tras ellas después de quedarse viendo a la nada –justo donde la pelirroja yacía desaparecida– y que Winifred la llamara múltiples veces.

—Diablos, eso estuvo cerca —pronunció la pelirroja, apareciendo de nuevo—. Estoy segura que me olio o que se yo, ¡pero fue la loca! —dramatizo Méreope.

Max salió de su escondite, poniéndose al lado de la chica mientras le sonreía de lado.

Un estruendoso ruido lo saco de sus pensamientos, al parecer Allison había tropezado al salir de su escondite y había provocado aquel ruido pero, una idea se le había venido a la cabeza.

—Tengo una idea.

Plan nuevo, ahí vamos.